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362 SEMERGEN
En la consulta de atención primaria surgen con frecuencia
problemas que requieren para su diagnóstico o tratamien-
to la utilización de procedimientos y técnicas quirúrgicas
básicas. Por ello, estos procedimientos (tabla 1) han de es-
tar dentro del campo de conocimientos y competencias
del médico de familia como una herramienta más para una
práctica profesional de calidad.
Desde hace décadas la cirugía menor y los diferentes
procedimientos en la consulta del centro de salud se vie-
nen realizando con buenos resultados de coste-efectividad
en la atención primaria de países como los Estados Uni-
dos, el Reino Unido, etc.1. En nuestro país en la segunda
mitad de la década de los noventa (¡ya en el siglo pasado!)
comenzó un enorme desarrollo de estas actividades ofre-
ciendo también excelentes resultados de efectividad2, aun-
que no sin grandes traspiés que afortunadamente, se han
superado con el esfuerzo de todos. Hoy es una realidad
que produce no sólo buenos resultados para los pacientes
y para el sistema sanitario, sino un aporte de motivación y
de “aire fresco” a las consultas (llenas de trabajo, de pro-
blemas burocráticos y vacías de motivación profesional y
económica) de los médicos que trabajamos en la atención
primaria española.
La cirugía menor se define como el conjunto de proce-
dimientos en los que se aplican una serie de técnicas qui-
rúrgicas sencillas, de corta duración, que se realizan habi-
tualmente en los tejidos superficiales y/o accesibles, que
suelen precisar anestesia local y cuya realización conlleva
un bajo riesgo y mínimas complicaciones posquirúrgicas.
APRENDIZAJE Y CAPACITACIÓN
EN CIRUGÍA MENOR
El aprendizaje y la experiencia en estas técnicas de cirugía
deben ser elementos fundamentales para la formación
completa del médico de familia.
Dicha formación (en cirugía menor), una vez iniciada
en la facultad y perfeccionada en la especialidad de medi-
cina de familia, debería mantenerse mediante una forma-
ción continuada, basándose en criterios de competencia y
Cirugía menor y procedimientos en la consulta
del centro de salud
J.M. Arribas Blancoa, J.R. Castelló Fortetb, A. Sánchez Olasoc y N. Rodríguez Pataa
Grupo de Trabajo de Cirugía Menor en Medicina de Familia.
aMédico de Familia. Centro de Salud Universitario Cerro del Aire. Majadahonda. Unidad Docente de Medicina de Familia Madrid.
bCirugía Plástica y Reparadora. Hospital Universitario Puerta de Hierro Madrid. Reseach Fellow Institute of Reconstructive Plastic Surgery.
New York University. cCirugía Plástica y Reparadora. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid.
Correspondencia: Dr. J.M. Arribas Blanco.
Berlín, 4, Portal 2, 3.o B.
28224 Pozuelo de Alarcón. Madrid.
SEMERGEN 2001, 27: 362-375.
Tabla 1. Procedimientos “básicos” (se aprenderían en 5 a 10
intervenciones realizadas con monitorización experta)
Reparación de laceraciones y heridas
Drenaje y seguimiento correcto de abscesos cutáneos
Exéresis de lesiones benignas: nevos, dermatofibromas,
quistes epidérmicos, lipomas, etc.
Cirugía de la uña: paroniquia, uña encarnada, hematoma subungueal
Limpieza y desbridamiento de úlceras crónicas
Valoración y tratamiento de las quemaduras leves
Electrocirugía: angioma senil y estelar, hemostasia, acrocordones, etc.
Criocirugía: verrugas, molusco contagioso, queratosis seborreica,
queratosis actínica
Curetaje o biopsia por afeitado en lesiones superficiales benignas
Punch-biopsia
Trombectomía hemorroidal
Infiltraciones y artrocentesis de algunas articulaciones
Inmovilización con férulas y vendajes de algunas lesiones
traumatológicas
Extracción de cuerpos extraños en la piel, córnea o conjuntiva, oído,
fosas nasales, etc.
1O’Cathain JE, Brazier PC, Milner M, Fall M. Cost effectiveness of minor
surgery in general practice: a prospective comparison with hospital
practice. Br J Gen Pract 1992; 42: 13-17.
Lowy A Brazier I, Fall M, Thomas K, Jones N, Willians BT. Minor surgery
gy general practitioner under the 1990 contract: effects on hospital
workload. BMJ 1993; 307: 413-417.
Weddington WH, Gabel LL, Williams T. Surgical practice and perceived
training needs of selected Ohio family physicians. J Fam Pract 1986; 23:
247-252.
2Arribas JM, Gil ME, Sanz C, Morón I, Muñoz Quirós S, López A et al.
Efectividad de la cirugía menor dermatológica en la consulta del médico
de familia y satisfacción del paciente en relación con la cirugía
ambulatoria. Med Clin (Barc) 1996; 107: 772-775.
Arribas JM. Repercusiones de la cirugía sin ingreso en las consultas de
atención primaria [editorial]. FMC 1998; 5: 217-218.
Tárraga PJ, Marín E, García D, Celada A, Solera J, Cerdán M et al.
Impacto económico de la implantación de un programa de cirugía menor
en atención primaria. Aten Primaria 2001; 27: 335-338.
tema centralcirugía menor (I)
actualización profesional. Otros procedimientos “avanza-
dos” (tabla 2) requieren un mayor entrenamiento y mate-
rial quirúrgico específico, por lo que su realización en
atención primaria únicamente es posible si se garantizan
los medios y si se tiene la experiencia adecuada para su
puesta en práctica por el médico de familia. La capacita-
ción técnica deberá llevarse a cabo mediante formación
acreditada, rotaciones específicas monitorizadas, actualiza-
ciones frecuentes y buena relación y consenso con el resto
de los especialistas.
Pero la realización de estos procedimientos es, sobre to-
do, una actitud individual que ha de depender de que el
médico que los efectúe los sepa hacer bien. Más impor-
tantes que la cobertura legal e institucional son la buena
práctica clínica y la seguridad, junto con la prudencia, lo
que sustenta las bases conceptuales de la cirugía menor.
Así, el conocimiento y dominio de la técnica quirúrgica,
son imprescindibles para la realización de cirugía menor.
Pero también el diagnóstico prequirúrgico adecuado es
una premisa ineludible para garantizar la calidad de las ac-
tividades de cirugía menor, ya que dicho diagnóstico su-
pedita la elección de la técnica quirúrgica.
Cada lesión tiene un procedimiento quirúrgico conside-
rado como óptimo o de elección y otras alternativas váli-
das o contraindicadas. Existen determinados procedi-
mientos que destruyen el tejido sobre el que actúan, por lo
que no se dispondrá de pieza anatómica para su estudio
histológico; por ello, se evitarán si no hay un diagnóstico
de certeza previo a la cirugía. En caso de existir duda, hay
que solicitar colaboración y realizar una interconsulta con
otros especialistas (consultar textos recomendados).
LIMITACIONES
La topografía de las vías conductoras periféricas, funda-
mentalmente vasos y nervios nominados, define ciertos
puntos y enclaves anatómicos como zonas de riesgo de le-
sión quirúrgica o traumática. Cualquier estructura situada
por encima de la fascia profunda, principalmente aquellas
que discurren en el tejido celular subcutáneo o fascia su-
perficial, es susceptible de lesión en procedimientos qui-
rúrgicos superficiales y en cirugía menor.
Existen determinadas regiones anatómicas con una ma-
yor tendencia a la presentación de cicatrices patológicas.
Así, antes de extirpar una lesión en una de estas áreas, es im-
portante discutir con el paciente esta posibilidad, sobre to-
do en los casos en los que la extirpación obedezca a criterios
estéticos, no diagnósticos o terapéuticos. La región deltoidea
y el hombro, la región esternal y la región interescapular (so-
bre todo en personas de raza negra y en niños), son espe-
cialmente propensas a la aparición de queloides y cicatrices
hipertróficas. Por todo ello, en la realización de la cirugía
menor debe considerarse, para la práctica de una cirugía se-
gura, la ubicación de las estructuras anatómicas que definen
las zonas anatómicas de riesgo (tabla 3). Cuando un proce-
dimiento quirúrgico ha de sobrepasar la fascia profunda pa-
ra una correcta extirpación o cuando existe la posibilidad re-
al de lesión de una estructura anatómica importante, debe
considerarse la derivación de estos pacientes.
La realización de cualquier procedimiento quirúrgico,
por mínimo que sea, no está exento de riesgos. Se debe te-
ner siempre presente la posibilidad de aparición de com-
plicaciones durante la intervención y después de ésta.
Nunca se ha de garantizar una evolución satisfactoria de la
intervención quirúrgica que se va a realizar, puesto que los
resultados del tratamiento quirúrgico no son siempre pre-
decibles, y dependen de múltiples factores, no sólo res-
pecto a la habilidad del médico, sino también del propio
paciente. Por ello, debemos informar sobre el diagnóstico
de la lesión, la naturaleza y el propósito de la intervención
(diferenciar las intervenciones por motivos estéticos de las
J.M. Arribas Blanco et al.– Cirugía menor y procedimientos en la consulta del centro de salud
SEMERGEN 363
Tabla 2. Procedimientos “avanzados” (precisarían más
de 20 intervenciones realizadas con monitorización experta)
Esclerosis de varices
Vasectomía
Biopsia endometrial
Eliminación de gangliones
Punción aspiratoria con aguja fina (PAAF)
Marsupialización de quistes de Bartholino
Aspiración e inyección de agentes esclerosantes en el hidrocele
Polipectomía cervical
Drenaje pleural
Paracentesis abdominal
Nasolaringoscopia
Tabla 3. Zonas anatómicas de riesgo
Zona anatómica Riesgo de lesión o secuela
Región frontal externa Rama frontal del nervio facial
Región temporofrontal Arteria temporal superficial
Región supraciliar Rama frontal del nervio trigémino
Canto interno del ojo Aparato lagrimal y estética
Párpados Piel muy fina (retracción)
Preauricular Rama auriculotemporal del trigémino
Ramas temporales y cigomáticas del facial
Ramas temporales de arteria temporal
Retroauricular Nervio occipital menor y auricular mayor
Ángulo y rama mandibular Nervio facial y glándula parótida
Región occipital (nuca) Arteria occipital
Nervio occipital mayor y occipital menor
Oreja Cartílago auricular
Labios y mucosa oral Estética y funcionalidad
Cuello anterior superficial Vena yugular anterior y músculo pletisma
Cuello lateral superficial Vena yugular externa
Triángulo posterolatral Nervio espinal accesorio
del cuello
Fosa intraclavicular Vena cefálica
Axila superficial Nervio cutáneo braquial externo
Codo (región anterior) Venas cefálica y basílica
Nervio cutáneo antebraquial interno
Nervio cutáneo antebraquial externo
Muñeca, dorso superficial Nervio radial y cubital (ramas sensitivas)
Ingle superficial Vasos circunflejos iliacos superficiales
Vena safena interna
Zona posterior del maléolo Nervio sural
peroneo
Cuello del peroné Nervio ciático poplíteo externo
Borde medial de la pierna Vena safena interna
(Tomado con permiso de los autores y editores de Bonaplata A, Plaza C, Sánchez Ola-
so A, Arribas JM, Castello JR. Valoración de las zonas anatómicas de riesgo. En: Arri-
bas JM, editor. Cirugía menor y procedimientos en medicina de familia. Madrid: Jarp-
yo Editores, 2000; 180-197.)
que se van a efectuar por motivo diagnóstico-terapéutico),
los riesgos de la intervención quirúrgica y las posibles
complicaciones. La constatación de la información ade-
cuada lo constituye el consentimiento informado. Pero es
la buena práctica y la excelencia clínica basada en la lex ar-
tis la que se pondrá en “tela de juicio” cuando haya de-
nuncia y el juez deba actuar, es decir, este documento no
es una “patente de corso” para el médico; sobre todo es un
requisito administrativo de obligado cumplimiento.
Por ello, la buena práctica clínica, la prudencia y el sen-
tido común son mucho más importantes que la firma obli-
gatoria del consentimiento informado.
INFRAESTRUCTURA Y MATERIAL BÁSICO
PARA LA CIRUGÍA MENOR
La sala quirúrgica en el centro de salud y su mobiliario
Aunque en una consulta habitual de un centro de salud se
pueden realizar correctamente algunos procedimientos de
cirugía menor, es muy recomendable disponer de sala espe-
cífica para la cirugía menor (fig. 1) que disponga de espacio
adecuado (15-20 m2), bien ventilada y con una temperatu-
ra adecuada; y además, es imprescindible que esté limpia y
que tenga un lavabo (si es posible, con grifo monomando y
jabón con aplicador automático para lavarse las manos).
En el centro de la sala de cirugía menor habrá una ca-
milla articulada con elevación y descenso automáticos y
una silla que tenga ruedas y que no posea respaldo. Un
mobiliario importante es la mesa auxiliar que se emplea
para colocar el instrumento y material que se usará duran-
te el procedimiento quirúrgico y, sobre todo, es muy im-
portante disponer de una lámpara que proporcione una
iluminación adecuada, con una potencia lumínica de en-
tre 150 y 250 W, “de pie,” articulable, regulable en altura
y con ruedas. Es aconsejable tener otra lámpara que lleve
acoplada una lupa y un armario para almacenar el mate-
rial desechable y el instrumental quirúrgico. Asimismo, se
debe disponer de contenedores para material biocontami-
nado y de un sistema de eliminación en conformidad con
la legislación sanitaria vigente.
En ningún centro en que se realice cirugía menor debe
faltar equipo3 de resucitación cardiopulmonar.
Instrumental básico
El médico que realice cirugía menor debe tener un cono-
cimiento profundo sobre el instrumental quirúrgico, su
manejo y su mantenimiento. La calidad, el estado y el tipo
de instrumentos pueden afectar al resultado de una técni-
ca quirúrgica; y su elección debe basarse en criterios cien-
tíficos y no en apreciaciones subjetivas.
A continuación se describen de forma sintética, las ca-
racterísticas más importantes del instrumental básico re-
comendado en la cirugía menor (fig. 2) (consultar la bi-
bliografía para ampliar información):
Bisturí. Permite efectuar corte preciso sobre la piel y
otros tejidos y realizar disección no roma de los tejidos. Se
debe disponer de un mango del número 3 con hojas del
número 15 y 11. La hoja del bisturí se acopla sobre el
mango en una posición única, haciendo coincidir la guía
de la hoja con la del mango.
Portaagujas. Los portas tienen las hojas de las puntas es-
pecialmente diseñadas para tomar las agujas con precisión
y seguridad. La aguja se toma por una zona entre el tercio
medio y el posterior de ésta. Se debe disponer inexcusa-
blemente de un porta estándar pequeño o mediano (12 a
15 cm) con una punta capaz de manejar agujas de hasta
4/0; no son de gran utilidad los portaagujas largos. Es muy
importante no emplear el porta para manipular otros ma-
teriales que no sean la aguja o el hilo.
Tijeras. permiten realizar tanto cortes de tejidos y mate-
riales (suturas, vendajes, etc.) como la disección de los te-
jidos. Se debe disponer de unas tijeras de corte (de Mayo)
Volumen 27, Número 7, Julio/Agosto 2001
364 SEMERGEN
Figura 1. Sala específica para la cirugía menor y mobiliario adecuados (to-
mado de: Arribas JM. Cirugía Menor y Procedimientos en Medicina de Fami-
lia on line: curso de cirugía menor por internet dentro del portal: www.medi-
fusion.com. Madrid, 2001. Con permiso del autor).
Figura 2. Set de cirugía menor (bisturí n.o 15 y mango n.o 3, portaagujas pe-
queño, mosquitos curvos pequeños, pinzas de Adson con dientes y sin dien-
tes, tijeras de corte [Mayo] y de disección [Metzembaum], separador
de gancho).
3Imprescindible para cualquier intervención de cirugía menor, sobre todo
si se realiza con anestesia local.
