El lavado de activos es el proceso de convertir dinero ilícito en dinero aparentemente legítimo a través de tres fases: colocación, transformación e integración. Implica ocultar el origen ilegal de dinero u otros bienes para hacerlos parecer legítimos. Esto puede facilitar delitos como el tráfico de drogas y personas, corrupción, contrabando y terrorismo. Dejar sin castigar el lavado de activos puede debilitar las instituciones financieras y la economía, así como aumentar la delincuencia y corrupción.