La meditación implica concentrarse en un objeto como la respiración, un pensamiento o la propia consciencia para alcanzar un estado mental enfocado. Se originó en la India como parte del yoga y fue adoptada por los teósofos en el siglo XIX para referirse a prácticas de recogimiento interior en religiones orientales como el hinduismo y el budismo. La meditación normalmente implica concentrarse en el momento presente, disolver la mente de pensamientos o enfocarla en Dios u otro objeto único.