La Ley Jones de 1917 reorganizó la estructura del gobierno de Puerto Rico otorgando la ciudadanía estadounidense a los puertorriqueños. Esto incluyó la creación de un senado de 19 miembros y una cámara de representantes de 39 miembros, manteniendo al gobernador nombrado por el presidente estadounidense. La ley dejó intacto el control político de Estados Unidos sobre Puerto Rico.