Dar una atención de calidad al cliente requiere una actitud amable y de servicio, reduciendo tiempos de espera. Es importante medir el servicio desde la perspectiva del cliente y comprometerse a brindar asistencia las 24 horas los 7 días a la semana. Para lograr una atención perfecta se necesita ser profesional, eficiente, rápido, formal, con experiencia, comprensivo y tacto en cada interacción.