El documento describe cómo la música puede usarse como una estrategia efectiva para mejorar la pronunciación y el aprendizaje del inglés en estudiantes de 15 a 18 años. Explica que la música involucra diferentes partes del cerebro y puede mejorar las emociones y la memoria. También detalla los beneficios de usar canciones, como mejorar la fluidez y el acento, pero señala posibles inconvenientes como la interpretación incorrecta del significado o errores gramaticales. El resumen concluye que la música es uno de los métodos más eficaces