Este documento discute el papel cambiante de los espacios educativos. Argumenta que los espacios escolares deben centrarse más en el aprendizaje del alumno que en la enseñanza del maestro. Propone que los espacios deben ser flexibles, colaborativos y aprovechar la tecnología para facilitar un aprendizaje personalizado, basado en proyectos y centrado en las emociones y la creatividad del alumno. También enfatiza la importancia de considerar la opinión de los alumnos en el diseño