Este documento discute la diferencia entre educación y fabricación de personas. Argumenta que la educación no debe tratar de moldear a los estudiantes de acuerdo con los deseos del educador, sino permitir que los estudiantes se desarrollen como sujetos capaces de comprender el mundo y prepararse para el futuro. También enumera 7 principios para una "revolución copernicana" en la educación, como reconocer la autonomía de los estudiantes y crear espacios seguros para que puedan aprender por sí mismos.