2. E – 26-085-A-10 ¶ Método Mézières
Según numerosos terapeutas, el concepto de las
cadenas musculares, así como el método derivado de
este hallazgo, han marcado un viraje decisivo en la
reeducación y ha proporcionado una nueva guía de
lectura de la mecánica humana y de sus disfunciones.
Sin embargo, desde el principio este método fue muy
controvertido y más de medio siglo después todavía
es motivo de debate. Su indiscutible estancamiento
demuestra que, cualesquiera que sean la convicción y el
carisma de su creadora, no hay ningún método que
pueda eludir definitivamente la validación científica.
■ Contexto histórico
Es conveniente colocar la obra científica de Françoise
Mézières dentro del contexto médico de su época.
Fruto de dos guerras mundiales y de la epidemia de
poliomielitis ulterior, la reeducación moderna surgió
alrededor de 1945 [1]. El enfoque de esta fisioterapia
original se focalizó en la recuperación de la fuerza
muscular de los enfermos politraumatizados y
parapléjicos.
Sin embargo, esta alternativa terapéutica tomó a
continuación un camino de pensamiento único. Los
dolores y las disfunciones se atribuyeron de forma
sistemática a una falta de fuerza. La patogenia de las
deformaciones adquiridas se reducía a una ineptitud
genética o contingente para resistir la fuerza de la
gravedad. Por consiguiente, los tratamientos sólo consistían en recuperar la fuerza muscular y las amplitudes
articulares. Las divergencias entre las escuelas se limitan
a los detalles y a las variaciones sobre un mismo tema:
la musculación y la ganancia de fuerza
El postulado se convirtió en dogma. Nadie tiene
conocimiento del mismo y, por consiguiente, nadie se
atreve a discutirlo. Validar esta hipótesis patogénica no
es una preocupación actual.
Así, la fisioterapia naciente, asentada en un sentido
común varias veces milenario, ha prescindido durante
algunas décadas de cualquier demostración científica.
Pocos son los convencidos de la importancia de las
publicaciones venideras. Las excepciones durante este
período de posguerra son escasas. El rigor científico en
los escritos y las comunicaciones todavía es balbuceante.
La práctica basada en la evidencia aparecerá mucho más
tarde, en la década de 1990.
■ Biografía
Françoise Mézières nació el 18 de junio de 1909 en
Hanoi, donde su padre era jurista.
Cuando la familia regresó a Francia en 1919, ella
tenía 10 años y no sabía leer ni escribir.
Tuvo una escolaridad de comienzo difícil, interrumpida sin cesar por una salud delicada. Su padre, que no
veía la utilidad de los estudios para una mujer, pronto
le puso fin. No obtuvo, por tanto, ni diploma de estudios primarios ni el bachillerato.
Entonces comienza a hacer trabajos menudos: pegar
sobres, mecanografiar, tirar de un carretón por las
noches en el mercado, etc.
A través de la esgrima, se interesó en el muy reciente
«diploma de Estado de gimnasia ortopédica». Obtuvo su
diploma en 1939, en víspera de la invasión alemana.
En 1942, Boris Dolto, que se había convertido en el
director de la École Française d’Orthopédie et de Massage (EFOM) de la calle Cujas en París, le propuso
enseñar en dicha escuela. En el primer encuentro,
Françoise Mézières le dice: «Le aviso que yo no sé nada».
Dolto toma una hoja y dibuja un croquis: «Mire, tenemos
el peso de la gravedad adelante y la fuerza detrás. Piense en
esto y buena suerte».
2
La esencia del descubrimiento ulterior de Françoise
Mézières se opone a este aforismo emblemático de los
fundamentos de la gimnasia médica en esa época.
Se aplicó al trabajo, devorando libros que aprendía de
memoria, hasta los números de las páginas, y empezó a
enseñar. Pronto, además de la gimnasia médica, empezó
a dar cursos de masaje, de fisiología, de anatomía e
incluso de pedicura.
En la primavera de 1947, justo cuando acababa de
terminar la redacción de un opúsculo [2], una especie de
compilación de la gimnasia médica de la época, hizo lo
que más tarde, al establecer el futuro método, llamaría
su «observación prínceps», a la cual se referirá de forma
permanente hasta el final de su vida.
En los años siguientes, verificó de modo «artesanal»
que su observación prínceps tenía un valor científico, en
el sentido de que se reproduce de manera infalible en
las mismas condiciones de experimentación.
En 1949, publicó Révolution en gymnastique orthopédique [3], un artículo fundador que recibió una acogida
moderada, por no decir francamente hostil.
Boris Dolto fue a quien primero expuso su observación. La escasa atención que le prestó Dolto la decidió
a dejar la escuela de la calle Cujas y a instalarse por su
cuenta para poner en práctica sus principios y proseguir
con sus investigaciones.
Entonces elaboró un método que, aunque balbuceante, según su opinión ya era más eficaz que las
técnicas clásicas que había estado enseñando antes. Sin
embargo, en 1984 comunicó la versión definitiva de las
«seis leyes» que explican los fenómenos que había
señalado en la observación prínceps de 1947.
A falta de mejor alternativa, le dio al método naciente
su propio nombre.
En 1957 abandonó París y se estableció en Île-d’Elle
(marisma de Poitou), donde empezó a recibir a sus
primeros alumnos para impartirles una enseñanza muy
confidencial. Reaccionó entonces a su ostracismo, del
cual se consideraba víctima por estar entregando sus
conocimientos con cuentagotas. Entonces empezó a
preocuparse por la recuperación y el plagio. Así, durante
un tiempo no aceptó a otros alumnos que no fueran
apadrinados, a los que hacía firmar un compromiso de
honor en cuanto a practicar solamente su método.
La primera comunicación pública de su método la
hizo en 1967 en el Centre Homéopathique de Francia,
en una conferencia titulada Retour à l’harmonie morphologique par une rééducation spécialisée.
En 1974 se instaló en Saint-Mont (Gers) y expresó su
deseo de crear una asociación profesional junto con sus
discípulos. Dimitiría de la misma en 1981, con el
argumento de que se había producido un desvío conceptual y técnico. Durante los 10 años que pasó en Gers
publicó algunos artículos y un pequeño libro a cuenta
de autor: Originalité de la Méthode Mézières.
Falleció en Noisy-sur-École el 17 de octubre de 1991,
dejando a sus seguidores la carga de una difícil sucesión.
“
Punto importante
La creadora de uno de los principios más
controvertidos de la historia de la fisioterapia
moderna no tenía diploma de estudios primarios
ni bachillerato. Empezó a enseñar gimnasia
médica bajo la tutela de Boris Dolto.
■ Qué queda de su obra
En 30 años, Mézières no logró decidirse a organizar la
enseñanza estructurada que tantas veces le fue sugerida.
Kinesiterapia - Medicina física
3. Método Mézières ¶ E – 26-085-A-10
Figura 1. El apoyo de los hombros contra el suelo determina
la aparición de una lordosis lumbar invisible en bipedestación. La
imposibilidad de la lordosis en el sector lumbar hace que se
manifieste de forma instantánea en la nuca.
Hubiera sido el único antídoto posible frente a las
escuelas paralelas que se multiplicaban ya en vida de
Mézières y a las que consideraba marginales.
Puesto que no contaba con programas, documentos,
una evaluación de los conocimientos o diploma, incluso
ni siquiera una nómina de los asistentes a los cursos y,
por supuesto, sin formación de posgrado, el mensaje
tenía grandes posibilidades de sufrir distorsiones.
A esto se sumaba una carencia absoluta de investigaciones clínicas y de publicaciones. Se comprende entonces que el método estuviera condenado.
■ Contenido científico
Observación prínceps
Una mañana de la primavera de 1947, una mujer de
unos 40 años llegó a la consulta de Mézières. Fuertes
dolores de columna la habían llevado a consultar en el
hospital Lariboisière. Traía puesto un «corsé de cuero y
hierro» que había usado noche y día durante 2 años sin
resultados.
