La hipótesis de Sapir-Whorf defiende que la forma de pensar de una persona depende de la lengua que habla. Sostiene que las lenguas segmentan y clasifican la realidad de forma distinta y no todas tienen el mismo número de palabras para referirse a una realidad. Aunque fue una posición extrema del relativismo lingüístico, los argumentos a su favor han sido rebatidos por sus detractores.