1. i c e b e r g
Año II | Número 11 | Febrero 2021
EL NEWSLETTER DEL PSIC. AGUSTÍN MENÉNDEZ
Yo soy tu padre
Página 3
Merlí
Página 9
Falló la justicia
Página 13
Organizaciones
Siglo XXI
Página 18
2. Bienvenid@ a este
boletín, con espíritu de
revista, que inicié en
marzo de 2020 cuando
comenzaba el tiempo de
confinamiento a causa
del Covid-19.
Ya estamos en 2021 y
mientras la vacunación
está por comenzar en
nuestro Uruguay, yo
comparto contigo,
estimad@ lector(a), este
nuevo número de esta
gacetilla, en la que
podrás encontrar textos
de mi página web,
ilustraciones y “fotos que
hablan”, así como
escritos de otros autores
y alguna otra curiosidad
que encuentro navegando
(a veces sin mucho
rumbo) por la red.
Mi propósito es que el
tiempo que pases por
aquí te invite a la
reflexión y la
introspección, actividades
cada vez más necesarias
en estas complejas e
inciertas coordenadas
existenciales que nos
toca vivir.
Si por algún motivo
querés consultarme algo
me podes encontrar en el
e-mail
agustinmenendez@gmail.
com o en el
teléfono/whatsapp
099268397.
ÍNDICE
Como psicólogo y psicoterapeuta trabajo
en torno a preguntas importantes de la
vida: ¿Qué te está pasando? ¿Qué te
impulsa y qué te importa? ¿Cómo se
gestaron los acontecimientos que hoy te
afectan? ¿A dónde te diriges? ¿Es posible
dejar de tropezar siempre con la misma
piedra? Al explorar estas preguntas con
las personas aspiro a ayudarles a elegir
diferente, a tomar la vida en sus manos,
así como adoptar decisiones que
mejoren sus entornos personales,
sociales y profesionales.
Año II | Iceberg N°11
Febrero 2021
Editorial Página 2
Yo soy tu padre Página 3
MerlÍ Página 9
Falló la justicia Página 13
Organizaciones Siglo
XXI
Página 18
Frase seleccionada Página 24
Texto seleccionado Página 25
La foto que (te) habla Página 26
He estado haciendo Página 27
Próximamente Página 30
Estoy leyendo Página 32
Iceberg - N°
anteriores
Página 33
Servicios Página 34
Redactor responsable: Agustin Menéndez
3. Editorial
Hemos cambiado el almanaque y mientras el de 2020 ya es historia, el
que ahora reina arriba de nuestros escritorios o repisas es el de 2021. El
inédito año previo ha dejado tras su paso todo tipo y clase de angustias,
sufrimientos y tragedias, no solo personales sino también familiares y
colectivas.
La llegada de las vacunas y el comienzo de la vacunación está
aconteciendo en muchos países del mundo, lo cual se estima que
conduciría a la famosa inmunidad de rebaño y por consiguiente a un
descenso de los niveles de contagio y de personas internadas en los
centros de salud.
¿La vida pre-Covid19 o la “nueva normalidad” están cerca? Es una
pregunta abierta sin dudas. La cuestión, más allá de lo que acontezca
una vez que buena parte de la población esté vacunada, es qué haremos
las personas con los impactos que produjo un año sin comparaciones
en el pasado cercano.
Procesar, metabolizar e integrar lo que vivimos es tanto un asunto
social, como comunitario, familiar y también personal. La pandemia si
hay algo que nos ha dejado como aprendizaje es que estamos
entrelazados y lo que afecta a uno tiene el potencial de incidir sobre los
demás. Costaba entenderlo antes porque era muy obvio. Quiero creer
que, pandemia mediante, hayan más ojos abiertos que antes.
Los desafíos son inmensos y en relación directa al equilibrio entre
presencialidad y virtualidad, asunto que se mete tanto en el mundo del
trabajo como en el de los afectos, puntos cardinales, ambos, en
nuestras existencias.
“Debes estar preparado para arder en tu
propio fuego: ¿cómo podrías renacer sin
haberte convertido en cenizas?”
Frederick Nietzsche
Iceberg | Año II | Número 11 | Febrero 2021
Página 2
4. Yo soy tu padre
En noviembre de 2020, a los 85
años y tras una breve enfermedad,
murió David Prowse, quien en la
primera trilogía de Star Wars dio
vida con sus casi dos metros de
altura al mítico Darth Vader . De
1977 a 1983, en los episodios IV
(Una nueva esperanza, 1977), V (El
imperio contraataca, 1981) y VI (El
retorno del Jedi, 1983), Prowse se
puso el traje de uno de los villanos
icónicos del último medio siglo.
