Los profesionales de la salud tienen varios deberes de conducta, incluyendo el deber de informar a los pacientes sobre los riesgos y beneficios de cualquier procedimiento, incluso si el paciente es menor de edad; el deber de actualizarse continuamente en los conocimientos y técnicas más recientes; el deber de abstenerse de medidas arriesgadas e innecesarias; y el deber de vigilar cuidadosamente al paciente para evitar omisiones o negligencia.