Los requerimientos de material y medicación necesarios son: bolsa
autohinchable (Ambú), cánula de Guedel (tres tamaños), laringoscopio,
adrenalina (ampollas de 1 ml a 1: 1.000), atropina (ampollas de 1 ml/1
mg), diazepan (ampollas de 2 m/10 mg) y oxígeno con bolsa de
reservorio.
curvas de punta roma, de 14 cm de largo, y de unas tije-
ras de disección (de Metzembaum) curvas de punta roma,
de 11,5 cm de largo. En ningún caso se emplearán las ti-
jeras de disección para cortar materiales.
Pinzas de disección. Se emplean para sujetar, traccionar y
hacer presa en los tejidos o en materiales quirúrgicos co-
mo hilos de sutura. De los diferentes modelos existentes,
en cirugía menor se debe disponer de unas pinzas de Ad-
son con dientes, de 12 cm de largo para manejar la piel, y
de una pinza de Adson sin dientes para la retirada de pun-
tos; en su defecto, se emplearán unas pinzas de tipo es-
tándar pequeñas, con y sin dientes.
Es muy recomendable no manipular nunca la piel con
una pinza sin dientes.
Pinzas de hemostasia. De los diferentes modelos existen-
tes, en cirugía menor se debe disponer inexcusablemente
de 2 o 3 pinzas de mosquito curvas sin dientes de 12 cm.
Se emplearán para hacer tracción de los tejidos, para hacer
hemostasia y, en algunos casos, para hacer disección cuan-
do no dispongamos de unas tijeras pequeñas.
Separadores. Permiten exponer el campo quirúrgico,
mediante la separación o retracción de los bordes de la he-
rida. De los diferentes modelos existentes, en cirugía me-
nor se debe disponer de un separador, por lo menos, ide-
almente del tipo de doble uso, o Senn-Mueller. Una alter-
nativa barata consiste en doblar la punta de una aguja
intramuscular (21 G) como si fuese un gancho simple.
Un set de instrumental para realizar técnicas de ciru-
gía menor debe incluir:
– Un portaagujas estándar (Webster, Crile-Wood, He-
gar) de 14-16 cm.
– Dos pinzas de hemostasia mosquito curvas sin dientes.
– Unas pinzas de disección estándar de 14 cm, con
dientes, o una pinza de disección de Adson con dientes.
– Unas pinzas de disección estándar de 14 cm sin dien-
tes.
– Un mango de bisturí del número 3, con hojas dese-
chables del número 15.
– Unas tijeras de Mayo de 14 cm curvas o rectas con ter-
minación roma.
– Unas tijeras de Metzembaum de 14 cm curvas con ter-
minación roma.
– Opcionalmente: uno a dos separadores de doble uso
(Senn-Muller), una tijeras de disección rectas y un rotula-
dor estéril.
Otros materiales quirúrgicos:
– Punch-biopsy (instrumento para toma de biopsias en
sacabocados).
– Cureta o cucharilla (instrumento para raspar).
– Regla de medida esterilizable.
– Rotulador.
– Rasuradora.
– Paños de campo estériles fenestrados.
– Suero fisiológico, povidona yodada.
– Gafas protectoras.
– Recipientes de plástico (para envío de muestras a ana-
tomía patológica u otros laboratorios y específicos para ob-
jetos punzantes).
– Formaldehído en solución al 40%. Se debe diluir has-
ta el 10% para el envío de las muestras a anatomía patoló-
gica (todas las muestras extirpadas deben enviarse a dicho
servicio).
– Guantes de látex: estériles y no estériles.
Los instrumentos quirúrgicos son costosos y su funcio-
namiento óptimo es frágil. Con un cuidado apropiado, un
instrumento debe durar 10 años o más. Es natural que a la
larga los instrumentos se deterioren por el uso normal; sin
embargo, la mayor parte del daño obedece a una limpieza
y manejo incorrectos. Por otra parte, el instrumental debe
utilizarse siempre estéril, ya que los procedimientos que se
realizan en cirugía menor exigen la esterilización del ma-
terial. Los pasos que se deben realizar para el tratamiento
adecuado del material quirúrgico son:
1. Separar (utilizando guantes) los objetos punzantes o
cortantes de un solo uso y arrojarlos al contenedor de ma-
terial biocontaminado.
2. No depositar el instrumental en suero fisiológico, ya
que puede deteriorarse, ni dejar secar la materia orgánica
del instrumental después de su uso. Se depositará en so-
luciones desinfectantes (glutaraldehído fenolato, solución
desinfectante comercial [tetraborato sódico, glutaraldehí-
do] o solución de clorhexidina al 0,05%).
3. Esterilizar. El método más adecuado y recomendable
es en autoclave siguiendo las instrucciones y los controles
de calidad de dicho proceso.
Materiales de sutura
Disponemos de diferentes tipos de suturas: hilos, grapas,
suturas adhesivas y adhesivos tisulares. El empleo de un
determinado material de sutura o del tipo de aguja puede
significar una diferencia en el resultado quirúrgico. Así
pues, su elección debe estar basada en criterios científicos.
Hilos de sutura
Existen muchas clasificaciones según su naturaleza o com-
posición, pero la más útil es la clasificación por las caracte-
rísticas respecto de su eliminación por el organismo4. Así:
Suturas irreabsorbibles. No son degradadas por el orga-
nismo (o lo son muy lentamente). Se emplean en suturas
cutáneas que vayan a ser retiradas o para estructuras inter-
nas que deben mantener una tensión constante (tendones):
– Seda (Seda®, Mersilk®). Fácil manejo pero reacción
tisular importante.
J.M. Arribas Blanco et al.– Cirugía menor y procedimientos en la consulta del centro de salud
SEMERGEN 365
4Una sutura se considera absorbible si pierde la mayoría de su fuerza
tensil en 60 días cuando es colocada bajo la superficie cutánea, aunque
no implica que se haya reabsorbido completamente. Desaparecen
gradualmente del organismo por reabsorción biológica o hidrólisis;
provocan una reacción inflamatoria en el organismo. El tiempo de
soporte de estas suturas es aquel en el que la sutura mantiene unido al
tejido y el tiempo de reabsorción es aquel en que existe la sutura en los
tejidos; estos tiempos son diferentes en cada sutura.
– Nylon (poliamida) monofilamento (Ethilon®,
Nylon®) o multifilamento (Supramid®, Terilene®). Es más
cara y difícil de manejar que la seda: tiene más memoria y
precisa más nudos. La reacción tisular es mínima.
– Polipropileno: monofilamento (Prolene®, Surgile-
ne®). Muy suave y con mucha más memoria que el ante-
rior. Reacción tisular mínima.
Suturas absorbibles. Se emplean en suturas profundas o
no extraíbles.
– Catgut (submucosa intestinal de oveja o serosa intestinal
de vaca) sin tratar (Catgut simple®) o tratado con sales de cro-
mo para aumentar su resistencia (Catgut crómico®). Se usa-
ba hasta febrero de 2001 en sutura de mucosas (oral, lengua)
y ligaduras de pequeños vasos; sutura de planos profundos
(tejido subcutáneo). En la actualidad su comercialización ha
sido interrumpida en función del origen del producto.
– Poliglactín 910: material sintético trenzado revestido
(Vicryl®). Está indicado en suturas dérmicas, tejido celu-
lar subcutáneo, suturas profundas y ligaduras de pequeños
vasos. Vicryl rapid: sutura cutánea absorbible (niños pe-
queños, pacientes no colaboradores). Produce menor re-
acción tisular que el catgut.
– Ácido poliglicólico: material sintético trenzado (De-
xon®). Indicaciones: similares al Vicryl®.
Las características, tipos, configuración e indicaciones
se describen en la tabla 4. Un equipo básico de cirugía me-
nor debe disponer de suturas no reabsorbibles de calibres
2/0, 3/0, 4/0 y 5/0, y de suturas reabsorbibles de 3/0 y 4/0;
montados en agujas de sección triangular de 3/8 de cir-
cunferencia. Con estos calibres es posible realizar cual-
quier cirugía menor en cualquier región anatómica. En ni-
ños pequeños o sujetos poco colaboradores se puede em-
plear para el cierre cutáneo una sutura absorbible de
reabsorción rápida y buena tolerancia, como el Vicryl ra-
pid®, evitándonos la retirada de puntos (en la tabla 5 se in-
dican las recomendaciones de materiales de sutura según
la zona corporal).
Las agujas están diseñadas para llevar el hilo de sutura
a través de los tejidos produciendo el mínimo daño. Para
cirugía menor, nos interesan sólo las agujas curvas que se
manejan con el portaagujas y específicamente a las de sec-
ción triangulares (con un arco de circunferencia de 3/8 o
1/2), por atravesar con facilidad los tejidos de elevada re-
sistencia, como la piel o el tejido subcutáneo. Antes de
abrir un sobre de sutura es importante fijarnos en la infor-
mación que nos proporciona el sobre el tipo de hilo (nom-
bre comercial y composición), calibre (en ceros) y longitud
(en cm), del hilo, tamaño, forma (dibujado a tamaño na-
tural) y sección de la aguja (un triángulo para triangular y
un círculo para cónica) (fig. 3).
Grapas
Las grapas están disponibles en distintas anchuras (W: grapas
anchas, R: grapas normales), en grapadoras desechables pre-
cargadas. El empleo de grapas frente a las suturas convencio-
nales presenta ciertas ventajas, como la rapidez con la que se
realiza la sutura, la resistencia y la reacción tisular nula.
Están indicadas en heridas lineales en el cuero cabellu-
do, el tronco y las extremidades, y contraindicadas en la
cara, en las manos, la espalda o los pliegues. Las grapas se
mantienen el mismo tiempo que se mantendría una sutu-
ra convencional en esa región anatómica. La retirada de
grapas se realiza mediante un extractor de grapas que pro-
porciona el mismo distribuidor de las grapadoras.
Volumen 27, Número 7, Julio/Agosto 2001
366 SEMERGEN
Tabla 4. Materiales de suturas: características, tipos, configuración e indicaciones
Material de sutura Tipo Configuración Indicaciones en cirugía menor
Seda Irreabsorbible Multifilamento Suturas cutáneas y extraibles en general (incluyendo mucosa si se va a retirar)
Seda®,Mersilk®
Nylon
Ethilon®,Dermalon®,Nylon® Irreabsorbible Monofilamento Suturas cutáneas precisas, sutura tendinosa
Nylon
Supramid®, Terilene® Irreabsorbible Multifilamento Mismas indicaciones que la seda, aunque mejor tolerado
Polipropileno Irreabsorbible Monofilamento Sutura intradérmica
Prolene®, Surgilene®
Poliglactín Reabsorbible Multifilamento Sutura subcutánea, ligaduras
Vicryl® (60 días)
Ácido poliglicólico Reabsorbible Multifilamento Igual que el poliglactín
Dexon® (120 días)
Polidioxanona Reabsorbible Monofilamento Sutura subcutánea, especialmente si hay tensión
PDS II® (180 días)
(Tomado con permiso de los autores y editores de Castello JR, Arribas JM, Marín M. Suturas: hilos, agujas, grapas y suturas adhesivas. En: Arribas JM, editor. Cirugía menor y pro-
cedimientos en medicina de familia. Madrid: Jarpyo Editores, 2000; 11-21.)
Figura 3. Sobre de sutura con las características de hilo y de la aguja (calibre
del hilo (6/0), aguja (de 3/8 de circunferencia y de sección triangular ⌼), nom-
bre comercial (Seda), composición (seda trenzada) y de 75 mm de longitud).
tralateral se debe tensar la piel en dirección perpendicular
a la dirección de la incisión. El bisturí debe efectuar un
corte perpendicular a la piel (no biselado), excepto en zo-
nas pilosas (cuero cabelludo o cejas), donde ha de incli-
narse de manera paralela a la salida del pelo, para no le-
sionar los folículos.
La disección con bisturí se denomina cortante, en con-
traposición con la disección roma efectuada con un mos-
quito, con el borde externo de las tijeras.
Manejo de las tijeras
Se manejan introduciendo parte de las falanges distales
del pulgar y el cuarto dedo en las anillas, apoyando el se-
gundo sobre las ramas del instrumento. Para la disección
roma (emplear una tijera de Metzembaum), se introduce la
tijera con la punta cerrada, y a continuación se abre, sepa-
rando los tejidos entre planos más o menos anatómicos
(fig. 4). Para la disección cortante, se introduce la tijera
con la punta abierta y se cierra, cortando los tejidos.
Las maniobras de disección5 deben realizarse de forma
delicada y con una buena exposición del campo, nunca a
ciegas, para no de dañar estructuras importantes de ma-
nera irreversible; para ello, es fundamental conocer la ana-
tomía de la zona de la intervención.
Manejo del portaagujas
Al igual que otros instrumentos con anillas, el porta se ma-
neja introduciendo parcialmente las falanges distales del
pulgar y del cuarto dedo de la mano dominante en las ani-
llas, mientras que el índice se dirige hacia la punta (fig. 5).
J.M. Arribas Blanco et al.– Cirugía menor y procedimientos en la consulta del centro de salud
SEMERGEN 367
Tabla 5. Indicación de tipo de sutura y tiempo de permanencia de puntos
Región anatómica Sutura cutánea Sutura subcutánea* Retirada de puntos
Adultos Niños
Cuero cabelludo Grapas Vicryl® o Dexon® 3/0 7-9 6-8
Seda 2/0
Párpados Monofilamento 6/0 – 3-5 3-5
Seda 6/0
Orejas Monofilamento 4/0-5/0 – 4-5 3-5
Seda 4/0-5/0
Nariz Monofilamento 4/0 Vicryl® o Dexon® 4/0 4-6 3-5
Seda 4/0
Labios Monofilamento 4/0 Vicryl® o Dexon® 4/0 4-6 4-5
Seda 4/0
Frente/resto de la cara Monofilamento 4/0-5/0 Vicryl® o Dexon® 4/0 4-6 3-5
Cuello Seda 4/0-5/0
Tronco/abdomen Monofilamento 3/0-4/0 Vicryil® o Dexon® 3/0 7-12 7-9
Espalda Monofilamento 3/0-4/0 Vicryil® o Dexon® 3/0 12-14 11-13
Extremidad superior/mano Monofilamento 4/0 Vicryil® o Dexon® 3/0 8-10 7-9
Pulpejo Monofilamento 4/0 – 10-12 8-10
Extremidad inferior Monofilamento 3/0 Vicryil® o Dexon® 3/0 8-12 7-10
Grapas
Pie Monofilamento 4/0 Vicryil® o Dexon® 3/0 10-12 8-10
Pene Monofilamento 4/0 Vicryil® o Dexon® 3/0 7-10 6-8
Mucosa oral, nasal y lengua Vicryil® 3/0 – – –
*Cuando sea preciso.
(Tomado con permiso de los autores y editores de Castello JR, Arribas JM Marín M. Suturas: hilos, agujas, grapas y suturas adhesivas. En: Arribas JM, editor. Cirugía menor y pro-
cedimientos en medicina de familia. Madrid: Jarpyo Editores, 2000; 11-21.)
Suturas adhesivas
Son cintas de papel poroso adhesivo (en bolsa estéril) de
distintas anchuras y longitudes, capaz de aproximar los
bordes de una herida o incisión. Pueden cortarse al ta-
maño apropiado según la necesidad concreta y no es ne-
cesario anestesia local. Su aplicación es sencilla y no que-
dan “marcas” de puntos.
Su indicación es en heridas lineales y superficiales con
poca tensión (frente, barbilla, eminencia malar, tórax, su-
perficies no articulares de las extremidades y pulpejo de
los dedos), en heridas en pacientes ancianos cuya piel es
fina, frágil o las heridas con alto potencial de infección.
No se recomiendan en heridas con tensión, en las que
no puedan detenerse la hemorragia o las secreciones, en
el cuero cabelludo y en zonas pilosas, pliegues y superfi-
cies articulares.
MANIOBRAS QUIRÚRGICAS ELEMENTALES
Manejo del instrumental
La realización correcta de procedimientos de cirugía me-
nor exige conocer el manejo del instrumental quirúrgico.
La adquisición de hábitos erróneos puede derivar en un
mal procedimiento quirúrgico o en un mayor tiempo que
redunda en que los resultados finales no sean adecuados.
