Hacia una educación integral en sexualidad en el currículo de educación básica
1. Hacia una educación integral en sexualidad en el currículo de educación básica
Mtra. María Elena Hernández Castellanos,
Subdirectora de Ciencias Naturales Secundaria,
de la Dirección General de Desarrollo Curricular
Introducción
Una de las prioridades en la Educación Básica es la promoción de la Salud, derecho
esencial de todo ser humano y condición indispensable para el desarrollo individual y
social. En esta perspectiva se promueve una Cultura de la Prevención como un
conjunto de conocimientos, habilidades, valores y actitudes en torno a la seguridad,
las situaciones de riesgo, la educación para la prevención y la participación. En el
desarrollo de la cultura de la prevención confluyen diversos temas que destacan su
dimensión amplia en la que, además de considerar los riesgos personales, colectivos
y del ambiente, se incluye una visión de causalidad integral. En este sentido, los
temas se relacionan con los principales determinantes de la salud en la población
mexicana infantil y adolescente: alimentación y nutrición, actividad física, higiene
personal, sexualidad responsable y protegida, prevención de adicciones y violencia,
entornos seguros y favorables a la salud.
Actualmente, en el marco de la Reforma Integral de la Educación Básica, se han
fortalecido las temáticas asociadas a la salud con la definición del perfil del egresado y
las competencias para la vida, que constituyen un referente integrador para todas las
modalidades y niveles educativos en el conjunto de los campos formativos y las
asignaturas que conforman el mapa curricular de la educación básica. En este
sentido, una de las principales metas se orienta a que las y los estudiantes adquieran
recursos para fortalecer su autoestima y actuar de manera autónoma y responsable
en la toma de decisiones sobre su vida presente y futura en la perspectiva de la salud
sexual y reproductiva. Esto busca propiciarse desde edades tempranas con
actividades acordes al desarrollo cognitivo de los alumnos, partiendo de situaciones
en las que se plantean posibilidades reales de intervención.
A lo largo de la educación básica la temática se aborda con distintos niveles de
acercamiento desde la educación preescolar hasta secundaria.
Tratamiento de los contenidos en la educación básica
Preescolar
El estudio de los contenidos relacionados con la sexualidad se centra en los aspectos
afectivos y de relación que desarrollan las niñas y los niños a partir de actividades en
las que desempeñan distintos roles en la escuela y en casa, independientemente de
su sexo. También inician el reconocimiento de que existen características individuales
y de grupo, y la importancia de respetar las diferencias entre las personas.
Al participar en diversas experiencias sociales –entre las que destaca el juego– ya sea
en las familias o en otros espacios, los pequeños adquieren conocimientos
fundamentales y desarrollan competencias que les permiten actuar cada vez con
mayor autonomía y continuar su propio aprendizaje acerca del mundo que les rodea.
En este sentido, los niños y las niñas reconocen que todas y todos tienen
responsabilidades y derechos; intercambian ideas acerca de sensaciones y
sentimientos (agradables o desagradables) que les generan algunas personas o
experiencias, comentan acerca de las personas que les generan confianza y
seguridad y de cómo actuar ante determinadas situaciones: cuando se encuentran
solos en un lugar o ante desconocidos.
Primaria
2. En primaria, el primer ciclo (1º y 2º grados) se orienta a que las alumnas y los
alumnos se reconozcan como personas únicas y valiosas que deben cuidarse y
quererse, por lo que se estudian contenidos relacionados con las partes del cuerpo,
sus funciones y cuidados, la identificación de semejanzas y diferencias físicas entre
pares, así como la relación entre las características de padres e hijos.
En el segundo ciclo (3º y 4º grados), se revisa la relación de los caracteres sexuales
con la reproducción, y se promueve la igualdad de oportunidad entre mujeres y
hombres.
En el tercer ciclo (5º y 6º grados), se abordan específicamente los temas de
reproducción humana y las implicaciones de los embarazos en adolescentes y de las
infecciones de transmisión sexual. Además, se plantea una integración de estos
contenidos en el espacio de trabajo por proyectos.