La paciente presentaba una cifosis acentuada. El tipo
clásico de la llamada persona asténica. Sus músculos
posteriores, «antigravitatorios», parecían ser demasiado
débiles y eran demasiado largos. Tras intentar aplicar sin
éxito los ejercicios clásicos (que Mézières había descrito
en su libro), hizo acostar a la paciente en decúbito
supino. Los hombros presentaban un enroscamiento
acusado con rigidez.
Al presionar contra los hombros de la paciente vio
producirse una enorme lordosis lumbar. Con el fin de
preservar el sector lumbar, redujo la «lordosis de novo»
flexionando las rodillas sobre el abdomen. Cuando la
columna lumbar se apoyó de plano, la cabeza basculó
hacia atrás, formando una profunda lordosis cervical
(Fig. 1).
Luego le extendió los miembros inferiores, con lo
cual el mentón se acercó al cuello, se redujo la lordosis
cervical y reapareció la lordosis lumbar. Trató entonces
de que la paciente acercara primero el mentón al cuello,
Kinesiterapia - Medicina física
Figura 2. El impedimento de la lordosis en el sector cervical la
hace reaparecer en el sector lumbar. La educación de la paciente
respecto al apoyo simultáneo de la columna cervical y la columna
lumbar determina la aparición de una «lordosis poplítea» y de
apneas inspiratorias.
después que apoyara las fosas lumbares de plano y
seguidamente las dos maniobras a la vez. Con cada
intento, las rodillas se flexionaban y la respiración se
bloqueaba en inspiración (Fig. 2).
Todo ocurría como si la cifosis no hiciera otra cosa
que enmascarar esta lordosis inesperada, que se desplazaba por el cuerpo «como una anilla sobre una barra de
cortina».
Escribió [4]: «...Nuestra observación prínceps fue tan
inesperada y los hechos constatados tan sorprendentes
para un terapeuta formado con teorías ortodoxas, y que
tanta admiración sentía por sus maestros, a los que
hasta ese momento consideraba como verdaderos
sabios, que no podía creer lo que veía. Pero la insolente
verdad era tan evidente que trató de encontrar con
ahínco una excepción que permitiera confirmar la regla
sacrosanta. Tuvo que resignarse al sacrilegio y volver a
considerar los principios ortodoxos. Faltaba descubrir las
leyes y los mecanismos de este efecto fisiológico absolutamente desconocido. Entonces, a la angustia de la
apostasía le sucedieron las delicias de la herejía. La
acción de verificar una y otra vez, de mil modos distintos, la legitimidad de una teoría, produce una alegría
indescriptible por el hecho de explicar con toda claridad
las causas de todos los dismorfismos y porque a partir
de ella puede desarrollarse una técnica indudablemente
curativa».
Leyes fundamentales [5]
• Primera ley: los numerosos músculos dorsales se
comportan como un solo y mismo músculo.
• Segunda ley: estos músculos son demasiado fuertes y
demasiado cortos.
• Tercera ley: cualquier acción localizada, tanto estiramiento como contracción, provoca instantáneamente
el acortamiento del conjunto del sistema.
• Cuarta ley: una oposición a este acortamiento provoca de forma instantánea lateroflexiones y rotaciones de la columna y de los miembros.
3
4. E – 26-085-A-10 ¶ Método Mézières
“
Punto importante
La observación prínceps (1947) revela que los
músculos del plano posterior, lejos de ser
demasiado débiles, en realidad son muy potentes
y demasiado cortos. Parecen formar una cadena
continua de una punta a otra del cuerpo. De este
modo, son capaces de desplazar, «como una
anilla sobre una barra de cortina», la deformación
que les impone su déficit de longitud.
• Quinta ley: la rotación de los miembros debido al
acortamiento de las cadenas se efectúa siempre en
rotación interna.
• Sexta ley: cualquier elongación, torsión, dolor o
cualquier esfuerzo implica instantáneamente el bloqueo respiratorio en inspiración.
Implicaciones de las leyes
De lo analítico a lo integral
La medicina y la fisioterapia asimilan la columna
vertebral al mástil de un velero con sus obenques,
representados por los músculos paravertebrales y la
cincha abdominal. Según este modelo, si el mástil no
está a escuadra en ángulo recto, hay que volver a estirar
los obenques: ésta es la base conceptual de la gimnasia
médica clásica. Mézières la considera errónea. Ella invitó
a pensar que el individuo está como aplastado por su
propia fuerza, sus propios obenques, demasiado cortos.
Aunque muy numerosos, los músculos dorsales del
cuerpo (los obenques) actúan como un solo músculo,
tendido desde el cráneo hasta la punta de los dedos.
Para Mézières, el modelo del muñeco articulado de la
fisioterapia moderna es inadecuado: en un muñeco se
puede mover un miembro u otro por separado, sin que
influya en el resto del cuerpo. Esto no es lo que se
observa en el cuerpo humano. El modelo del muñeco es
lo que la primera ley destierra.
Mézières lo sustituye por el modelo del títere, en el
que un sistema de hilos enlaza los miembros entre sí y
también al tronco. No es posible movilizar un segmento
sin que todo el sistema se vea comprometido.
La segunda ley indica que el hilo no se encuentra
suficientemente flojo o distendido. Es demasiado fuerte
y demasiado corto, de modo que tira de forma permanente de los puntos de inserción hasta deformar la
estructura. Aparte de esta lectura original de la patogenia de las deformaciones, la segunda ley aporta también
el concepto de integralidad: no puede pretenderse curar
una parte sin tener en cuenta el todo. Françoise
Mézières prefiere hablar de «integralidad» y no de
«globalidad», sobre todo debido a la connotación de
aproximación del último vocablo.
La tercera ley expresa la desaprobación del principio
analítico. Mézières no ve en ello más que una irrisoria
tentativa de «atar el cuerpo con cordeles», en total
contradicción con lo que realmente se observa.
De la debilidad al acortamiento muscular
La cuarta ley da una explicación para las deformaciones tridimensionales como la escoliosis idiopática, la cual
no estaría producida por una debilidad de los músculos
denominados «erectores de la columna vertebral», sino
por un acortamiento de éstos. Los músculos espinales
tienen «tres tendencias» que explican la deformación
escoliótica: situados detrás del eje raquídeo, son flexores
en sentido posterior, además de lateroflexores por ser
músculos pares (situados a cada lado del eje raquídeo) y,
por último, rotadores debido a su oblicuidad.
4
Mézières hizo hincapié en que la denominación
inadecuada daba lugar a una comprensión errónea:
según la definición de la palabra extensión (acción de
desenvolver, desplegar o desenrollar algo que estaba
doblado, enrollado o encogido), la denominación
«músculos extensores de la columna vertebral» despertaba la idea de músculos capaces de hacernos erguir. De
ahí a «músculos erectores raquídeos» no hay más que
un paso. Si éstos fueran reales, la solución para las
deformaciones raquídeas sería evidente: habría que
fortalecerlos. Ahora bien, los músculos espinales no
están unidos al cráneo por un lado y al cielo raso por
otro (en estas condiciones nos levantarían y nos pondrían derechos) sino, al contrario, al cráneo por un lado
y a la pelvis por el otro. En consecuencia, son esencialmente flexores posteriores. Asociados a los flexores
anteriores, no nos levantan, sino que nos «aplastan».
No son entonces «antigravitatorios». Mézières no consideraría el principio de «viga compuesta», supuestamente
con la función de sostener la columna, ni el de «paredes
de convexidad».
En 2001, Eric Viel se alzaría contra «el mito indestructible de la columna vertebral en mástil de velero» [6].
La quinta ley incorpora los miembros al proceso
general de deformación. Así, por abuso deliberado de
lenguaje, a menudo habla de «lordosis poplítea» cuando
designa la flexión de las rodillas del paciente que trata
de apoyar toda la columna sobre el suelo, en la observación prínceps: «...he demostrado que la fosa poplítea
constituye una tercera concavidad posterior, que se
vuelve más acusada cuando desaparecen las lordosis
raquídeas y viceversa» [7].