Manejo del bisturí
Se maneja con la mano dominante (parcialmente apoya-
da sobre la superficie de trabajo), como si fuese un lápiz,
lo que permite hacer cortes precisos. Con la mano con-
Al realizar la sutura, el porta debe describir un movi-
miento de pronosupinación para facilitar el paso de la
aguja a través de los tejidos. El ángulo de entrada de la
aguja sobre la piel debe ser de 90° para lograr una co-
rrecta eversión de los bordes de la herida. La mano no do-
minante sujeta la piel con una pinza de disección o un se-
parador, oponiéndose a la presión de la aguja para facili-
tar su entrada.
Manejo de las pinzas de disección
Usadas con la mano no dominante son el instrumento au-
xiliar más importante; permiten exponer los tejidos que
van a ser incididos, disecados o suturados, mientras la otra
mano utiliza el instrumento principal. Las pinzas se suje-
tan de manera similar a un lápiz, entre el primero, segun-
do y tercer dedos.
Manejo de las pinzas de hemostasia
Se introduce el pulgar y el cuarto dedo por las anillas,
mientras que el segundo dedo se dirige hacia la punta. Po-
seen diversos usos: hemostasia, tracción de tejidos, suje-
ción de materiales (torundas, paños quirúrgicos) y disec-
ción roma.
Volumen 27, Número 7, Julio/Agosto 2001
368 SEMERGEN
Figura 6. Diagramas de líneas de tensión de la piel en tronco y extremidades
(parte anterior y posterior [a]) y de la piel en región facial [b] (tomado de Arri-
bas JM. Cirugía menor y procedimientos en medicina de familia on line: curso
de cirugía menor por Internet dentro del portal: www.medifusion.com. Madrid,
2001. Con permiso del autor).
A
B
Figura 5. Modo correcto de tomar el portaagujas.
Figura 4. Disección con tijera (a) y con bisturí (b) (tomado de Arribas JM, edi-
tor. Cirugía menor y procedimientos en medicina de familia. Madrid: 2000.
Jarpyo Editores. Con permiso de autor).
A
B
5En cirugía menor, los planos de disección más frecuentes deben ser:
para la cara y el cuello, el correspondiente a la unión entre la dermis y el
tejido subcutáneo; para el cuero cabelludo, el plano subgaleal, y para el
tronco y las extremidades, el correspondiente a la unión entre la fascia
superficial y la profunda.
Manejo de los separadores
Si la cirugía se realiza con un ayudante, será éste el que use
los separadores; en caso contrario, es el propio cirujano el
que los maneja con la mano no dominante.
El corte y las incisiones en cirugía menor
Para planificar una incisión quirúrgica es preciso tener en
cuenta la anatomía de la zona que se va a intervenir, las lí-
neas de mínima tensión y la naturaleza de la lesión que se
va a tratar.
Las incisiones o escisiones quirúrgicas deben realizarse
de manera que resulten en una cicatriz adecuada, tanto
desde el punto de vista funcional como estético. Para ello,
es preciso orientarlas de manera paralela a las líneas de mí-
nima tensión (coinciden con las líneas de expresión facial
y con las líneas de relajación cutánea. Existen también dia-
gramas de las líneas de mínima tensión [fig. 6a y 6b] que
pueden consultarse para planear una incisión).
El diseño de las incisiones o escisiones, además, debe
realizarse teniendo en cuenta el tipo de lesión que se va a
tratar; así, para las biopsias escisionales, es necesario dejar
un margen adecuado (al menos 2 mm) de piel sana alre-
dedor de la lesión y en profundidad, en función de cada
lesión. Para las biopsias parciales o incisionales, la incisión
debe planearse de manera que incluya piel sana vecina.
Resulta útil pintar la incisión planeada, para no perder
las referencias tras colocar los paños quirúrgicos. Para ello,
pueden emplearse rotuladores esterilizados o se puede
pintar la incisión antes de realizar la antisepsia de la zona.
Maniobras de hemostasia
Permite no sólo el control de la hemorragia, sino que po-
sibilita al cirujano aclarar la visión de la anatomía quirúr-
gica. Existen diferentes tipos de hemostasia:
Presión externa
Constituyen el método de hemostasia más empleado en ci-
rugía menor, donde las incisiones o heridas no suelen afec-
tar a los vasos sanguíneos importantes. Constituyen tam-
bién un método provisional para detener una hemorragia
importante hasta que el paciente pueda ser trasladado.
– Presión digital. Se puede realizar aplicando directa-
mente el dedo o grasa.
– Taponamiento. Se emplea para lograr hemostasia y eli-
minar espacios muertos (p. ej., nariz) o para asegurar el
cierre de una herida desde la base hacia el exterior, (p. ej.,
en la cicatrización por segunda intención).
– Vendaje compresivo. En las extremidades, en el post-
operatorio inmediato, disminuye la acumulación de líqui-
do y la hemorragia.
– Torniquetes. No es un método de hemostasia per se,
pero proporciona un control temporal de la hemorragia,
permitiendo explorar la herida y disminuir el tiempo qui-
rúrgico. Se emplea sobre las extremidades y los dedos me-
diante distintos procedimientos: manguito de isquemia
(como alternativa, se puede emplear el manguito del es-
fignomanómetro), guante de goma o drenaje Penrose (su
aplicación en la base del dedo permite realizar interven-
ciones en un campo exangüe).
Pinzas de hemostasia (hemostato)
Tras identificar el vaso sangrante, se pinza con el extremo
de una pinza de hemostasia sin dientes (tipo mosquito),
observando que al hacerlo cesa la hemorragia (a veces pre-
cisa ligadura posterior). Los intentos de pinzar a ciegas un
vaso sangrante en el lecho de una herida abierta deben evi-
tarse a toda costa por el riesgo de lesionar estructuras im-
portantes (p. ej., nervios, tendones).
Ligaduras
Tras la identificación del vaso sangrante, se debe pinzar me-
diante una pinza de hemostasia, preferentemente curva. Se
pasa el hilo reabsorbible por debajo de la pinza y se anuda.
Electrocirugía (bisturí eléctrico)
Tras la identificación del vaso sangrante, se debe pin-
zar mediante una pinza de hemostasia; a continuación, se po-
ne en contacto el terminal del bisturí eléctrico con la pinza y
se presiona el botón de coagulación (azul) durante 1-2 s.
LA PREPARACIÓN ANTE LA CIRUGÍA MENOR
Preparación del cirujano
Vestuario
El vestuario que se utiliza en cirugía tiene como función el
aislamiento recíproco del paciente y del personal de quirófa-
no. En los procedimientos de cirugía menor se considera im-
prescindible el uso de mascarilla quirúrgica, bata y guantes
estériles. Las gafas u otras medidas de protección ocular se
recomiendan en caso de riesgo de salpicaduras por material
contaminado (abscesos) o en enfermos de riesgo potencial.
En todo procedimiento quirúrgico intervienen “ideal-
mente”, además del médico que realiza la intervención, un
ayudante de campo, cuya función es facilitar el procedi-
miento al cirujano (instrumentar, separar, cortar), y un
ayudante circulante (enfermera), que se encarga de prove-
er material necesario para realizar el procedimiento. Casi
nunca existe esta condición idónea en los centros de salud,
por lo que se hace precisa una buena planificación del ac-
to quirúrgico para disponer de antemano del material que
se pueda necesitar durante la intervención.
Lavado de manos
El médico debe realizar un lavado de manos y antebrazos
antes de cualquier procedimiento invasivo que requiera
esterilidad (lavado anatómico). Para un procedimiento co-
mo una cura, se pueden lavar las manos con una solución
jabonosa normal, sin necesidad de usar cepillo, frotando
correctamente todas las zonas de pliegues.
Colocación de los guantes
Los guantes quirúrgicos tienen una doble finalidad: defen-
der a los enfermos de los microorganismos del personal sa-
nitario y proteger al cirujano de infecciones del paciente.
J.M. Arribas Blanco et al.– Cirugía menor y procedimientos en la consulta del centro de salud
SEMERGEN 369
Se colocan después del lavado de manos; la parte talca-
da o interna se puede tocar con las manos y la parte no tal-
cada o externa sólo con los guantes (fig. 7).
Preoperatorio en la cirugía menor
En las intervenciones de cirugía menor básicas, en general,
no precisaremos estudios complementarios de preoperato-
rio. Sin embargo, realizaremos una serie de preguntas diri-
gidas para detectar:
– Reacciones adversas a anestésicos locales. Se pregunta-
rá por la existencia de problemas en aplicaciones previas de
anestésicos locales (dentista), así como de otros fármacos.
– Fármacos que pueden influir en el desarrollo de la ci-
rugía:
• Anticoagulantes. Es necesario modificar la pauta tal
como aparece en el siguiente cuadro:
Día-2. Suspender el Sintrom®. HBPM subcutánea.
Día-1. Suspender el Sintrom®. HBPM una dosis subcu-
tánea.
Día-0. Control del tiepmo de protrombina. Si el INR es-
tá entre 1 y 1,6 se podrá realizar la cirugía.
HBPM una dosis subcutánea.
Sintrom® (cantidad habitual) (la misma que antes de su
suspensión).
El paciente puede ser dado de alta (si estuviera ingresado).
Día +1. HBPM una dosis subcutánea.
Sintrom® tomará la cantidad habitual.
Día +2. HBPM una dosis subcutánea.
Sintrom® tomará la cantidad habitual.
Día +3. HBPM una dosis subcutánea.
Sintrom® tomará la cantidad habitual.
Día +4. Seguirá con Sintrom® a la dosis habitual.
Acudirá a revisión a la consulta para INR anticoagulan-
ción el día +10 (siete días después de la intervención).
HBPM: heparina de bajo peso molecular (Deltaparina-
Fragmin®, Boxol®-5000 U/0,2 ml, o Enoxaparina-Clexa-
ne®, Decipar®-40 mg/0,4 ml; 100 UI = 1 mg).
• Bloqueadores beta, neurolépticos y antidepresivos. En es-
tas pacientes, debería evitarse la utilización de adrenalina
asociada al anestésico local.
– Enfermedades cardíacas. Individualizaremos el uso de
pruebas complementarias y la valoración por el cardiólogo.
– En los pacientes portadores de marcapasos a deman-
da no hay que utilizar bisturí eléctrico.
– Discrasias sanguíneas. Tiempo de protrombina y tiempo
de tromboplastina parcial activada y recuento plaquetario
– Enfermedad vascular. La adrenalina está contraindica-
da en pacientes con vasculopatía periférica de origen arte-
rial al igual que en zonas acras.
– Diabetes mellitus. La cirugía menor puede repercutir
en el aumento de las necesidades de insulina y las compli-
caciones postoperatorias.
Preparación del campo quirúrgico
Antes de comenzar el acto quirúrgico, la región corporal del
paciente al que se va a intervenir debe estar en condiciones de
asepsia. Para ello se realizarán los siguientes procedimientos:
– Rasurado. Se aconseja hacerlo en los minutos previos
a la intervención. No es correcto rasurar las cejas por la
pérdida de la referencia anatómica
– Desinfección. Eliminar suciedad y cuerpos extraños y
después pincelar la zona con povidona yodada al 10% me-
diante círculos concéntricos del centro al exterior de la zo-
na que se va a intervenir.
– Pañeado. Se realiza siempre con los guantes estériles
para cubrir la zona.
PROCEDIMIENTOS BÁSICOS EN CIRUGÍA MENOR
Biopsias
El procedimiento de biopsia de piel permite obtener mues-
tras de tejido cutáneo para su estudio anatomopatológico;
además, en ocasiones, es un procedimiento terapéutico, ya
que elimina pequeñas lesiones de forma completa.
Curetaje
Es una técnica quirúrgica simple que consiste en “raspar”
o enuclear, mediante una cucharilla (fig. 8) diferentes tipos
de lesiones cutáneas superficiales, sobreelevadas o hiper-
queratósicas (verrugas, molusco contagioso, etc.). El estu-
dio anatomopatológico no es fiable.
Volumen 27, Número 7, Julio/Agosto 2001
370 SEMERGEN
Figura 7. Secuencia en la colocación de los guantes quirúrgicos.
A
B
Afeitado o escisión tangencial (shaving)
Consiste en realizar una sección (con bisturí del n.o 15)
paralela a la superficie cutánea de la lesión mediante un
corte tangencial. El sangrado suele ser mínimo, y no pre-
cisa sutura posterior, por lo que los resultados estéticos
son muy buenos.
Es útil para la extirpación de lesiones cutáneas benignas
superficiales, sobreelevadas (queratosis seborreicas, acro-
cordones, fibromas péndulos, etc.), o localizadas en las re-
giones de superficie convexa (pabellón auricular, nariz).
Procedimiento
Tras la desinfección de la zona y la anestesia, se realiza la
tensión de la piel que rodea la lesión, colocando la hoja del
bisturí de forma paralela a la superficie cutánea y seccio-
nando con movimiento tangencial bajo la lesión (fig. 9).
Posteriormente, se realiza la hemostasia mediante compre-
sión y la pieza extirpada se envía a anatomía patológica.
Biopsia incisional
Permite conseguir tejido en profundidad y un área que in-
cluya piel periférica sana que demuestre la transición de
un tejido a otro. Por tanto, es útil en la valoración de pro-
cesos que afecten al tejido subcutáneo y como estudio pre-
vio al tratamiento definitivo de las lesiones grandes.
Procedimiento
Tras la desinfección, la anestesia y el diseño del hueso, se
realiza una incisión hasta la hipodermis, incluyendo parte
de piel sana (fig. 10). Tras la hemostasia se sutura y se en-
vía la pieza a anatomía patológica.
Biopsia punch
Técnica que, por medio de un sacabocados (instrumento
que consta de mango y un extremo de corte circular de 2
a 8 mm de diámetro [fig. 11]), permite conseguir una
muestra de la piel que profundiza hasta la hipodermis.
Procedimiento
Tras la desinfección y la anestesia de la zona hasta la der-
mis profunda, el punch se aplica de forma perpendicular
con movimientos rotatorios hasta alcanzar el tejido subcu-
táneo. Tras la hemostasia se sutura y se envía la pieza a
anatomía patológica.
Escisión fusiforme
Es una técnica que permite no sólo un diagnóstico y trata-
miento simultáneos, sino también una sutura de cierre téc-
nicamente sencillo y con resultados cosméticos muy bue-
nos. Su diseño, en forma de huso, debe asumir un margen
de seguridad en la superficie y en la profundidad (todos
los planos de la piel) de la lesión.
Es un procedimiento idóneo para eliminar las lesiones
cutáneas.
Procedimiento
1. Diseño de la escisión: elipse que incluya la lesión, cuyo
eje mayor debe medir tres veces el diámetro transversal.
Ha de existir un margen entre la lesión y el borde cutáneo
de la incisión de al menos 2 mm (fig. 12). El eje mayor del
huso seguirá las líneas de tensión cutánea.
2. Preparación del campo quirúrgico: rasurado, limpie-
za y antisepsia.
3. Infiltración anestésica en sábana, abarcando todo el
borde de la incisión y el tejido que se va a disecar. En el di-
seño fusiforme está indicada de forma prioritaria la infil-
tración angular (fig. 13).
4. Incisión cutánea superficial a lo largo de todo el hu-
so que se va a extirpar, tensando la piel, que afecta a toda
la profundidad para evitar bordes irregulares, siguiendo la
línea pintada del diseño (fig. 14).
5. Escisión en bloque hasta la hipodermis. Hay que te-
ner cuidado al utilizar las tijeras para cortar por riesgo de
dañar estructuras “a ciegas” (fig 15).
J.M. Arribas Blanco et al.– Cirugía menor y procedimientos en la consulta del centro de salud
SEMERGEN 371
Figura 8. Curetaje. Figura 10. Biopsia incisional (tomado de Arribas JM, editor. Cirugía menor y
procedimientos en medicina de familia. Madrid: 2000. Jarpyo Editores. Con
permiso de autor).
Figura 9. Afeitado (shaving) (tomado de Arribas JM, editor. Cirugía menor y pro-
cedimientos en medicina de familia on line: curso de cirugía menor por intenet
dentro del portal: www.medifusion.com. Madrid, 2001. Con permiso de autor).
