El documento describe el caso de "la niña salvaje" que vivió aislada durante 13 años sin aprender a hablar o desarrollar habilidades sociales normales en la infancia. Los especialistas se dedicaron a estimularla y enseñarle el lenguaje, pero ella solo pudo aumentar un poco su uso del lenguaje de señas y nunca llegó a articular oraciones completas. Actualmente vive en un centro para adultos, que ha sido su séptimo hogar de acogida.