En los miembros inferiores, el estiramiento de los
músculos posteriores se expresa a menudo mediante
flexión de las rodillas, siempre con aumento de su
rotación medial. Lo mismo ocurre con los miembros
superiores, los cuales, en bipedestación espontánea,
siempre cuelgan en pronación.
La sexta ley hace hincapié en la importancia de la
respiración durante las sesiones. Era la época de la
tuberculosis y de los sanatorios antituberculosos. Pone
énfasis en la expansión del tórax, en la «extensión» de
la columna y en la indispensable oxigenación y, por
tanto, en la fase inspiratoria. Ahora bien, la observación
prínceps indica que la «compensación final» es un
bloqueo respiratorio y que éste siempre se produce en
inspiración. Se considera que la contracción del diafragma es un impedimento al estiramiento de los
músculos posteriores.
Entonces decidió trabajar sobre la espiración.
“
Punto importante
Las leyes fundamentales de Mézières explican los
fenómenos señalados en la «observación
prínceps» y acercan nuevas perspectivas sobre los
mecanismos corporales.
Corolarios
«Adoptamos la postura corporal
que nuestros músculos imponen»
La postura humana es una función semiautomática:
la voluntad influye de forma transitoria, mientras se
piense en ello. Después, la costumbre puede más que la
voluntad. Por eso, las correcciones posturales no pueden
ser producto del aprendizaje y de la toma de conciencia.
¿Qué decir del fortalecimiento segmentario de los
músculos espinales que rodean las cifosis con el fin de
reducirlas?
Kinesiterapia - Medicina física
5. Método Mézières ¶ E – 26-085-A-10
Resulta sencillo verificar que, cualquiera que sea la
posición de partida, una tentativa de reducir la cifosis
dorsal se acompaña forzosamente de un aumento de las
lordosis adyacentes. En consecuencia, aun durante el
esfuerzo, lo que se gana por un lado se pierde al mismo
tiempo por otro. Al cesar el esfuerzo, las deformaciones
raquídeas vuelven a su estado anterior.
Éste es el «efecto de cadenas» demostrado en la
observación prínceps y expresado en la tercera ley.
“
Punto importante
El fortalecimiento analítico de los sectores en
cifosis es imposible debido al «efecto de cadenas».
Mézières fue categórica al respecto: no contamos con
músculos capaces de enderezarnos, estirarnos o agrandarnos. Esta afirmación fue confirmada por Graf en
2001 [8].
Lucha contra la fuerza de la gravedad
Además de que es mecánicamente imposible, la lucha
contra la fuerza de la gravedad no tiene ningún sentido:
la bipedestación sólo es posible gracias a ella y no
contra ella. Desde hace mucho tiempo, expertos en
biomecánica, como Vandervael, sostienen que la bipedestación es una posición de equilibrio [9]. Es decir, que
no necesita ninguna fuerza.
De hecho, en los registros electromiográficos en
bipedestación espontánea sólo se observan algunos
arranques de contracción muscular en la pierna [10, 11].
Entonces, para erguirnos no necesitamos la contractilidad muscular (ésta sólo se produce de forma esporádica para las correcciones del equilibrio). Por consiguiente, las deformaciones adquiridas no son producto
de los músculos demasiados débiles y no es algo que
deba combatirse.
“
Punto importante
La bipedestación sólo necesita contracciones
esporádicas de los músculos de la pierna. Es una
posición de equilibrio. Un déficit de contractilidad
no puede, por tanto, explicar las deformaciones
adquiridas.
El único procedimiento pertinente para restaurar la
morfología consistiría en tratar de reducir la tensión en
los «obenques musculares», puesto que lo que provoca
las deformaciones adquiridas y los dolores del aparato
locomotor es su acortamiento y no nuestra ineptitud
para resistir la fuerza de la gravedad. La educación, la
toma de conciencia y las exhortaciones de los padres no
ejercen ningún efecto. Sólo una reeducación específica,
basada en el estiramiento del plano posterior, puede
ejercer de forma progresiva un efecto favorable sobre la
postura. Y esto, sin que la persona se sienta obligada a
pensar en ello a diario.
Normalidad biológica y normalidad
estadística: parangón y morfotipos
La medicina física describe «morfotipos» innatos e
irreversibles: los longilíneos, los brevilíneos [12], etc. A
Kinesiterapia - Medicina física
cada una de estas tipologías le atribuye una disciplina
deportiva preferente: carrera y salto para los longilíneos,
halterofilia para los brevilíneos.
Mézières se opone a esto terminantemente y describe
una forma humana perfecta, un modelo al que designa
parangón. El acortamiento sistemático de las cadenas
musculares torna improbable la existencia de este
poliatleta.
Nacemos «bellos y perfectos» y, si no fuera por la
fatalidad de las cadenas musculares, lo seríamos
siempre.
Mézières insistió en distinguir la perfección morfológica, por definición objetiva, absoluta y que va a la par
de una función óptima: «lo que es hermoso funciona
bien», de la belleza subjetiva, relativa y variable de una
persona a otra y entre las culturas.
Descripción del parangón morfológico por Françoise
Mézières [4]:
«Ahora bien, aunque las mediciones y los cálculos
son fastidiosos y fuente de errores, todos contamos con
métodos muy simples y naturales, todos tenemos ojos y
el sentido innato de la belleza (pese a que las modas
absurdas desvirtúan el buen gusto). Así como el oído
debe discernir las notas justas y las notas falsas, el ojo
también debe reconocer la forma sana y el dismorfismo.
Esto se verifica fácilmente al examinar a un paciente:
• en anteroposterior, las clavículas, los hombros, los
pezones y los espacios braquiotorácicos deben ser
simétricos y estar a la misma altura; los contornos
laterales del tórax deben ser rectilíneos y divergir
desde las crestas ilíacas hasta el pliegue de la axila;
• en posteroanterior, la nuca debe ser larga y plana (y
no con dos prominencias verticales separando tres
espacios). Además de la simetría, los hombros, las
caderas y las escápulas no deben tener ningún relieve
y el fascículo inferior del trapecio debe verse (en una
persona sin sobrepeso) hasta la segunda dorsal;
• en flexión anterior, con la cabeza inclinada hacia
delante, la columna dorsal debe ser totalmente convexa y regular; la línea de la rodilla situarse sobre las
cabezas astragalinas (y no detrás de los talones);
• lateralmente, la punta del pezón debe ser la estructura
más anterior, debajo de la cual el contorno anterior
del tórax y del abdomen debe ser rectilíneo hasta el
pubis. El contorno de la espalda debe ser bien visible,
con el brazo separando un tercio del tórax atrás y dos
tercios adelante.
Los miembros inferiores, examinados de frente con
los pies juntos desde el talón hasta la punta del primer
dedo (posición que siempre debe ser cómoda), deben
tocarse: la parte alta de los muslos, las rodillas, las
pantorrillas y los maléolos internos, los cuales deben
estar más arriba que los maléolos externos. El eje de la
pierna debe pasar por el centro de la rodilla, de la línea
intermaleolar y del segundo dedo.
El pie debe ensancharse desde el talón hasta la punta
de los dedos, los cuales deben divergir y extenderse
sobre el suelo. Los bordes laterales del pie deben ser
rectilíneos; el borde interno debe estar entallado por el
arco interno, el cual debe ser visible».
“
Punto importante
A las clásicas tipologías morfológicas, Mézières
contrapone el concepto de una morfología ideal y
única: el parangón.
5
6. E – 26-085-A-10 ¶ Método Mézières
“
Acortamiento de las cadenas
Los trastornos musculoesqueléticos son el
desenlace de deformaciones impuestas por la
retracción sistemática de las cadenas musculares.
Deformaciones
Dolores
Figura 3. Hipótesis
musculoesqueléticos.
Disfunciones
patogénica
Cadenas musculares
Lesiones
para
los
trastornos
Postulado patogénico
Este parangón se convierte en la referencia permanente de su trabajo: los dolores derivan de los dismorfismos, a su vez generados por los acortamientos de las
cadenas musculares (Fig. 3).
