El documento describe el proceso de institucionalización del liberalismo en España entre 1850 y 1914, caracterizado por reformas para centralizar y uniformar el Estado bajo principios moderados. Se realizaron reformas fiscales, de códigos legales, de la administración pública y local, y de educación, además de resolver la cuestión foral vasca y navarra. Sin embargo, el desarrollo fue desigual y hubo breves períodos progresistas e incluso una república entre 1873 y 1874, antes de la restauración borbónica.