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Se intensifica la ofensiva militar sobre Ucrania
Las sanciones occidentales hunden la economía rusa
│Evolución del conflicto
Segunda semana de conflicto. El ejército ruso continúa su avance sobre el territorio ucraniano
pese a que su progreso es más lento de lo inicialmente previsto. Se observan problemas
logísticos relacionados con el abastecimiento de combustible y de comida de las tropas. El
frente del sur, procedente de Crimea, parece ser el que más victorias ha obtenido. En el
momento de redacción de estas líneas, las tropas rusas se dirigen hacia el este y oeste con el
objetivo de hacerse con el control de los principales puertos del país: Odessa y Mariupol. A 7 de
marzo ya se habrían hecho con el control de la ciudad de Jersón, la capital del oblast homónimo;
Mariúpol se encuentra sitiada y Járkov, la segunda ciudad más importante, concentra gran
parte de los ataques, también contra objetivos civiles. Se mantiene la presión sobre Kiev donde
las tropas rusas estarían abriendo nuevos flancos para rodear la ciudad. Hasta un millón de
ucranianos se han visto obligados a abandonar el país, la mayoría con destino a Polonia.
Continúan las negociaciones entre Kiev y Moscú. Se acordó la creación de dos corredores
humanitarios en Mariúpol y Volnovaja para facilitar la salida de la población civil. Los dos
intentos de evacuación han resultado fallidos como consecuencia de las violaciones del alto el
fuego por parte de Rusia. La OTAN, por su parte, descartó la creación de una zona de exclusión
aérea para evitar que el conflicto escale y provoque un choque militar entre la Alianza y Moscú.
Fuente: Financial Times
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REACCIÓN INTERNACIONAL
La invasión de Rusia a Ucrania ha generado un auténtico terremoto en las relaciones
internacionales. 141 países aprobaron la condena de la invasión en la Asamblea General de las
Naciones Unidas celebrada el pasado miércoles 2 de febrero que contó también con la
abstención de 35 países. Rusia se ha quedado prácticamente sin aliados internacionales pese a
que la reacción de las grandes economías asiáticas es más tibia que en el caso del bloque
occidental. Es en América Latina donde se encuentran los mayores apoyos del Kremlin.
│Bloque Occidental. Envío de apoyo militar
Se ha producido un giro radical de la política exterior tanto del conjunto de la Unión Europea
como por parte de determinados Estados miembro. Sobresale el caso de Alemania que
abandona la neutralidad bélica que caracterizaba su política exterior con el envío de material
militar a una región en conflicto y el incremento del presupuesto en defensa hasta el 2% del
PIB. Suiza pone fin a su papel de país neutral con la adopción de las sanciones de la UE a Rusia.
Dinamarca también ha anunciado un incremento del gasto en defensa y la celebración de un
referéndum el próximo 1 de junio para valorar si debería unirse la Política Común de Defensa y
Seguridad, de la que no participa. La UE, por su parte, se estrena como actor exterior con la
financiación de material militar a Ucrania a través del instrumento “Peace Facility”, dotado con
hasta 5.000 mill.€ (a Ucrania se destinarán 500 mill€). Se ordenó el cierre del espacio aéreo a
los aviones procedentes de Rusia y se prohibió la actividad informativa de las cadenas rusas
Sputnik y Russia Today, a las que se acusa de acciones de desinformación. Además, se
ampliaron las restricciones sobre Bielorrusia dada su clara vinculación con la invasión. Las
sanciones se unen a las que ya pesaban sobre el país y afectan a un total de 702 individuos, 53
empresas y los principales sectores de exportación (combustibles, tabaco, potasio, cementos y
la industria metalera). Mientras, esa misma semana, Ucrania solicitó formalmente su adhesión
al bloque por un procedimiento de urgencia. Pese a que el Parlamento Europeo respaldó de
forma unánime la petición, Kiev aún no tiene el estatus de país candidato, un requisito
fundamental para abrir las negociaciones para la adhesión. Pocos días después, Moldavia y
Georgia siguieron los pasos de Ucrania y también presentaron su solicitud de adhesión. La
posibilidad de que su ingreso en el bloque se produzca próximamente es mínima.