6. Hemostasia de la zona quirúrgica y, si fuese preciso,
se practicará disección subcutánea de todo el margen de la
herida: disección de la unión dermograsa para preparar
la herida quirúrgica, de forma óptima, para el cierre.
7. Sutura de la herida por planos. La sutura del plano
profundo se realiza con sutura reabsorbible, dando puntos
invertidos con nudo enterrado y la sutura superficial de la
epidermis con sutura no reabsorbible (elección de la sutu-
ra según zonas [v. anteriormente]). Es importante conse-
guir la eversión de los bordes de la herida. El número de
puntos dependerá de la tensión de la herida, el grosor del
hilo y el tipo de cierre (fig 16).
8. Limpieza de la zona y colocación de un apósito estéril.
9. Introducción de la pieza en formol para su envío a
anatomía patológica.
Extirpación de lesiones quísticas (quistes y lipomas)
Lipoma
Tumoración benigna de tejido graso, de localización muy
variable y que puede alcanzar gran tamaño. El motivo
principal para tratarlo suele ser estético y el único trata-
miento efectivo es la extirpación quirúrgica.
Quistes
También son lesiones benignas originadas a partir del epi-
telio epidérmico que se presentan como tumoraciones es-
féricas, elásticas y tensas que están adheridas íntimamente
a la piel, pero no a los planos profundos.
Vamos a referirnos fundamentalmente al quiste epidérmi-
co, cuya eliminación está justificada cuando se produce do-
Volumen 27, Número 7, Julio/Agosto 2001
372 SEMERGEN
Figura 11. Punch para biopsia en sacabocados (tomado de Arribas JM, edi-
tor. Cirugía menor y procedimientos en medicina de familia. Madrid: 2000.
Jarpyo Editores. Con permiso de autor).
Figura 12. Diseño correcto de la escisión fusiforme (tomado de Arribas JM.
editor. Cirugía menor y procedimientos en medicina de familia on line: curso
de cirugía menor por internet dentro del portal: www.medifusion.com. Ma-
drid, 2001. Con permiso de autor).
Figura 14. Incisión superficial (tomado de Arribas JM. Cirugía menor y proce-
dimientos en medicina de familia on line: curso de cirugía menor por internet
dentro del portal: www.medifusion.com. Madrid, 2001. Con permiso de autor).
Figura 15. Extirpación en bloque (tomado de Arribas JM, editor. Cirugía
menor y procedimientos en medicina de familia. Madrid: 2000. Jarpyo
Editores. Con permiso de autor).
Figura 13. Infiltración anestésica angular (tomado de Arribas JM,. Cirugía
menor y procedimientos en medicina de familia on line: curso de cirugía
menor por Internet dentro del portal: www.medifusion.com. Madrid, 2001.
Con permiso de autor).
lor (por inflamación o traumatismo) o por motivos estéticos.
El tratamiento consiste en la extirpación y la eliminación del
saco de revestimiento o cápsula, para evitar recidivas.
Tipos de procedimientos
Para el lipoma el procedimiento es la “extirpación en blo-
que” de la masa adiposa. No suele observarse cápsula, ya
que ésta es fina. Para los quistes epidérmicos se elegirá la
técnica idónea según el tamaño, la presencia de complica-
ciones y la localización.
Extirpación estándar habitual (para quistes de tamaño
mayores de 1 cm):
1. Diseño: se dibuja el borde de la lesión y un huso de
un tamaño menor que lesión y siguiendo las líneas de ten-
sión cutánea.
2. Desinfección, pañeado y preparación del campo.
3. Infiltración anestésica perilesional (fig. 17).
4. Incisión superficial, siguiendo el huso cutáneo sin da-
ñar la cápsula.
5. Escisión-disección de la cápsula en la zona superficial
con disección roma.
6. Despegamiento de la cápsula por las caras laterales
(fig. 18).
7. Disección de la zona profunda y extracción y envío a
anatomía patológica de la pieza completa.
8. Hemostasia cuidadosa del lecho y sutura por planos.
9. Vendaje compresivo para evitar la formación de he-
matomas o seroma.
Extirpación en bloque (de quistes o lipomas) (con margen
de seguridad para aquellos quistes que han sufrido repeti-
das supuraciones):
1. Se diseñará un huso en la zona apical, siguiendo la di-
rección de las líneas de tensión y después realizaremos la
desinfección y pañeado.
2. Infiltración anestésica perilesional.
3. Incisión de la piel sobre la tumoración de la zona su-
perficial y disección de la lesión con margen de seguridad
que incluye la cápsula (fig. 19).
4. Hemostasia y sutura por planos: el cierre de la inci-
sión se hará, según los casos, en uno o dos planos.
5. Vendaje compresivo para evitar la formación de he-
matomas o seroma.
SEGUIMIENTO DE LA CIRUGÍA MENOR
Una intervención de cirugía menor no termina hasta que la
cicatrización no se ha producido y tengamos los resultados
de anatomía patológica. En general, conviene proteger la
sutura en las primeras 24-48 h, mediante la colocación de
un apósito estéril. En ocasiones es necesario realizar un
vendaje compresivo o inmovilizar mediante una férula.
Transcurridas las primeras 48 h de la sutura, se ha de
efectuar una primera revisión; si la sutura evoluciona fa-
vorablemente, se puede dejar al descubierto la herida (se-
gún los casos); el paciente puede lavar la herida suturada
con agua y jabón. Si drena material purulento, habrá que
pensar en una infección de la herida y si el líquido que
aparece durante la compresión de la herida es serosangui-
nolento es posible que se trate de un seroma.
La periodicidad de las curas posteriores de la herida (has-
ta que el paciente acuda a retirar los puntos y a conocer el
informe histológico), se individualizará dependiendo del
J.M. Arribas Blanco et al.– Cirugía menor y procedimientos en la consulta del centro de salud
SEMERGEN 373
Figura 16. Sutura de la herida quirúrgica (tomado de Arribas JM. Cirugía
menor y procedimientos en medicina de familia on line: curso de cirugía
menor por Internet dentro del portal: www.medifusion.com. Madrid, 2001.
Con permiso de autor).
Figura 17. Infiltración anestésica perilesional en lesiones quísticas (tomado
de Arribas JM. Cirugía menor y procedimientos en medicina de familia on li-
ne: curso de cirugía menor por internet dentro del portal: www.medifu-
sion.com. Madrid, 2001. Con permiso de autor).
grado de contaminación de la herida, la localización, el tipo
de cicatrización, la presencia de drenaje, etc. En la tabla 6 se
exponen una serie de autocuidados para el paciente.
Analgesia-antibióticos
En general, el dolor es poco intenso y se controla con pa-
racetamol (no aspirina).
En casos de dolor agudo se valorará la herida para des-
cartar la presencia de complicaciones (hematoma, infección,
etc.). La administración de antibióticos tiene escaso valor a
la hora de prevenir la infección en procedimientos de ciru-
gía menor. Solamente se utilizarán (por vía oral y que cubra
Staphilococcus aureus) cuando hay alto riesgo de infección
postoperatoria o actuación sobre zonas contaminadas.
Retirada de sutura
Dependerá de varios factores, como la zona anatómica, el
espesor de la epidermis, el tipo de cierre y la tensión de la
herida (tabla 5).
A mayor tiempo de persistencia de la sutura, mayor
riesgo de reacción inflamatoria empeorando el resultado
estético; por otro lado, la retirada precoz puede favorecer
la reapertura o dehiscencia en las heridas.
La retirada de sutura se llevará a cabo previa limpieza de
la zona con povidona yodada y con técnica estéril. Se trac-
cionará del cabo, cortando entre el nudo y la piel, tirando
siempre hacia la herida
COMPLICACIONES POSTOPERATORIAS
Hematoma-seroma. Consiste en la aparición de una colec-
ción líquida bajo la sutura que se produce cuando se han
dejado cavidades o espacios muertos.
Para prevenir su formación, se realizará una correcta
hemostasia, sin dejar espacios y posteriormente con un
vendaje compresivo de la misma. Una vez se ha produci-
do, hay que drenar la colección líquida en curas diarias.
Infección. Se presenta como dolor, tumefacción, enroje-
cimiento de los bordes y supuración de material purulen-
to. El tratamiento consiste en retirar los puntos de sutura
necesarios, haciendo limpieza y desinfección diarios y de-
jando que la herida cierre por segunda intención; si es ne-
cesario, y se aplicará antibioterapia oral.
Dehiscencia de la sutura. Para prevenir esta complica-
ción, se realizará una técnica quirúrgica correcta, emple-
ando material de sutura adecuado y cierre por planos
(cuando esté indicado). Una vez producida, la cicatriza-
ción será por segunda intención, con el consiguiente mal
resultado estético.
Granuloma de sutura. Se previene utilizando material re-
absorbible sintético lo más fino posible y realizando pocos
nudos, profundos, y dejando cabos muy cortos.
Cicatriz hipertrófica y queloide. Son alteraciones de la ci-
catrización normal. Existe una predisposición individual,
por lo que es difícil prevenir y tratar.
CONTRAINDICACIONES DE LA CIRUGÍA MENOR
Aunque cada paciente de forma individual (junto con los
conocimientos y habilidades de cada médico) supone la
principal fuente de contraindicaciones específicas de cada
intervención quirúrgica, es conveniente a la hora de deci-
dir un acto quirúrgico, conocer las contraindicaciones ge-
nerales de la cirugía menor en los centros de salud. Son
las siguientes:
Volumen 27, Número 7, Julio/Agosto 2001
374 SEMERGEN
Tabla 6. Instrucciones al paciente para autocuidados tras la cirugía
1. Cuidados del vendaje
Deberá ser retirado en las primeras 24-48 h
Mantener limpio y seco. Si se ha mojado, retírelo y seque con
suavidad la herida y vuelva a colocar uno seco
(p. ej., con gasa estéril)
Cambiar el apósito cada dos días hasta la retirada de puntos,
a menos que se le indique otra cosa
2. Baños
Evitar baños o duchas en las primeras 24 h
A partir del segundo día podrá ducharse con agua y jabón y secar
la zona sin traccionar de la herida
Evitar la humedad durante períodos prolongados
Conviene no humedecer los puntos de suturas adhesivas
3. Signos de infección: los bordes de la herida pueden aparecer
ligeramente enrojecidos. Eso es normal
Si aparece alguno de los siguientes signos o síntomas, acuda
a su médico:
Bordes de la herida enrojecidos con extensión de más de 1 cm
del margen
Herida dolorosa y caliente
Supuración
Líneas rojas localizadas por encima de la herida, si se trata de una
extremidad
Fiebre o escalofríos
4. Hemorragias. Si la herida drena una colección sanguinolenta,
conviene presionar durante unos minutos. Si no cede, deberá acudir
a su médico
5. Revisión. Acudirá a revisión dentro de................................. días
6. Tensión y esfuerzos. Evite las actividades que puedan hacer que
su herida se abra durante la primera semana, así como realizar
ejercicios bruscos durante un mes
7. Exposición al sol. Evite su exposición durante 6 meses y utilice
cremas protectoras
(Tomado con permiso de los autores y editores de Gil ME, Arribas JM, Muñoz Quirós
S, Cuidados postquirúrgicos y complicaciones postoperatorias. En: Arribas JM (ed)
Cirugía Menor y Procedimientos en Medicina de Familia: Jarpyo editores. 131-141.)
Figura 18. Disección de la cápsula (tomado de Arribas JM, editor. Cirugía me-
nor y procedimientos en medicina de familia. Madrid: 2000. Jarpyo Editores.
Con permiso de autor).
– Lesiones malignas. Enviar a servicios correspon-
dientes.
– Zonas anatómicas de riesgo. Se han descrito en la
tabla 3.
– Alergia a los anestésicos locales. Enviar a servicios
correspondientes.
– Embarazo. Posponer la realización de la cirugía.
– Enfermedad intercurrente aguda o fallo orgánico
grave. Pospondremos la cirugía hasta su restablecimiento.
– Infección cutánea. Es conveniente no realizar ciru-
gía en zonas donde existe una infección cutánea próxima
a la zona a intervenir.
– Anticoagulación oral. Valorar de forma individuali-
zada (v. anteriormente).
– Dudas sobre las motivaciones del paciente. La falta
de aceptación razonable de los riesgos y complicaciones
quirúrgicas o las excesivas preocupaciones por el resulta-
do estético de la cicatriz.
– Alteraciones psicopatológicas y pacientes conflicti-
vos. Pacientes con alteraciones psiquiátricas (psicosis,
manía) y en pacientes poco colaboradores.
– Antecedentes de cicatrices hipertróficas y/o queloi-
des. No intervendremos.
– Vasculopatía periférica. Tener precaución en estos
pacientes por el riesgo de infección y necrosis (arteriopa-
tía, esclerodermia, diabetes mellitus, etc.).
Los pacientes VIH positivos asintomáticos no repre-
sentan una contraindicación para la realización de ciru-
gía menor si se adoptan medidas de precaución (doble
guante, mascarilla, gafas, protectores oculares). No obs-
tante, debemos tener presente que todo paciente es po-
tencialmente infeccioso; por tanto deberemos adoptar
unas medidas universales de precaución en todo pacien-
te susceptible de cirugía.
RECORDAR
– No realizar procedimientos de cirugía menor sin la
capacitación adecuada.
– Realizar siempre una valoración diagnóstica de las le-
siones y del propio paciente (preoperatorio) antes de la in-
tervención.
– No realizar intervenciones sin los medios materiales
correctos.
– Cuando se realicen corte de tejidos, no hay que cortar
a ciegas.
– Toda lesión extirpada debe enviarse al servicio de
anatomía patológica.
En definitiva: se debe hacer lo que se sepa hacer bien, y
no hay que tener dudas (razonables) sobre sus resultados
satisfactorios.
BIBLIOGRAFÍA GENERAL
Arndt K. Manual of dermatologic therapeutics. Boston: Little Brown,
1995.
Arribas JM. Cirugía menor y procedimientos de medicina de familia.
Madrid: Jarpyo editores, 2000.
Bull MJV, Gardiner P. Surgical Procedures in primary care. Oxford Uni-
versity Press, 1995.
Camacho F, De Lulanto F. Cirugía dermatológica. Madrid: Grupo Aula
Médica, 1995.
Fitzpatrick T, Jonson R, Wolf K, Suurmond D. Color atlas and sinopsis
of clinical dermatology. Nueva York: McGraw-Hill, 2001.
Irwin MN, Freedberg et al. Fitzpatrick’s dermatology in general medi-
cine (5.a ed.). Nueva York: McGraw-Hill, 1999.
Lask GP, Moy RL. Principles and techniques of cutaneous surgery. Mc-
Graw-Hill, 1996.
Pfenninger JL, Fowler GC. Procedures for primary care physicians. St
Louis: Mosby Year Book, Inc., 1994.
Roenigk R, Roenigk H. Dermatologic Surgery. Principles and Practice
(2.a ed.). Nueva York: Marcel Dekker, Inc., 1996.
Saxe N, Jessop S, Todd G. Handbook of dermatologic for primary care.
Southern Africa: Oxford University Press, 1997.
Vija K. Sodera. Minor surgery in practice. Cambridge University Press,
1994.
Material docente del Grupo de Trabajo de Cirugía Menor en Medicina
de Familia6
– Cirugía menor y procedimientos en medicina de familia on line: cur-
so de cirugía menor por internet dentro del portal: ww.medifu-
sion.com, Madrid 2001.
– Curso multimedia de simulación en cirugía menor SimCim2, en so-
porte CD-ROM desarrollado por software de medicina, http:
//www.softmed.com. Madrid, 1999.
– Curso básico de cirugía menor en medicina de familia. Grupo de Tra-
bajo de Cirugía Menor en Medicina de Familia. Madrid, 1997.
– Curso avanzado de cirugía menor en medicina de familia. Grupo de
Trabajo de Cirugía Menor en Medicina de Familia. Madrid, 1999.
