La arquitectura románica se caracteriza por ser principalmente religiosa, con templos y monasterios. Utiliza materiales como la piedra en muros gruesos y soportes como pilares cruciformes y columnas sin proporción clásica. Las cubiertas comunes son bóvedas de cañón y cúpulas sobre pechinas. La decoración incluye motivos vegetales, geométricos e historiados en capiteles y frisos horizontales.