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PrácticasDocentesPreescolar
1. LizbethCarolinaVázquezGonzález.
¨BENEMÉRITA ESCUELA NORMAL
MANUEL ÁVILA CAMACHO¨
TERCER SEMESTRE EN LA LICENCIATURA
EN EDUCACIÓN PREESCOLAR
Materia: Iniciación al trabajo docente.
Maestra: Rosa María Cabrera Hernández.
Alumna: Lizbeth Carolina Vázquez González
Trabajo: Dilemas, las consignas, y el trabajo en
equipo inmersos en mi practica.
Licenciatura en educación preescolar
2. LizbethCarolinaVázquezGonzález.
DILEMAS: CONSIGNASYTRABAJOEN EQUIPO.
La metodología empleada en las practicas se basa principalmente en la actividad
del niño/a tanto física como mental, que el niño/a piense y actúe que intervenga y
aporte sus dudas, intereses, datos sobre el tema. A través de suscitar en ellos la
curiosidad por buscar, conocer, explorar e investigar. Todos aportamos
información y todos aprendemos de todos.
También la familia tiene un papel importante en facilitar el material a los niños/as
para clase. Esta metodología también implica:
Comunicación y diálogo, asambleas de debate, de comentarios, selección
de datos, etc., pero sobre todo de respeto a las aportaciones de todos.
Trabajo en grupo, compañerismo, cooperación.
Confianza y apoyo para crear un clima afectivo positivo.
Respeto al ritmo individual de cada niño/a.
Como maestra mi papel es el de guía y orientadora, coordinar el trabajo, hacer
aportaciones como los demás, moderar los diálogos, resolver dudas, plantear
propuestas,...
3. LizbethCarolinaVázquezGonzález.
Las consignas en las clases y los procesos cognitivos que promueven como
problema.
Abordar la temática presentada no es tarea sencilla si se considera la amplitud y
complejidad de los múltiples factores que atraviesan, influyen y condicionan las
prácticas de enseñanza. Pensar, además, el lugar de las consignas en dichas
prácticas implica generar más interrogantes que respuestas pero que podrán
servir para motivar la reflexión sobre las mismas.
La enseñanza alude a la actividad que busca favorecer el aprendizaje,
estableciendo un andamiaje entre el alumno y el contenido a ser aprendido
(habilidades, conceptos, procesos mentales, actitudes competencias etc.). Como
sostiene Davini, la enseñanza es “una acción voluntaria y conscientemente dirigida
para que alguien aprenda algo que no puede aprender solo, de modo espontáneo
o por sus propios medios”. (2008:17).
Con base a esto se puede afirmar que para que exista una actividad de
enseñanza, debe haber, como manifiesta Fenstermacher, “al menos dos
personas, una de las cuales posee cierto conocimiento, habilidad u otra forma de
contenido, mientras que la otra no lo posee; y el poseedor intenta transmitir el
contenido al que carece de él, llegando así al establecimiento de una relación
entre ambos, con ese propósito”.
Asimismo Gvirtz y Palamidessi (1995) mencionan, además del docente, los
alumnos y el contenido; un cuarto elemento: alguna situación que resulte un
problema para el aprendiz, razón por la cual necesita de la ayuda del docente. Por
lo tanto éste es un mediador entre los alumnos y determinados saberes.
Para promover el aprendizaje de sus alumnos el docente plantea diferentes tipos
de actividades que están vehiculizadas a través de las consignas. Estas han sido
analizadas desde diferentes perspectivas (Anijovich y González, 2011; Gentiletti,
2012; Sanjurjo y Rodríguez, 2009; Vázquez, Jakob, Rosales y Pelizza, 2006;
Riestra, 2009; García, 2010;
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Sin embargo, los autores coinciden en que las consignas cumplen un rol
fundamental como mediadoras de los procesos de aprendizaje. Son la
herramienta con la que cuenta el docente para orientar el esfuerzo cognitivo y las
estrategias de aprendizaje de sus alumnos.