Star Wars es sinónimo de cultura
popular puesto que viene
entreteniendo a distintas
generaciones en una de las
producciones cinematográficas
que más éxito ha tenido en la
industria del séptimo arte. Su
prestigio anida en George Lucas,
su creador, quien como estudioso
del budismo y de la mitología
universal, se inspiró en el libro “El
héroe de las mil caras” del escritor
Joseph Campbell, quien descubrió
que la misma estructura narrativa
(El viaje del héroe) se repite en
numerosos mitos a lo largo y
ancho del mundo.
El viaje del héroe es el que
emprende Luke Skywalker en la
primera trilogía, cuando deja su
mundo cómodo, lo que hoy
llamamos zona de confort, para
adentrarse en el camino donde,
desafíos mediante, irá
descubriendo o construyendo su
identidad.
Más allá del viaje que Luke recorre
en la trilogía que dio origen a la
saga, no es éste, ni su hermana
Leia ni Han Solo, el auténtico
protagonista. Quien establece la
línea narrativa en la saga de Star
Wars no es otro que el mismísimo
Darth Vader, evidenciando con ello
varias cosas. Primero, que una
historia no necesariamente
evoluciona por el lado bueno,
segundo, que no se trata de un
proceso lineal en progreso hacia
adelante y tercero, que la
redención, si es que acontece,
implica fundamentalmente lidiar
con los demonios propios.
Iceberg | Año II | Número 11 | Febrero 2021
Página 3
5.
6. Ascenso y caída
“El miedo es el camino hacia el
lado oscuro. El miedo lleva a la ira,
la ira lleva al odio, el odio lleva al
sufrimiento, el sufrimiento al lado
oscuro”
– Yoda a Anakin en el Episodio I –
En el universo de Star Wars hay
dos fuerzas que se oponen: el lado
oscuro y “la Fuerza” propiamente
dicha. Mientras que el primero
hace alusión al odio, la maldad, la
muerte y todo aquello que desune,
“la Fuerza” remite al lado
luminoso de la vida, a lo positivo y
a lo que une y procura preservar la
existencia. El lado oscuro es la
fuente de poder de los Sith, en
tanto que “la Fuerza” es de lo que
se nutren los Jedi.
Si la primera trilogía (los episodios
IV, V y VI, estrenados entre 1977 y
1983) mostraba el viaje del héroe
que hacía Luke hasta enfrentarse a
Darth Vader, en la precuela
(episodios I, II y III, filmados entre
1999 y 2005) se nos cuenta el
camino de Anakin Skywalker hasta
convertirse en el villano de
máscara negra, respiración
volcánica y voz profunda. En los
episodios I, II y III Anakin es un
niño feliz y risueño, que junto a su
madre vive en condición de
esclavo, a pesar de lo cual ayuda a
la gente en problemas y muestra
su solidaridad. Anakin no ha
conocido a su padre y “la Fuerza”
que se comienza a expresar,
conduce a que se le acerquen los
Jedi Qui-Gon Jinn y Obi-Wan
Kenobi, con quienes establecerá
una transferencia de carácter
paternal. Antes de transformarse
en Darth Vader, Anakin se irá
debatiendo entre el bien y el mal,
entre “la Fuerza” y el lado oscuro.
Separado físicamente de su madre
(¿y emocionalmente… de su
placenta psíquica?) para
prepararse como Jedi en un
monasterio, Anakin poco a poco
irá deslizándose hacia el lado
oscuro. La imposibilidad para
tolerar y duelar las pérdidas de su
madre primero y la mujer que ama
después, convertirán a Anakin en
presa fácil para los intereses del
Emperador Palpatine, quien
resultará siendo un Lord Sith que
lo llevará hacia el lado oscuro.
Iceberg | Año II | Número 11 | Febrero 2021
Página 5
7. El ascenso de Anakin en el
conocimiento de “la Fuerza” y su
caída al lado oscuro se pueden
explicar por las diferentes
circunstancias en que éste y su
hijo Luke crecieron. Anakin fue
concebido por obra únicamente de
su madre, no conoció a su padre y
continuó esclavo en el planeta
donde vivía hasta que partió a
formarse como Jedi con el
designio de ser quien traería
equilibrio a “la Fuerza”. Su hijo
Luke, en cambio, creció en un
hogar donde no fue esclavo, ni
creció con el estigma de ser el
elegido (su majestad/tirano ‘mi
hijo’) y en consecuencia un
instrumento de poder. Además de
ello, los maestros con los que se
formó estaban más preparados de
los que acompañaron a Anakin, al
tiempo que las amistades de las
que se rodeó (Han solo,
Chewbacca, Lando Calrissian, los
androides C3po y R2 y su hermana
Leia) le apuntalaron y
acompañaron en los diversos
momentos en que se iba
convirtiendo en adulto, esos
momentos en que tuvo que asumir
las consecuencias de sus actos y
sus palabras.