En el Programa de la asignatura de Formación Cívica y Ética se incluyen la mayor
parte de los contenidos asociados a la temática y en él se promueven ocho
competencias que buscan favorecer un desarrollo equilibrado de las emociones, así
como la capacidad de las niñas y de los niños para que tomen decisiones de manera
libre y responsable, en un marco de principios y valores democráticos. El tema de la
educación sexual se aborda a partir de las siguientes competencias que se
desarrollan a lo largo de los seis grados de educación primaria:
1 Autoconocimiento y cuidado de sí mismo
2 Autorregulación y ejercicio responsable de la libertad
3 Manejo y resolución de conflictos
Secundaria
La educación sexual que se impulsa en la escuela secundaria, parte de una
concepción amplia de la sexualidad, donde quedan comprendidas las dimensiones de
afecto, género, reproducción y disfrute; las actitudes de aprecio y respeto por uno
mismo y por los demás; el manejo de información veraz y confiable para la prevención
de infecciones de transmisión sexual, embarazos tempranos y situaciones de
violencia.
Los contenidos se plantean en el marco de la salud sexual y reproductiva, con el fin
de fortalecer conocimientos, actitudes y valores que permitan al alumnado
fundamentar la toma de decisiones respecto al ejercicio de la sexualidad. Con base en
lo anterior, en la asignatura de Ciencias 1 (Biología), se enfatiza la importancia de la
prevención, al estudiar las causas y consecuencias de las infecciones de transmisión
sexual, y el funcionamiento de los métodos anticonceptivos.
Como parte del estudio de la sexualidad humana también se considera la reflexión
sobre la perspectiva de género; es decir, la forma de concebir y apreciar el hecho de
ser hombre y ser mujer en el contexto de una cultura donde se generan valores, ideas
y estereotipos entre sus integrantes. El género es un componente importante de la
educación sexual porque refiere a las ideas, las valoraciones y los sentimientos
desarrollados hacia la sexualidad, y a partir del cual las y los estudiantes, pueden
distinguir y analizar cómo los estereotipos de género afectan sus posibilidades de
desarrollo, afectividad y disfrute.
El estudio de la sexualidad en la educación secundaria plantea que los alumnos la
reconozcan como:
1 Una expresión de la afectividad humana vinculada con el ejercicio responsable
de la libertad personal.
2 Un conjunto de prácticas sociales y culturales diversas que adquieren
significados particulares en diferentes contextos históricos y geográficos.
3. 3 Una práctica que entraña derechos y responsabilidades, así como el respeto a
la dignidad humana.
4 Una forma de convivencia humana donde prevalece el trato igualitario y el
respeto mutuo.
5 Una vertiente de la cultura de la prevención donde la identificación de factores
de riesgo y de protección constituye una condición para su mejor disfrute.
Para que esta labor sea posible, se consideró la inclusión de temas relacionados con
la educación sexual y la equidad de género en los siguientes espacios del currículo de
la educación secundaria: las asignaturas de Ciencias I y Formación Cívica y Ética I y
II, así como en el espacio curricular que se denomina Orientación y Tutoría I, II Y III.
A manera de conclusión
Sin duda, los beneficios de la Educación Sexual se extienden hacia la formación
ciudadana, ya que fortalece en las y los alumnos la autonomía, la equidad y la
participación responsable.
Si bien, la inclusión de la temática se ha venido posicionando y fortaleciendo con
iniciativas como la Declaración Ministerial “Prevenir con Educación”, aún queda
mucho por hacer, por lo que entre otras acciones, se destacan las siguientes:
a) Dar seguimiento al desarrollo de la temática en las escuelas.
b) Crear programas o materias específicas de capacitación en educación sexual.
c) Consolidar y vincular los programas de formación inicial y permanente para el
aprovechamiento óptimo de los materiales, medios y recursos.
d) Ampliar la participación coordinada y conjunta de las autoridades centrales y
estatales.
e) Incrementar la relación de los equipos técnicos de la Secretaría de Educación
Pública, con otras instituciones, asimismo con organismos gubernamentales y no
gubernamentales para unir esfuerzos y fortalecer los programas.
Referencias Bibliográficas
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