– Multitalleres cirugía menor. Arribas JM et al. Grupo de Trabajo de
Cirugía Menor en Medicina de Familia. Madrid, 2001.
– Página Web: www.cirugiamenor.org
J.M. Arribas Blanco et al.– Cirugía menor y procedimientos en la consulta del centro de salud
SEMERGEN 375
Figura 19. Extracción completa con cápsula íntegra del quiste (tomado de
Arribas JM, editor. Cirugía menor y procedimientos en medicina de familia.
Madrid: 2000. Jarpyo Editores. Con permiso de autor).
6Fundado en 1995, el Grupo de Trabajo de Cirugía Menor en Medicina
de Familia se promueve para crear instrumentos y métodos de enseñanza
de las técnicas y procedimientos de cirugía menor, para los profesionales
que trabajan en la atención primaria. La filosofía de esta enseñanza es la
ausencia de tedio y el énfasis en las prácticas monitorizadas.
El grupo ha desarrollado diferentes actividades de orden científico, como
los cursos de cirugía menor (curso básico de cirugía menor, curso
avanzado de cirugía menor y multitalleres de cirugía menor) impartidos
en todas las regiones de España (6.500 alumnos) y diferentes trabajos
formativos en publicaciones, sistemas multimedia y por Internet.
Volumen 27, Número 7, Julio/Agosto 2001
376 SEMERGEN

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  • 1. 362 SEMERGEN En la consulta de atención primaria surgen con frecuencia problemas que requieren para su diagnóstico o tratamien- to la utilización de procedimientos y técnicas quirúrgicas básicas. Por ello, estos procedimientos (tabla 1) han de es- tar dentro del campo de conocimientos y competencias del médico de familia como una herramienta más para una práctica profesional de calidad. Desde hace décadas la cirugía menor y los diferentes procedimientos en la consulta del centro de salud se vie- nen realizando con buenos resultados de coste-efectividad en la atención primaria de países como los Estados Uni- dos, el Reino Unido, etc.1. En nuestro país en la segunda mitad de la década de los noventa (¡ya en el siglo pasado!) comenzó un enorme desarrollo de estas actividades ofre- ciendo también excelentes resultados de efectividad2, aun- que no sin grandes traspiés que afortunadamente, se han superado con el esfuerzo de todos. Hoy es una realidad que produce no sólo buenos resultados para los pacientes y para el sistema sanitario, sino un aporte de motivación y de “aire fresco” a las consultas (llenas de trabajo, de pro- blemas burocráticos y vacías de motivación profesional y económica) de los médicos que trabajamos en la atención primaria española. La cirugía menor se define como el conjunto de proce- dimientos en los que se aplican una serie de técnicas qui- rúrgicas sencillas, de corta duración, que se realizan habi- tualmente en los tejidos superficiales y/o accesibles, que suelen precisar anestesia local y cuya realización conlleva un bajo riesgo y mínimas complicaciones posquirúrgicas. APRENDIZAJE Y CAPACITACIÓN EN CIRUGÍA MENOR El aprendizaje y la experiencia en estas técnicas de cirugía deben ser elementos fundamentales para la formación completa del médico de familia. Dicha formación (en cirugía menor), una vez iniciada en la facultad y perfeccionada en la especialidad de medi- cina de familia, debería mantenerse mediante una forma- ción continuada, basándose en criterios de competencia y Cirugía menor y procedimientos en la consulta del centro de salud J.M. Arribas Blancoa, J.R. Castelló Fortetb, A. Sánchez Olasoc y N. Rodríguez Pataa Grupo de Trabajo de Cirugía Menor en Medicina de Familia. aMédico de Familia. Centro de Salud Universitario Cerro del Aire. Majadahonda. Unidad Docente de Medicina de Familia Madrid. bCirugía Plástica y Reparadora. Hospital Universitario Puerta de Hierro Madrid. Reseach Fellow Institute of Reconstructive Plastic Surgery. New York University. cCirugía Plástica y Reparadora. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid. Correspondencia: Dr. J.M. Arribas Blanco. Berlín, 4, Portal 2, 3.o B. 28224 Pozuelo de Alarcón. Madrid. SEMERGEN 2001, 27: 362-375. Tabla 1. Procedimientos “básicos” (se aprenderían en 5 a 10 intervenciones realizadas con monitorización experta) Reparación de laceraciones y heridas Drenaje y seguimiento correcto de abscesos cutáneos Exéresis de lesiones benignas: nevos, dermatofibromas, quistes epidérmicos, lipomas, etc. Cirugía de la uña: paroniquia, uña encarnada, hematoma subungueal Limpieza y desbridamiento de úlceras crónicas Valoración y tratamiento de las quemaduras leves Electrocirugía: angioma senil y estelar, hemostasia, acrocordones, etc. Criocirugía: verrugas, molusco contagioso, queratosis seborreica, queratosis actínica Curetaje o biopsia por afeitado en lesiones superficiales benignas Punch-biopsia Trombectomía hemorroidal Infiltraciones y artrocentesis de algunas articulaciones Inmovilización con férulas y vendajes de algunas lesiones traumatológicas Extracción de cuerpos extraños en la piel, córnea o conjuntiva, oído, fosas nasales, etc. 1O’Cathain JE, Brazier PC, Milner M, Fall M. Cost effectiveness of minor surgery in general practice: a prospective comparison with hospital practice. Br J Gen Pract 1992; 42: 13-17. Lowy A Brazier I, Fall M, Thomas K, Jones N, Willians BT. Minor surgery gy general practitioner under the 1990 contract: effects on hospital workload. BMJ 1993; 307: 413-417. Weddington WH, Gabel LL, Williams T. Surgical practice and perceived training needs of selected Ohio family physicians. J Fam Pract 1986; 23: 247-252. 2Arribas JM, Gil ME, Sanz C, Morón I, Muñoz Quirós S, López A et al. Efectividad de la cirugía menor dermatológica en la consulta del médico de familia y satisfacción del paciente en relación con la cirugía ambulatoria. Med Clin (Barc) 1996; 107: 772-775. Arribas JM. Repercusiones de la cirugía sin ingreso en las consultas de atención primaria [editorial]. FMC 1998; 5: 217-218. Tárraga PJ, Marín E, García D, Celada A, Solera J, Cerdán M et al. Impacto económico de la implantación de un programa de cirugía menor en atención primaria. Aten Primaria 2001; 27: 335-338. tema centralcirugía menor (I)
  • 2. actualización profesional. Otros procedimientos “avanza- dos” (tabla 2) requieren un mayor entrenamiento y mate- rial quirúrgico específico, por lo que su realización en atención primaria únicamente es posible si se garantizan los medios y si se tiene la experiencia adecuada para su puesta en práctica por el médico de familia. La capacita- ción técnica deberá llevarse a cabo mediante formación acreditada, rotaciones específicas monitorizadas, actualiza- ciones frecuentes y buena relación y consenso con el resto de los especialistas. Pero la realización de estos procedimientos es, sobre to- do, una actitud individual que ha de depender de que el médico que los efectúe los sepa hacer bien. Más impor- tantes que la cobertura legal e institucional son la buena práctica clínica y la seguridad, junto con la prudencia, lo que sustenta las bases conceptuales de la cirugía menor. Así, el conocimiento y dominio de la técnica quirúrgica, son imprescindibles para la realización de cirugía menor. Pero también el diagnóstico prequirúrgico adecuado es una premisa ineludible para garantizar la calidad de las ac- tividades de cirugía menor, ya que dicho diagnóstico su- pedita la elección de la técnica quirúrgica. Cada lesión tiene un procedimiento quirúrgico conside- rado como óptimo o de elección y otras alternativas váli- das o contraindicadas. Existen determinados procedi- mientos que destruyen el tejido sobre el que actúan, por lo que no se dispondrá de pieza anatómica para su estudio histológico; por ello, se evitarán si no hay un diagnóstico de certeza previo a la cirugía. En caso de existir duda, hay que solicitar colaboración y realizar una interconsulta con otros especialistas (consultar textos recomendados). LIMITACIONES La topografía de las vías conductoras periféricas, funda- mentalmente vasos y nervios nominados, define ciertos puntos y enclaves anatómicos como zonas de riesgo de le- sión quirúrgica o traumática. Cualquier estructura situada por encima de la fascia profunda, principalmente aquellas que discurren en el tejido celular subcutáneo o fascia su- perficial, es susceptible de lesión en procedimientos qui- rúrgicos superficiales y en cirugía menor. Existen determinadas regiones anatómicas con una ma- yor tendencia a la presentación de cicatrices patológicas. Así, antes de extirpar una lesión en una de estas áreas, es im- portante discutir con el paciente esta posibilidad, sobre to- do en los casos en los que la extirpación obedezca a criterios estéticos, no diagnósticos o terapéuticos. La región deltoidea y el hombro, la región esternal y la región interescapular (so- bre todo en personas de raza negra y en niños), son espe- cialmente propensas a la aparición de queloides y cicatrices hipertróficas. Por todo ello, en la realización de la cirugía menor debe considerarse, para la práctica de una cirugía se- gura, la ubicación de las estructuras anatómicas que definen las zonas anatómicas de riesgo (tabla 3). Cuando un proce- dimiento quirúrgico ha de sobrepasar la fascia profunda pa- ra una correcta extirpación o cuando existe la posibilidad re- al de lesión de una estructura anatómica importante, debe considerarse la derivación de estos pacientes. La realización de cualquier procedimiento quirúrgico, por mínimo que sea, no está exento de riesgos. Se debe te- ner siempre presente la posibilidad de aparición de com- plicaciones durante la intervención y después de ésta. Nunca se ha de garantizar una evolución satisfactoria de la intervención quirúrgica que se va a realizar, puesto que los resultados del tratamiento quirúrgico no son siempre pre- decibles, y dependen de múltiples factores, no sólo res- pecto a la habilidad del médico, sino también del propio paciente. Por ello, debemos informar sobre el diagnóstico de la lesión, la naturaleza y el propósito de la intervención (diferenciar las intervenciones por motivos estéticos de las J.M. Arribas Blanco et al.– Cirugía menor y procedimientos en la consulta del centro de salud SEMERGEN 363 Tabla 2. Procedimientos “avanzados” (precisarían más de 20 intervenciones realizadas con monitorización experta) Esclerosis de varices Vasectomía Biopsia endometrial Eliminación de gangliones Punción aspiratoria con aguja fina (PAAF) Marsupialización de quistes de Bartholino Aspiración e inyección de agentes esclerosantes en el hidrocele Polipectomía cervical Drenaje pleural Paracentesis abdominal Nasolaringoscopia Tabla 3. Zonas anatómicas de riesgo Zona anatómica Riesgo de lesión o secuela Región frontal externa Rama frontal del nervio facial Región temporofrontal Arteria temporal superficial Región supraciliar Rama frontal del nervio trigémino Canto interno del ojo Aparato lagrimal y estética Párpados Piel muy fina (retracción) Preauricular Rama auriculotemporal del trigémino Ramas temporales y cigomáticas del facial Ramas temporales de arteria temporal Retroauricular Nervio occipital menor y auricular mayor Ángulo y rama mandibular Nervio facial y glándula parótida Región occipital (nuca) Arteria occipital Nervio occipital mayor y occipital menor Oreja Cartílago auricular Labios y mucosa oral Estética y funcionalidad Cuello anterior superficial Vena yugular anterior y músculo pletisma Cuello lateral superficial Vena yugular externa Triángulo posterolatral Nervio espinal accesorio del cuello Fosa intraclavicular Vena cefálica Axila superficial Nervio cutáneo braquial externo Codo (región anterior) Venas cefálica y basílica Nervio cutáneo antebraquial interno Nervio cutáneo antebraquial externo Muñeca, dorso superficial Nervio radial y cubital (ramas sensitivas) Ingle superficial Vasos circunflejos iliacos superficiales Vena safena interna Zona posterior del maléolo Nervio sural peroneo Cuello del peroné Nervio ciático poplíteo externo Borde medial de la pierna Vena safena interna (Tomado con permiso de los autores y editores de Bonaplata A, Plaza C, Sánchez Ola- so A, Arribas JM, Castello JR. Valoración de las zonas anatómicas de riesgo. En: Arri- bas JM, editor. Cirugía menor y procedimientos en medicina de familia. Madrid: Jarp- yo Editores, 2000; 180-197.)
  • 3. que se van a efectuar por motivo diagnóstico-terapéutico), los riesgos de la intervención quirúrgica y las posibles complicaciones. La constatación de la información ade- cuada lo constituye el consentimiento informado. Pero es la buena práctica y la excelencia clínica basada en la lex ar- tis la que se pondrá en “tela de juicio” cuando haya de- nuncia y el juez deba actuar, es decir, este documento no es una “patente de corso” para el médico; sobre todo es un requisito administrativo de obligado cumplimiento. Por ello, la buena práctica clínica, la prudencia y el sen- tido común son mucho más importantes que la firma obli- gatoria del consentimiento informado. INFRAESTRUCTURA Y MATERIAL BÁSICO PARA LA CIRUGÍA MENOR La sala quirúrgica en el centro de salud y su mobiliario Aunque en una consulta habitual de un centro de salud se pueden realizar correctamente algunos procedimientos de cirugía menor, es muy recomendable disponer de sala espe- cífica para la cirugía menor (fig. 1) que disponga de espacio adecuado (15-20 m2), bien ventilada y con una temperatu- ra adecuada; y además, es imprescindible que esté limpia y que tenga un lavabo (si es posible, con grifo monomando y jabón con aplicador automático para lavarse las manos). En el centro de la sala de cirugía menor habrá una ca- milla articulada con elevación y descenso automáticos y una silla que tenga ruedas y que no posea respaldo. Un mobiliario importante es la mesa auxiliar que se emplea para colocar el instrumento y material que se usará duran- te el procedimiento quirúrgico y, sobre todo, es muy im- portante disponer de una lámpara que proporcione una iluminación adecuada, con una potencia lumínica de en- tre 150 y 250 W, “de pie,” articulable, regulable en altura y con ruedas. Es aconsejable tener otra lámpara que lleve acoplada una lupa y un armario para almacenar el mate- rial desechable y el instrumental quirúrgico. Asimismo, se debe disponer de contenedores para material biocontami- nado y de un sistema de eliminación en conformidad con la legislación sanitaria vigente. En ningún centro en que se realice cirugía menor debe faltar equipo3 de resucitación cardiopulmonar. Instrumental básico El médico que realice cirugía menor debe tener un cono- cimiento profundo sobre el instrumental quirúrgico, su manejo y su mantenimiento. La calidad, el estado y el tipo de instrumentos pueden afectar al resultado de una técni- ca quirúrgica; y su elección debe basarse en criterios cien- tíficos y no en apreciaciones subjetivas. A continuación se describen de forma sintética, las ca- racterísticas más importantes del instrumental básico re- comendado en la cirugía menor (fig. 2) (consultar la bi- bliografía para ampliar información): Bisturí. Permite efectuar corte preciso sobre la piel y otros tejidos y realizar disección no roma de los tejidos. Se debe disponer de un mango del número 3 con hojas del número 15 y 11. La hoja del bisturí se acopla sobre el mango en una posición única, haciendo coincidir la guía de la hoja con la del mango. Portaagujas. Los portas tienen las hojas de las puntas es- pecialmente diseñadas para tomar las agujas con precisión y seguridad. La aguja se toma por una zona entre el tercio medio y el posterior de ésta. Se debe disponer inexcusa- blemente de un porta estándar pequeño o mediano (12 a 15 cm) con una punta capaz de manejar agujas de hasta 4/0; no son de gran utilidad los portaagujas largos. Es muy importante no emplear el porta para manipular otros ma- teriales que no sean la aguja o el hilo. Tijeras. permiten realizar tanto cortes de tejidos y mate- riales (suturas, vendajes, etc.) como la disección de los te- jidos. Se debe disponer de unas tijeras de corte (de Mayo) Volumen 27, Número 7, Julio/Agosto 2001 364 SEMERGEN Figura 1. Sala específica para la cirugía menor y mobiliario adecuados (to- mado de: Arribas JM. Cirugía Menor y Procedimientos en Medicina de Fami- lia on line: curso de cirugía menor por internet dentro del portal: www.medi- fusion.com. Madrid, 2001. Con permiso del autor). Figura 2. Set de cirugía menor (bisturí n.o 15 y mango n.o 3, portaagujas pe- queño, mosquitos curvos pequeños, pinzas de Adson con dientes y sin dien- tes, tijeras de corte [Mayo] y de disección [Metzembaum], separador de gancho). 3Imprescindible para cualquier intervención de cirugía menor, sobre todo si se realiza con anestesia local. Los requerimientos de material y medicación necesarios son: bolsa autohinchable (Ambú), cánula de Guedel (tres tamaños), laringoscopio, adrenalina (ampollas de 1 ml a 1: 1.000), atropina (ampollas de 1 ml/1 mg), diazepan (ampollas de 2 m/10 mg) y oxígeno con bolsa de reservorio.