La elaboración de las consignas escolares demanda un trabajo intelectual por
parte del docente, pero en ocasiones no se le atribuye la importancia que merece.
La confección de una consigna requiere pensar, entre otras cosas, en la forma
correcta de redactarla, en el tipo de operación mental que el alumno tendrá que
desarrollar para apropiarse de un determinado contenido, en las posibles
estrategias que podrá emplear, en cuáles se quiere propiciar, en el tipo y la
cantidad de información necesaria para que el estudiante pueda resolverla.
Acordamos con Anijovich y González, en que “una buena consigna, debe ser clara
y específica en lo que requiere que el alumno piense y realice, tanto como los
procedimientos, recursos y materiales que puede utilizar”.
En función de lo escrito, nuestra indagación intenta dar respuesta a los siguientes
interrogantes: ¿Para qué sirven las consignas en el aula de clases?, ¿Cuáles son
los procesos cognitivos más relevantes que se ponen en juego a partir de las
consignas que el alumno debe realizar?, ¿Qué prácticas favorecen la
interpretación de las consignas en el área de las competencias? A partir de estos
interrogantes me propuse a identificar, describir y analizar el tipo de consignas que
se utilizan en el área de preescolar y además analizar el tipo de procesos
cognitivos que se propician mediante ellas.
Encontré una clasificación de las consignas y variedad de estas por lo cual es
necesario identificarlas y saber cuál es la que mejor se adecua a la situación que
como docente planteare o realizare tomando en cuenta su clasificación: encontré
que existen tres tipos de categorías de las consignas, las cuales a su vez se
subdividen en categorías.
1.- Por su intencionalidad: según la Real Academia Española la intención refiere a
la “determinación de la voluntad en orden a un fin”. Partiendo de esta definición
diremos que esta categoría apunta a develar hacia donde se orienta la consigna,
es decir, que se pretende que los alumnos hagan.
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Dentro de este tipo encontramos:
Organizativas: tienen como fin crear el espacio propicio para el desarrollo
de la tarea fijando las pautas de trabajo. En ellas el docente especifica el
qué y el cómo realizar lo solicitado. Promueven rutinas que permiten el
mejor desempeño de los alumnos frente a las tareas.
De reproducción: apuntan a que el alumno reproduzca la información
recibida de distintas fuentes (libros de texto, documentos, artículos
periodísticos, otras).
De comprensión: Partiendo de que la comprensión implica ir más allá de la
estructura superficial del contenido para entender su significado intrínseco,
este tipo de consignas orientan al estudiante para que reformule la
información trabajada, transfiera los conocimientos adquiridos a nuevas
situaciones.
De opinión: Este tipo de consignas propicia el espacio para que los alumnos
puedan expresar sus saberes, gustos, preferencias, inquietudes y puntos
de vista. Apuntan a la argumentación acerca de un tema.
2.- Por su modalidad, aquí identificamos:
El modo de emisión de la consigna:
Orales: son emitidas verbalmente por el docente en el espacio de
interacción didáctica y tienen la característica de ser enunciadas más de
una vez y en cada caso suelen ser formuladas de manera diferente, según
las demandas de los alumnos.
Escritas: son textos que demandan una acción por parte de los alumnos y
que pueden tener distinto origen (elaboradas por el docente o tomadas de
los textos)
El número de integrantes que se requieren para realizar la tarea:
Individual: este tipo de consigna requiere que el alumno aborde la tarea en
forma personal.
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Grupal: Las actividades que se proponen requieren de la participación de
dos o más alumnos, por lo cual debe estar expresada de tal modo que
permita la división de tareas a su interior.
