Julián Marías discute la naturaleza de la persona, argumentando que a diferencia de los objetos, la persona tiene una realidad dinámica e interior que está en constante cambio y formación, haciéndola a la vez real e irreal. Explica que la persona puede proyectarse hacia el futuro usando la imaginación y razón, y que sólo comprendiendo esta naturaleza cambiante podemos entender plenamente la realidad de otra persona.
Cada hombre que viene al mundo es algo absolutamente nuevo que se presenta a la realidad, se hace existente. Dicha existencia no es transmisible, algo que pase de padres a hijos. El contenido genético es lo único que pueden entregar los padres, pero que no determinan el “yo persona”. El hijo es un nuevo ser que se descubre “yo” a sí mismo.
Ha surgido un nuevo tú que tendrá que autodeterminarse a sí mismo o, más aún, descubrir su verdadera y propia identidad en medio de una civilización degradada a una comunicación monologal rebosante de información de tipo anónimo que más que contribuir a la búsqueda y desarrollo de la identidad del “yo persona”, arrastra a la dilución y pérdida del yo en un ensimismamiento egocéntrico propiciado por tales situaciones.
Por dicho motivo estudiaremos en este trabajo monográfico la escucha empática en los formadores que, teniendo en cuenta, estos, dicha coyuntura, deberán encontrar herramientas que ayuden a los formandos a salir del desértico yo motivándolo a entrar en un tú que, enriqueciéndolos cognitiva y experiencialmente, ayude a aclarar su propia identidad, su yo persona, la realidad de su cuerpo sentiente.
Cada hombre que viene al mundo es algo absolutamente nuevo que se presenta a la realidad, se hace existente. Dicha existencia no es transmisible, algo que pase de padres a hijos. El contenido genético es lo único que pueden entregar los padres, pero que no determinan el “yo persona”. El hijo es un nuevo ser que se descubre “yo” a sí mismo.
Ha surgido un nuevo tú que tendrá que autodeterminarse a sí mismo o, más aún, descubrir su verdadera y propia identidad en medio de una civilización degradada a una comunicación monologal rebosante de información de tipo anónimo que más que contribuir a la búsqueda y desarrollo de la identidad del “yo persona”, arrastra a la dilución y pérdida del yo en un ensimismamiento egocéntrico propiciado por tales situaciones.
Por dicho motivo estudiaremos en este trabajo monográfico la escucha empática en los formadores que, teniendo en cuenta, estos, dicha coyuntura, deberán encontrar herramientas que ayuden a los formandos a salir del desértico yo motivándolo a entrar en un tú que, enriqueciéndolos cognitiva y experiencialmente, ayude a aclarar su propia identidad, su yo persona, la realidad de su cuerpo sentiente.
Coaching Ejecutivo Ezencial Consultores Capítulo 1 El ObservadorEzencial Consultores
Programa de Coaching Ejecutivo Ezencial Consulotres.
Capitulo I Teoría del Observador
El objetivo es incorporar la distinción "vivimos en mundos interpretativos" explicado desde la biología en base a los postulados de H. Maturana.
INTRODUCCIÓN
CONTEXTO HISTÓRICO Y PEDAGÓGICO
AUTORES PRINCIPALES
GOODMAN
JOHN HOLT
ILLICH
IDEAS PRINCIPALES
PROPUESTAS DESESCOLARIZADORAS
LA DESESCOLARIZACIÓN, AYEY Y HOY
CRÍTICAS Y EVIDENCIAS, 30 AÑOS MÁS TARDE
HACIA LA FUSIÓN, HACIA LA DIVERSIFICACIÓN
INTRODUCCIÓN
CONTEXTO HISTÓRICO Y PEDAGÓGICO
AUTORES PRINCIPALES
GOODMAN
JOHN HOLT
ILLICH
IDEAS PRINCIPALES
PROPUESTAS DESESCOLARIZADORAS
LA DESESCOLARIZACIÓN, AYEY Y HOY
CRÍTICAS Y EVIDENCIAS, 30 AÑOS MÁS TARDE
HACIA LA FUSIÓN, HACIA LA DIVERSIFICACIÓN
1. “LA PERSONA” DE JULIÁN MARÍAS
En este texto redactado por Julián Marías veremos la concepción que tiene
de la persona y su realidad humana, además de la diferencia existente con los
objetos, las cosas. Para explicarlo aplicaremos lo que sabemos de la
concepción de la persona, así como lo que sabemos sobre la interioridad, en
este caso vida-inmanencia intelectiva, y los diferentes dinamismos humanos
aplicables a este texto.