│China. El colchón a las sanciones será solo parcial
Parece difícil que China pueda proveer de un colchón lo suficientemente importante o durante
el tiempo necesario como para paliar la amplia batería de sanciones que se ciernen sobre Rusia.
El responsable del principal regulador bancario, Guo Shuqing, señaló el pasado 2 de marzo que
China no se sumará a las sanciones financieras, sino que "continuará manteniendo
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intercambios económicos, comerciales y financieros normales con las partes relevantes". Sin
embargo, tal declaración no significa que los bancos chinos desafíen las sanciones. Por el
contrario, ya se ha comprobado que los grandes bancos chinos de propiedad estatal han
comenzado a limitar las transacciones con Rusia. Una de las preguntas clave es si Rusia puede
usar de manera efectiva el Sistema de pago interbancario transfronterizo de China (CIPS por
sus siglas en ingles) para eludir las sanciones de SWIFT. Si bien el tamaño de los pagos
procesados a través de CIPS ha estado creciendo muy rápidamente desde 2020, no tiene
liquidez: solo se procesan 13.000 transacciones por día, que es apenas el 5% de los más de
240.000 del sistema de pagos internacional. Además, el número de instituciones financieras
extranjeras vinculadas al CIPS sigue siendo muy limitado. La única opción obvia es la línea de
swap de 150.000 mill. de RMB entre el Banco Central de China (BCCh) y el Banco Central de
Rusia (BCR). Las transacciones entre ambas instituciones no requieren el sistema de mensajería
SWIFT ni el BCCh publica el desglose por monedas de sus reservas. El BCR también posee el
equivalente a 90.000 mill.$ en reservas en el BCCh en RMB. Sin embargo, el acceso al RMB por
sí solo claramente no es suficiente, ya que no es una moneda convertible. El BCCh podría
potencialmente establecer una línea de intercambio en dólares estadounidenses para
proporcionar liquidez en moneda fuerte a Rusia, pero existe un riesgo crediticio obvio al hacerlo.
En definitiva, es previsible que Rusia use de manera creciente sus depósitos en RMB en el BCCh
para financiar sus importaciones, que probablemente procederán cada vez más de China para
compensar la caída de las ventas europeas y de EE.UU. El valor total anual del comercio bilateral
entre Rusia y China es hoy de algo más 100.000 mill.$, lo que significa que las reservas de Rusia
en el BCC durarán cerca de un año, posiblemente menos, lo que puede generar un creciente
nerviosismo en el acreedor chino.
│India. Difícil juego de equilibrio
De entre los países que no han apoyado las sanciones y se han abstenido en la votación de la
ONU para condenar la invasión rusa de Ucrania sin duda el más llamativo es el de la India por
ser un país democrático, próximo a los países occidentales. En la votación del Consejo de
Seguridad de la ONU (CSNU) así como en la Asamblea General extraordinaria Delhi optó por
abstenerse en la votación, si bien en su declaración indirectamente le pidió a Moscú que
respetara el derecho internacional hablando del respeto a la integridad territorial de los
estados. Lo cierto es que la India tiene una relación especial con Moscú desde tiempos de la
guerra fría ya que el Kremlin servía de contrapeso a la influencia de Pekín en la región y al apoyo
de EE.UU. a Pakistán. En el pasado Moscú ha vetado resoluciones del Consejo de Seguridad de
las Naciones Unidas sobre Cachemira para ayudar a India a mantenerlo como un problema
bilateral. Además, Rusia es hoy uno de los principales proveedores de armamento para el
ejército indio (49% de las compras). Sin embargo, la posición diplomática de la India es, en estos
momentos, muy difícil. Está siendo presionada por los países occidentales para adoptar una
posición más firme, de lo contrario podría dañar la relación de la alianza militar regional del
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Quad Group (EE.UU, India, Australia, Japón) revitalizada en los últimos tiempos para hacer
frente a China en Asia.
