Una escuela inclusiva reorganiza su estructura administrativa para favorecer el cambio, respeta la diversidad y desarrolla un currículo amplio para acoger a todos los niños de su área. También construye una comunidad escolar, proporciona apoyos requeridos y trabaja con las familias. Algunos principios clave son clases que acogen la diversidad, currículo flexible, enseñanza interactiva, apoyo a profesores y participación de padres.