La redención
Considerada como una de las más
famosas de la historia del cine, la
escena del episodio V, El imperio
contraataca, en la que Darth Vader
le dice a Luke “No, yo soy tu
padre”, podría catalogarse como el
inicio de la redención del icónico
villano.
Dejando a un lado las
interpretaciones más generalistas
en torno a la saga, acerca de la
eterna lucha entre el bien y el mal,
resulta crucial sumergirnos en una
interpretación que contemple un
más allá de esta perspectiva
lineal. Precedida del combate
entre Luke y Darth Vader, la frase
“no, yo soy tu padre” ilustra la
dimensión edípica, la necesaria
confrontación entre las
generaciones, actualmente en
riesgo a causa de la
horizontalización y a veces
anarquía que reina en los vínculos.
La verticalidad se ha vuelto mala
palabra y es un peligro mayúsculo
asociar la Ley a lo severo y
persecutorio.
Iceberg | Año II | Número 11 | Febrero 2021
Página 6
8. Sobre este punto, Massimo
Recalcati en su libro “El secreto
del hijo” lo explica así: “…
comprender a los hijos se
confunde con querer hacerles la
vida más fácil, siempre cuesta
abajo, carente de peligros y
amenazas. Padres e hijos extravían
el secreto que no pueden
compartir y que los separa,
haciéndolos diferentes, para
compartir una idea narcisista de la
vida como una afirmación de uno
mismo”.
Dicho de otra forma, es la idea
equivocada de querer acomodar la
ruta para los hijos en lugar de
prepararlos a ellos para caminar,
superar los tropiezos y
transformarse con los obstáculos.
Exclusivamente con la cultura del
diálogo y la empatía, hoy
predominante, corremos el riesgo
de estar criando personas más
atentas a sus ombligos que
sensibles a la vida de sus
semejantes.
La redención, que comenzaba con
el “yo soy tu padre” en el final del
episodio V, culmina en el episodio
VI cuando Darth Vader deviene
nuevamente en Jedi al sacarse el
casco, esa máscara que le cubría
las huellas y marcas del camino
recorrido.
No es casual que sea su hijo Luke,
pero en función paterna, quien
posibilite el regreso de Anakin al
mundo Jedi. Es esa insignia la que
Luke le ofrece a su padre, ahora en
posición de hijo, para que vuelva a
la vida desde la oscuridad. Así,
entre padre e hijo la idealización
termina por declinar, la
agresividad a disminuir y la
identificación a producirse.
Luke le dice chau al padre de la
infancia, le dice adiós al reino
dorado de la infancia y a su lugar
de hijo idealizado, cuando al final
del episodio V Darth Vader le dice
que él es su padre. Así, lo que cae
es el padre idealizado, ese padre
que para Luke era un Jedi, primero
traicionado y luego asesinado por
Darth Vader, quien ahora no es su
enemigo acérrimo sino un padre
caído en desgracia.
Iceberg | Año II | Número 11 | Febrero 2021
Página 7
9. En una época como la nuestra, en
la que poco se quiere saber del
tiempo del esfuerzo y de las
angustias, y en términos generales
del sentido ético de
responsabilidad, resulta crucial
preservar la diferencia simbólica
entre padres e hijos. Diferencia
generacional que no confunda
comprensión con procurarle a los
hijos un camino carente de
obstáculos y peligros.
Parafraseando a Recalcati: “el
mayor regalo de los progenitores
es no pretender ni anhelar la
comprensión mutua. Significa
saber dejar marchar a los hijos y
estar siempre listos para acogerlo
a su regreso”.
Iceberg | Año II | Número 11 | Febrero 2021
Página 8
10. Merlí
Hacía un tiempo que venía
escuchando comentarios sobre la
serie de parte de amigos y
conocidos, hasta que hace un par
de semanas me zambullí en ella y
ahora estoy por terminar la tercera
y última temporada. A mi juicio y
en pocas palabras estamos ante
una muy entretenida serie, que
aborda el mundo adolescente en
una ciudad del primer mundo,
haciendo eje en las idas y venidas
de un profesor de filosofía con
métodos poco convencionales.