│América Latina
Rusia cuenta con apoyos en la región latinoamericana. Cuba, El Salvador, Nicaragua y Bolivia se
han abstenido en la votación de Naciones Unidas para exigir el fin del uso de la fuerza contra
Ucrania. Venezuela no ha podido asistir a la sesión si bien es un firme aliado de Putin y ha
condenado abiertamente la actitud de la OTAN. Conviene recordar que Rusia es uno de los
principales acreedores del país. Argentina y Brasil, por su parte, han adoptado una actitud de
neutralidad, ambos muy criticados por los viajes de sus dirigentes en plena tensión prebélica.
Alberto Fernández entonces ofreció a Putin ser la puerta de entrada en la región y, por el
momento, ha evitado hacer una condena explícita y no impondrá sanciones. El presidente de
Brasil, Jair Bolsonaro, ha señalado que es “exagerado calificar de masacre lo que ocurre en
Ucrania” y ha optado por ser neutral dada la elevada dependencia del sector agrícola brasileño
de Rusia. Colombia y Chile han sido los países de la región que han condenado el ataque con
más firmeza. Colombia, el único socio de la OTAN en América Latina, se encuentra en plena
campaña electoral y el presidente Iván Duque ha criticado duramente a aquellos candidatos
que no han rechazado de forma clara la actuación de Putin. Tanto el presidente chileno
Sebastián Piñera como el electo Gabriel Boric han tachado de inaceptable la guerra. El gobierno
de México ha pasado de una aparente neutralidad a condenar enérgicamente el ataque si bien
no impondrá sanciones a Moscú y no le vetará el acceso al espacio aéreo. En Perú si bien las
primeras declaraciones de Castillo fueron tibias, el gobierno ha publicado posteriormente varias
declaraciones de condena.
CONSECUENCIAS
│Rusia. Expulsión de la prensa y recesión de la economía
En Rusia ya se observan las primeras consecuencias del conflicto. El Kremlin ha aprobado una
nueva ley que penaliza con hasta 15 años de cárcel a los medios de comunicación que, a su
juicio, se dediquen a difundir información falsa sobre la “operación especial en Ucrania”.
Muchos de los corresponsales de prensa internacional se han visto forzados a abandonar el país.
Al apagón informativo de la escasa prensa libre que quedaba en el país, se le une la prohibición
de acceder a las redes sociales Facebook y Twitter. Se estima que unas 4.300 personas fueron
detenidas el pasado día 6 de marzo durante las manifestaciones convocadas en más de 58
ciudades rusas por el grupo del opositor político Alexei Navalny. En el plano económico, el rublo
continúa su colapso. A cierre de estas líneas, habría perdido un 10% de su valor que se unen al
desplome del 30% que sufrió la semana pasada. Las autoridades han impuesto estrictos
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controles de capitales para tratar de frenar el descalabro de su moneda, como la obligación de
cambiar rublos por parte de los exportadores que ingresen en divisas o la prohibición de la
venta de valores en rublos por parte de los extranjeros. Además, el pasado sábado 5 de marzo,
el Kremlin emitió un decreto por el que se autorizaba, tanto al soberano como a las empresas
estatales, al pago de sus obligaciones con inversores extranjeros en rublos,
independientemente de la moneda en la que estuviesen denominados los bonos. El decreto
establecía que estos inversores han de proceder de países involucrados en actividades
“hostiles” hacia Rusia, es decir, todos los que le han impuesto sanciones. El pasado 2 de marzo,
Rusia pagó un cupón de un bono de 339.000 millones de rublos pero los inversores extranjeros
no recibieron su parte, lo que espoleó el debate acerca de si supone o no un default. El próximo
16 de marzo, vence un nuevo bono de 117 mill.$ que no tiene la opción de conversión a rublos;
si Rusia, siguiendo el nuevo decreto, decide pagarlo en rublos, constituirá un claro caso de
default. Las agencias de rating ya anticipan esta posibilidad y han continuado degradando su
calificación. Moody’s la califica de “extremadamente especulativa”, mientras S&P la sitúa solo
tres escalones por encima del “default”. A la situación límite del soberano, se le une el éxodo
masivo de las empresas multinacionales presentes en el país: las grandes tecnológicas
(Microsoft, Google o Apple), las petroleras (BP o Exxon Mobile), Visa, Mastercard, Inditex o Ikea
por mencionar solo algunos ejemplos. Además, se ha expulsado a decenas de empresas rusas
de la Bolsa de Londres y Fráncfort, mientras la Bolsa de Moscú continúa cerrada para evitar su
hundimiento. En resumen, una serie de acciones coordinadas que, sin duda, provocarán una
nueva recesión económica y relegarán al país al aislamiento internacional total.
