El documento describe el papel de la iglesia en la Edad Media como una institución central que guiaba la vida social, familiar e individual. También explica el surgimiento de las primeras universidades medievales a medida que maestros y estudiantes se organizaban de forma independiente, y requerían la aprobación papal para operar. Finalmente, resume el intento del Imperio Carolingio de recuperar el control político, religioso y cultural durante los siglos VIII y IX, cuando los reinos francos eran la principal potencia.