El primer cupón se ofreció en 1885 en Estados Unidos y consistía en un descuento de un centavo en la compra de un cereal. Los cupones gozan de popularidad en categorías con alta competencia como baterías, café, champús y pastas de dientes. En México, los cupones de despensa o gasolina entregados por empresas a empleados y los que aparecen en directorios telefónicos son exitosos, pero los consumidores mexicanos no suelen guardar cupones para usarlos en futuras compras.