Merlí es aire fresco entre tanto
fútbol, producto televisivo
mediocre o el azucarado
Iceberg | Año II | Número 11 | Febrero 2021
Página 9
11. estilo Disney. La serie se
desarrolla en la ciudad de
Barcelona y creo que su principal
punto fuerte, entre las muchas
aristas que tiene, es poner sobre
la mesa lo necesaria presencia de
adultos para orientar y guiar a los
adolescentes. Y no es que Merlí
sea un adulto con todas las letras,
puesto que así como aún vive con
su madre aún entrado en su
cincuentena, también se comporta
como un adolescente a la hora de
relacionarse con sus pares
profesores y autoridades del liceo
(educación secundaria).
Las circunstancias que rodean a
estudiantes adolescentes, su vida
en una institución educativa y
también el rol de la filosofía como
telón de fondo a la narración no es
algo nuevo que llegue de la mano
de Merlí. Por lo menos en el cine y
en la literatura tenemos varios
ejemplos. El mundo de Sofía y Más
Platón y menos Prozac son dos
libros de las últimas décadas que
más recuerdo, así como el
recientemente editado del autor
argentino Darío Sztajnszrajber,
Filosofía en 11 frases. En el cine, de
lo más destacado, puede que me
olvide de algo, es el clásico de
1989 con Robin Williams como
protagonista: La sociedad de los
Poetas Muertos.
Merlí retrata la vida de un grupo
de adolescentes en una Barcelona
caracterizada en crisis
institucional, social y política. La
serie no escatima críticas a los
estamentos gubernamentales,
poniendo también sobre la mesa
los recortes presupuestarios en
que se encuentra la educación
pública. Es obvio que la realidad
que uno observa de esta
Barcelona primermundista y su
crisis dista en muchos sentidos de
las crisis y sus características en
Latinoamérica y nuestro Uruguay.
No obstante, lo que sí parece
común a buena parte del mundo,
por lo menos el occidental, es
cómo está presentado el sistema
educativo.
En este sentido, Merlí constituye
un personaje disruptivo, al tiempo
que talentoso y también
narcisista. Disruptivo respecto a la
gran mayoría de sus pares
profesores, quienes son
presentados en la línea de la
apatía y cierto desinterés.
Merlí le pone el alma y el cuerpo a
las dificultades de los alumnos,
Iceberg | Año II | Número 11 | Febrero 2021
Página 10
12. acompañándolos cuando estos lo
necesitan y sus padres están
ausentes, semiausentes o
simplemente desconectados de
sus hijos. Merlí parece la última
barrera adulta evitando que estos
jóvenes se precipiten al vacío.
La serie nos sumerge en las
peripecias de estos adolescentes,
que van desde las relaciones de
pareja, los celos, las drogas, el
sexo, la muerte, hasta las
enfermedades, la adopción, el
suicidio y la soledad. Gerard, Pok,
Oksana, Iván, Tania, Berta, Oliver,
Joan y Mónica representan
diversas problemáticas personales
y grupales, poniendo en contexto
las alianzas, traiciones,
manipulaciones y negociaciones
que viven adolescentes y muchas
veces los más crecidos en años.
Estos jóvenes, para lidiar con sus
fantasmas y demonios,
encuentran en Merlí a alguien que
los escucha y acompaña,
utilizando como fondo para cada
capítulo a un filósofo (antiguo o
contemporáneo) y sus conceptos.
Aunque es mejor que la nada, que
la inacción, encontramos en Merlí
a un sujeto narcisista, a un sujeto
que se convierte en la estrella, en
el diferente, cada vez que
saltándose las normas
institucionales intenta abordar e
intervenir en algún asunto.
Más allá de la fascinación que
provoca el personaje, por lo
irreverente y subversivo, Merlí
queda como un escapado del
pelotón y no como parte de él. Sus
métodos pedagógicos rompen con
la lógica industrial que conocemos
y en las que muchos crecimos, en
el “sentate, cállate, escucha y
repetí” y en el pasémonos 10-12
años escuchando al adulto de
turno y viéndole la nuca al
compañero de adelante.
Hilando fino. Merlí saca a la
función de enseñar del piloto
automático y la vuelve artesanal,
ajustada a la medida de su clase y
de cada uno de sus alumnos. Tal
vez peca la serie y su personaje en
no ofrecer una alternativa que
involucre al colectivo de
profesores en su conjunto o
incluso a toda la institución. Merlí
es él y punto y está muy bueno
porque es mejor que la nada, pero
sería estupendo si se trabajase en
favor de crear una cultura que
fuera menos profesor-céntrica y
más alumno-céntrica.
