2. Cuando el estado de ánimo de un
individuo en un determinado
momento de su vida sufre
sentimientos severos y prolongados de
tristeza o síntomas relacionados que
afectan a su capacidad para
relacionarse con otros, trabajar o
afrontar el día, la tristeza se convierte
en una enfermedad que se conoce
como depresión.
La depresión es un
trastorno del estado de
ánimo, que se traduce en un
estado de decaimiento y
claudicación psicológica y
biológica del paciente
importante y continuado. Se
manifiesta a través de
síntomas psíquicos y
somáticos.
3. o Factores Genéticos
o Factores Fisiológicos
o Factores Personales
o Factores Ambientales
Psicológicos:
o Estado de ánimo abatido
o Pérdida de interés
o Tristeza, desamparo
o Desesperación
o Miedos, sentimientos de culpa
o Dificultades en la concentración
o Aislamiento, prevención
o Disminución de la iniciativa
Somáticos:
o Trastornos del sueño
o Falta de apetito
o Dolor de cabeza
o Sensación de ahogo en el cuello
o Arritmias cardiacas, taquicardias
o Disminución del interés sexual
o Ausencia de la menstruación.
4. La depresión en cáncer es un problema presente a
nivel mundial que ha comenzado a estudiarse muy
recientemente. Según la Escuela de Medicina de la
Universidad de Harvard los trastornos psiquiátricos son
muy frecuentes en estos enfermos, sobre todo en
etapas avanzadas de la enfermedad. Aproximadamente,
el 50% de los pacientes presentan trastornos
psiquiátricos, siendo la Depresión Mayor el más común.
Si usted desarrolla una depresión después de
enterarse que tiene cáncer, o padecía de depresión
antes de recibir el diagnóstico, su depresión puede
afectar el desarrollo de su cáncer así como su capacidad
para participar en el tratamiento. Es importante que
trate su depresión incluso si se está sometiendo a un
tratamiento complicado para el cáncer.
Ante situaciones de crisis los psicólogos hablan de
cuatro actitudes distintas, que se pueden aplicar a las
personas ante el diagnóstico de un cáncer.
Desafío, cuando el paciente acepta su situación y
mantiene un espíritu de lucha, sin necesidad de apoyarle
explícitamente.
Amenaza, cuando siente que la enfermedad es algo ajeno
a ellos y que les amenaza la vida continuamente, lo que les
provoca una reacción de ansiedad.
Pérdida, si se sienten derrotados por la situación, piensan
que no pueden hacer nada por evitarlo, lo que les induce a
un estado depresivo.
Negación, cuando el paciente no acepta la realidad, y
entra en un estado de confusión, con una reacción de
evitación, huye e incluso rechaza los tratamientos.
5. Aparte del tratamiento farmacológico o psicoterapéutico - una vez que haya hecho efecto
y que el paciente sienta que ha mejorado su condición - es importante que se sigan
ciertos consejos o modos de vida:
o Tener pensamientos positivos.
o Cuidar la salud física.
o Mantener un calendario diario uniforme.
o Reanudar las responsabilidades forma lenta y gradual.
o Aceptarse a uno mismo. No compararse con otras personas que considera favorecidas.
o Expresar las emociones.
o Aceptar el apoyo de sus seres queridos.
o Seguir en todo momento y hasta el final el tratamiento impuesto.
o Reunirse periódicamente con el terapeuta.
o Comer una dieta equilibrada.
o Hacer ejercicio físico.
6. La depresión al final de la vida depende en gran medida de cómo ha
sido la vida del individuo. “Morir no puede ser jamás ningún
fracaso, puesto que es una necesidad para uno mismo y para los
demás... El fracaso peor y más lamentable es morirse sin haber
sabido vivir. No es tan importante cuán pronto o tarde se extinga
una vida sino lo mucho o poco que su impronta ha empapado a los
demás y viceversa”. Y esa depresión no se trata con fármacos, no es
una cuestión puramente bioquímica, sino existencial. Lo único que
tenemos en nuestra mano es tratar de cambiar la actitud con la que
esa persona se enfrenta a su situación terminal.