El documento habla sobre un buscador de joyas que ha descubierto tres alhajas. El buscador quiere crear un museo para exhibir las tres alhajas y mostrar su belleza y maestría. El museo proveerá un espacio donde el buscador y las alhajas puedan permanecer juntos y donde los objetos sean apreciados culturalmente. El buscador no elige ninguna de las alhajas, diciendo que son inseparables, como las hojas de una planta. La trama de su historia recién comienza a construirse.
1. Buscadordejoyas
He contado a la cortesana encargada de abrirme el corazón, como si de una
declaración hacia el suyo se tratase, o la intención padece y manifiesta reservadamente, el
relato en desuso de las tres alhajas. De un buscador de joyas desorientado por el légamo
que han provocadosus últimas hazañas impedidas por él mismo, sigilando hasta su recato.
Solo cuando el buscador de joyas mostró su máximo respeto por el lugar en el que
yacían las tres alhajas, toda la narrativa se vio curtida para convertirse en una novela por
entregas, fasciculada, con una orza de avante surcando por la literatura rosa: aquella
donde triunfa el amor frente a las adversidades…, siempre, más, todo lo que se pueda…,
eternamente. Como la libertad individual que aún poca gente se encuentra al corriente del
regato ni admite tanto como piensa. La quebrada ansia de liberación circulando por un
desolado riacho. De esa manera podría ser parte de la colección, y esfumarse del segmento
malverso de un mecenazgo cuyas letras humanas o artes liberales sean patrocinadas por
repugnantes malcarados. De acciones vanas, vaga y ligera de cascos. Lo sabría hacer
cualquiera, comoellos, ¡tan poco aventajados, audaces o sofisticados!
En qué consistía ese respeto hacia las tres alhajas, en mantenerse tan solo como un
iluso descubridor, o un absuelto conquistador de los rincones donde creídos y engreídos
son pagados a sí mismos. Eximido de culpas, hacerles el museo que se merecen. Donde los
objetos poseen la cualidad de artísticos; su exposición, de público; y su interés, de cultural.
Tanto para disfrute popular, como íntimo a tierra y mar adentro: el lugar de la fuerte
impresión y el tenaz reencuentro.
El museo proporciona un espacio ecléctico, conciliador, donde administrar el
tiempo que le queden de permanecer juntos. Totalmente engastados como la piedra y el
metal, mostrando su máxima belleza. En un complejo retozo donde el color, la talla, el
tamaño y la pureza descubren la maestría del artesano. Exhibiendo el poder de atracción o
convocatoria hacia seguidores tolerantes con las ideas y modos de vida de los otros, aun
cuando sean distintas de los propios. Evaporando la treta, la argucia, la artimaña y la
astucia, con las líquidas bellas artes. Elnivel tiende a ponerse horizontal, incesante.
El buscador no se decanta por ninguna de las joyas, confesando que es solo una
forma de alianza, inseparable, haciendo vino de tres hojas. El descubrimiento real será
cómo sacar de la clandestinidad a quienes quieran usurpar la altísima, sublime creación,
de la suerte sin fortuna, del destino sin final, y sin huella de Dios durante la ventura. El
buscador de joyas ya no quiere vivir pensando lo que debe o no hacer tras sus viajes y
misiones, cada seis meses o cada tres, inmediatamente seguidos de otros tantos a su vez.
Para no saber cómo demonios después volver a hacer una fortuna, destino o ventura que
un trío por primera vez le desea arraigar posturas. Realizarse de una puñetera vez. Sobre
todo en el museo, rodeado de las tres alhajas que insiste ha descubierto sin pompa en el
2. alarde. Aunque no sea del todo su dueño, amo ni señor, sí será un correcto compañero, un
invariable evocador.
Toda novela tiene una trama que se construye capítulo a capítulo. El buscador de
joyas y las tres alhajas sienten que ya poseen al menos el preámbulo escrito. El buscador
de joyas incluso piensa que su primer capítulo ha quedado rematado, a la espera de dar
pie al tentador segundo. El primero es de pensamiento. El siguiente no puede ser de
omisión, sino de ininterrumpido movimiento.
A todo esto la cortesana, tiene que determinar si desea ser la voz que cuenta, relata
y describe los sucesos, anécdotas e historietas. Que a buscador y alhajas la vida acoplados
les confiera. En primera, segunda y tercera persona, como las sencillas y bondadosas. U
omnisciente, porque conoce todos los detalles. O aquiescente, porque es una de las tres
alhajas.
Martes, 29 de mayo de 2018
Félix Sánchez
Un ciudadano más.