La música de Mozart produce un efecto dual en los bebés, relajándolos y manteniéndolos atentos al mismo tiempo para mejorar el aprendizaje. El ritmo y la melodía de Mozart estimulan el desarrollo del bebé antes y después del nacimiento, mientras que la voz de la madre y los latidos de su corazón tranquilizan al bebé. Escuchar música de Mozart ha demostrado mejorar habilidades como la comprensión lectora, la memoria, las matemáticas, y el lenguaje en los niños