La crisis del euro ha disminuido el entusiasmo por la moneda única en Europa central. Solo los países bálticos aún desean adoptar el euro. Para salvar la eurozona, los países deben seguir el ejemplo alemán de austeridad presupuestaria. Los próximos días serán cruciales para determinar si países como Portugal podrán superar las pruebas de los mercados de deuda o requerirán rescates. La crisis está dividiendo a los ciudadanos europeos en torno al euro.