Conflicto, defensa y síntomaConflicto, defensa y síntoma
1. Conflicto
Conflicto es el choque en nuestro interior de dos
fuerzas emotivas antagónicas. En líneas generales, la
persona se mueve y actúa en función de sus necesidades.
La fuerza que empuja a esta acción recibe el nombre de
motivación, y tiene la finalidad de incitar al individuo para
que logre un objetivo: saciar una determinada necesidad.
Al mismo tiempo que marca una dirección al acto, le
imprime un sentido: alejamiento del objeto si éste es nocivo
(necesidad de huir) o acercamiento si éste es placentero
(necesidad de obtenerlo).
A veces, sin embargo, puede ocurrir que el sujeto se vea
motivado tanto en un sentido como en otro, encontrándose
frente a un objetivo a la vez deseado y temido. Entonces
surge el llamado conflicto, que es el enfrentamiento entre
dos impulsos opuestos.
2. Conflicto…
En la vida nos vemos muchas veces sometidos a
situaciones conflictivas lo suficientemente fuertes
como para condicionar nuestra existencia.
La manifestación de un conflicto es la angustia y la
ansiedad. Y su falta de resolución puede provocar la
abolición, disminución o transformación, más o menos
inconsciente, de alguna de las funciones de la personalidad
para atenuar o cortar la angustia.
3. Tipos de conflictos
Conflictos intrapsíquicos.
Son aquellos que tienen lugar dentro de la persona y sin conexión con el
exterior. No es raro que aparezcan cuando tenemos que tomar decisiones de
importancia, cada vez que debemos elegir entre dos posturas a tomar en la
vida y ante las que tenemos argumentos tanto a favor como en contra
Permanecen en el inconsciente (latentes) sin que el sujeto lo
advierta con claridad. En tal situación es frecuente que aparezcan
síntomas del mismo, a modo de señales de alarma disfrazadas,
como es el caso de las llamadas reacciones de conversión, que
«convierten» un problema interior (inconsciente) en uno exterior,
por lo regular corporal y visible; es el caso de una parálisis
histérica, que impide trabajar a una persona porque en el fondo
tiene un conflicto laboral.
4. Tipos de conflictos…
Conflictos extrapsíquicos
Son los que tienen lugar entre la persona y su entorno ambiental o
social. Se producen, por lo general, cuando actuamos en contra de
nuestros principios por presiones del exterior. Por ejemplo, cuando
tenemos que acatar alguna norma o alguna ley que nos parece
injusta.
El mantenimiento de una situación conflictiva acarrea con el
tiempo trastornos psicológicos de interés, desde leves rasgos
neuróticos (estados depresivos, somatizaciones, etc.) a
profundas psicosis (trastornos del pensamiento y de la
personalidad) en función de la importancia del conflicto.
5. Origen del conflicto PSI
El origen de un conflicto psicólogico puede darse a
raíz de heridas psíquicas como consecuencias de un
acontecimiento o situación que influye de forma
negativa en la vida de un individuo. Algunos
acontecimientos pueden marcarnos de manera
decisiva ya sea por la intensidad de ese
acontecimiento, o ya sea, porque se trate de alguien
psicológicamente débil.
.
Tampoco hay que pensar que determinados
acontecimientos, como agresiones, humillaciones,
abandono o perdida, producen traumas de manera
irreversibles. la misma situación, puede influir de
manera muy diferente en dos personas.
6. Mecanismos de Defensa
• Son procesos psíquicos inconscientes que tienden a evitar el desarrollo o la percatación
consciente de ideas y afectos displacenteros. Las vivencias de angustia, miedo, culpa,
vergüenza, etc. ponen en movimiento estos procesos de manera automática, pues displacer y
defensa constituyen una estructura tal que, estando presente el primero, se desencadena la
segunda[1].
• Si bien se las describe de manera independiente, todas ellas funcionan coordinadamente.
Algunas constituyen un primer tiempo que luego es completado en su intencionalidad
defensiva por la acción de otras defensas.
• Si bien en sus modalidades extremas dan lugar a las formas de patología más graves, sin
embargo tienen que ser entendidos como procesos que constituyen parte del funcionamiento
normal del psiquismo y resultan indispensables para el mantenimiento de la salud mental.