El tratamiento sintomático que consiste en intentar
reducir los dolores y las disfunciones sin combatir la
causa ni restaurar la morfología está destinado al
fracaso. Sólo un método capaz de restaurar la morfología normal puede atacar la fuente del problema, es decir,
la lordosis.
Restaurar la morfología es entonces reducir las lordosis: «Sin embargo, si los espinales, en su calidad de
flexores de la columna hacia atrás, producen la lordosis
y, por “compensación”, la cifosis, también son rotadores
y flexores laterales. Por tanto, generan escoliosis. En
consecuencia, elongándolos para destruir la lordosis, se
corrigen las rotaciones y las inflexiones laterales. Así se
llega a esta conclusión: “lo esencial es la lordosis”» [7].
Si la deformación evoluciona de forma espontánea y
durante toda la vida hacia el agravamiento, significa que
no es inmutable o irreversible. Si se usan las herramientas adecuadas, es posible encaminar al paciente «polideformado» en la dirección del poliatleta: aunque se
necesiten varios años y aunque no se alcance la perfección prevista.
Las «tipologías morfológicas» descritas en la fisioterapia clásica son, para Françoise Mézières, nada más que
deformaciones catalogadas por el hecho de que se
observan con frecuencia.
«La normalidad estadística en biología se usa por
defecto cuando la falta de conocimientos no permite
saber cuál es la normalidad biológica real.» [13]
Estas «deformaciones frecuentes» son aceptadas, de
forma errónea, como referencias de normalidad porque
se las cree innatas. Para Françoise Mézières, sólo están
favorecidas por la genética y algunas actividades específicas y por los avatares de la vida. Las tipologías morfológicas son lo opuesto del mensaje de Mézières. Con
todo, su concepto de parangón tiene algo de perturbador en lo que se refiere al eugenismo. Más aún, ella
persiste: «si las ruedas son circulares es porque si son
cuadradas no funcionan». Lo que es cierto en una
bicicleta lo es también para la compleja mecánica
humana: muchos dismorfismos y algunos paramorfismos, pero una sola forma normal.
Para Mézières, la adhesión al concepto de morfotipos
tiene consecuencias mucho más perniciosas que su
principio de forma normal: condenó cualquier posibilidad de corrección morfológica (puesto que las deformaciones serían innatas) y, por tanto, de curación de los
daños colaterales relacionados con la forma anómala.
En lo que se refiere al establecimiento de correspondencias dudosas entre las «tipologías morfológicas» y
algunas características psíquicas, se trata, para Françoise
Mézières, de «seudopsicología de café».
6
Punto importante
El concepto de acortamiento de las cadenas se impuso
tarde pero de forma notable. El entusiasmo se manifestó
inicialmente en la nebulosa de las escuelas de adeptos a
Mézières. Luego, en la década de 1980, la fisioterapia
clásica y las disciplinas deportivas también lo adoptaron. A los fortalecimientos de uso corriente se añadieron
los estiramientos, como «una flecha más en el arsenal
terapéutico del fisioterapeuta».
Muy poco tiempo después del fallecimiento de
Mézières, el concepto de cadena muscular se había
generalizado y desnaturalizado hasta el punto de que
muy pocos conocían el origen y menos aún la definición. El hecho de ser tan interesante y el conocimiento
aproximado que se tenía de esta idea impulsaron a crear
otros conceptos, numerosos y hasta poco realistas [14]
que, en el mejor de los casos, implicaban a músculos
contiguos. La lista de combinaciones más o menos
pertinentes es inmensa.
Françoise Mézières definió las cadenas musculares [15]
como un conjunto de músculos poliarticulares imbricados (es decir, superpuestos como las tejas de un tejado).
Esta imbricación es de gran importancia porque
confiere a las cadenas su potencia, su tendencia a
acortarse y, sobre todo, la movilidad de las
compensaciones.
“
Punto importante
Una cadena muscular es un conjunto de músculos
poliarticulares imbricados (es decir, superpuestos
como las tejas de un tejado).
Mézières describió cuatro de ellas: la cadena
posterior, la cadena anterointerior, la cadena
braquial y la cadena anterior del cuello.
Las distintas reacciones descritas en la observación
prínceps obedecen a la continuidad de las cadenas y a
la superposición de los músculos a modo de tejas. El
método se fundó a partir de esta definición de una
cadena muscular por su creadora, quien describió cuatro
cadenas musculares:
• la cadena posterior, que se extiende desde la parte
posterior del cráneo hasta la punta de los dedos y
asciende por la parte anterior de la pierna para
terminar en la tuberosidad tibial (Fig. 4);
• la cadena anterointerior (en el abdomen): diafragma
e iliopsoas (Fig. 5);
• la cadena braquial (de la cara anterior del hombro a
la punta de los dedos); la forman músculos flexores y
pronadores (Fig. 6);
• la cadena anterior del cuello, constituida por tres
músculos en la cara anterior de las vértebras cervicales: recto anterior de la cabeza, largo de la cabeza,
largo del cuello (Fig. 7). Esta cadena fue demostrada
en 1981 y descrita en 1984 por Françoise Mézières en
Originalité de la méthode Mézières. Se trata del único
concepto que no era de su propia cosecha que
Mézières incluyó en su método.
Kinesiterapia - Medicina física
7. Método Mézières ¶ E – 26-085-A-10
Figura 6. Cadena braquial.
Figura 4. Cadena posterior.
Figura 7. Cadena anterior del cuello.
Figura 5. La cadena anterointerior está compuesta por el
diafragma y los músculos iliopsoas.
▲ Advertencia
A la cadena anterointerior a veces se la denomina
erróneamente «cadena anterointerna».
Principio terapéutico
El principio terapéutico deriva del postulado patogénico: estas cadenas, en permanente retracción, obligan
al cuerpo a doblarse como la madera del arco al tensar
Kinesiterapia - Medicina física
▲ Advertencia
Se pueden imaginar numerosas combinaciones
de músculos contiguos y así crear otras tantas
«series musculares». Su interés, esencialmente
lúdico, pone de relieve el desconocimiento de la
definición formulada por la creadora del
concepto.
la cuerda. Debido a sus «tres tendencias», los músculos
de las cadenas generan deformaciones en los tres planos
del espacio, las cuales, al agravarse, provocan dolores y
disfunciones.
7
8. E – 26-085-A-10 ¶ Método Mézières
Restauración funcional
Normalización morfológica
“
Punto importante
Las deformaciones principales son:
• la lordosis en la columna vertebral;
• la rotación medial en los miembros.
La cifosis no es más que la zona de transición entre
dos lordosis de orientaciones divergentes.
Estiramiento de las cadenas
Figura 8. Principio terapéutico de Françoise Mézières.
La lordosis es tan esencial para Mézières que el
término se hace genérico y las otras deformaciones no
son más que epígonos o apariencias diferentes de la
lordosis matriz.
A partir de esto, se comprende la magnitud conferida
a la identificación de los dismorfismos. El estudio
morfológico ocupa entonces un lugar principal.
Estudio morfológico
Como paso previo a cualquier tratamiento, esta
valoración debe ser precisa y exhaustiva, siempre con la
referencia permanente del parangón morfológico.
Consiste en tres etapas: el estudio estático, el estudio
dinámico y el estudio palpatorio.
Estudio estático
Figura 9. La mayoría de las veces, la unión de las dos lordosis
principales es convexa hacia atrás porque están orientadas de
forma divergente.
De esto deriva el principio terapéutico: para atacar el
problema en su fuente hay que alargar las cadenas, con
lo cual debería normalizarse la morfología y, en consecuencia, restaurarse la función (Fig. 8).
«Lo esencial es la lordosis»: entre todas las deformaciones que observó, Mézières confiere la mayor importancia a la lordosis en la columna vertebral y a la
rotación medial en los miembros.
Las interacciones de las cadenas acortadas acaban en
la formación de una lordosis por bloque funcional.
