1. ABC
MIÉRCOLES, 20 DE MARZO DE 2013
abc.es/sociedad
SOCIEDAD 57
«Hay privados en
inglés y alemán, pero
ni uno en español»
Antes de enviar a Sandra a un
internado en Madrid, Amaya y
Carlos intentaron buscar una
solución para su hija en
Cataluña, pero no encontraron
ningún centro, ni siquiera
privado, donde poder escolarizarla en castellano.
«Podía aprender en inglés y
alemán, pero no en español, es
inaudito», dice Amaya. Tras la
experiencia traumática en
Corbera, la pareja se trasladó a
Castelldefels, localidad a la que
esperan llevar a Sandra el
próximo curso. Tienen diferentes percepciones respecto a su
anclaje en el centro. «De
momento, el director del
instituto Mediterránea al que
la hemos preinscrito ya se ha
comprometido a no sancionarla si habla español; eso para
nosotros ya es un triunfo,
aunque las clases sean en
catalán», concluye la pareja.
ción, la adolescente se inmersionó en
el aula de su curso. La experiencia fue
tan «desastrosa», según su padre Carlos, que antes de que acabara el curso
tomaron la drástica decisión de mandarla primero a Tenerife y después a
un colegio privado de Madrid (en Barcelona no encontraron ninguno de
pago que escolarizaran en castellano)
para «reconducir la situación». «Suspendió casi todo», apunta Carlos. También hubo un giro en su actitud, incluso en la manera de expresarse y de vestir, dice la pareja, que ha tenido que
llevar a su hija al psicólogo. «Tenía dolores de cabeza, no quería ir a clase y
fue entonces cuando nos dijo como la
trataban allí», relata la pareja.
«La echaban del aula»
«Me confesó que se pasaba días en el
pasillo porque, cuando se le escapaba
alguna pregunta en castellano en clase el profesor la echaba del aula. Me
pareció terrible pero entendí muchas
cosas», dice Amaya afectada. Al conocer la situación, fue a hablar con los
responsables del instituto pero no halló ninguna comprensión. «Si la madre no habla catalán, vaya ejemplo para
la menor» le espetaron. Atribuyeron
el comportamiento de su hija a su «falta de interés por adaptarse».
La actual responsable del instituto
de Corbera, Teresa Arias, consultada
por ABC, dijo que «desconocía esta situación» porque llevaba en el cargo
desde julio, pocos meses después de
irse Sandra. «De todos modos me extraña que se haya producido este comportamiento», añadió. Este diario reclamó contactar, sin éxito, con los profesores que asignaron a Sandra.
John Fahey, presidente de National Geographic, publicación que busca inspirar a la gente
INÉS BAUCELLS
«Vendemos grandes historias
pero también un estilo de vida»
ENTREVISTA
John Fahey
Presidente de National Geographic
ANA LUISA ISLAS
BARCELONA
John Fahey se unió a National Geographic (NG) como su primer presidente, después de haber estado al frente de Time Life, y desde ahí impulsó
la incursión de la «sociedad» a los canales de pago, publicaciones en otros
países e idiomas, así como a internet.
Gracias a él, National Geographic es
más que reportajes fotográficos; es
investigación, misiones de exploración, una escuela de fotografía, e incluso tiendas-cafetería en distintas
ciudades del mundo, como la que hay
en la Gran Vía madrileña. La «sociedad» cumple 125 años y el directivo
ha visitado España como parte de la
celebración.
—¿Ha cambiado la forma de contar?
—Mucho, cuando la revista empezó
no había fotos y cuando se decidió incluirlas, fue muy controvertido.
—Difícil imaginarla sin fotos.
—Parte de la «sociedad» pensaba que
las fotos bajarían la calidad de la revista, que en aquel entonces era más
una publicación científica.
—¿Qué aprendieron?
—Una gran lección sobre estar abiertos a los cambios. Desde entonces,
nos conocen por nuestras fotografías.
—¿Siguen adaptándose a ellos?
—Claro, tenemos una aplicación dis-
ponible para Iphone y Android y somos la revista en línea con más suscriptores a nivel mundial, unos
300.000, que se suman a los siete millones suscritos de nuestra edición
de papel.
—¿Cómo lo han logrado?
—Aprendimos que los hábitos de los
consumidores también cambian.
—¿En qué sentido?
—Hace 50 años, por ejemplo, la gente conservaba los ejemplares de NG;
ahora, el diseño es más limpio, así que
la gente ya no colecciona objetos.
—¿Los lectores han cambiado?
—Ahora la gente picotea información,
un poco de aquí, un poco de allá; hace
10 años prefería tomarse su tiempo y
digerir un gran plato de información.
—¿Han cambiado para mal?
—No hay una forma mejor que otra,
√
John Fahey
«Esperamos que los
productos NG generen más
ganancias que las que
obtenemos con las revistas»
simplemente son distintas.
—Y el cambio no termina.
—Al contrario, en los últimos 5 años
hemos cambiado más que en los primeros 120 años. Y lo que nos falta.
—¿A qué se refiere?
—Somos una organización particular pues, hasta ahora, contar historias ha pagado las cuentas. Sin embargo, en 10 años nadie querrá seguir
pagando por nuestros contenidos.
—¿Morirá National Geographic?
—Estamos generando cada día otras
formas de hacer dinero.
—¿Como cuáles?
—Memorabilia, clases de fotografía,
viajes, equipo de exploración, guías...
—¿Y las historias?
—El contenido seguirá ahí: el gran video, la gran foto, las grandes historias... Seguirá siendo lo más importante, la flama que atrae a la gente y
los mantiene comprometidos.
—¿Comprometidos?
—Harán que la gente nos visite, pero
cuando lo hagan y conozcamos más
sobre ellos, sugeriremos que quizás
puedan estar interesados en algo más.
Esperamos que esos extras sean un
porcentaje más alto de ganancias que
lo que hacemos contando historias.
—Será fácil perder el rumbo.
—Nuestro contenido es nuestra razón de ser. Nos permite vender historias pero también un estilo de vida.
—¿Estilo de vida?
—Si eres parte de NG significa que te
preocupas por el planeta, por las culturas que lo habitan, por si habrá suficiente comida para todos. Es un perfil, un tipo de persona particular.