Las causas de la Revolución Francesa incluyeron factores económicos como el crecimiento demográfico y la escasez de alimentos, factores sociales como la desigualdad y el resentimiento hacia la nobleza, e ideológicos como las nuevas ideas de la Ilustración sobre la libertad y la separación de poderes. Esto llevó a la destrucción del sistema feudal, un fuerte golpe a la monarquía absoluta y el surgimiento de una república liberal que difundió los derechos humanos y separó la iglesia del estado.