El documento describe el poder feudal de los señores en la Edad Media, que se componía de la propiedad de la tierra y facultades jurisdiccionales como la justicia, monopolios banales y derechos de circulación y comercialización. Estos poderes surgieron entre 980-1030 d.C. y tardaron un siglo en consolidarse, permitiendo a los señores y sus tribunales dictar sentencias y cobrar multas, así como controlar instrumentos agrícolas, ferias, mercados y ciertas formas de ocio a través de monopolios.