La producción de enzimas para uso industrial tuvo sus orígenes en Dinamarca y Japón a finales del siglo XIX, cuando se produjeron las primeras preparaciones de renina a partir del estómago de terneros y de amilasa de origen fúngico. Las enzimas pueden obtenerse a partir de tejidos animales, vegetales o mediante procesos de fermentación empleando microorganismos seleccionados. Debido a que las aplicaciones industriales requieren gran escala y bajo costo, el empleo de algunas enzimas de