Las tres fiestas más importantes para los judíos eran la Pascua, que recordaba la liberación de Egipto; Pentecostés, que recordaba el don de la Ley en el monte Sinaí; y la fiesta de las Tiendas, que recordaba la estancia en el desierto. El Templo de Jerusalén era el centro de la vida religiosa judía, donde se celebraba diariamente el culto a Yahvé. La sinagoga era el lugar de reunión de los judíos para la oración y el estudio de la Ley cada sábado.