Definió el bloque funcional como una zona en la que
todos los elementos del aparato locomotor son interdependientes. Así, describió dos lordosis principales: en el
bloque superior (por encima de T7), la lordosis «mira
hacia arriba y hacia atrás»; en el inferior, la lordosis
«mira hacia abajo y hacia atrás». Dado que ambas
lordosis se orientan de forma divergente, es indispensable la presencia de una zona de transición, forzosamente
convexa hacia atrás (Fig. 9). La mayoría de las veces,
ésta se extiende sobre una a tres vértebras. Es lo que se
acostumbra a llamar cifosis.
«...la cifosis sólo es posible al precio de una acentuación de las lordosis. Si éstas están impedidas, la flexión
del tronco es casi imposible, lo que prueba claramente
que la cifosis es la compensación de la lordosis.» [7]
Por tanto, hay que prestar atención a la lordosis y
reducirla a cualquier precio.
8
Se efectúa en bipedestación, en flexión anterior y en
decúbito supino. Con afán de reproducibilidad, la
bipedestación debe ser natural, salvo respecto a los pies
que se mantienen pegados desde el talón hasta la punta.
Se observa al paciente de frente, de espaldas y de ambos
lados. Los puntos capitales son los siguientes.
De frente y de espaldas, las líneas deben ser rectilíneas, oblicuas y simétricas. Las clavículas y las escápulas
no deben mostrar ningún relieve. Debido a la rotación
neutra de los fémures, los cóndilos mediales no producen una prominencia en las fosas poplíteas. Las manos
cuelgan en posición neutra de pronosupinación.
Las proyecciones laterales son comparativas. El punto
más adelantado del tórax debe ser el pezón. Las líneas
supra e inframamilar son rectilíneas: la supramamilar es
oblicua hacia abajo y hacia delante y la inframamilar,
hacia abajo y hacia atrás. En la zona mamilar, el brazo
deja un tercio del tórax por detrás y dos tercios por
delante. Las masas corporales, cabeza, escápulas y pelvis
están alineadas y se proyectan en la línea de la base del
quinto metatarsiano. El conjunto del cuerpo está ligeramente inclinado hacia delante con el fin de aprovechar
toda la superficie del pie como un polígono de
sustentación.
En flexión anterior, con el fin de que el conjunto del
cuerpo se proyecte en la superficie delimitada por los
pies y las manos, éstas se apoyan sobre el suelo por
delante de los pies y alejadas de éstos (Fig. 10). Al
reducir de este modo las posibilidades de que el
paciente haga trampas, se acentúan las deformaciones
de los miembros y las desviaciones raquídeas (Fig. 11).
La exploración en decúbito supino permite, sobre
todo, comparar los contornos dorsales apoyados sobre el
suelo. Partiendo del principio de que todas las personas
son escolióticas, los contornos de la espalda sobre el
suelo pierden su simetría y revelan la escoliosis de forma
tan precisa como las gibas (Fig. 12).
Estudio dinámico
Comprende:
• cinco maniobras fundamentales llamadas llaves (cf
infra);
• la elevación de los miembros inferiores. El paciente se
encuentra en decúbito y el terapeuta le flexiona la
cadera con la rodilla extendida. La cadena posterior,
Kinesiterapia - Medicina física
9. Método Mézières ¶ E – 26-085-A-10
Figura 10.
Mézières.
Exploración en flexión anterior de Françoise
Figura 12. En esta escoliosis, a la derecha la depresión lordótica es aguda y su vértice está cerca de la pelvis. A la izquierda,
la depresión es «larga y plana».
Figura 13. En esta paciente, la elevación del miembro inferior
derecho provoca una compensación en inclinación cefálica hacia
la derecha. La elevación del miembro inferior izquierdo provoca
una convexidad lumbar izquierda, una rotación cefálica hacia la
derecha y el «hundimiento del mentón».
Figura 11. Este procedimiento pone de manifiesto las deformaciones de la columna y de los miembros inferiores.
demasiado corta para esquivar la pelvis, va a tratar de
«aflojarse», para lo cual busca una compensación que
acentúa las deformaciones preexistentes. Estas compensaciones van desarrollándose de forma progresiva,
en una dirección caudocraneal. Las elevaciones sucesivas de un miembro, después del otro (Fig. 13) y, por
último, de ambos de forma simultánea, proporcionan
informaciones complementarias y valiosas.
Estudio palpatorio
Se efectúa en decúbito supino e implica a la columna
cervical y torácica alta:
• C1 se palpa en la zona retroauricular;
• entre C2-C5 se alcanzan las masas laterales; la palpación es directa y fiable;
• por debajo de C5 sólo pueden alcanzarse los procesos
espinosos. Son poco fiables (las vértebras a menudo
presentan irregularidades en su extremo caudal) y
exageran las rotaciones de los cuerpos vertebrales en
las escoliosis. Debido a esta amplificación, a veces
Kinesiterapia - Medicina física
sucede que los procesos espinosos se palpan a la
derecha del eje central, mientras que los cuerpos
vertebrales están desviados a la izquierda. La palpación de C6-T3 requiere pues un ejercicio de
interpretación.
Este estudio comprende un número elevado de parámetros, a menudo muy sutiles. Para Mézières, se
requiere mucha práctica y un sentido de observación
fuera de lo común. Incluso sus más encarnizados opositores le reconocen de mala gana su pericia. Recoger
estas informaciones visuales y palpatorias exige un ojo
experimentado y mucha destreza. Pero esto no es lo más
difícil. ¿Qué hacer con todos estos datos? Desde luego,
como en cualquier situación, implica hacer una evaluación ulterior de los efectos del tratamiento. Respecto a
esto, la índole pletórica y puntillosa no es forzosamente
un triunfo. Se supone, sobre todo, que estos elementos
están destinados a elaborar las posturas y la estrategia
terapéutica. Ahora bien, esta falta de reglas que le
permite a Mézières dar rienda suelta a su creatividad y
a sus intuiciones desemboca en una babelización que, a
la larga, se revelará letal (cf infra).
9
10. E – 26-085-A-10 ¶ Método Mézières
“
Punto importante
• El estudio estático informa acerca de las
deformaciones producidas por el acortamiento de
las cadenas. La comparación debe ser
permanente, tomando como referencia el
parangón.
• El estudio dinámico informa acerca de las
modalidades de compensación, que siempre son
propias de cada persona.
Técnica terapéutica
El agente patógeno ha sido identificado: es el acortamiento continuo de las cadenas musculares. Su expresión básica es la lordosis. Faltaba entonces hallar el
antídoto. Mézières pronto reconoció que el estiramiento
pasivo sólo podía conducir a la «flacidez» y que no
había un músculo «deslordosante». La cifosis de las
extremidades es lo único posible: descenso del mentón,
retroversión pélvica.
Había que inventar entonces un principio activo
original en concordancia con el ambicioso proyecto.
Durante mucho tiempo habló de «contracción isométrica excéntrica», que terminó de convencer a sus
detractores sobre la inanidad de todo el mensaje: si la
contracción es excéntrica, no puede ser estática.
Entonces Mézières corrigió el tiro: «Mi método puede
definirse como una técnica apta para normalizar la
forma por flexibilización de las cadenas musculares por
medio de contracciones isométricas».
Neutralizar las compensaciones
Una contracción «isométrica excéntrica» consiste en
colocar la cadena en cuestión en la posición más estirada posible, provocando su contracción sin permitir el
acortamiento. La cadena se contrae, trata de acercar sus
inserciones, no lo consigue y, por tanto, se alarga.
Sin saberlo, reinventó la técnica de energía muscular
(muscle energy) del osteópata estadounidense Mitchell, de
principios del siglo XX [16].
Este trabajo, incómodo para el paciente, provoca
reacciones de defensa a las que Mézières llama «compensaciones», que son propias de cada persona. El
terapeuta debe neutralizar las compensaciones por todos
los medios.
Mézières avala la síntesis que consiste en describir su
método como «un combate cuerpo a cuerpo contra las
compensaciones».