Según Parménides, ya desde la antigüedad, se ha conceptuado a la persona
como un ser distinto y ajeno a las cosas, dado que las cosas son simplemente
cosas y su única razón de existir es la consistencia, es decir, que tan solo están
presentes en una única realidad, son reales. Mientras que la persona
permanece en una realidad, es real, y que al mismo tiempo es irreal, esto
quiere decir que es real porque la vemos y sabemos que está presente, pero
también es irreal porque su realidad es dinámica y está en un continuo cambio,
cada vez que la orientamos hacia el futuro, o como dice Julián Marías la
“futurizamos”. Con dicho término lo que Marías quiere transmitirnos es que la
persona está siempre pensando en el futuro, orientando su mente hacia él, por
ello es algo imaginativo, que aún no ha llegado, por tanto es irreal. Asimismo,
para poder explicar dicho término necesitamos aplicar nuestros conocimientos
sobre la interioridad, más concretamente con la vida-inmanencia intelectiva,
dado que estamos hablando de la persona, no de un animal ni de una planta.
En este nivel de la interioridad se encuentra la raza humana, y por ello tan solo
los humanos tenemos la capacidad de proponernos un fin y dicho acto
(proponernos un fin) está ligado a la “futurización”, es decir, nosotros, los seres
humanos, tenemos la capacidad de pensar en la finalidad que tendrán (futuro
de tener) nuestras acciones y dicha capacidad de pensar en un fin es
puramente imaginativa porque no podemos saber si ocurrirá realmente, por
tanto es irreal.
Alejandro Durá 1
2. Un ejemplo aclaratorio para esta teoría sería afirmar que mi realidad cuando
ha comenzado a escribir este comentario, al estar en un continuo cambio, ha
dejado de ser real y yo sólo puedo imaginar mi realidad cuando había
comenzado, en cambio, ahora, mientras redacto este ejemplo tengo otra
realidad distinta a la anterior, pero real, y mi realidad como persona cuando
vaya a entregar este comentario será totalmente distinta y tan solo podrá ser
imaginativa porque me puedo recrear en un contexto futuro que todavía no ha
sucedido, un contexto irreal, imaginativo.
Para finalizar esta primera parte de su conferencia diferenciando entre cosa y
persona, argumenta que debemos ver a la persona como un todo, dado que el
hombre a pesar de ser persona, la persona no es sólo un hombre. No como las
cosas que son simplemente cosas sin interioridad, ya que para que posean
interioridad deben tener inmanencia, es decir, realidad en sí misma, vida que
viene dada por una categoría temporal, no espacial. Además afirma que la
principal razón de nuestra cosificación es que estamos manejando cosas
asiduamente y rodeados por ellas.
Para poder explicar esto pongamos como ejemplo que la cosa tuviera
interioridad, si esta posibilidad tuviera cabida, la cosas u objeto en cuestión
tendría vida, la cual pudiera ser como la vegetativa en la que las plantas sufren
un crecimiento y una reproducción de la que no se dan cuenta, también podría
ser sensitiva, a la que pertenecen los animales, y en este segundo nivel los
animales sí se dan cuenta de que están en continuo crecimiento y saben
cuando se están reproduciendo, pero lo que los animales no poseen es la
capacidad de plantearse un fin, cosa que sí tenemos los humanos, inmanencia
intelectiva, que como hemos hablado anteriormente consiste en “futurizarnos”.
Por otra parte, podríamos usar otro punto de vista en el que la persona es un
hombre y el hombre es una persona. Si esto ocurriera la persona dejaría de
tener interioridad porque qué es hombre, el hombre no es nada más que un
cuerpo, una envoltura de la realidad como personas y esto lo podremos
apreciar más detenidamente al final de su conferencia.
