El documento discute el uso inapropiado del sistema de salud público y la necesidad de que las familias asuman un papel más activo en el cuidado de la salud de sus hijos. Señala que muchos padres acuden al médico repetidamente por problemas menores que deberían poder manejar en casa, y tienen expectativas irreales sobre el curso de enfermedades comunes. Llama a las familias a confiar más en sus propias habilidades de cuidado, y a las autoridades a promover una mejor educación sobre el uso apropiado del sistema de sal
La enfermedad pediátrica es siempre un problema familiar. La hospitalización, los tratamientos y las secuelas constituyen un desafío para la familia. En este trabajo describimos las alteraciones estructurales, procesuales y emocionales que se producen en la dinámica familiar. Consideramos que la intervención del niño enfermo debe hacerse siempre en el contexto familiar y proponemos un modelo de intervención multidimensional centrado en la singularidad de las familias y en sus necesidades, en los apoyos disponibles en su entorno natural, en el desarrollo de las competencias y de la resiliencia y en la organización de servicios centrados en el usuario y coordinados con todos los servicios que ofrece la comunidad.
La enfermedad pediátrica es siempre un problema familiar. La hospitalización, los tratamientos y las secuelas constituyen un desafío para la familia. En este trabajo describimos las alteraciones estructurales, procesuales y emocionales que se producen en la dinámica familiar. Consideramos que la intervención del niño enfermo debe hacerse siempre en el contexto familiar y proponemos un modelo de intervención multidimensional centrado en la singularidad de las familias y en sus necesidades, en los apoyos disponibles en su entorno natural, en el desarrollo de las competencias y de la resiliencia y en la organización de servicios centrados en el usuario y coordinados con todos los servicios que ofrece la comunidad.
Comunicación del paciente pediátrico en la unidad dejamirusal
Power Point sobre un artículo de Enfermería que trata la mejora de la comunicación de pacientes de una UCI pediátrica con sus familiares y profesionales sanitarios.
Comunicación del paciente pediátrico en la unidad dejamirusal
Power Point sobre un artículo de Enfermería que trata la mejora de la comunicación de pacientes de una UCI pediátrica con sus familiares y profesionales sanitarios.
Diversos temas sobre la enfermería como el cuidado básico de enfermería, enfermería en salud familiar, enfermería de prescolar, escolar y adolescente y muchos más.
Presentación utilizada en la conferencia impartida en el X Congreso Nacional de Médicos y Médicas Jubiladas, bajo el título: "Edadismo: afectos y efectos. Por un pacto intergeneracional".
IA, la clave de la genomica (May 2024).pdfPaul Agapow
A.k.a. AI, the key to genomics. Presented at 1er Congreso Español de Medicina Genómica. Spanish language.
On the failure of applied genomics. On the complexity of genomics, biology, medicine. The need for AI. Barriers.
En el marco de la Sexta Cumbre Ministerial Mundial sobre Seguridad del Paciente celebrada en Santiago de Chile en el mes de abril de 2024 se ha dado a conocer la primera Carta de Derechos de Seguridad de Paciente, a nivel mundial, a iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los objetivos del nuevo documento pasan por los siguientes aspectos clave: afirmar la seguridad del paciente como un derecho fundamental del paciente, para todos, en todas partes; identificar los derechos clave de seguridad del paciente que los trabajadores de salud y los líderes sanitarios deben defender para planificar, diseñar y prestar servicios de salud seguros; promover una cultura de seguridad, equidad, transparencia y rendición de cuentas dentro de los sistemas de salud; empoderar a los pacientes para que participen activamente en su propia atención como socios y para hacer valer su derecho a una atención segura; apoyar el desarrollo e implementación de políticas, procedimientos y mejores prácticas que fortalezcan la seguridad del paciente; y reconocer la seguridad del paciente como un componente integral del derecho a la salud; proporcionar orientación sobre la interacción entre el paciente y el sistema de salud en todo el espectro de servicios de salud, incluidos los cuidados de promoción, protección, prevención, curación, rehabilitación y paliativos; reconocer la importancia de involucrar y empoderar a las familias y los cuidadores en los procesos de atención médica y los sistemas de salud a nivel nacional, subnacional y comunitario.
Y ello porque la seguridad del paciente responde al primer principio fundamental de la atención sanitaria: “No hacer daño” (Primum non nocere). Y esto enlaza con la importancia de la prevención cuaternaria, pues cabe no olvidar que uno de los principales agentes de daño somos los propios profesionales sanitarios, por lo que hay que prevenirse del exceso de diagnóstico, tratamiento y prevención sanitaria.
Compartimos el documento abajo, estos son los 10 derechos fundamentales de seguridad del paciente descritos en la Carta:
1. Atención oportuna, eficaz y adecuada
2. Procesos y prácticas seguras de atención de salud
3. Trabajadores de salud calificados y competentes
4. Productos médicos seguros y su uso seguro y racional
5. Instalaciones de atención médica seguras y protegidas
6. Dignidad, respeto, no discriminación, privacidad y confidencialidad
7. Información, educación y toma de decisiones apoyada
8. Acceder a registros médicos
9. Ser escuchado y resolución justa
10. Compromiso del paciente y la familia
Que así sea. Y el compromiso pase del escrito a la realidad.
1. FAMIPED
Familias, Pediatras y Adolescentes en la Red. Mejores padres,
mejores hijos.