  • 4. curvas de punta roma, de 14 cm de largo, y de unas tije- ras de disección (de Metzembaum) curvas de punta roma, de 11,5 cm de largo. En ningún caso se emplearán las ti- jeras de disección para cortar materiales. Pinzas de disección. Se emplean para sujetar, traccionar y hacer presa en los tejidos o en materiales quirúrgicos co- mo hilos de sutura. De los diferentes modelos existentes, en cirugía menor se debe disponer de unas pinzas de Ad- son con dientes, de 12 cm de largo para manejar la piel, y de una pinza de Adson sin dientes para la retirada de pun- tos; en su defecto, se emplearán unas pinzas de tipo es- tándar pequeñas, con y sin dientes. Es muy recomendable no manipular nunca la piel con una pinza sin dientes. Pinzas de hemostasia. De los diferentes modelos existen- tes, en cirugía menor se debe disponer inexcusablemente de 2 o 3 pinzas de mosquito curvas sin dientes de 12 cm. Se emplearán para hacer tracción de los tejidos, para hacer hemostasia y, en algunos casos, para hacer disección cuan- do no dispongamos de unas tijeras pequeñas. Separadores. Permiten exponer el campo quirúrgico, mediante la separación o retracción de los bordes de la he- rida. De los diferentes modelos existentes, en cirugía me- nor se debe disponer de un separador, por lo menos, ide- almente del tipo de doble uso, o Senn-Mueller. Una alter- nativa barata consiste en doblar la punta de una aguja intramuscular (21 G) como si fuese un gancho simple. Un set de instrumental para realizar técnicas de ciru- gía menor debe incluir: – Un portaagujas estándar (Webster, Crile-Wood, He- gar) de 14-16 cm. – Dos pinzas de hemostasia mosquito curvas sin dientes. – Unas pinzas de disección estándar de 14 cm, con dientes, o una pinza de disección de Adson con dientes. – Unas pinzas de disección estándar de 14 cm sin dien- tes. – Un mango de bisturí del número 3, con hojas dese- chables del número 15. – Unas tijeras de Mayo de 14 cm curvas o rectas con ter- minación roma. – Unas tijeras de Metzembaum de 14 cm curvas con ter- minación roma. – Opcionalmente: uno a dos separadores de doble uso (Senn-Muller), una tijeras de disección rectas y un rotula- dor estéril. Otros materiales quirúrgicos: – Punch-biopsy (instrumento para toma de biopsias en sacabocados). – Cureta o cucharilla (instrumento para raspar). – Regla de medida esterilizable. – Rotulador. – Rasuradora. – Paños de campo estériles fenestrados. – Suero fisiológico, povidona yodada. – Gafas protectoras. – Recipientes de plástico (para envío de muestras a ana- tomía patológica u otros laboratorios y específicos para ob- jetos punzantes). – Formaldehído en solución al 40%. Se debe diluir has- ta el 10% para el envío de las muestras a anatomía patoló- gica (todas las muestras extirpadas deben enviarse a dicho servicio). – Guantes de látex: estériles y no estériles. Los instrumentos quirúrgicos son costosos y su funcio- namiento óptimo es frágil. Con un cuidado apropiado, un instrumento debe durar 10 años o más. Es natural que a la larga los instrumentos se deterioren por el uso normal; sin embargo, la mayor parte del daño obedece a una limpieza y manejo incorrectos. Por otra parte, el instrumental debe utilizarse siempre estéril, ya que los procedimientos que se realizan en cirugía menor exigen la esterilización del ma- terial. Los pasos que se deben realizar para el tratamiento adecuado del material quirúrgico son: 1. Separar (utilizando guantes) los objetos punzantes o cortantes de un solo uso y arrojarlos al contenedor de ma- terial biocontaminado. 2. No depositar el instrumental en suero fisiológico, ya que puede deteriorarse, ni dejar secar la materia orgánica del instrumental después de su uso. Se depositará en so- luciones desinfectantes (glutaraldehído fenolato, solución desinfectante comercial [tetraborato sódico, glutaraldehí- do] o solución de clorhexidina al 0,05%). 3. Esterilizar. El método más adecuado y recomendable es en autoclave siguiendo las instrucciones y los controles de calidad de dicho proceso. Materiales de sutura Disponemos de diferentes tipos de suturas: hilos, grapas, suturas adhesivas y adhesivos tisulares. El empleo de un determinado material de sutura o del tipo de aguja puede significar una diferencia en el resultado quirúrgico. Así pues, su elección debe estar basada en criterios científicos. Hilos de sutura Existen muchas clasificaciones según su naturaleza o com- posición, pero la más útil es la clasificación por las caracte- rísticas respecto de su eliminación por el organismo4. Así: Suturas irreabsorbibles. No son degradadas por el orga- nismo (o lo son muy lentamente). Se emplean en suturas cutáneas que vayan a ser retiradas o para estructuras inter- nas que deben mantener una tensión constante (tendones): – Seda (Seda®, Mersilk®). Fácil manejo pero reacción tisular importante. J.M. Arribas Blanco et al.– Cirugía menor y procedimientos en la consulta del centro de salud SEMERGEN 365 4Una sutura se considera absorbible si pierde la mayoría de su fuerza tensil en 60 días cuando es colocada bajo la superficie cutánea, aunque no implica que se haya reabsorbido completamente. Desaparecen gradualmente del organismo por reabsorción biológica o hidrólisis; provocan una reacción inflamatoria en el organismo. El tiempo de soporte de estas suturas es aquel en el que la sutura mantiene unido al tejido y el tiempo de reabsorción es aquel en que existe la sutura en los tejidos; estos tiempos son diferentes en cada sutura.
  • 5. – Nylon (poliamida) monofilamento (Ethilon®, Nylon®) o multifilamento (Supramid®, Terilene®). Es más cara y difícil de manejar que la seda: tiene más memoria y precisa más nudos. La reacción tisular es mínima. – Polipropileno: monofilamento (Prolene®, Surgile- ne®). Muy suave y con mucha más memoria que el ante- rior. Reacción tisular mínima. Suturas absorbibles. Se emplean en suturas profundas o no extraíbles. – Catgut (submucosa intestinal de oveja o serosa intestinal de vaca) sin tratar (Catgut simple®) o tratado con sales de cro- mo para aumentar su resistencia (Catgut crómico®). Se usa- ba hasta febrero de 2001 en sutura de mucosas (oral, lengua) y ligaduras de pequeños vasos; sutura de planos profundos (tejido subcutáneo). En la actualidad su comercialización ha sido interrumpida en función del origen del producto. – Poliglactín 910: material sintético trenzado revestido (Vicryl®). Está indicado en suturas dérmicas, tejido celu- lar subcutáneo, suturas profundas y ligaduras de pequeños vasos. Vicryl rapid: sutura cutánea absorbible (niños pe- queños, pacientes no colaboradores). Produce menor re- acción tisular que el catgut. – Ácido poliglicólico: material sintético trenzado (De- xon®). Indicaciones: similares al Vicryl®. Las características, tipos, configuración e indicaciones se describen en la tabla 4. Un equipo básico de cirugía me- nor debe disponer de suturas no reabsorbibles de calibres 2/0, 3/0, 4/0 y 5/0, y de suturas reabsorbibles de 3/0 y 4/0; montados en agujas de sección triangular de 3/8 de cir- cunferencia. Con estos calibres es posible realizar cual- quier cirugía menor en cualquier región anatómica. En ni- ños pequeños o sujetos poco colaboradores se puede em- plear para el cierre cutáneo una sutura absorbible de reabsorción rápida y buena tolerancia, como el Vicryl ra- pid®, evitándonos la retirada de puntos (en la tabla 5 se in- dican las recomendaciones de materiales de sutura según la zona corporal). Las agujas están diseñadas para llevar el hilo de sutura a través de los tejidos produciendo el mínimo daño. Para cirugía menor, nos interesan sólo las agujas curvas que se manejan con el portaagujas y específicamente a las de sec- ción triangulares (con un arco de circunferencia de 3/8 o 1/2), por atravesar con facilidad los tejidos de elevada re- sistencia, como la piel o el tejido subcutáneo. Antes de abrir un sobre de sutura es importante fijarnos en la infor- mación que nos proporciona el sobre el tipo de hilo (nom- bre comercial y composición), calibre (en ceros) y longitud (en cm), del hilo, tamaño, forma (dibujado a tamaño na- tural) y sección de la aguja (un triángulo para triangular y un círculo para cónica) (fig. 3). Grapas Las grapas están disponibles en distintas anchuras (W: grapas anchas, R: grapas normales), en grapadoras desechables pre- cargadas. El empleo de grapas frente a las suturas convencio- nales presenta ciertas ventajas, como la rapidez con la que se realiza la sutura, la resistencia y la reacción tisular nula. Están indicadas en heridas lineales en el cuero cabellu- do, el tronco y las extremidades, y contraindicadas en la cara, en las manos, la espalda o los pliegues. Las grapas se mantienen el mismo tiempo que se mantendría una sutu- ra convencional en esa región anatómica. La retirada de grapas se realiza mediante un extractor de grapas que pro- porciona el mismo distribuidor de las grapadoras. Volumen 27, Número 7, Julio/Agosto 2001 366 SEMERGEN Tabla 4. Materiales de suturas: características, tipos, configuración e indicaciones Material de sutura Tipo Configuración Indicaciones en cirugía menor Seda Irreabsorbible Multifilamento Suturas cutáneas y extraibles en general (incluyendo mucosa si se va a retirar) Seda®,Mersilk® Nylon Ethilon®,Dermalon®,Nylon® Irreabsorbible Monofilamento Suturas cutáneas precisas, sutura tendinosa Nylon Supramid®, Terilene® Irreabsorbible Multifilamento Mismas indicaciones que la seda, aunque mejor tolerado Polipropileno Irreabsorbible Monofilamento Sutura intradérmica Prolene®, Surgilene® Poliglactín Reabsorbible Multifilamento Sutura subcutánea, ligaduras Vicryl® (60 días) Ácido poliglicólico Reabsorbible Multifilamento Igual que el poliglactín Dexon® (120 días) Polidioxanona Reabsorbible Monofilamento Sutura subcutánea, especialmente si hay tensión PDS II® (180 días) (Tomado con permiso de los autores y editores de Castello JR, Arribas JM, Marín M. Suturas: hilos, agujas, grapas y suturas adhesivas. En: Arribas JM, editor. Cirugía menor y pro- cedimientos en medicina de familia. Madrid: Jarpyo Editores, 2000; 11-21.) Figura 3. Sobre de sutura con las características de hilo y de la aguja (calibre del hilo (6/0), aguja (de 3/8 de circunferencia y de sección triangular ⌼), nom- bre comercial (Seda), composición (seda trenzada) y de 75 mm de longitud).
  • 6. tralateral se debe tensar la piel en dirección perpendicular a la dirección de la incisión. El bisturí debe efectuar un corte perpendicular a la piel (no biselado), excepto en zo- nas pilosas (cuero cabelludo o cejas), donde ha de incli- narse de manera paralela a la salida del pelo, para no le- sionar los folículos. La disección con bisturí se denomina cortante, en con- traposición con la disección roma efectuada con un mos- quito, con el borde externo de las tijeras. Manejo de las tijeras Se manejan introduciendo parte de las falanges distales del pulgar y el cuarto dedo en las anillas, apoyando el se- gundo sobre las ramas del instrumento. Para la disección roma (emplear una tijera de Metzembaum), se introduce la tijera con la punta cerrada, y a continuación se abre, sepa- rando los tejidos entre planos más o menos anatómicos (fig. 4). Para la disección cortante, se introduce la tijera con la punta abierta y se cierra, cortando los tejidos. Las maniobras de disección5 deben realizarse de forma delicada y con una buena exposición del campo, nunca a ciegas, para no de dañar estructuras importantes de ma- nera irreversible; para ello, es fundamental conocer la ana- tomía de la zona de la intervención. Manejo del portaagujas Al igual que otros instrumentos con anillas, el porta se ma- neja introduciendo parcialmente las falanges distales del pulgar y del cuarto dedo de la mano dominante en las ani- llas, mientras que el índice se dirige hacia la punta (fig. 5). J.M. Arribas Blanco et al.– Cirugía menor y procedimientos en la consulta del centro de salud SEMERGEN 367 Tabla 5. Indicación de tipo de sutura y tiempo de permanencia de puntos Región anatómica Sutura cutánea Sutura subcutánea* Retirada de puntos Adultos Niños Cuero cabelludo Grapas Vicryl® o Dexon® 3/0 7-9 6-8 Seda 2/0 Párpados Monofilamento 6/0 – 3-5 3-5 Seda 6/0 Orejas Monofilamento 4/0-5/0 – 4-5 3-5 Seda 4/0-5/0 Nariz Monofilamento 4/0 Vicryl® o Dexon® 4/0 4-6 3-5 Seda 4/0 Labios Monofilamento 4/0 Vicryl® o Dexon® 4/0 4-6 4-5 Seda 4/0 Frente/resto de la cara Monofilamento 4/0-5/0 Vicryl® o Dexon® 4/0 4-6 3-5 Cuello Seda 4/0-5/0 Tronco/abdomen Monofilamento 3/0-4/0 Vicryil® o Dexon® 3/0 7-12 7-9 Espalda Monofilamento 3/0-4/0 Vicryil® o Dexon® 3/0 12-14 11-13 Extremidad superior/mano Monofilamento 4/0 Vicryil® o Dexon® 3/0 8-10 7-9 Pulpejo Monofilamento 4/0 – 10-12 8-10 Extremidad inferior Monofilamento 3/0 Vicryil® o Dexon® 3/0 8-12 7-10 Grapas Pie Monofilamento 4/0 Vicryil® o Dexon® 3/0 10-12 8-10 Pene Monofilamento 4/0 Vicryil® o Dexon® 3/0 7-10 6-8 Mucosa oral, nasal y lengua Vicryil® 3/0 – – – *Cuando sea preciso. (Tomado con permiso de los autores y editores de Castello JR, Arribas JM Marín M. Suturas: hilos, agujas, grapas y suturas adhesivas. En: Arribas JM, editor. Cirugía menor y pro- cedimientos en medicina de familia. Madrid: Jarpyo Editores, 2000; 11-21.) Suturas adhesivas Son cintas de papel poroso adhesivo (en bolsa estéril) de distintas anchuras y longitudes, capaz de aproximar los bordes de una herida o incisión. Pueden cortarse al ta- maño apropiado según la necesidad concreta y no es ne- cesario anestesia local. Su aplicación es sencilla y no que- dan “marcas” de puntos. Su indicación es en heridas lineales y superficiales con poca tensión (frente, barbilla, eminencia malar, tórax, su- perficies no articulares de las extremidades y pulpejo de los dedos), en heridas en pacientes ancianos cuya piel es fina, frágil o las heridas con alto potencial de infección. No se recomiendan en heridas con tensión, en las que no puedan detenerse la hemorragia o las secreciones, en el cuero cabelludo y en zonas pilosas, pliegues y superfi- cies articulares. MANIOBRAS QUIRÚRGICAS ELEMENTALES Manejo del instrumental La realización correcta de procedimientos de cirugía me- nor exige conocer el manejo del instrumental quirúrgico. La adquisición de hábitos erróneos puede derivar en un mal procedimiento quirúrgico o en un mayor tiempo que redunda en que los resultados finales no sean adecuados. Manejo del bisturí Se maneja con la mano dominante (parcialmente apoya- da sobre la superficie de trabajo), como si fuese un lápiz, lo que permite hacer cortes precisos. Con la mano con-
  • 7. Al realizar la sutura, el porta debe describir un movi- miento de pronosupinación para facilitar el paso de la aguja a través de los tejidos. El ángulo de entrada de la aguja sobre la piel debe ser de 90° para lograr una co- rrecta eversión de los bordes de la herida. La mano no do- minante sujeta la piel con una pinza de disección o un se- parador, oponiéndose a la presión de la aguja para facili- tar su entrada. Manejo de las pinzas de disección Usadas con la mano no dominante son el instrumento au- xiliar más importante; permiten exponer los tejidos que van a ser incididos, disecados o suturados, mientras la otra mano utiliza el instrumento principal. Las pinzas se suje- tan de manera similar a un lápiz, entre el primero, segun- do y tercer dedos. Manejo de las pinzas de hemostasia Se introduce el pulgar y el cuarto dedo por las anillas, mientras que el segundo dedo se dirige hacia la punta. Po- seen diversos usos: hemostasia, tracción de tejidos, suje- ción de materiales (torundas, paños quirúrgicos) y disec- ción roma. Volumen 27, Número 7, Julio/Agosto 2001 368 SEMERGEN Figura 6. Diagramas de líneas de tensión de la piel en tronco y extremidades (parte anterior y posterior [a]) y de la piel en región facial [b] (tomado de Arri- bas JM. Cirugía menor y procedimientos en medicina de familia on line: curso de cirugía menor por Internet dentro del portal: www.medifusion.com. Madrid, 2001. Con permiso del autor). A B Figura 5. Modo correcto de tomar el portaagujas. Figura 4. Disección con tijera (a) y con bisturí (b) (tomado de Arribas JM, edi- tor. Cirugía menor y procedimientos en medicina de familia. Madrid: 2000. Jarpyo Editores. Con permiso de autor). A B 5En cirugía menor, los planos de disección más frecuentes deben ser: para la cara y el cuello, el correspondiente a la unión entre la dermis y el tejido subcutáneo; para el cuero cabelludo, el plano subgaleal, y para el tronco y las extremidades, el correspondiente a la unión entre la fascia superficial y la profunda.