│Sector energético
El precio del barril de Brent ha continuado ascendiendo a lo largo de la segunda semana del
conflicto. El 7 de marzo la cotización alcanzó los 130 $ el barril ($/b), muy cerca del máximo (145
$/b) registrado en julio de 2008. La tensión en el mercado de los hidrocarburos se ha disparado
ante el riesgo de que los socios occidentales impongan sanciones a las importaciones de
petróleo ruso, una posibilidad que estaría siendo debatida por Bruselas y Washington, de
acuerdo a las declaraciones realizadas recientemente por Antony Blinken, Secretario de Estado
de Estados Unidos. Para mitigar la distorsión en la industria del crudo, los países miembros de
la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés), acordaron liberar a lo largo
de las próximas semanas 60 millones de barriles de petróleo (equivalente al 4% del total de las
reservas de emergencia almacenadas). Sin embargo, esta medida difícilmente compensaría las
consecuencias de un posible veto a la compra de petróleo ruso. Se calcula que Moscú exporta
alrededor de 5 millones de barriles al día de crudo, aproximadamente la mitad al viejo
continente. A esto habría que sumar la exportación de 2,7 millones de barriles diarios de
productos derivados del petróleo. Por su parte, el cártel de la OPEP+ decidió mantener, en la
reunión celebrada el 2 de marzo, su política de aumentar mensualmente la producción en
400.000 b/d, un ritmo de crecimiento que ya antes de la invasión de Ucrania era considerado
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insuficiente para equilibrar la oferta y la demanda del mercado. La cotización del gas en la
última semana ha registrado un comportamiento similar. Los futuros del Dutch TTF Natural
gas, el referenciado en Europa, se sitúan, a cierre de estas de estas líneas, por encima de los 190
euros el megavatio-hora, registrando, así, un nuevo máximo histórico. Por ponerlo en
perspectiva, la actual cotización equivale a un aumento superior al 1.200% respecto a los valores
de hace un año
│Sector automoción
La guerra está golpeando con fuerza a la industria de la automoción por varios canales cuando
todavía se estaba recuperando de la crisis de componentes generada por la pandemia. En
primer lugar, la ya mencionada escalada del precio del gas y del petróleo, que inevitablemente
se traslada en cifras récord de la gasolina y el diésel. A ello se suma el impacto de la guerra en
el suministro de materias primas básicas para la fabricación de vehículos. Rusia, con una cuota
del 38%, es el principal proveedor de paladio en el mundo. Este componente se emplea
principalmente para la fabricación de catalizadores y baterías de coches eléctricos e híbridos.
