El mito chino de la creación describe cómo en el principio todo era caos contenido en un huevo que contenía las fuerzas opuestas del yin y el yang. El huevo explotó, formando los continentes y los cielos. Entre el cielo y la tierra quedó P'an-ku, el primer ser, que durante 18,000 años separó gradualmente el cielo y la tierra mientras crecía para llenar el espacio entre ellos.