El documento describe el contexto social y educativo de una zona cafetera donde predomina la violencia, el desempleo juvenil y el consumo de drogas. La autora enfatiza la importancia de adaptar sus prácticas docentes a las necesidades individuales del estudiantado, reconociendo que muchos se desplazan continuamente debido a su trabajo y la época de cosecha del café. Ella busca que los estudiantes dirijan sus propios aprendizajes a través de enfoques flexibles y colaborativos.