Juan Carlos Almansa, CEO de Ibeaser y experto en la industria alimenticia, discute el papel fundamental que juega la industria de alimentos durante la pandemia de coronavirus, ya que debe garantizar el abastecimiento de alimentos seguros y mantener la mayor cantidad de empleos posibles. Almansa propone que las empresas deben reinventar sus procesos y adaptarse a las nuevas necesidades de los consumidores. También enfatiza la importancia de transmitir los protocolos de salubridad a todos los eslabones de la cadena de suministro de alimentos
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Alimentos en época de COVID-19
1. Juan Carlos Almansa: El sector de alimentos en época de coronavirus
El manejo de alimentos debe estar dirigido a garantizar el abastecimiento y la disponibilidad de víveres seguros.
Juan Carlos Almansa CEO de Ibeaser y experto en la industria Alimenticia, asegura que el coronavirus ha dado
una fuerte sacudida a todos los sectores económicos, pero sin lugar a dudas la industria de alimentos juega un
papel fundamental, debido a que no solo debe reinventarse y subsistir para garantizar la cadena de
abastecimiento, sino que lucha por mantener la mayor cantidad de empleos posibles, los cuales son
indispensables para fortalecer medidas que previenen enfermedades transmitidas por alimentos, sobre todo en
medio de la contingencia establecida para detener la propagación de la pandemia.
“Esta nueva situación ha tomado por sorpresa a gran parte de los empresarios de este país, pero así mismo
estamos convencidos de que la clave está en el mínimo tiempo que tome nuestro proceso de adaptación y de
reinvención ante este gran reto”, comentó Juan Carlos Almansa, gerente de Ibeaser.
La industria de alimentos y bebidas a nivel mundial debe reforzar o desarrollar (en caso de que no exista) un plan
de contingencia para mejorar las condiciones higiénicas en la recepción de insumos y la elaboración y
almacenamiento de productos, porque es la forma más eficiente de reforzar el sistema de trazabilidad (tanto para
materias primas como producto elaborado).
Entre las medidas básicas en las plantas de elaboración, de embalaje y de proveedores, está definido que la
principal responsabilidad de las compañías está en promover las medidas generales de aislamiento social que se
implementan en cualquier cadena de producción, entre las que se debe destacar: evitar el contacto directo
durante el saludo y las actividades laborales, procurar mantener la distancia mínima de un metro; evitar la
aglomeración del personal durante el ingreso, la salida, los momentos de descanso y consumo de alimentos; y
restringir el desarrollo de actividades sociales y de esparcimiento.
Juan Carlos Almansa propone que “es necesario reinventar los procesos actuales y adaptarlos a las nuevas
necesidades de la industria y de los consumidores finales. Es nuestra responsabilidad como empresarios y
generadores de empleo, transformar este panorama en nuevas estrategias, mejorando la planeación a fin de ser
creadores de casos de éxito en medio del caos que ya se percibe en temas de seguridad alimentaria”.
Además, se debe enfatizar en que esta necesidad debe transmitirse a toda los eslabones de la cadena, desde
que se manipula el alimento para su preparación, hasta que llega al consumidor final, sin importar por la cantidad
de personas o entidades que pase antes de llegar a su última etapa, es uno de las claves que implementa Juan
Carlos Almansa, por su experiencia en la industria..
Es decir, no se pueden quedar los requerimientos para garantizar la inocuidad en las empresas proveedoras
dedicadas a la transformación, desarrollo y comercialización de productos alimenticios; como son aquellas que
ofrecen servicio de catering, suministran raciones de campaña para fuerzas armadas, o ensamblan refrigerios
para grupos poblaciones como son las instituciones educativas, centros penitenciarios, hogares de adultos
mayores, entre otros.
Juan Carlos Almansa afirma que en cualquiera de los casos y procesos para la producción y suministro de
alimentos, lo más recomendable es generar una sinergia entre proveedores e informarse para actualizarse sobre
los protocolos de salubridad que se publican con base en las recomendaciones que emite la Organización
Mundial de la Salud (OMS) y las entidades estatales, quienes son los que promueven bajo normas profesionales
la salud y el bienestar de los ciudadanos.