Este documento discute la moralidad de los actos humanos según la doctrina cristiana. Señala que algunos actos son intrínsecamente malos y no pueden justificarse por motivos buenos. También explica que la opción fundamental de una persona, reflejada en sus actos concretos, debe ser vivir de acuerdo con la verdad y la ley de Dios para alcanzar la madurez moral.