Iceberg | Año II | Número 11 | Febrero 2021
Página 11
13. En eso quizás Merlí no de la talla,
puesto que se aleja de su
condición de adulto cuando
aparece otro profesor igual de
copado y él se siente celoso y se
pone a competir por ver quién es
el mejor. Merlí es humano !!
En síntesis: estamos ante un
producto muy entretenido y que
nos invita a pensar y reflexionar,
por lo cual la propuesta es
bienvenida y ojalá se replique
pronto. Asimismo, nos propone
que nos cuestionemos,
desarrollemos el pensamiento
crítico y ubiquemos en nuestros
horizontes hacer lo correcto más
que correctamente las cosas. Nos
invita a prestar más atención al
bosque que al árbol, a atender
nuestra brújula interior más que al
reloj.
Iceberg | Año II | Número 11 | Febrero 2021
Página 12
14. Falló la justicia
Michael Rotondo tiene 30 años y
es padre de un hijo pequeño.
También vive lejos de nuestro país
y hace poco tiempo se supo de él
porque sus padres solicitaron la
intervención de la justicia para
que lo obligara a dejar la casa
paterna. El juez del caso falló a
favor de sus progenitores y
Michael tuvo que partir y
comenzar con la construcción de
su propio “nido”.
“Acaso el propio Christoph
Haizmann no era más que un
pobre diablo sin suerte, acaso era
torpe o poco dotado para
mantenerse a sí mismo, y se
contaba entre aquellos tipos
notorios como «eternos lactantes»
que no pueden desasirse de la
situación beatífica junto al pecho
materno y durante toda la vida se
aferran a la pretensión de ser
mantenidos por algún otro”.
Sigmund Freud
La adolescencia es un período de
tránsito entre la infancia y la
adultez. Un período que no remite
solamente al tiempo cronológico
sino sobretodo a un tiempo
psíquico. La adolescencia es un
tiempo de elaboración, pérdidas y
conquistas, un tiempo
convulsionado que necesita de los
adultos para que el tránsito por el
Iceberg | Año II | Número 11 | Febrero 2021
Página 13
15. puente que lleva de “tierra
infancia” a “tierra adultez” pueda
concretarse.
El tiempo de la infancia, siempre
que todo haya andado más o
menos bien, es aquel en que los
padres son lo máximo, aquel en
que generalmente todo lo saben y
solucionan. Es esa época dorada
en que siendo heredero (príncipe)
en el reino de papá y mamá
muchas cosas las solucionaba él,
ella o ambos.
Pero la biología es la biología y a
los 11 años aproximadamente el
cuerpo de un/a niño/a comienza a
ser copado por una llamarada
hormonal. Chau chau “tierra
infancia”. Es el inicio del tránsito
por el puente. Es la pubertad que
entra en escena y el inicio de un
proceso en el cual el niño verá
como su cuerpo se transforma
(¿será por eso que las películas de
vampiros le gustan tanto a los
adolescentes?). Es el
advenimiento de un cuerpo
sexuado, maduro, apto para
procrear. Tal vez es un poco fuerte
pero se me vino a la mente la frase
“… como mono con escopeta”.
El adolescente tiene que enfrentar
duelos de relevancia una vez que
comienza a dejar “tierra infancia”
y comienza a caminar por el
puente que lo llevará, si todo anda
bien, a “tierra adultez”.
Tendrá que duelar la pérdida de su
cuerpo infantil e irse
acostumbrando progresivamente a
ese nuevo cuerpo que su cabecita
aún no puede llenar. De ahí que
muchos adolescentes se tropiezan
o golpean sin proponérselo. Es un
ser que aún está aprendiendo a
controlar su nuevo cuerpo. El
cuerpo va adelante y la mente lo
corre de atrás. También tendrá
que elaborar la pérdida de los
padres infantiles. Sobre sus
padres comenzará a tener una
nueva mirada y ya no serán esos
reyes que todo lo sabían y
solucionaban. Comenzará a ver a
sus padres más humanos. Y eso
duele, no es gratis.
No será menor también la pérdida
del rol infantil, en el sentido de lo
que pasa con los otros que lo
rodean, que en general le hablarán
como si fuera más grande de lo
que es.
Iceberg | Año II | Número 11 | Febrero 2021
Página 14
16. Los otros le hablarán a alguien
cuyo cuerpo creció pero su
psiquismo aún permanece, en
muchos sentidos, en las
coordenadas de la infancia.
