Comer las cuatro comidas principales del día, incluyendo un desayuno nutritivo, ayuda a proporcionar energía y nutrientes para las actividades diarias. Las porciones en el almuerzo y la cena deben ser moderadas y evitar excesos de grasas y carbohidratos. Algunos microorganismos se usan para hacer alimentos mientras que otros pueden contaminarlos y poner en riesgo la salud.