  • 8. Manejo de los separadores Si la cirugía se realiza con un ayudante, será éste el que use los separadores; en caso contrario, es el propio cirujano el que los maneja con la mano no dominante. El corte y las incisiones en cirugía menor Para planificar una incisión quirúrgica es preciso tener en cuenta la anatomía de la zona que se va a intervenir, las lí- neas de mínima tensión y la naturaleza de la lesión que se va a tratar. Las incisiones o escisiones quirúrgicas deben realizarse de manera que resulten en una cicatriz adecuada, tanto desde el punto de vista funcional como estético. Para ello, es preciso orientarlas de manera paralela a las líneas de mí- nima tensión (coinciden con las líneas de expresión facial y con las líneas de relajación cutánea. Existen también dia- gramas de las líneas de mínima tensión [fig. 6a y 6b] que pueden consultarse para planear una incisión). El diseño de las incisiones o escisiones, además, debe realizarse teniendo en cuenta el tipo de lesión que se va a tratar; así, para las biopsias escisionales, es necesario dejar un margen adecuado (al menos 2 mm) de piel sana alre- dedor de la lesión y en profundidad, en función de cada lesión. Para las biopsias parciales o incisionales, la incisión debe planearse de manera que incluya piel sana vecina. Resulta útil pintar la incisión planeada, para no perder las referencias tras colocar los paños quirúrgicos. Para ello, pueden emplearse rotuladores esterilizados o se puede pintar la incisión antes de realizar la antisepsia de la zona. Maniobras de hemostasia Permite no sólo el control de la hemorragia, sino que po- sibilita al cirujano aclarar la visión de la anatomía quirúr- gica. Existen diferentes tipos de hemostasia: Presión externa Constituyen el método de hemostasia más empleado en ci- rugía menor, donde las incisiones o heridas no suelen afec- tar a los vasos sanguíneos importantes. Constituyen tam- bién un método provisional para detener una hemorragia importante hasta que el paciente pueda ser trasladado. – Presión digital. Se puede realizar aplicando directa- mente el dedo o grasa. – Taponamiento. Se emplea para lograr hemostasia y eli- minar espacios muertos (p. ej., nariz) o para asegurar el cierre de una herida desde la base hacia el exterior, (p. ej., en la cicatrización por segunda intención). – Vendaje compresivo. En las extremidades, en el post- operatorio inmediato, disminuye la acumulación de líqui- do y la hemorragia. – Torniquetes. No es un método de hemostasia per se, pero proporciona un control temporal de la hemorragia, permitiendo explorar la herida y disminuir el tiempo qui- rúrgico. Se emplea sobre las extremidades y los dedos me- diante distintos procedimientos: manguito de isquemia (como alternativa, se puede emplear el manguito del es- fignomanómetro), guante de goma o drenaje Penrose (su aplicación en la base del dedo permite realizar interven- ciones en un campo exangüe). Pinzas de hemostasia (hemostato) Tras identificar el vaso sangrante, se pinza con el extremo de una pinza de hemostasia sin dientes (tipo mosquito), observando que al hacerlo cesa la hemorragia (a veces pre- cisa ligadura posterior). Los intentos de pinzar a ciegas un vaso sangrante en el lecho de una herida abierta deben evi- tarse a toda costa por el riesgo de lesionar estructuras im- portantes (p. ej., nervios, tendones). Ligaduras Tras la identificación del vaso sangrante, se debe pinzar me- diante una pinza de hemostasia, preferentemente curva. Se pasa el hilo reabsorbible por debajo de la pinza y se anuda. Electrocirugía (bisturí eléctrico) Tras la identificación del vaso sangrante, se debe pin- zar mediante una pinza de hemostasia; a continuación, se po- ne en contacto el terminal del bisturí eléctrico con la pinza y se presiona el botón de coagulación (azul) durante 1-2 s. LA PREPARACIÓN ANTE LA CIRUGÍA MENOR Preparación del cirujano Vestuario El vestuario que se utiliza en cirugía tiene como función el aislamiento recíproco del paciente y del personal de quirófa- no. En los procedimientos de cirugía menor se considera im- prescindible el uso de mascarilla quirúrgica, bata y guantes estériles. Las gafas u otras medidas de protección ocular se recomiendan en caso de riesgo de salpicaduras por material contaminado (abscesos) o en enfermos de riesgo potencial. En todo procedimiento quirúrgico intervienen “ideal- mente”, además del médico que realiza la intervención, un ayudante de campo, cuya función es facilitar el procedi- miento al cirujano (instrumentar, separar, cortar), y un ayudante circulante (enfermera), que se encarga de prove- er material necesario para realizar el procedimiento. Casi nunca existe esta condición idónea en los centros de salud, por lo que se hace precisa una buena planificación del ac- to quirúrgico para disponer de antemano del material que se pueda necesitar durante la intervención. Lavado de manos El médico debe realizar un lavado de manos y antebrazos antes de cualquier procedimiento invasivo que requiera esterilidad (lavado anatómico). Para un procedimiento co- mo una cura, se pueden lavar las manos con una solución jabonosa normal, sin necesidad de usar cepillo, frotando correctamente todas las zonas de pliegues. Colocación de los guantes Los guantes quirúrgicos tienen una doble finalidad: defen- der a los enfermos de los microorganismos del personal sa- nitario y proteger al cirujano de infecciones del paciente. J.M. Arribas Blanco et al.– Cirugía menor y procedimientos en la consulta del centro de salud SEMERGEN 369
  • 9. Se colocan después del lavado de manos; la parte talca- da o interna se puede tocar con las manos y la parte no tal- cada o externa sólo con los guantes (fig. 7). Preoperatorio en la cirugía menor En las intervenciones de cirugía menor básicas, en general, no precisaremos estudios complementarios de preoperato- rio. Sin embargo, realizaremos una serie de preguntas diri- gidas para detectar: – Reacciones adversas a anestésicos locales. Se pregunta- rá por la existencia de problemas en aplicaciones previas de anestésicos locales (dentista), así como de otros fármacos. – Fármacos que pueden influir en el desarrollo de la ci- rugía: • Anticoagulantes. Es necesario modificar la pauta tal como aparece en el siguiente cuadro: Día-2. Suspender el Sintrom®. HBPM subcutánea. Día-1. Suspender el Sintrom®. HBPM una dosis subcu- tánea. Día-0. Control del tiepmo de protrombina. Si el INR es- tá entre 1 y 1,6 se podrá realizar la cirugía. HBPM una dosis subcutánea. Sintrom® (cantidad habitual) (la misma que antes de su suspensión). El paciente puede ser dado de alta (si estuviera ingresado). Día +1. HBPM una dosis subcutánea. Sintrom® tomará la cantidad habitual. Día +2. HBPM una dosis subcutánea. Sintrom® tomará la cantidad habitual. Día +3. HBPM una dosis subcutánea. Sintrom® tomará la cantidad habitual. Día +4. Seguirá con Sintrom® a la dosis habitual. Acudirá a revisión a la consulta para INR anticoagulan- ción el día +10 (siete días después de la intervención). HBPM: heparina de bajo peso molecular (Deltaparina- Fragmin®, Boxol®-5000 U/0,2 ml, o Enoxaparina-Clexa- ne®, Decipar®-40 mg/0,4 ml; 100 UI = 1 mg). • Bloqueadores beta, neurolépticos y antidepresivos. En es- tas pacientes, debería evitarse la utilización de adrenalina asociada al anestésico local. – Enfermedades cardíacas. Individualizaremos el uso de pruebas complementarias y la valoración por el cardiólogo. – En los pacientes portadores de marcapasos a deman- da no hay que utilizar bisturí eléctrico. – Discrasias sanguíneas. Tiempo de protrombina y tiempo de tromboplastina parcial activada y recuento plaquetario – Enfermedad vascular. La adrenalina está contraindica- da en pacientes con vasculopatía periférica de origen arte- rial al igual que en zonas acras. – Diabetes mellitus. La cirugía menor puede repercutir en el aumento de las necesidades de insulina y las compli- caciones postoperatorias. Preparación del campo quirúrgico Antes de comenzar el acto quirúrgico, la región corporal del paciente al que se va a intervenir debe estar en condiciones de asepsia. Para ello se realizarán los siguientes procedimientos: – Rasurado. Se aconseja hacerlo en los minutos previos a la intervención. No es correcto rasurar las cejas por la pérdida de la referencia anatómica – Desinfección. Eliminar suciedad y cuerpos extraños y después pincelar la zona con povidona yodada al 10% me- diante círculos concéntricos del centro al exterior de la zo- na que se va a intervenir. – Pañeado. Se realiza siempre con los guantes estériles para cubrir la zona. PROCEDIMIENTOS BÁSICOS EN CIRUGÍA MENOR Biopsias El procedimiento de biopsia de piel permite obtener mues- tras de tejido cutáneo para su estudio anatomopatológico; además, en ocasiones, es un procedimiento terapéutico, ya que elimina pequeñas lesiones de forma completa. Curetaje Es una técnica quirúrgica simple que consiste en “raspar” o enuclear, mediante una cucharilla (fig. 8) diferentes tipos de lesiones cutáneas superficiales, sobreelevadas o hiper- queratósicas (verrugas, molusco contagioso, etc.). El estu- dio anatomopatológico no es fiable. Volumen 27, Número 7, Julio/Agosto 2001 370 SEMERGEN Figura 7. Secuencia en la colocación de los guantes quirúrgicos. A B
  • 10. Afeitado o escisión tangencial (shaving) Consiste en realizar una sección (con bisturí del n.o 15) paralela a la superficie cutánea de la lesión mediante un corte tangencial. El sangrado suele ser mínimo, y no pre- cisa sutura posterior, por lo que los resultados estéticos son muy buenos. Es útil para la extirpación de lesiones cutáneas benignas superficiales, sobreelevadas (queratosis seborreicas, acro- cordones, fibromas péndulos, etc.), o localizadas en las re- giones de superficie convexa (pabellón auricular, nariz). Procedimiento Tras la desinfección de la zona y la anestesia, se realiza la tensión de la piel que rodea la lesión, colocando la hoja del bisturí de forma paralela a la superficie cutánea y seccio- nando con movimiento tangencial bajo la lesión (fig. 9). Posteriormente, se realiza la hemostasia mediante compre- sión y la pieza extirpada se envía a anatomía patológica. Biopsia incisional Permite conseguir tejido en profundidad y un área que in- cluya piel periférica sana que demuestre la transición de un tejido a otro. Por tanto, es útil en la valoración de pro- cesos que afecten al tejido subcutáneo y como estudio pre- vio al tratamiento definitivo de las lesiones grandes. Procedimiento Tras la desinfección, la anestesia y el diseño del hueso, se realiza una incisión hasta la hipodermis, incluyendo parte de piel sana (fig. 10). Tras la hemostasia se sutura y se en- vía la pieza a anatomía patológica. Biopsia punch Técnica que, por medio de un sacabocados (instrumento que consta de mango y un extremo de corte circular de 2 a 8 mm de diámetro [fig. 11]), permite conseguir una muestra de la piel que profundiza hasta la hipodermis. Procedimiento Tras la desinfección y la anestesia de la zona hasta la der- mis profunda, el punch se aplica de forma perpendicular con movimientos rotatorios hasta alcanzar el tejido subcu- táneo. Tras la hemostasia se sutura y se envía la pieza a anatomía patológica. Escisión fusiforme Es una técnica que permite no sólo un diagnóstico y trata- miento simultáneos, sino también una sutura de cierre téc- nicamente sencillo y con resultados cosméticos muy bue- nos. Su diseño, en forma de huso, debe asumir un margen de seguridad en la superficie y en la profundidad (todos los planos de la piel) de la lesión. Es un procedimiento idóneo para eliminar las lesiones cutáneas. Procedimiento 1. Diseño de la escisión: elipse que incluya la lesión, cuyo eje mayor debe medir tres veces el diámetro transversal. Ha de existir un margen entre la lesión y el borde cutáneo de la incisión de al menos 2 mm (fig. 12). El eje mayor del huso seguirá las líneas de tensión cutánea. 2. Preparación del campo quirúrgico: rasurado, limpie- za y antisepsia. 3. Infiltración anestésica en sábana, abarcando todo el borde de la incisión y el tejido que se va a disecar. En el di- seño fusiforme está indicada de forma prioritaria la infil- tración angular (fig. 13). 4. Incisión cutánea superficial a lo largo de todo el hu- so que se va a extirpar, tensando la piel, que afecta a toda la profundidad para evitar bordes irregulares, siguiendo la línea pintada del diseño (fig. 14). 5. Escisión en bloque hasta la hipodermis. Hay que te- ner cuidado al utilizar las tijeras para cortar por riesgo de dañar estructuras “a ciegas” (fig 15). J.M. Arribas Blanco et al.– Cirugía menor y procedimientos en la consulta del centro de salud SEMERGEN 371 Figura 8. Curetaje. Figura 10. Biopsia incisional (tomado de Arribas JM, editor. Cirugía menor y procedimientos en medicina de familia. Madrid: 2000. Jarpyo Editores. Con permiso de autor). Figura 9. Afeitado (shaving) (tomado de Arribas JM, editor. Cirugía menor y pro- cedimientos en medicina de familia on line: curso de cirugía menor por intenet dentro del portal: www.medifusion.com. Madrid, 2001. Con permiso de autor).
