La gestión del conocimiento significa aprovechar todo el conocimiento de una organización para mejorar la interpretación del entorno, actuar de manera más efectiva, y minimizar la pérdida del capital intelectual. Los beneficios incluyen mayor flexibilidad, capacidad de respuesta, calidad, eficiencia y aprendizaje organizacional. El conocimiento se ha convertido en un activo clave para las organizaciones que deben gestionarlo efectivamente para sobrevivir en un entorno cada vez más competitivo.