La civilización Caral se ubicó en la costa norcentral del Perú cerca del poblado actual de Carral, tenía una economía mixta basada en la agricultura, pesca, recolección y comercio sin el uso de moneda, e integraba regiones a través del hallazgo de artefactos como flautas y cornetas de hace 5,500 años; finalmente, después de varios siglos, los habitantes enterraron todas las construcciones antes de abandonar la ciudad sagrada.