Cómo hacer un uso apropiado del Sistema
Sanitario Público. La visión de un pediatra de
Atención Primaria
Volumen 4. Nº 2. Junio 2011 [1]
Vamos a incidir brevemente en este texto en el uso adecuado del sistema sanitario y en la recuperación
del papel activo de la familia en los cuidados de la salud de sus hijos, un aspecto que nos preocupa como
pediatras de cabecera y que creemos que merece una reflexión por parte de todos los ámbitos
implicados: familias, profesionales sanitarios y administración sanitaria.
Para encuadrar el tema, sólo unas pinceladas sobre el entorno en el que vivimos. Un mundo con prisas y
consumista, basado en la consecución del perfecto bienestar y en alcanzar con prontitud bienes
materiales relacionados con el consumo, el ocio, etc., y donde la salud pasa a ser un bien de consumo
más. En este modelo no encajan la paciencia, el sacrificio, el esfuerzo, la constancia, resultando difícil
resolver situaciones cotidianas, aunque se trate de problemas menores y transitorios.
Sabemos que ser padres no es una tarea fácil. La crianza nos sitúa ante nuevas responsabilidades,
supone retos y dificultades, y nos proporciona también importantes logros y satisfacciones. Cuando la
rutina se ve alterada por la irrupción de la enfermedad, el ritmo de vida cotidiano se resiente de forma
importante y poco deseable, y se buscan soluciones rápidas.
Desde los servicios sanitarios observamos con preocupación cómo se acude a nosotros por problemas
de poca trascendencia, incluso de forma repetida, a pesar de que una y otra vez reiteramos las mismas
pautas de actuación y transmitimos información sobre la evolución esperada de los síntomas en
enfermedades frecuentes.
En muchas ocasiones los padres tienen unas expectativas irreales sobre el curso de la enfermedad.
Creen que acudir con prontitud a los servicios sanitarios, o que el inicio de un tratamiento específico
podrá cambiar el curso de la enfermedad, acortándola, o incluso frenándola en seco, ignorando que la
mayoría de los síntomas que tanto les asustan son mecanismos naturales del organismo, esperados,
que hay que respetar y dejar actuar. La fiebre, por ejemplo, es una respuesta para combatir la infección.
2. La administración de antitérmicos ayuda a mejorar los síntomas de malestar y a rebajar la temperatura
en mayor o menor medida, no combaten la enfermedad, que seguirá su curso de varios días en la
mayoría de las veces. Por eso los antitérmicos sólo deben usarse cuando sea necesario (fiebre elevada,
malestar importante, etc.)
Lo mismo podemos decir de otros problemas frecuentes como la tos, los vómitos o la diarrea, que
generan gran ansiedad entre los familiares y cuidadores, o considerar como enfermedad estados propios
de la infancia o la adolescencia. Parece como si los padres y madres, en algunos casos, no se
encontraran capacitados y seguros para cuidar de su prole y necesitaran que un profesional médico
certifique cada una de las actuaciones y de los cuidados que ellos llevarían a cabo ante situaciones que
ya han vivido o para las que se les ha instruido con anterioridad.
Otro tanto ocurre con el manejo de problemas de índole psicosocial, del comportamiento o de respuesta
a situaciones estresantes o conflictivas en el seno de la familia o de su entorno, etc. A veces, el consejo
que se nos pide se convierte en exigencia para que se realice una valoración por equipos de salud
mental que les asesore en pautas de actuación ante situaciones cotidianas, como si todo tuviera
solución en el ámbito médico, en detrimento de escuchar lo que dice el sentido común.
El mal uso y la dependencia de los servicios sanitarios originan múltiples visitas a los servicios de salud
que, consecuentemente, se encuentran cada vez más saturados, creando frustración en las familias por
el tiempo de espera, a veces largo, en la consulta de pediatría o en los servicios de urgencias.
Puntualmente y de forma injustificada este es el detonante de comportamientos violentos intolerables
contra los profesionales sanitarios.
Por otro lado, los profesionales sienten frustración por disponer de escaso tiempo para abordar
problemas de mayor relevancia, que, bajo estas circunstancias de masificación, no se pueden atender
convenientemente.
Hacemos un llamamiento a la sociedad para que se conciencie de que es en el seno de la familia donde
se debe prestar la mayoría de los cuidados de salud y, a iniciativa de los padres, recuperar un papel
activo en el manejo de los problemas de salud de sus hijos.
Animamos a las familias a cambiar de actitud, a confiar en los cuidados que prestan, que la mayoría de
las veces se resume en conocimientos básicos, sentido común y mucho, mucho cariño para acompañar
la enfermedad.
Los hijos aprenderán así que sus padres son competentes en sus cuidados, y serán más
independientes, aprendiendo a afrontar los problemas de salud de forma más natural, sosegada y segura.
Sabrán qué pueden hacer ante una caída leve, cómo curar una herida, la dieta adecuada ante los
vómitos, la diarrea, cómo actuar ante la fiebre. Y también aprenderán que se presentan otros problemas
menores para los que disponemos de pocas armas y que hay que superar estoicamente, como los
catarros, en los que no faltan síntomas tan molestos como las secreciones en las vías respiratorias y la
tos.
Animamos también a las autoridades a difundir campañas que fomenten la educación de la población
en el buen uso de los servicios sanitarios, en la adquisición de hábitos y estilos de vida saludables y,
cómo no, en reforzar la confianza en los cuidados que se prestan a sí mismos.
El respeto por los profesionales sanitarios es la base para tener una convivencia satisfactoria que permita
una atención sanitaria adecuada, en una profesión que tiene tanto de vocacional, y cuya piedra angular
3. es el acto médico en una relación armoniosa médico-paciente/familia.
Es responsabilidad de todos conseguirlo, colaborando así con la sostenibilidad de nuestro sistema
sanitario. Cuidémoslo, cuidémonos.