3.- Por su origen: Hace referencia a la procedencia del texto de la consigna, más
allá de su modo de emisión. Aquí diferenciamos aquellas consignas:
Elaboradas por el docente en situación de planificación didáctica, en la que
pondrá en consideración el campo disciplinar del cual se trate, el grupo
clase, los recursos y materiales disponibles, los saberes previos y el ritmo
de trabajo de los alumnos.
Tomadas de los textos: dentro de este grupo se encuentran las consignas
presentes en los textos escolares. Las cuales son diseñadas teniendo en
cuenta el contenido a abordar con un grado de generalización que no
siempre se adecua a todos los grupos escolares, dado que se parte de un
sujeto genérico.
¨Las consignas constituyen una vía relevante en la mediación que hace posible la
apropiación del conocimiento y se configuran como textos de instrucción,
organizados en secuencias de base descriptivas y explicativas (Adam, 1992).¨
Gimeno Sacristán (1991: 128) define a “las tareas escolares, formalmente
estructuradas como actividades de enseñanza y aprendizaje”. Integran las
actividades de niños y maestros, configurando una metodología que, por su
regularidad, desencadenará unos efectos permanentes. Doyle, Walter (1986: 6)
por su parte, señala que “las tareas, están definidas por las respuestas que se
requiere que los estudiantes produzcan y los métodos que pueden ser usados
para obtener esas respuestas”.
En el establecimiento de este ambiente en el aula es importante considerar los
siguientes elementos:
La confianza en la maestra del grupo. Un clima afectivo requiere que las
niñas y los niños perciban que su maestra es paciente, tolerante, que los
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escucha, los apoya, los anima y los estimula, que pueden contar con ella
para estar seguros y resolver los conflictos que enfrentan. Especial cuidado
debe prestarse a quienes se mantienen aislados de sus compañeros y a
quienes se integran por primera vez al grupo.
Las reglas de relación entre compañeros y compañeras. La convivencia
continua con otras personas –así sean de la misma edad– que tienen
distintos temperamentos, gustos y modos de ser, es un reto para varios
pequeños; por eso es importante establecer reglas mínimas que propicien
el respeto entre compañeros (evitar expresiones agresivas y la violencia
física, por ejemplo), la buena organización del trabajo y la asunción de
responsabilidades compartidas (tales como mantener en orden y limpia el
aula). Actuar en apego a estas reglas favorece la autorregulación y el
ejercicio de los valores necesarios para vivir en sociedad.
La organización de los espacios, la ubicación y disposición de los
materiales. Estos elementos son indicadores importantes del modo en que
se organiza la vida en el aula. El hecho de que estén al alcance de los
niños y organizados, que ellos los utilicen en distintos momentos, aprendan
a cuidarlos, asuman que se trata de recursos colectivos, y que hay algunas
reglas para su uso (cuidado, establecer turnos para poder ocuparlos,
etcétera), también contribuye a la creación de un ambiente favorable al
aprendizaje.
El establecimiento de un buen ambiente de trabajo se inicia con el ciclo escolar,
pero en realidad se trata de un proceso permanente, pues se va alimentando con
la convivencia cotidiana entre niñas, niños y maestras. Con este escrito es posible
generar conocimientos que permitan mejorar las prácticas de enseñanza, y
promover la revisión de nuestras prácticas como formadores de formadores en
nuestras futuras observaciones y practicas realizadas en un futuro esto me es
significativo porque de una manera mejor articulada y más preparada podre asistir
con mas fundamentos a mis próximas practicas que realizare, logrando así
romper con los dilemas que surgieron en mis practicas anteriores.
Davini, M. C. (2008). Métodos de Enseñanza. Buenos. Aires: Santillana. p.17
Cols, E. & Basabe, L. (2007) El saber didáctico. Buenos Aires: Paidós. p.126
Anijovich, R. & González, C. (2011) Evaluar para aprender. Buenos Aires:Aique. p. 92
Ministeriode Educacion de la naciónInstitutoNacionalde FormaciónDocente.
¨Las consignasescolares como dispositivo para el aprendizaje¨