Reflejo antálgico a priori
Este visionario concepto es de suma importancia. Se
trata de una especie de presciencia subconsciente del
dolor venidero. Con el fin de evitar un dolor (de
aparición progresiva) e incluso antes de que se haga
consciente, el sistema nervioso se ocupa de encontrar
un obstáculo, un medio de ocultar el dolor, de impedir
que se manifieste, que se haga consciente y molesto. En
algunos casos, se trata de ocultar, olvidar un dolor que
tuvo tiempo de alcanzar la conciencia debido a su
rápida instauración. El proceso de ocultación reviste la
forma de una postura defectuosa, una malposición, una
inhibición de algunos movimientos (sin causa orgánica),
todo a distancia de la zona que se va a proteger.
«En realidad, el dolor siempre está ahí, pero la persona se sustrae de forma inconsciente: un reflejo la hace
adoptar una posición que le impide sentirlo; así es que
inmoviliza en lordosis la región dolorosa. A la larga,
dicha posición se exagera y aparece, junto con la
10
deformación, tanto un bloqueo articular (que se tomará
por un reumatismo), como una atrofia o una parálisis
(aparente) o una impotencia; en suma, los tratamientos
específicos de estos trastornos no harán más que
agravarlos.» [17]
El nuevo enfoque sobre la coxartrosis primaria se basa
en que el acortamiento de las cadenas acentúa la curva
lumbosacra y aumenta su rigidez. A la larga, esta lordosis baja se vuelve dolorosa con la movilización. Ahora
bien, la movilidad de la depresión lumbosacra se produce durante el paso anterior. Sin embargo, ya que este
pequeño movimiento fisiológico exacerbaría el dolor,
aparece el mecanismo del reflejo antálgico a priori: sin
que la persona sea consciente, el sistema nervioso se
ocupa de impedir el movimiento de forma indirecta a
través de la rigidez de los músculos peripélvicos. Puesto
que la cadera ya no puede flexionarse, la marcha debe
adaptarse: la pelvis bascula hacia atrás para que la
pierna pueda avanzar. Por supuesto, la columna también
participa, pero más arriba que la curva lumbosacra. La
estrategia es eficaz, pero tiene un inconveniente principal: al inmovilizar la articulación de la cadera, provoca
la degeneración de las superficies articulares debido a la
desaparición del líquido sinovial. La destrucción articular está precedida de intensos dolores causados por la
contractura de los músculos peripélvicos [14].
En la práctica, es fundamental detectar los mecanismos de reflejo antálgico a priori con el fin de poder
erradicarlos.
Respiración: evolución de los conceptos
Cabe señalar que, si bien entre los primeros escritos
(1949) y su última obra (1984) los conceptos se han
perfeccionado, las concesiones son escasas. Así, en 1949,
reconocía que los ejercicios respiratorios tenían alguna
utilidad: «Los ejercicios respiratorios son saludables
siempre que se practiquen con la columna en elongación completa» [3]. Más tarde, declaró: «No hay malas
respiraciones, sino respiraciones incómodas».
Por tanto, no es respirando como se consigue «liberar» la respiración. La función no crea al órgano y la
morfología condiciona la función. Por tanto, sólo la
corrección morfológica del tórax y de la cintura escapular es eficaz. Ahora bien, la compensación en apnea
inspiratoria es sistemática desde que se tensan las
cadenas musculares (en este aspecto, están afectadas las
cuatro cadenas). En consecuencia, para que las posturas
puedan ejercer algún efecto, es primordial preservar la
libertad respiratoria en el transcurso de las sesiones, para
lo cual, desde el principio del tratamiento, se usa una
respiración específica. Sólo se la aplica durante las
sesiones, ya que la intención no es que sirva de modelo
diario. Es una respiración de trabajo que sólo sirve para
neutralizar la sistemática compensación diafragmática
que anula los efectos de las posturas más adecuadas.
La fase clave es la espiración. Ésta es libre (sin freno
y silenciosa), regular y profunda. No puede decirse que
sea específicamente abdominal o torácica, ya que esto
depende de cada paciente.
La evolución de los conceptos de Mézières tuvo
episodios de aceleración. Así, en el momento de la
descripción de la cadena anterior del cuello, en 1978,
clasificaba a los precervicales junto con los músculos
«hipotónicos»: «Por sus mecanismos, respecto a los
cuales no hay excepción, siempre son hipertónicos los
músculos “lordosantes”, a saber: los dorsales, los rotadores internos, los psoas-ilíacos y el diafragma» [7].
Por el contrario, sus antagonistas siempre son hipotónicos: los precervicales, los abdominales, los cuádriceps y los rotadores externos.
Seis años más tarde, clasificó a los precervicales junto
con los músculos que había que estirar, debido a que
eran demasiado cortos [18].
Kinesiterapia - Medicina física
11. Método Mézières ¶ E – 26-085-A-10
“
Punto importante
«La respiración no se educa, se libera.»
La respiración practicada durante las sesiones sólo
sirve para evitar las apneas que anuncia la sexta
ley.
No se trata entonces de una reeducación de la
respiración.
Tratamiento: evolución de las técnicas
«Todo el mundo cree que este asunto me vino servido. En realidad, tuve que andar a tientas, equivocarme, corregir.»
Así como evolucionaron los conceptos, lo mismo
ocurrió con las técnicas. En los primeros tiempos,
recomendó la ampliación del tórax mediante ejercicios,
con las manos sobre los hombros y rotación lateral de
los brazo; llegó a aconsejar el uso de un palo sostenido
con las dos manos detrás de la espalda. Más tarde,
observó que la lordosis interescapular acentuada por
este tipo de trabajo era con frecuencia irreducible, lo
que la llevó a proscribir esta técnica: «Nunca debe
adoptarse la posición en candelabro» [19].
En cuanto a la famosa posición «piernas en el airementón al pecho» (Fig. 14) que se convirtió en una
especie de marca de fábrica del método, la desechó en
1979 para gran desesperación de muchos de sus discípulos. Pensaba que se intentaba reducir su arte a esta
«burda caricatura» y prefirió prescindir de ella.
Su pragmatismo no le impidió dar ninguna media
vuelta. Tras haber exigido durante años a sus alumnos
que practicaran la «autopostura», desterró la práctica el
día en que se hizo tratar a sí misma por primera vez: vio
claramente que las autoposturas diarias le ocasionaban
graves perjuicios [20].
Una sesión es una sucesión de posturas «hechas a
medida» y conectadas por la respiración de trabajo.
Una postura está compuesta por una o varias maniobras mantenidas de forma activa por el paciente.
Una postura no tiene una duración estándar, como
tampoco se indica una sesión específica para una
afección determinada.
Tan sólo presenta algunos principios generales y una
observación permanente y atenta de las reacciones del
paciente:
• aplicar de forma sistemática lo contrario a todas las
compensaciones que aparecen;
• perseguir el estiramiento integral. Cualquier punto de
fuga se considera como una compensación que compromete el resultado de la postura;
• cada interrupción del ritmo respiratorio y cada obstáculo endógeno al flujo espiratorio es asimilable a una
compensación que los anula;
• preferentemente, tomar posición a distancia de las
zonas dolorosas;
• buscar de modo constante la forma normal.
La sesión comienza con la respiración de trabajo, que
el paciente no debe interrumpir nunca, ni siquiera al
cambiar de postura.
▲ Advertencia
«No hay recetas.»
La correspondencia habitual entre una afección y
una maniobra terapéutica no es aplicable en el
contexto de los conceptos de Mézières.
Kinesiterapia - Medicina física
Figura 14.
caricatura.
«Piernas en el aire-mentón al pecho»: una burda
Las posiciones de partida más frecuentes son el
decúbito supino, la posición sentada, la bipedestación
con la espalda contra la pared y con apoyo facial.
Al principio y al final de cada sesión, Mézières usa
adyuvantes exógenos: reflexoterapia plantar, masaje del
tejido conjuntivo, vibraciones.
Sin embargo, fustiga la mezcla con otras técnicas
(osteopatía, terapias holísticas, globalistas, exóticas, etc.).
