La guía clasifica las actividades de aprendizaje en dos categorías: las que reproducen información de manera inerte y las que aplican conocimiento de forma funcional. El capítulo introductorio explica que el Espacio Europeo de Educación Superior propone centrarse en el trabajo del estudiante y hacer que las actividades de aprendizaje sean el eje de la planificación docente, considerándolas recursos para adquirir conocimientos y no solo para comprobarlos.