El documento describe el arte naif, caracterizado por la ingenuidad y espontaneidad. A menudo se inspira en el arte infantil y está ajeno al aprendizaje académico. Se desarrolló principalmente en Francia a fines del siglo XIX de la mano de artistas como Henri Rousseau. Rousseau es considerado el principal representante del arte naif, creando obras con perspectivas convencionales y colores armónicos. Otras figuras importantes mencionadas incluyen a Louis Vivin y Camille Bombois.