Reconoce de buen grado el valor de algunas de ellas,
pero no le gustan los cócteles. El sincretismo en materia
de ciencia depende menos de la amplitud del espíritu
que de la «bastardización propuesta por personas sin
talento que se dan ínfulas».
No ve otra cosa que mercantilismo en los accesorios
que se ofrecen para la práctica de las sesiones, toda vez
que éstas sólo pueden hacerse en el suelo.
Cada sesión dura aproximadamente una hora,
durante la cual el terapeuta entra «en contacto» con el
paciente. El silencio necesario para la concentración de
los dos protagonistas es incompatible con la palabrería.
El ritmo de las sesiones es semanal en las fases de
ataque del tratamiento. Cuando el paciente ha adquirido el ritmo de la respiración y la precisión de las
posturas y empiezan a aparecer los primeros resultados
positivos, la frecuencia de las sesiones puede disminuir
hasta hacerse mensual para un tratamiento de
mantenimiento.
No se indica ningún trabajo en el domicilio: «Para un
juego de tenis hacen falta dos». La modalidad de autotratamiento y de automedicación está en sus comienzos.
Mézières la rechaza en lo que se refiere a la reeducación.
Las instrucciones de higiene de vida son lapidarias:
nunca dormir boca abajo y caminar una hora al día.
Todos los deportes están permitidos, incluidos la
equitación o el tenis para los escolióticos. Sin embargo,
es fundamental entender que el deporte es y debe ser
placentero.
Las indicaciones abarcan, grosso modo, las de la
fisioterapia.
Las contraindicaciones son escasas: los 3 primeros
meses del embarazo, las enfermedades infecciosas
(febriles) u oncológicas (durante el tratamiento). El
único obstáculo radical es la falta de participación del
paciente.
Estrategia terapéutica
La estrategia terapéutica y la elección de las maniobras se fundamentan en la intuición. Mézières le otorga
un papel protagonista al modo empírico. De esta forma,
las características ontológicas de su método se basan en
la intuición y en el empirismo.
A menudo citaba a Claude Bernard, quien en su
discurso de ingreso al Collège de France en 1855 dijo:
11
12. E – 26-085-A-10 ¶ Método Mézières
Figura 15. La compensación sistemática de la lateroflexión
cefálica es el ensanchamiento del hemitórax contralateral.
Figura 16. La abducción del miembro superior ensancha el
hemitórax homolateral.
«...la ciencia está sujeta a dos tipos de descubrimientos:
unos previstos por el razonamiento o indicados por la
teoría; otros, imprevistos, son descubrimientos que
surgen de forma inopinada de la experimentación, no
ya como corolario de la teoría y listos para confirmarla,
sino siempre fuera de ella y, por consiguiente, contrarios
a ella».
Según su propia opinión, su método no es propenso
a confirmar la práctica clásica. Es un paradigma, de
aparición inopinada, cuyas consecuencias deben, lógicamente, hacer reconsiderar todos los conceptos y las
técnicas conocidas.
Maniobras
Las maniobras representan la unidad básica del
tratamiento. Se trata de movimientos de gran amplitud,
pero conservando su carácter fisiológico. Se efectúan y
mantienen en modo activo o activo asistido.
Figura 17. La
contralateral.
rotación
cefálica
levanta
el
hemitórax
Dos categorías de maniobras
Conviene distinguir dos categorías de maniobras:
• las que corrigen de entrada un dismorfismo determinado: se las conoce como «eficaces»;
• las que agravan de entrada un dismorfismo determinado: se las conoce como «muy eficaces».
Aunque la primera fase de una maniobra agravante
consiste en empeorar una deformación, implica que
antes de finalizar la postura el agravamiento provocado
debe haber sido neutralizado. Se ve claramente la
responsabilidad del terapeuta y se entiende la exigencia
de capacidad: al igual que cualquier terapia eficaz, si se
aplica mal es potencialmente peligrosa.
Figura 18. La elevación de un miembro superior levanta el
hemitórax homolateral.
Llaves
Entre las numerosas maniobras que le sirvieron para
crear las posturas, Françoise Mézières dio preponderancia a cinco, probablemente a causa del carácter sistemático de las compensaciones que provocan en el tórax:
• la lateroflexión cefálica ensancha el hemitórax contralateral (Fig. 15);
• la abducción de un miembro superior ensancha el
hemitórax homolateral (Fig. 16);
• la rotación cefálica propulsa el hemitórax contralateral (Fig. 17);
• la elevación de un miembro superior propulsa el
hemitórax homolateral (Fig. 18);
• la elevación del occipucio en el plano de la escápula
y del sacro intensifica la lordosis lumbar (Fig. 19).
Estas maniobras básicas constituyen una especie de
alfabeto del método. Muchas sesiones comienzan por
una de ellas. Las compensaciones que producen exigen
ser reducidas. El tiempo, la respiración, presiones
manuales o incluso maniobras correctoras se usan para
neutralizar las compensaciones. Poco a poco, el encadenamiento de las posturas se impone de por sí, sin que
sea posible prever su pertinencia.
12
Ejemplo 1. La abducción del miembro superior
izquierdo provoca, en este paciente, una mayor dilatación del hemitórax homolateral. Se postula que esta
diferencia obedece a una retracción más acusada del
músculo dorsal ancho. En consecuencia, se ejerce una
presión manual sobre el vértice de la deformación
(Fig. 20). La maniobra finaliza cuando, ante una misma
amplitud de abducción, los dos hemitórax son
simétricos.
Ejemplo 2. El tórax del paciente es simétrico de forma
espontánea: es ancho y plano a la derecha, grueso y
angosto a la izquierda. La rotación cefálica hacia la
derecha acentúa la deformación espontánea. La maniobra es conocida como «agravante». A la presión manual
que se ejerce sagitalmente para reducir el levantamiento
del hemitórax izquierdo, es posible agregar una abducción del miembro superior izquierdo. Esta maniobra se
denomina «correctora» y se usa como adyuvante
(Fig. 21).
«Estirar hasta recuperar la forma es el objetivo de esta
técnica.» [17]
Kinesiterapia - Medicina física
13. Método Mézières ¶ E – 26-085-A-10
Figura 19. En posición sentada, la elevación del occipucio en
el plano de las escápulas y del sacro acentúa la lordosis.
Figura 21. La rotación cefálica hacia la derecha aumenta el
grosor y disminuye la anchura del hemitórax izquierdo. El terapeuta coloca el miembro superior del paciente en abducción
para reducir el grosor del tórax y agrega una presión manual
sobre el vértice de la deformación para mejorar la reducción.
Otras maniobras
Aparte de las llaves, también se emplean otras maniobras, tanto estáticas como dinámicas. La lista de ellas no
puede establecerse de forma exhaustiva. Abarca desde la
elevación de los miembros inferiores hasta el retroceso
de la cabeza en posición cuadrúpeda, pasando por el
trabajo de la mano y los dedos. Nadie puede pretender
haberlas visto todas puesto que Mézières no se impuso
ningún límite y, según su estado de ánimo, sus intuiciones o las afecciones encontradas, inventaba o
modificaba.
Ejemplo 1. El paciente padece una coxartrosis idiopática. El trabajo sobre el quinto dedo se impone debido
a la correspondencia entre «el borde lateral del pie y la
cadera» a nivel del sistema simpático. Es un trabajo
alternado: el terapeuta mantiene el pie en la posición
correcta (Fig. 22). En cada espiración, el paciente trata
de separar sólo el quinto dedo. La relajación se efectúa
en la fase inspiratoria. Para esta maniobra no se cuenta
con un criterio de validez ni de interrupción.
La única posibilidad de impregnarse del espíritu que
presidía el tratamiento y atesorar las herramientas
potenciales era ir a verla trabajar a menudo. Pero ella
estaba muy por encima del resto y además... intimidaba.
Así, algunos años después de su fallecimiento, algunos
de sus alumnos creyeron ser innovadores al incorporar las
«posturas dinámicas». Sin embargo, los «movimientos
alternados» representaban una parte importante del
arsenal que habitualmente usaba Mézières. Se trata de
movimientos activos, repetidos, de gran amplitud y al
ritmo de la respiración de trabajo: circunducciones de las
muñecas, semicircunducciones de los tobillos, abducciones del quinto o del primer dedo del pie, dorsiflexiones
Figura 20.
