2. MEDICINA DE GUERRA EN LA ANTIGÜEDAD: Desde que
el hombre apareció en la superficie de la tierra existieron
conflictos y combates por diversos motivos y en las tribus
primitivas el guerrero con capacidad
de curar era respetado y temido
reverencialmente. En esa época el
tratamiento de los heridos en combate
se dejaba a compañeros expertos en
su tratamiento
3. IMPERIO ROMANO: La sanidad militar fue de gran importancia
para el mantenimiento y expansión del Imperio
Romano; era vital mantener la tropa tan saludable
como fuera posible y los heridos, que debían recibir
los mejores cuidados, eran separados de los
enfermos como método para prevenir infecciones.
Inicialmente, los heridos se alojaban en tiendas de campaña, luego
llegó la construcción de hospitales en todas las guarniciones
situadas a lo largo de las fronteras del Imperio Se creó un cuerpo
de caballería para transportar los heridos a la retaguardia, y se
pagaba una prima por cada soldado salvado.
4. GUERRAS NAPOLEÓNICAS (1804 – 1815) Dominique Jean
Larrey Amputó más de 200 extremidades en 24 horas. Para aliviar
el dolor de sus pacientes, les daba un trago de coñac y un pedazo
de tela para morder. Luego le practicaba la técnica de los “tres
cortes”, colocaba una tira de piel sobre la herida y suturaba. Todas
las heridas se desinfectaban con un preparado a base de
malvavisco y se vendaban con compresas de vino. La operación
duraba unos minutos, a menos que el cirujano tuviera q escarbar en
la herida para extraer astillas de hueso o fragmentos de bala.
5. PRIMERA GUERRA MUNDIAL (1914 – 1918: La Grande
Guerra, constituye una etapa crucial de
la evolución quirúrgica del tratamiento
de las heridas de guerra, se le dio
bastante importancia al transporte de
heridos.
Se tomaron medidas como por ejemplo intervención precoz
sistemática con antisepsia y ablación de todo elemento
contaminante, cuerpos extraños, restos de ropa y tejido
necrosado permitió disminuir casi en un 50% la mortalidad de
las heridas de los miembros.
Se empezaron a experimentar con transfusiones sanguíneas
aunque en forma tímida y rudimentaria.
6. SEGUNDA GUERRA MUNDIAL (1939 – 1945): Aparece el concepto del
tratamiento integral debía ser lo más pronto posible, al igual que la evacuación rápida
y la aplicación de líquidos en el sitio mismo de campaña.
Apareció en los ejércitos la figura de los paramédicos, debidamente entrenados para
prestar los primeros auxilios, los líquidos endovenosos y preparar al herido para una
adecuada evacuación.
El desbridamiento y limpieza de las heridas era de rutina, al igual que la irrigación de
las heridas con el fin de remover todo tejido muerto y del cierre secundario. El
empleo del plasma se masificó y las transfusiones sanguíneas se hicieron más
seguras y frecuentes.
El descubrimiento y uso de la sulfanilamida y otros antibióticos fue definitivo para
bajar la mortalidad, también se popularizó el empleo de la morfina para contrarrestar
el dolor.
7. En la actualidad se desarrolla un traje de combate con tecnología
que será capaz de detectar si el cuerpo del combatiente está bien o
si tiene alguna herida o afección, y no sólo hará eso, también
inyectará los medicamentos necesarios para poder sanarlo al
menos temporalmente hasta que pueda llegar a un hospital.
También se han reafirmado o revisado conceptos para la profilaxis
antibiótica, el tratamiento del dolor, la
resucitación hipertensiva y el empleo de
sustancias coloides. El manejo a partir de
enfoques fisiológicos de la hipotermia, la
acidosis y la hipovolemia, conocida como
tríada mortal, en el herido de guerra, ha llevado a la consolidación
de los principios de la cirugía de control de daños en escenarios
bélicos.