Además del empuje puberal
(perspectiva biológica) existe una
perspectiva social y otra
psicológica. Socialmente
hablando, el joven que comienza
su tránsito en “tierra infancia”
(dependiente emocional y
materialmente) no tiene
asegurada su llegada a “tierra
adultez”, donde construirá su
propio nido, en el que forjará su
independencia, mejor dicho
interdependencia, material y
afectiva. Fundamentalmente en
estos tiempos que vivimos el
papel de los adultos es crucial.
Para imaginar el camino que va
desde el fin de la infancia hasta
las puertas de la adultez, además
de un puente que se va
construyendo (haciendo camino al
andar), pienso en una pista para
aviones y en el púber como ese
avión que en la cabecera acelera y
va tomando velocidad hasta
levantar vuelo. Del nido
(aeropuerto) al vuelo propio.
La perspectiva psicológica es
crucial a la hora de comprender
qué le pasa a un adolescente. En
pocas palabras, el adolescente es
un ser en el medio de una
tormenta, un ser en estado de
rebeldía, angustia y tristeza. Y lo
normal, si cabe el término, es que
sea así.
Ahora bien, esta transformación
también está acompañada de un
impulso creador y transformador
de inusuales características.
Piense en ese avión que acelera,
lleno de potencia, por la pista y
que necesita mantenerse alineado
para poder tomar vuelo. Las
líneas-guía de la pista y las luces
que indican los límites entre
asfalto y pasto somos los adultos
(padres, educadores, otros), a
quienes los jóvenes necesitan para
continuar construyéndose y tomar
confianza y seguridad. Ya lo decía
la marca de neumáticos…
Ahora, el partido se complica si el
control o el regulador de la
potencia no está disponible, en
ese camino que lleva de una
“tierra a otra” o que lleva al púber
“avión” a levantar vuelo.
Iceberg | Año II | Número 11 | Febrero 2021
Página 15
17. O en otras palabras, qué pasa si el
joven no encuentra adultos que lo
vayan acompañando en ese
tránsito, ya sea porque ellos
mismos están débiles/frágiles o
porque muchos quieren pegar la
vuelta desde “tierra adultez” a la
pista de aterrizaje, a la
adolescencia, ese tiempo en que
no sos niño ni sos adulto.
No es un tema menor cómo
actualmente se exalta la juventud
como un ideal. Envejecer y el paso
de los años viene siendo desde
hace un buen tiempo sinónimo de
mala palabra, como si no
permanecer jóvenes, bellos y
flacos fuera malo. A eso hay que
sumarle el imperativo de la
felicidad, que casi como un
mandato pareciera obligarnos a
sentirnos felices a cualquier
precio. La adolescencia pareciera
haberse convertido en un modelo
para el adulto.
Con este marco de fondo, a veces
a algunos adolescentes les cuesta
encontrar en sus adultos
referentes a esa figura que pone
orden, que está ahí para guiar,
para ayudar a pensar y muchas
otra veces para decir simplemente
no. Así como en la infancia, con
mucha mayor frecuencia, el no era
estructurante (hay cosas que se
pueden y otras que no), también
en la adolescencia será necesario
algún que otro límite. Primero
banda elástica (deliberación –
ayudar a pensar/reflexionar) y
cuando sea necesario alambre de
púa (no).
El grupo de pares durante el
tiempo adolescente será la
compañía ineludible. Tras ir
abandonando el núcleo, el nido
familiar, el joven no volará solo,
sino que lo hará en bandada.
Actitudes, peinados y vestimenta
caracterizarán a ese grupo y allí el
adolescente se sentirá parte de
algo, que ya no será el hogar
parental.
Armar y amar el propio nido, así
como un proyecto propio es un
camino que requiere paciencia y
persistencia, conceptos que no
abundan en lo que vemos
asiduamente en la pantalla del
dispositivo electrónico de turno.
Por algún lado leí hace poco que
“los adolescentes son el reflejo de
nuestra sociedad”, es decir que
sus actos hablan de nosotros, los
adultos. No hay mucho misterio: la
adolescencia es un tiempo
Iceberg | Año II | Número 11 | Febrero 2021
Página 16
18. turbulento tanto para el joven
como para los adultos que lo
acompañan.
La capacidad para estar conectado
afectivamente con el adolescente,
a pesar de sus turbulencias, estará
directamente relacionada con el
propio equilibrio del adulto, pues
éste acompañará ese tránsito
según como haya vivido también
él su propia adolescencia. Difícil
acompañar a un adolescente,
ofreciéndose como guía, sostén y
límite, cuando el adulto aún no se
siente dueño de su propio
“aeropuerto”, no ha podido armar
su propio nido o este esté aún
endeble y frágil.