También es el segundo mayor productor mundial de aluminio, después de China, y el principal
suministrador europeo. El aluminio es, tras el cobre, el segundo material más utilizado en la
industria de la automoción, donde cuenta con una amplia gama de usos. Ucrania, por su parte,
destaca como fabricante de cableado y mazos de cables con conector. Hasta 22 empresas del
sector de la automoción han invertido en Ucrania, abriendo 38 factorías con una inversión que
supera los 600 millones de euros con lo que gran parte de la producción de este material está
concentrado en este país. De media, un coche moderno necesita hasta 5 kilómetros de cables
con lo que varias marcas de coches ya se ha visto forzados a paralizar la producción de algunos
modelos en varias de las fabricas situadas en Europa del Este. Por último, muchas empresas del
sector entre las que figuran Volvo, General Motors o Volkswagen, están comenzando a anunciar
medidas contra Rusia, como dejar de distribuir sus vehículos en el país o replantearse su
negocio en él no solo debido a las problemas de aprovisionamiento de materiales sino también
por las dificultades comerciales, por las sanciones y por una cuestión reputacional.
│Industria alimentaria
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU advirtió la semana pasada del
preocupante aumento del precio de los productos agroalimentarios. De acuerdo a la
institución, el “índice de precios de los alimentos de la FAO” aumentó en febrero un 3,9% en
comparación con el mes anterior. En términos interanuales, la variación supera el 20%. Por su
parte, el “índice de precios de los cereales de la FAO” registró un aumento intermensual del 3%,
como consecuencia de las perturbaciones en el suministro en Ucrania, uno de los principales
exportadores de trigo y maíz. La ONU advirtió que los precios de febrero tan solo recogen una
pequeña parte de los efectos del conflicto bélico. La institución advierte que el encarecimiento
de los productos alimenticios se acelerará en los próximos meses. De hecho, en los últimos días
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el trigo ha alcanzado nuevos máximos históricos. En concreto, el trigo comercializado en la
bolsa de Chicago superó el 4 de marzo los 13,4$ el bushel, un aumento del 50% respecto a los
valores anteriores a la invasión. Por su parte, el trigo comercializado en Europa registró un
récord de 400 euros por tonelada. Por si fuera poco, la ONU advierte que la escalada de precios
podría agravarse ante el encarecimiento simultáneo de otros componentes fundamentales en
el sector agroalimentario, como los fertilizantes, los piensos, y la energía. Se teme, en
consecuencia, que estos acontecimientos desencadenen una crisis en los países con menos
recursos, algunos de los cuales ya se enfrentaban antes del conflicto a un escenario de
inseguridad alimentaria.
│Sector exterior español
Rusia y Ucrania no son destinos relevantes del sector exportador español. De hecho, en 2021,
apenas representaron un 1% del total de las ventas españolas, muy repartidas por sectores de
actividad. El año pasado las exportaciones a Rusia ascendieron a los 2.213 mill.€, mientras que
en el caso de Ucrania apenas alcanzaron los 682 mill.€. La maquinaria y las prendas de vestir
ocupan las primeras partidas en el caso de Moscú. Mientras que, en el caso de Ucrania, los
vehículos a motor sobrepasan a la partida de maquinaria y los aparatos mecánicos, que se sitúa
en segunda posición. De hecho, algunas empresas multinacionales españolas de fabricación
de componentes cuentan con presencia directa en la zona. La industria química también será
uno de los sectores que más acusará el conflicto ya que la química básica, los jabones,
productos de limpieza y los productos de caucho también constituyen partidas relevantes. Por
último, en el caso del turismo, el número de turistas rusos que el año pasado visitaron España
apenas representó el 0,4% del total, que realizaron un gasto de 228 mill.€, equivalente al 0,7%
del total. Así pues, el cierre del espacio aéreo español a los aviones procedentes de Rusia no
tendrá un efecto demasiado significativo en el sector turístico nacional. No obstante, pese a que
de forma directa el impacto sobre el sector exterior español no será muy elevado, el contagio
vía encarecimiento de los combustibles, materias primas o disrupción de las cadenas de
suministro europeas será mayúsculo, poniendo en riesgo la frágil recuperación de la economía.