Alejandro Durá 2
3. En la segunda parte de su conferencia nos habla de que para comprender la
realidad de la persona hace falta no sólo un análisis o una observación sino
también la imaginación, término con el que quiere hablarnos de la razón. Con
imaginación hace referencia a la razón, porque durante su charla nos comenta
que la forma de comprender la realidad humana es viéndola desde la
imaginación, algo irreal y dicha irrealidad forma parte de la realidad humana, es
decir, nos es innato, nos viene dado por la naturaleza y, siguiendo la
concepción substancialista de la persona, la persona está dotada de una
naturaleza racional. Esta concepción explicaba que el hombre es un ser
germinante, lo que podemos relacionar con lo que comentábamos al principio,
la realidad humana está continuamente formándose. Sabemos que su visión es
substancialista porque nos habla de un gran humanista, Unamuno. Unamuno
afirmaba que para poder conocer bien las substancias de las cosas y de las
personas debíamos usar la imaginación y, por ello, orientó su literatura hacia la
novela personal, en la que gracias a la imaginación podemos comprender la
vida humana.
Una forma de ejemplificar esto sería relacionarlo con lo que hemos visto
anteriormente. Podemos decir, desde el punto de vista de un docente, que si
enjuiciamos a un niño por la imagen que nos da al principio de un curso,
estaremos condenados al fracaso, porque la imagen que tenemos de su
realidad es provisional, dado que la realidad humana está proyectada hacia el
futuro, es cambiante, y por ello no podemos marcar a un alumno desde este
mismo instante porque su realidad como persona, forma de ser, cualidades,
etc. están en constante formación. Otro ejemplo asequible para este contexto
sería la realidad como persona de un delincuente. Pongo este ejemplo porque
un ladrón que ha cometido un delito, como por ejemplo atraco a un banco, y ha
sido puesto en libertad, no se debería juzgarlo como un delincuente que en
cualquier momento pudiera atracarte porque puede ser que en su realidad
pasada fuera un criminal, pero como la realidad es cambiante ya no es la
misma y si creemos que su realidad sigue siendo la de un atracador, estaremos
usando la imaginación y, por tanto, esa realidad ya no es real y estaremos
cometiendo una equivocación.
Alejandro Durá 3
4. Para finalizar esta conferencia Julián Marías se refiere a la persona como una
realidad ilimitada, es decir, que carece de límites, ya que a la persona le están
continuamente pasando cosas, mientras sigue un proceso de formación, y está
anclada a una realidad corporal. Es muy importante para él que comprendamos
el porqué de que sea una realidad corporal. Para ello, afirma que la persona es
un alguien, no un algo, porque si la llamamos algo, la estaremos cosificando y
dejará de lado su carácter propiamente personal.
Una forma útil para poder explicar esta teoría sería usar nuestros
conocimientos sobre los dinamismos humanos. Para comprender esto,
primeramente debemos tener en cuenta que el hombre, al poder proponerse un
fin, presupone una cierta reflexividad, por lo que el ser humano es capaz de
conocerse a sí mismo, tener autoconciencia, y, para lograr dicha
autoconciencia, tiene la necesidad de apoyarse en una realidad sensible
exterior, a modo de espejo, el cuerpo. Pero los hombres sólo podrán conocer la
realidad corpórea a través de las experiencias vividas. Ahora es cuando los
dinamismos pueden tomar partido para poder relacionarlo con lo que Marías
quiere comentarnos, porque los dinamismos están formados por tres
dimensiones interconectadas, dimensión física, psíquica y espiritual, y cada
una de estas son las partes para lograr el autodominio a través de la
experiencia. Gracias al dinamismo físico, los hombres poseemos los instintos,
que nos son innatos, fruto de nuestra naturaleza. El dinamismo psíquico
consigue la unión de los otros dos dinamismos (físicos y espirituales) y son los
que consiguen hacernos distinguir entre lo que nos gusta o nos desagrada y
para lograr esta diferenciación debemos recurrir a nuestra propia experiencia.