Tal vez, llegados a este punto,
cabe preguntarse qué pasó en la
casa de los Rotondo, qué sembró
esa pareja durante muchos años
para terminar acudiendo a la
justicia para que intervenga y
ordene que su hijo deje el nido.
¿Tal vez, en su momento, no
pudieron registrar los vaivenes
afectivos, los estados de
desesperación y las demandas de
amor de su hijo? ¿O quizás el nido,
el aeropuerto, el puente, era tan
calentito que no invitó a Michael a
volar fuera en procura de otras
conquistas?
Aunque nos lo imaginemos, no
sabemos qué fue lo que sucedió
en esa casa. Somos historia de
vínculos: estamos hechos de los
vínculos significativos que, “gotita
a gotita” y/o por “tsunami”,
internalizamos . La familia
Rotondo vive en EEUU, pero su
situación podría ser el caso de
cualquier otra que esté criando
hijos, tanto niños como
adolescentes.
Iceberg | Año II | Número 11 | Febrero 2021
Página 17
19. Organizaciones Siglo XXI
Por primera vez desde
la revolución industrial, las
organizaciones están siendo
jaqueadas y muchas veces
obligadas a emprender
transformaciones para
mantenerse en pie en el actual
escenario. Son numerosos los
ejemplos de organizaciones que
comienzan a funcionar de una
manera completamente nueva,
con un nuevo diseño, nuevas
formas de realizar el trabajo y
nuevos modos en que las
personas se relacionan.
¿Cuáles son los elementos de este
cambio fundamental? Aquí te los
contamos:
Estructuras en red
La estructura de las
organizaciones está cambiando de
las clásicas pirámides jerárquicas
a organizaciones en red más
planas.
Iceberg | Año II | Número 11 | Febrero 2021
Página 18
20. Uno de los problemas reconocidos
en las organizaciones jerárquicas
es que la información se mueve
muy lentamente, lo que dificulta la
adaptación al escenario cambiante
de hoy. Las organizaciones en red
están creciendo sobre todo gracias
al intercambio de conocimiento
más inmediato y más amplio que
facilita la coordinación entre las
partes. Las tecnologías de la
comunicación están reduciendo el
viaje de la información que
anteriormente ascendía por la
cadena de comando a través de
los departamentos y luego bajaba
con directivas por otra cadena de
comando para su coordinación y
ejecución.
Los equipos como unidad de
trabajo
Dentro de las organizaciones en
red la unidad de trabajo son los
equipos, a quienes se les asignan
las tareas, en lugar de a
individuos. Son los equipos los
que crean nuevos productos,
interactúan con los clientes y
resuelven los problemas de la
organización. Este cambio es cada
vez más necesario debido a la
mayor complejidad del entorno en
el que operan las organizaciones,
que requiere asimismo un capital
humano diverso
Iceberg | Año II | Número 11 | Febrero 2021
Página 19
21. que aporte múltiples miradas a los
asuntos a resolver. De aquí en más
es poco probable que los
problemas a resolver puedan ser
abordados por un individuo por sí
solo. Estamos viviendo en la era
de los equipos.
Equipos autónomos
Dado que no hay respuestas
predeterminadas a los problemas
complejos que enfrentan los
equipos, son éstos quienes tienen
que construir soluciones para los
asuntos que les toque enfrentar.
Para hacerlo, continuamente
prueban nuevas ideas y aprenden
tanto de sus éxitos como de sus
fracasos, así como de sus
interacciones con equipos de la
organización como de los
requisitos de los clientes y
también de la competencia.
También estamos viviendo en la
era en que gestionar el
conocimiento se convierte en un
asunto capital. Para aprender, los
miembros del equipo mantienen
conversaciones frecuentes para
reflexionar sobre sus acciones
conjuntamente.
Y en base a ese sentido reflexivo,
tome decisiones sobre qué hacer a
continuación, en lugar de
depender de un gerente para que
les diga qué deben hacer a
continuación. Seleccionan las
herramientas y prácticas de
trabajo más apropiadas para llevar
a cabo sus decisiones.
Cada equipo desarrolla prácticas
de trabajo únicas para su
situación, y esas prácticas
cambian con el tiempo. El
autogobierno requiere que los
miembros del equipo tengan
conversaciones frecuentes y
auténticas donde aprendan entre
ellos.