• Se las puede clasificar en defensas primarias y secundarias, tomando en cuenta al mecanismo
de represión como límite entre unas y otras. Las primarias se ponen en juego antes que la
represión, correspondiendo a los primeros tres o cuatro años de vida. Son: proyección,
introyección, vuelta contra sí mismo, conversión en los contrario y escisión.
• Las secundarias operan a partir de la instalación de la represión. Son: formación reactiva,
desplazamiento, aislamiento, anulación, negación, idealización, sublimación.
•
[1] Bleichmar, Hugo: Mecanismos de Defensa. En Enciclopedia de Psiquiatría. Guillermo
Vidal y otros. El Ateneo, Buenos Aires, 1977.-
7. Mecanismos de Defensa
• A medida que progresa el desarrollo de la personalidad, el individuo
aprende métodos que le permitan descargar sus impulsos y adaptarse
a la realidad, reduciendo la ansiedad que las frustraciones y los
conflictos pueden generar.
• Estos mecanismos los emplean tanto las personas normales como
aquellas que presentan rasgos patológicos, y su finalidad es siempre
favorecer la adaptación del sujeto a la realidad externa e interna.
El médico debe saber que existen estos mecanismos para poder
comprender mejor a su paciente. Si la persona se defiende es
porque inconcientemente se percibe una amenaza de angustia, y
sólo podrá lidiar mejor con su situación si alguien puede retraducir
por él lo que en verdad está sucediendo.
8. • Los mecanismos de defensa son las funciones inconcientes
que el yo dispone para sortear la angustia y poder negociar
y adaptarse.
•
• En el individuo enfermo psicológicamente esta finalidad se
pierde, y las defensas se vuelven ineficaces, rígidas,
restrictivas y desacordes con la situación.
• Las defensas pueden ser más o menos adaptativas en
función de la plasticidad, rigidez o estereotipia de las
mismas. Las defensas son más inmaduras a medida que
implican un mayor grado de distorsión de la realidad.
9. • El término defensa fue utilizado por primera vez
por Freud en 1894 en un estudio titulado “Neuropsicosis
de defensa” , y más tarde vuelve a referirse a éste en
“Etiología de la Histeria“. En ambos Freud usa este
concepto para referirse a la lucha del YO contra las ideas o
afectos dolorosos o insoportables que llegan a la
conciencia, es decir, sería una protección del YO frente a
ciertas exigencias de los instintos.
• Posteriormente añadiría que los mecanismos de defensa del
YO se movilizan también frente a la realidad externa
conflictiva y frente a impulsos contradictorios. Y su
finalidad, por tanto, sería dar seguridad al YO y evitarle el
displacer, ya sea de origen interno o externo.
• Los Mecanismos de defensa son una función del YO
inconsciente.
10. Describiremos algunos de los mecanismos de defensa.
• Represión: Expulsa de la conciencia deseos, fantasías y pensamientos
inaceptables. Es el desalojo de una representación de la conciencia que
de otro modo traería angustia. El Yo para mantener la eficacia de este
mecanismo necesita ejercer una fuerza opositora constante ya que la
pulsión siempre buscará la manera de descargarse.
• Los olvidos, los lapsus, los chistes, evidencian el funcionamiento de la
represión.
• Podría compararse la represión al esfuerzo constante que le requería a
una persona el mantener hundido un barril vacío en el agua.
• Conversión: Mecanismo por el cual los afectos que fueron
desprendidos de sus representaciones se trasladan al ámbito de lo
corporal generando alteraciones somáticas funcionales sin alteración
de la biología real. Es la representación simbólica de un conflicto
intrapsíquico en un síntoma somático. Es el mecanismo prototípico de
la histeria.
11. • Anulación: Mecanismo a través del cual los pensamientos y deseos
inaceptables para el Yo son revertidos ilusoriamente mediante la
ejecución de actos de connotación simbólica contraria. Es propio de los
cuadros obsesivos.
• Formación reactiva: Es la adopción de una actitud o rasgo que resulta
opuesto al deseo original censurable. Es una reacción contra un deseo
infantil inaceptable. Se caracteriza por la asunción de un rasgo
virtuoso de forma exagerada. Es habitual en el trastorno obsesivo
compulsivo de la personalidad.
