Los fósiles son restos o señales de organismos pretéritos. Para formarse, un fósil debe ser cubierto rápidamente por sedimentos y preservarse durante millones de años, lo que ocurre de forma casual. Existen diferentes tipos de fósiles como restos vegetales o animales petrificados, huellas de actividad biológica como excrementos o pisadas, y pseudofósiles que son formaciones minerales que asemejan restos orgánicos.