La rayuela era originalmente un juego que simbolizaba el viaje del alma hacia la salvación. Con el cristianismo, el diseño de la rayuela pasó a representar el trayecto hacia el cielo a través de una basílica. El juego involucra saltar entre cuadrados numerados trazados en el suelo, avanzando progresivamente hacia la "gloria" mientras se evita pisar las líneas o la piedra lanzada.