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Y EN EL RESTO DEL MUNDO
INTERNACIONAL
│Se superan los seis millones de fallecidos por covid
Los datos de febrero de contagios por covid demuestran que la crisis sanitaria está lejos de
acabarse. Efectivamente, el mes pasado se han registrado nada menos que un millón y medio
de nuevos casos diarios en el mundo y más de 7.000 nuevas muertes al día. Es cierto que el
total de nuevos casos se ha reducido en un 36% con respecto a enero, pero continúa en niveles
muy elevados (58 millones). Una vez más, hay que distinguir la evolución por zonas y países. Si
tomamos el dato de febrero de incidencia acumulada a 14 días en Europa, casi todas las
regiones se encuentran en riesgo extremo, con una incidencia superior a 300 por 100.000
habitantes. Japón, Corea del Sur y Vietnam, calificados como los “países virtuosos”, han
registrado un pico preocupante en febrero tanto en casos como en fallecimientos a pesar de
contar con unos niveles de vacunación muy altos. En América Latina, si bien Argentina y
Colombia han mejorado mucho los datos, en Chile se han casi triplicado los casos y Brasil está
nuevamente batiendo récords de contagios. En paralelo la vacunación avanza a un ritmo muy
lento. En febrero apenas se ha avanzado cuatro puntos en las tasas de vacunación que
actualmente se sitúan en el 56% a nivel mundial, muy lejos del objetivo del 70% y con cifras
especialmente preocupantes en los países más pobres. Por tanto, es pronto para hablar del fin
de la covid. La fatiga pandémica y la guerra en Ucrania explican que el que el foco de atención
mediática ya no se centre en la enfermedad pero no por ello debemos infravalorar su impacto
y el reto que todavía supone tanto a nivel sanitario como económico.
ARGENTINA
│Acuerdo con el FMI
El personal del FMI y las autoridades argentinas anunciaron el pasado 3 de marzo que han
llegado a un acuerdo a nivel del personal técnico sobre las políticas económicas y financieras
respaldadas por un Acuerdo del Servicio Ampliado del Fondo (SAF) de 30 meses. El SAF, por un
importe de 45.000 mill.$, tiene como objetivo “proporcionar a Argentina apoyo presupuestario
y de balanza de pagos para abordar los desafíos económicos más apremiantes del país y
mejorar las perspectivas de todos los argentinos mediante la implementación de medidas
diseñadas para promover el crecimiento y la protección de programas sociales esenciales”. El
acuerdo es a 10 años, con un período de gracia de cuatro años y medio, lo que implica que
Argentina comenzará a pagar la deuda a partir de 2026 y hasta 2034.
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│Metas del acuerdo
En el comunicado, el FMI destaca varios objetivos. En primer lugar, abordar de manera
duradera la alta inflación persistente a través de una estrategia múltiple que implica una
reducción de la financiación monetaria del déficit fiscal y un nuevo marco para la aplicación de
la política monetaria para generar tasas de interés reales positivas. Otra de las metas será la
reducción del déficit fiscal a través de una estrategia plurianual de consolidación fiscal en la que
se ha fijado como objetivo un déficit primario de 2,5% del PIB en 2022, que se reducirá a 1,9% del
PIB en 2023, y a 0,9% en 2024. Para ello, desde el punto de vista de los ingresos se hará especial
hincapié en la progresividad, la eficiencia y el cumplimiento tributario, y en cuanto a los gastos,
se aplicarán medidas para reducir los subsidios energéticos y reorientar el gasto hacia
inversiones sociales y de infraestructura más productivas, para fortalecer la sostenibilidad de la
deuda y al mismo tiempo apoyar la recuperación. En el memorándum del acuerdo, publicado
al día siguiente, se concreta que el objetivo es que la reducción de los subsidios a la energía
sea de un 0,6% del PIB en 2022, aunque es evidente que esta meta está sujeta a enormes
incertidumbres y riesgos teniendo en cuenta las crecientes tensiones geopolíticas y la
evolución de los precios de energía a nivel mundial. La retirada de subsidios se hará de forma
escalonada según el nivel adquisitivo de los consumidores. El programa también buscará
fortalecer la balanza de pagos de Argentina a través de políticas que apoyen la acumulación de
reservas y las exportaciones netas, y que allanen el camino para un eventual reingreso de
Argentina a los mercados internacionales de capital.
