El documento analiza los cambios en la sociedad y la identidad individual producidos por la globalización y la digitalización. Se pasa de una sociedad integral a una dual, con integrados y excluidos. El estado se moldea por los intereses mercantiles más que por las necesidades sociales. El trabajo se terciariza y vuelve precario e inestable. Esto genera frustración e incertidumbre en los individuos, cuya identidad se vuelve poliforme y frágil al depender de redes y flujos de información.