Y, por último, gracias al dinamismo espiritual al cual pertenece la voluntad y la
razón, los hombres somos capaces de lograr controlar los impulsos con
autoconciencia y autodominio. Si nos fijamos en los distintos dinamismos, nos
surgen términos que hemos estado viendo a lo largo de la conferencia, “nuestra
naturaleza, experiencia y razón
y
/o voluntad”. Con el término “naturaleza” los
dinamismos hacían referencia a los instintos y en el texto se relaciona con la
“imaginación” que, como habíamos visto, hacía referencia a la razón que para
los dinamismos recae en los espirituales; y con el vocablo “experiencia” para
Alejandro Durá 4
5. los dinamismos es la forma en la que conocemos nuestras emociones y
sentimientos y para Julián Marías la experiencia es la que nos cambia nuestra
realidad como personas. Como posibles ejemplos para apreciar esto, podemos
afirmar lo siguiente:
Los hombres solemos cometer errores a la hora enjuiciar o a una persona o
un alimento. En el caso de la comida, resulta obvio que a un niño no puedan
gustarle determinados alimentos, como las verduras, porque sus papilas
gustativas aún no se han formado y ¿ya por eso, cuando hemos crecido,
debemos enjuiciar a este alimento como algo de mal sabor?, la respuesta
claramente es que no, porque a lo largo de nuestra vida hemos sufrido un
continuo cambio y lo que no nos gustaba de niños, no tiene por qué no
gustarnos cuando ya seamos adultos, y para poder comprobar esto debemos
utilizar nuestra experiencia. Si empleamos, en este caso, nuestra experiencia
podremos saber si nuestra emoción sigue siendo de rechazo o de gusto.
A modo de conclusión, podríamos decir que Julián Marías con esta
conferencia lo que pretende es que nos concienciemos de que la persona es
una realidad en constante formación y cambio, es germinante. Nos ha
demostrado que por simplemente tener interioridad, los humanos tenemos una
realidad en nosotros mismos que los objetos no tienen y que si nos nombramos
como a los objetos, algo, no alguien, nos estaremos cosificando y privándonos
de la característica propia de los seres humanos, la realidad como personas.
Además, nos ha comentado que la realidad como personas es a la vez real
como irreal, empleando como instrumento a la imaginación, también llamada
razón. Para rematar concluye diciendo que la realidad de las personas no tiene
límite y la relaciona con la realidad corpórea, como forma de poder apreciar las
experiencias de un cuerpo “vivido”.
Alejandro Durá 5
6. los dinamismos es la forma en la que conocemos nuestras emociones y
sentimientos y para Julián Marías la experiencia es la que nos cambia nuestra
realidad como personas. Como posibles ejemplos para apreciar esto, podemos
afirmar lo siguiente:
Los hombres solemos cometer errores a la hora enjuiciar o a una persona o
un alimento. En el caso de la comida, resulta obvio que a un niño no puedan
gustarle determinados alimentos, como las verduras, porque sus papilas
gustativas aún no se han formado y ¿ya por eso, cuando hemos crecido,
debemos enjuiciar a este alimento como algo de mal sabor?, la respuesta
claramente es que no, porque a lo largo de nuestra vida hemos sufrido un
continuo cambio y lo que no nos gustaba de niños, no tiene por qué no
gustarnos cuando ya seamos adultos, y para poder comprobar esto debemos
utilizar nuestra experiencia. Si empleamos, en este caso, nuestra experiencia
podremos saber si nuestra emoción sigue siendo de rechazo o de gusto.
A modo de conclusión, podríamos decir que Julián Marías con esta
conferencia lo que pretende es que nos concienciemos de que la persona es
una realidad en constante formación y cambio, es germinante. Nos ha
demostrado que por simplemente tener interioridad, los humanos tenemos una
realidad en nosotros mismos que los objetos no tienen y que si nos nombramos
como a los objetos, algo, no alguien, nos estaremos cosificando y privándonos
de la característica propia de los seres humanos, la realidad como personas.
Además, nos ha comentado que la realidad como personas es a la vez real
como irreal, empleando como instrumento a la imaginación, también llamada
razón. Para rematar concluye diciendo que la realidad de las personas no tiene
límite y la relaciona con la realidad corpórea, como forma de poder apreciar las
experiencias de un cuerpo “vivido”.
Alejandro Durá 5