│Debate en el Congreso
La aprobación del programa en el Congreso no será sencilla. Por una parte, están las fuertes
reticencias de diputados del kirchnerismo. Como se recordará, Máximo Kirchner, hijo de la
vicepresidenta, renunció como líder del oficialismo en Diputados tras criticar abiertamente el
acuerdo. Desde entonces, Cristina Kirchner, no ha opinado sobre el mismo. En la oposición
también hay división. Los sectores más duros, alineados tras el expresidente Mauricio Macri,
anticiparon que votarán en contra mientras que los más moderados parece que darán su voto
positivo. El primer desembolso se hará tras la aprobación del Directorio Ejecutivo del FMI, que
tendrá lugar una vez que el acuerdo reciba el voto favorable del Congreso argentino. El resto
de desembolsos se realizaran tras cada una de las revisiones que serán trimestrales. Se espera
que los trámites necesarios para su aprobación definitiva estén finalizados a tiempo para
cumplir con el próximo desembolso al que debe hacer frente el país, el próximo 22 de marzo.
IRÁN
│¿Acuerdo inminente?
Las negociaciones entre Irán y el denominado 4+1 (Alemania, China, Estados Unidos, Francia,
Reino Unido y Rusia) para restablecer el acuerdo nuclear firmado en 2015 se encuentran, según
los expertos, en un momento crítico. El director general del Organismo Internacional de la
Energía Atómica, Rafael Grossi, se ha mostrado moderadamente optimista con la posibilidad
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de alcanzar un acuerdo en los próximos días, una valoración compartida también por los
representantes de algunas de las delegaciones, como la iraní y la estadounidense. No obstante,
los participantes han advertido, al mismo tiempo, de la dificultad de resolver algunos puntos
de fricción. Una de las principales divergencias que ha emergido en los últimos días es la
vinculación, por parte de Moscú, del acuerdo nuclear con las sanciones impuestas por el bloque
occidental a Rusia, como respuesta a la invasión de Ucrania. En concreto, el ministro de
Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, ha exigido garantías de que las sanciones no afectarán de
ninguna forma a las relaciones comerciales, de inversión y militares con Irán. Estas demandas
han sido consideradas como “irrelevantes” por parte de la delegación norteamericana, al
considerar que las negociaciones sobre el acuerdo nuclear con Irán son independientes a los
acontecimientos que ha desencadenado la guerra en Ucrania. Como se recordará, en 2015 Irán
firmó con el denominado 4+1 un acuerdo en el que se comprometió a cumplir unos límites
estrictos en su programa nuclear -especialmente en el enriquecimiento de uranio-, a cambio
de que se eliminarán las sanciones que asfixiaban a la economía persa. Sin embargo, en 2019 el
que fuera presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidió romper unilateralmente el
pacto nuclear y, en consecuencia, restablecer las sanciones. Las negociaciones han cobrado un
especial protagonismo ante la distorsión que se está produciendo en el mercado del petróleo.
La reactivación del pacto nuclear constituye uno de los principales elementos que podría
mitigar la extraordinaria tensión que se está produciendo en el sector energético. De alcanzarse
un acuerdo, Irán podría poner en el mercado con relativa rapidez los millones de barriles de
petróleo almacenados. Se calcula, además, que el país podría incrementar en los próximos
meses la producción de crudo en 1,5-2 millones de barriles diarios, un aumento de la oferta que
compensaría, en parte, los efectos que desencadenaría la desconexión de Rusia de los
mercados internacionales de hidrocarburos.