• Racionalización: Se refiere a la necesidad de buscar y dar una
explicación teórica, coherente y socialmente aceptable que justifique
sentimientos o pensamientos que serían inaceptables para la imagen de
uno mismo.
12. • Negación: Es el mecanismo en el que se rechazan aspectos desagradables de la
realidad interna o externa desconociéndolos. Es una desautorización directa de
una realidad abrumadora.
• Desplazamiento: El afecto o la emoción pasa de una representación a otra. Se
traslada este componente afectivo sobre una representación que tiene algún
aspecto en común con la primera.
Este deslizamiento asociativo también se observa en proceso de formación del
sueño.
También es uno de los mecanismos que se utilizan en las fobias. La ansiedad
asociada con un deseo inconsciente se redirige a un sustituto consciente e
inofensivo.
Está presente en la transferencia siendo los sentimientos de una figura de la
infancia desplazados a una persona del presente.
•Sublimación: Es el mecanismo mejor logrado y el más saludable. Se produce
modificando la finalidad inaceptable del deseo logrando así la desexualización
y desagresivización del impulso. No requiere de un gasto de energía constante
para mantener alejado de la conciencia el contenido inaceptable, ya que éste se
ha vuelto aceptable socialmente.
•Los instintos desexualizados se pueden observar encausados en
manifestaciones artísticas, culturales, profesionales, etc.
13. • Disociación: Mecanismo que permite mantener dentro del psiquismo la coexistencia de dos
actitudes psíquicas diferentes y opuestas, que coexisten ignorándose mutuamente. Permite
mantener separados estados contradictorios del si mismo y de las representaciones objetales
para evitar un conflicto intrapsíquico. En tanto estos estados contradictorios del yo puedan
mantenerse separados entre sí, se controla la ansiedad relacionada con estos conflictos.
Este mecanismo protege al yo del conflicto pero lo debilita en su funcionamiento. Es un
mecanismo de defensa primitivo que genera la falta de nexos entre distintos aspectos del yo,
constituyendo núcleos que no se comunican entre sí, a modo de archipiélagos.
La disociación es una manera de desconectarse de la experiencia actual, a veces creando otra
representación de uno mismo, para poder continuar existiendo en un momento excesivamente
doloroso o estimulante. El uso frecuente de este mecanismo resultará en una visión
discontinua de uno mismo, del tiempo y del mundo que estará llena de huecos llamativos. En
sus casos más severos puede llevar la persona a sentir que tiene varios sí-mismos. En sus
formas más benignas puede ser una manera pasajera de atenuar un exceso de estimulación.
Escisión: Defensa más antigua frente a la angustia, consiste en dividir al objeto, es decir, el
yo en bueno y malo. La manifestación más clara de la escisión es la división de los
objetos externos en “completamente buenos o “completamente malos” con la posibilidad
concomitante de cambios abruptos desde un compartimiento extremo al otro.
Proyección: el sujeto atribuye a otras personas las propias virtudes o defectos, incluso sus
carencias (falta). En el caso de la proyección negativa, ésta opera en situaciones de conflicto
emocional o amenaza de origen interno o externo, atribuyendo a otras personas u objetos los
sentimientos, impulsos o pensamientos propios que resultan inaceptables para el sujeto. Se
«proyectan» los sentimientos, pensamientos o deseos que no terminan de aceptarse como
propios porque generan angustia o ansiedad, dirigiéndolos hacia algo o alguien y
atribuyéndolos totalmente a este objeto externo. Por esta vía, la defensa psíquica logra poner
estos contenidos amenazantes afuera. La proyección positiva se da cuando el sujeto atribuye a
otra persona cualidades dignas de ser admiradas, envidiadas, amadas.
Escición
14. Síntomas
• Los síntomas son expresiones del conflicto, soluciones de
compromiso defensivos. Por un lado proporcionan cierta
gratificación y por otro conllevan la angustia por lo
reprimido y prohibido.
• El síntoma sería un sustituto de una no lograda satisfacción
instintiva. Por la represión, la liberación del instinto
aparece como displacentera en lugar de placentera
(transformación de los afectos).
• El síntoma es observado como expresión de una intención
inconsciente y al mismo tiempo como defensa frente a ella,
en otras palabras, un signo y un sustitutivo de una
expectativa de satisfacción de un instinto, un resultado del
proceso de la represión.