Centrarse en las relaciones
humanas
Los miembros de los equipos que
trabajan en red prestan mayor
atención al desarrollo de
relaciones más humanas y
personales que las que se
encontrarían en los equipos
tradicionales. Dichas relaciones se
basan en un propósito
compartido, el respeto por la
experiencia de los demás y un
mayor conocimiento mutuo como
seres humanos.
Iceberg | Año II | Número 11 | Febrero 2021
Página 20
22. La seguridad psicológica se
desarrolla solo cuando existen
estas tres condiciones, al tiempo
de hacer posible que los
miembros de los equipos adopten
conductas de aprendizaje, de
compartir los errores, buscar
comentarios sobre sus propias
acciones y discutir las diferencias
entre los miembros del equipo de
manera abierta. Estamos también
en la era de las conversaciones
significativas y/o auténticas.
Cambio de rol en los líderes
En equipos autónomos o
autogobernados, un jefe, referente
y/o líder es un servidor, un
creador de otros líderes, es decir
mucho más que sólo aquel que
toma las decisiones.
El papel tradicional de un gerente
en las organizaciones jerárquicas
se enmarcaba como aquel que
tenía el “poder sobre”; de ahí los
binomios jefe-empleado, padre-
hijo o maestro-alumno. En un
mundo inquieto y convulso como
el actual, tales relaciones impiden
que los miembros de los equipos
cooperen y colaboren
internamente al poner demasiado
poder en manos de un sólo
individuo. Diversos estudios han
evidenciado que los equipos con
diferencias de poder mínimas
tienen una mejor capacidad para
reflexionar de manera efectiva. En
muchos equipos que funcionan de
manera autónoma el equipo
selecciona un líder y a veces ese
rol puede ir rotando entre los
miembros del equipo (Laloux).
Este cambio en el papel que
desempeñan los jefes, líderes o
referentes también sirve para
aumentar la autenticidad de las
conversaciones dentro de los
equipos, porque sin el “poder” de
un gerente, el miedo a hablar se
reduce en gran medida.
Equipos virtuales facilitados por el
software
Ya sea que un equipo se encuentre
geográficamente distante o sus
miembros trabajen regularmente
desde sus hogares, el software y
las aplicaciones sociales están
haciendo posible la efectividad de
los equipos virtuales. Se trata no
de marchar juntos sino de atacar
unidos.
Iceberg | Año II | Número 11 | Febrero 2021
Página 21
23. La necesidad de aprovechar las
competencias, recursos y
capacidades internas ha hecho
que los equipos virtuales tengan
una alta prioridad en las
empresas. Esta nueva modalidad
de trabajo en equipo , al igual que
los que trabajan físicamente
juntos, también procura mantener
conversaciones frecuentes para
reflejar y construir relaciones
cercanas, aprender de sus
acciones y tomar decisiones
relacionadas con las prácticas
laborales. Mientras más remotos
sean los miembros del equipo,
mayor será el número de prácticas
y herramientas necesarias para
establecer y mantener relaciones
cercanas. Los equipos virtuales
son más efectivos cuando oscilan
entre intercambios cara a cara (en
una variedad de formas) y
comunicación en línea.
Gobierno descentralizado
En una organización en red la
gobernanza está descentralizada.
La forma en que se implementa
esa descentralización depende del
tamaño de la organización y la
interdependencia entre sus partes.
En organizaciones con amplias
interdependencias el órgano
rector es un equipo de equipos, es
decir una unidad de coordinación
en la que participa un
representante de cada equipo.
La mayoría de las organizaciones
en red han desarrollado un
conjunto de prácticas acordadas
para abordar problemas como la
resolución de conflictos, la
contratación, la toma de
decisiones y la gestión del
desempeño, entre otros.
Estamos en la era en que los
equipos se reúnen según las
circunstancias, en que las
personas participantes pueden
variar de acuerdo a los enfoques
necesarios para abordar los
desafíos. Redes, equipos,
colaboración, horizontalidad,
propósito, autonomía, confianza,
transparencia, liderazgo y también
autoridad son las palabras de este
nuevo tiempo, de este siglo en
curso que está desafiando y
tensando el modo en que
operaban personas y
organizaciones.
Iceberg | Año II | Número 11 | Febrero 2021
Página 22
24. Iceberg | Año II | Número 11 | Febrero 2021
Página 23
Más que el reloj y más que respuestas, este cambio
de época en que nos encontramos nos desafía a
hacernos más y mejores preguntas, así como a
construir y calibrar continuamente nuestras brújulas
interiores. De ello, en gran medida, dependerá
nuestra prosperidad.