  • 11. 6. Hemostasia de la zona quirúrgica y, si fuese preciso, se practicará disección subcutánea de todo el margen de la herida: disección de la unión dermograsa para preparar la herida quirúrgica, de forma óptima, para el cierre. 7. Sutura de la herida por planos. La sutura del plano profundo se realiza con sutura reabsorbible, dando puntos invertidos con nudo enterrado y la sutura superficial de la epidermis con sutura no reabsorbible (elección de la sutu- ra según zonas [v. anteriormente]). Es importante conse- guir la eversión de los bordes de la herida. El número de puntos dependerá de la tensión de la herida, el grosor del hilo y el tipo de cierre (fig 16). 8. Limpieza de la zona y colocación de un apósito estéril. 9. Introducción de la pieza en formol para su envío a anatomía patológica. Extirpación de lesiones quísticas (quistes y lipomas) Lipoma Tumoración benigna de tejido graso, de localización muy variable y que puede alcanzar gran tamaño. El motivo principal para tratarlo suele ser estético y el único trata- miento efectivo es la extirpación quirúrgica. Quistes También son lesiones benignas originadas a partir del epi- telio epidérmico que se presentan como tumoraciones es- féricas, elásticas y tensas que están adheridas íntimamente a la piel, pero no a los planos profundos. Vamos a referirnos fundamentalmente al quiste epidérmi- co, cuya eliminación está justificada cuando se produce do- Volumen 27, Número 7, Julio/Agosto 2001 372 SEMERGEN Figura 11. Punch para biopsia en sacabocados (tomado de Arribas JM, edi- tor. Cirugía menor y procedimientos en medicina de familia. Madrid: 2000. Jarpyo Editores. Con permiso de autor). Figura 12. Diseño correcto de la escisión fusiforme (tomado de Arribas JM. editor. Cirugía menor y procedimientos en medicina de familia on line: curso de cirugía menor por internet dentro del portal: www.medifusion.com. Ma- drid, 2001. Con permiso de autor). Figura 14. Incisión superficial (tomado de Arribas JM. Cirugía menor y proce- dimientos en medicina de familia on line: curso de cirugía menor por internet dentro del portal: www.medifusion.com. Madrid, 2001. Con permiso de autor). Figura 15. Extirpación en bloque (tomado de Arribas JM, editor. Cirugía menor y procedimientos en medicina de familia. Madrid: 2000. Jarpyo Editores. Con permiso de autor). Figura 13. Infiltración anestésica angular (tomado de Arribas JM,. Cirugía menor y procedimientos en medicina de familia on line: curso de cirugía menor por Internet dentro del portal: www.medifusion.com. Madrid, 2001. Con permiso de autor).
  • 12. lor (por inflamación o traumatismo) o por motivos estéticos. El tratamiento consiste en la extirpación y la eliminación del saco de revestimiento o cápsula, para evitar recidivas. Tipos de procedimientos Para el lipoma el procedimiento es la “extirpación en blo- que” de la masa adiposa. No suele observarse cápsula, ya que ésta es fina. Para los quistes epidérmicos se elegirá la técnica idónea según el tamaño, la presencia de complica- ciones y la localización. Extirpación estándar habitual (para quistes de tamaño mayores de 1 cm): 1. Diseño: se dibuja el borde de la lesión y un huso de un tamaño menor que lesión y siguiendo las líneas de ten- sión cutánea. 2. Desinfección, pañeado y preparación del campo. 3. Infiltración anestésica perilesional (fig. 17). 4. Incisión superficial, siguiendo el huso cutáneo sin da- ñar la cápsula. 5. Escisión-disección de la cápsula en la zona superficial con disección roma. 6. Despegamiento de la cápsula por las caras laterales (fig. 18). 7. Disección de la zona profunda y extracción y envío a anatomía patológica de la pieza completa. 8. Hemostasia cuidadosa del lecho y sutura por planos. 9. Vendaje compresivo para evitar la formación de he- matomas o seroma. Extirpación en bloque (de quistes o lipomas) (con margen de seguridad para aquellos quistes que han sufrido repeti- das supuraciones): 1. Se diseñará un huso en la zona apical, siguiendo la di- rección de las líneas de tensión y después realizaremos la desinfección y pañeado. 2. Infiltración anestésica perilesional. 3. Incisión de la piel sobre la tumoración de la zona su- perficial y disección de la lesión con margen de seguridad que incluye la cápsula (fig. 19). 4. Hemostasia y sutura por planos: el cierre de la inci- sión se hará, según los casos, en uno o dos planos. 5. Vendaje compresivo para evitar la formación de he- matomas o seroma. SEGUIMIENTO DE LA CIRUGÍA MENOR Una intervención de cirugía menor no termina hasta que la cicatrización no se ha producido y tengamos los resultados de anatomía patológica. En general, conviene proteger la sutura en las primeras 24-48 h, mediante la colocación de un apósito estéril. En ocasiones es necesario realizar un vendaje compresivo o inmovilizar mediante una férula. Transcurridas las primeras 48 h de la sutura, se ha de efectuar una primera revisión; si la sutura evoluciona fa- vorablemente, se puede dejar al descubierto la herida (se- gún los casos); el paciente puede lavar la herida suturada con agua y jabón. Si drena material purulento, habrá que pensar en una infección de la herida y si el líquido que aparece durante la compresión de la herida es serosangui- nolento es posible que se trate de un seroma. La periodicidad de las curas posteriores de la herida (has- ta que el paciente acuda a retirar los puntos y a conocer el informe histológico), se individualizará dependiendo del J.M. Arribas Blanco et al.– Cirugía menor y procedimientos en la consulta del centro de salud SEMERGEN 373 Figura 16. Sutura de la herida quirúrgica (tomado de Arribas JM. Cirugía menor y procedimientos en medicina de familia on line: curso de cirugía menor por Internet dentro del portal: www.medifusion.com. Madrid, 2001. Con permiso de autor). Figura 17. Infiltración anestésica perilesional en lesiones quísticas (tomado de Arribas JM. Cirugía menor y procedimientos en medicina de familia on li- ne: curso de cirugía menor por internet dentro del portal: www.medifu- sion.com. Madrid, 2001. Con permiso de autor).
  • 13. grado de contaminación de la herida, la localización, el tipo de cicatrización, la presencia de drenaje, etc. En la tabla 6 se exponen una serie de autocuidados para el paciente. Analgesia-antibióticos En general, el dolor es poco intenso y se controla con pa- racetamol (no aspirina). En casos de dolor agudo se valorará la herida para des- cartar la presencia de complicaciones (hematoma, infección, etc.). La administración de antibióticos tiene escaso valor a la hora de prevenir la infección en procedimientos de ciru- gía menor. Solamente se utilizarán (por vía oral y que cubra Staphilococcus aureus) cuando hay alto riesgo de infección postoperatoria o actuación sobre zonas contaminadas. Retirada de sutura Dependerá de varios factores, como la zona anatómica, el espesor de la epidermis, el tipo de cierre y la tensión de la herida (tabla 5). A mayor tiempo de persistencia de la sutura, mayor riesgo de reacción inflamatoria empeorando el resultado estético; por otro lado, la retirada precoz puede favorecer la reapertura o dehiscencia en las heridas. La retirada de sutura se llevará a cabo previa limpieza de la zona con povidona yodada y con técnica estéril. Se trac- cionará del cabo, cortando entre el nudo y la piel, tirando siempre hacia la herida COMPLICACIONES POSTOPERATORIAS Hematoma-seroma. Consiste en la aparición de una colec- ción líquida bajo la sutura que se produce cuando se han dejado cavidades o espacios muertos. Para prevenir su formación, se realizará una correcta hemostasia, sin dejar espacios y posteriormente con un vendaje compresivo de la misma. Una vez se ha produci- do, hay que drenar la colección líquida en curas diarias. Infección. Se presenta como dolor, tumefacción, enroje- cimiento de los bordes y supuración de material purulen- to. El tratamiento consiste en retirar los puntos de sutura necesarios, haciendo limpieza y desinfección diarios y de- jando que la herida cierre por segunda intención; si es ne- cesario, y se aplicará antibioterapia oral. Dehiscencia de la sutura. Para prevenir esta complica- ción, se realizará una técnica quirúrgica correcta, emple- ando material de sutura adecuado y cierre por planos (cuando esté indicado). Una vez producida, la cicatriza- ción será por segunda intención, con el consiguiente mal resultado estético. Granuloma de sutura. Se previene utilizando material re- absorbible sintético lo más fino posible y realizando pocos nudos, profundos, y dejando cabos muy cortos. Cicatriz hipertrófica y queloide. Son alteraciones de la ci- catrización normal. Existe una predisposición individual, por lo que es difícil prevenir y tratar. CONTRAINDICACIONES DE LA CIRUGÍA MENOR Aunque cada paciente de forma individual (junto con los conocimientos y habilidades de cada médico) supone la principal fuente de contraindicaciones específicas de cada intervención quirúrgica, es conveniente a la hora de deci- dir un acto quirúrgico, conocer las contraindicaciones ge- nerales de la cirugía menor en los centros de salud. Son las siguientes: Volumen 27, Número 7, Julio/Agosto 2001 374 SEMERGEN Tabla 6. Instrucciones al paciente para autocuidados tras la cirugía 1. Cuidados del vendaje Deberá ser retirado en las primeras 24-48 h Mantener limpio y seco. Si se ha mojado, retírelo y seque con suavidad la herida y vuelva a colocar uno seco (p. ej., con gasa estéril) Cambiar el apósito cada dos días hasta la retirada de puntos, a menos que se le indique otra cosa 2. Baños Evitar baños o duchas en las primeras 24 h A partir del segundo día podrá ducharse con agua y jabón y secar la zona sin traccionar de la herida Evitar la humedad durante períodos prolongados Conviene no humedecer los puntos de suturas adhesivas 3. Signos de infección: los bordes de la herida pueden aparecer ligeramente enrojecidos. Eso es normal Si aparece alguno de los siguientes signos o síntomas, acuda a su médico: Bordes de la herida enrojecidos con extensión de más de 1 cm del margen Herida dolorosa y caliente Supuración Líneas rojas localizadas por encima de la herida, si se trata de una extremidad Fiebre o escalofríos 4. Hemorragias. Si la herida drena una colección sanguinolenta, conviene presionar durante unos minutos. Si no cede, deberá acudir a su médico 5. Revisión. Acudirá a revisión dentro de................................. días 6. Tensión y esfuerzos. Evite las actividades que puedan hacer que su herida se abra durante la primera semana, así como realizar ejercicios bruscos durante un mes 7. Exposición al sol. Evite su exposición durante 6 meses y utilice cremas protectoras (Tomado con permiso de los autores y editores de Gil ME, Arribas JM, Muñoz Quirós S, Cuidados postquirúrgicos y complicaciones postoperatorias. En: Arribas JM (ed) Cirugía Menor y Procedimientos en Medicina de Familia: Jarpyo editores. 131-141.) Figura 18. Disección de la cápsula (tomado de Arribas JM, editor. Cirugía me- nor y procedimientos en medicina de familia. Madrid: 2000. Jarpyo Editores. Con permiso de autor).
  • 14. – Lesiones malignas. Enviar a servicios correspon- dientes. – Zonas anatómicas de riesgo. Se han descrito en la tabla 3. – Alergia a los anestésicos locales. Enviar a servicios correspondientes. – Embarazo. Posponer la realización de la cirugía. – Enfermedad intercurrente aguda o fallo orgánico grave. Pospondremos la cirugía hasta su restablecimiento. – Infección cutánea. Es conveniente no realizar ciru- gía en zonas donde existe una infección cutánea próxima a la zona a intervenir. – Anticoagulación oral. Valorar de forma individuali- zada (v. anteriormente). – Dudas sobre las motivaciones del paciente. La falta de aceptación razonable de los riesgos y complicaciones quirúrgicas o las excesivas preocupaciones por el resulta- do estético de la cicatriz. – Alteraciones psicopatológicas y pacientes conflicti- vos. Pacientes con alteraciones psiquiátricas (psicosis, manía) y en pacientes poco colaboradores. – Antecedentes de cicatrices hipertróficas y/o queloi- des. No intervendremos. – Vasculopatía periférica. Tener precaución en estos pacientes por el riesgo de infección y necrosis (arteriopa- tía, esclerodermia, diabetes mellitus, etc.). Los pacientes VIH positivos asintomáticos no repre- sentan una contraindicación para la realización de ciru- gía menor si se adoptan medidas de precaución (doble guante, mascarilla, gafas, protectores oculares). No obs- tante, debemos tener presente que todo paciente es po- tencialmente infeccioso; por tanto deberemos adoptar unas medidas universales de precaución en todo pacien- te susceptible de cirugía. RECORDAR – No realizar procedimientos de cirugía menor sin la capacitación adecuada. – Realizar siempre una valoración diagnóstica de las le- siones y del propio paciente (preoperatorio) antes de la in- tervención. – No realizar intervenciones sin los medios materiales correctos. – Cuando se realicen corte de tejidos, no hay que cortar a ciegas. – Toda lesión extirpada debe enviarse al servicio de anatomía patológica. En definitiva: se debe hacer lo que se sepa hacer bien, y no hay que tener dudas (razonables) sobre sus resultados satisfactorios. BIBLIOGRAFÍA GENERAL Arndt K. Manual of dermatologic therapeutics. Boston: Little Brown, 1995. Arribas JM. Cirugía menor y procedimientos de medicina de familia. Madrid: Jarpyo editores, 2000. Bull MJV, Gardiner P. Surgical Procedures in primary care. Oxford Uni- versity Press, 1995. Camacho F, De Lulanto F. Cirugía dermatológica. Madrid: Grupo Aula Médica, 1995. Fitzpatrick T, Jonson R, Wolf K, Suurmond D. Color atlas and sinopsis of clinical dermatology. Nueva York: McGraw-Hill, 2001. Irwin MN, Freedberg et al. Fitzpatrick’s dermatology in general medi- cine (5.a ed.). Nueva York: McGraw-Hill, 1999. Lask GP, Moy RL. Principles and techniques of cutaneous surgery. Mc- Graw-Hill, 1996. Pfenninger JL, Fowler GC. Procedures for primary care physicians. St Louis: Mosby Year Book, Inc., 1994. Roenigk R, Roenigk H. Dermatologic Surgery. Principles and Practice (2.a ed.). Nueva York: Marcel Dekker, Inc., 1996. Saxe N, Jessop S, Todd G. Handbook of dermatologic for primary care. Southern Africa: Oxford University Press, 1997. Vija K. Sodera. Minor surgery in practice. Cambridge University Press, 1994. Material docente del Grupo de Trabajo de Cirugía Menor en Medicina de Familia6 – Cirugía menor y procedimientos en medicina de familia on line: cur- so de cirugía menor por internet dentro del portal: ww.medifu- sion.com, Madrid 2001. – Curso multimedia de simulación en cirugía menor SimCim2, en so- porte CD-ROM desarrollado por software de medicina, http: //www.softmed.com. Madrid, 1999. – Curso básico de cirugía menor en medicina de familia. Grupo de Tra- bajo de Cirugía Menor en Medicina de Familia. Madrid, 1997. – Curso avanzado de cirugía menor en medicina de familia. Grupo de Trabajo de Cirugía Menor en Medicina de Familia. Madrid, 1999. – Multitalleres cirugía menor. Arribas JM et al. Grupo de Trabajo de Cirugía Menor en Medicina de Familia. Madrid, 2001. – Página Web: www.cirugiamenor.org J.M. Arribas Blanco et al.– Cirugía menor y procedimientos en la consulta del centro de salud SEMERGEN 375 Figura 19. Extracción completa con cápsula íntegra del quiste (tomado de Arribas JM, editor. Cirugía menor y procedimientos en medicina de familia. Madrid: 2000. Jarpyo Editores. Con permiso de autor). 6Fundado en 1995, el Grupo de Trabajo de Cirugía Menor en Medicina de Familia se promueve para crear instrumentos y métodos de enseñanza de las técnicas y procedimientos de cirugía menor, para los profesionales que trabajan en la atención primaria. La filosofía de esta enseñanza es la ausencia de tedio y el énfasis en las prácticas monitorizadas. El grupo ha desarrollado diferentes actividades de orden científico, como los cursos de cirugía menor (curso básico de cirugía menor, curso avanzado de cirugía menor y multitalleres de cirugía menor) impartidos en todas las regiones de España (6.500 alumnos) y diferentes trabajos formativos en publicaciones, sistemas multimedia y por Internet.
  • 15. Volumen 27, Número 7, Julio/Agosto 2001 376 SEMERGEN