Este documento analiza cómo Río de Janeiro se ha utilizado los megaeventos deportivos como una forma de presentarse como una ciudad global. Explora los objetivos de convertir a Río en una mercancía y atraer inversiones, a pesar de sus profundos problemas de segregación, violencia y desigualdad. También examina cómo los alcaldes han gestionado estos cambios promoviendo una imagen de modernidad y armonía, y cómo las Unidades de Policía Pacificadora se han utilizado para facilitar la transformación de Río antes de los Juegos Olímpicos de 2016. Sin