Figura 22. El terapeuta mantiene en una posición correcta el
pie del paciente y éste intenta colocar exclusivamente el quinto
dedo en abducción con cada espiración.
alternadas del primer dedo y los otros dedos del pie,
propulsiones de los hombros, etc.
Ejemplo 2. La misma coxartrosis puede tratarse
mediante otra maniobra alternada: la semicircunducción
de los tobillos. En decúbito, se elevan los miembros
La dilatación del tórax es más acusada a la izquierda y el terapeuta ejerce una presión manual sobre el vértice de la convexidad.
Kinesiterapia - Medicina física
13
14. E – 26-085-A-10 ¶ Método Mézières
Figura 23. Maniobra de semicircunducción de los tobillos. Tres fases sucesivas: dorsiflexión en aducción, flexión plantar máxima y
dorsiflexión en abducción. Sólo la flexión plantar se efectúa en la fase inspiratoria.
inferiores, con los maléolos en la vertical del vértice de
la lordosis del bloque inferior. Se solicita hacer un arco
de círculo con la punta del pie. Así, se pasa de una
dorsiflexión en aducción a una dorsiflexión en abducción. La inspiración se efectúa en la fase neutra de
flexión plantar intermedia (Fig. 23). El criterio de
interrupción es la posibilidad de efectuar la abducción
de la cadera, que antes resultaba imposible.
El final de una postura está determinado en general
por la neutralización de todas las compensaciones.
La persistencia de una sola compensación tiende a
comprometer la postura en su conjunto, pues el acortamiento de las cadenas (que están conectadas unas a
otras) se precipita en la brecha y allí «se enquista», al
abrigo, en espera del final de la maniobra.
Se entiende entonces la atención sostenida que debe
prestar el terapeuta para detectar las más mínimas
compensaciones y neutralizarlas una por una.
Trabajo a distancia
«...no es sobre el sitio del dolor donde debe trabajarse
ni sobre el de la impotencia, a la que hay que tratar de
anular. La causa está en otro lado...» [17]
Este principio condujo a Mézières a trabajar casi
siempre a distancia de las lesiones. Dado que las deformaciones se propagan en sentido craneocaudal, no
descartó que un esguince recidivante del tobillo pudiera
tener su origen en una contractura cervical.
Sin embargo, en el contexto de un dolor cervical,
aceptó trabajar directamente sobre la nuca.
“
Puntos importantes
• El trabajo a distancia: una regla con algunas
excepciones.
• El agravamiento a priori: una elección para
optimizar las maniobras.
■ Discusión
Fallos y aproximaciones:
procedimientos y conceptos
Mézières se guiaba por la intuición (cf supra). Esta
característica fascinaba a unos y exasperaba a otros. Así,
la generalización de las conclusiones de la observación
prínceps a toda la especie humana irrita porque se revela
como expeditiva y arbitraria. El procedimiento destinado
14
a verificar la reproducibilidad del fenómeno sería hoy
irrisorio y la afirmación de universalidad, exagerada.
Por eso, la reconstitución reiterada de la experiencia
obliga a formular una observación: si bien los resultados
son convergentes en líneas generales, hay que destacar
una diferencia notoria. La reducción activa de la lordosis
en el bloque inferior no está acompañada de forma
sistemática, ni mucho menos, por la basculación de la
cabeza hacia atrás con protrusión del mentón (lo que
sería un signo del aumento de la lordosis cervical). Al
contrario, lo frecuente es que el mentón se hunda en el
cuello (indicio de una tendencia a la cifosis cervical).
Esto tendería a priori a invalidar la tercera ley: los
músculos posteriores no serían demasiado cortos en
todas las personas.
Sin embargo, con Mézières, hay que abstenerse de
concluir pronto en que hay un error: aunque la protrusión del mentón indica que el paciente utiliza el occipucio como pilar superior de su lordosis, la entrada del
mentón es indicio del desplazamiento del mismo pilar
hacia la columna cervical. Se trataría pues de una
variante frecuente, pero dependiente del mismo
mecanismo.
Falta decir que esta lectura unívoca ha dado origen a
la tendencia de hacer entrar el mentón de forma sistemática. Ahora bien, aplicada en el momento más
inoportuno, esta acción se revela patógena.
Su explicación respecto a los resultados es discutible:
ella pretende que el estiramiento de las cadenas musculares explique las mejorías observadas, las cuales,
además, no han sido validadas mediante estudios
clínicos. Ni en vida de Mézières, ni después de su
muerte. Numerosos científicos se oponen de forma
terminante [21, 22]. Demuestran que es imposible estirar
los músculos espinales en el ser vivo. La sensación de
tensión durante los estiramientos sólo se debe al estiramiento de las fascias, ricamente inervadas. La ganancia
de amplitud tras los ejercicios sólo se debería, como en
el caso del stretching, a una elevación del umbral doloroso en el estiramiento de las fascias. Por tanto, los
resultados no se deberían a una improbable fluencia
lenta, que por otra parte no se diferencia en nada de un
stretching global.
Su hipótesis de las deformaciones algógenas apenas
resiste un análisis crítico. A título de ejemplos:
• nunca fue posible correlacionar el dolor lumbar
con una deformación corporal cualquiera; los escolióticos no sufren ni más ni menos que la población
indemne;
• el principio de la «compensación cero», de la indispensable puesta en tensión integral del sistema, está
en total contradicción con algunas técnicas aplicadas.
En la llamada maniobra de «extensión de los dedos
del pie contra resistencia», una rodilla está flexionada.
Kinesiterapia - Medicina física
15. Método Mézières ¶ E – 26-085-A-10
sacrificar en aras de la ciencia un valioso patrimonio de
conceptos y de técnicas cuyos resultados terapéuticos
probablemente sobrepasen el efecto placebo.
Con el fin de evitar que este mensaje no sea finalmente relegado al anaquel de las técnicas de antaño y
de los polvos mágicos, la práctica basada en el nivel de
prueba sería hoy un paso obligado para los terapeutas
que reclaman la herencia de Françoise Mézières.
Además, es lamentable que los escritos de Mézières,
de por sí tan escasos, no hayan sido reeditados y que,
por tanto, sólo estén disponibles de manera integral
para aquellos que conformaron el círculo de sus
allegados.
Esto debería ser suficiente para que la postura fuera
inoperante. Ahora bien, se trata de un trabajo de una
notable eficacia.
“
Punto importante
Es evidente que la obra tiene una riqueza
sorprendente y que Mézières innova en materia
de conceptos y de técnicas. Sin embargo:
• las explicaciones de los fenómenos observados
deberían ser revisadas;
• los resultados reivindicados requieren
validación.
.
■ Bibliografía
[1]
Indigencia pedagógica
Aunque se acepta que Mézières tenía un don de
observación excepcional y que impresionó a muchos
profesionales por sus intuiciones fulgurantes, es evidente
que la pedagogía y la organización de su enseñanza
dejan mucho que desear.
La escasez de escritos ocasiona distorsiones claras del
mensaje (sesiones de grupo, musculación, trabajo sobre
la inspiración, aprendizaje de la postura correcta,
pruebas escritas en clase, enfoque seudopsicológico y/o
sesiones de osteopatía).
Debido a la falta de control de los conocimientos y
de diploma, hubo casi tantas comprensiones distintas de
su mensaje como alumnos.
Por tanto, no es sorprendente la abundancia de
escuelas paralelas donde se codean lo mejor y lo peor.
Para el paciente, al igual que para el profesional que
solicita la práctica, es muy difícil separar lo bueno de lo
malo o saber si la práctica de un terapeuta que se
confiesa «mezierista» se ajusta a la enseñanza de la
maestra desaparecida. Aunque, para muchos, la única
persona que nunca siguió a Mézières fue... la propia
Mézières.
La sanción de esta valoración negativa fue la balcanización de su escuela, el desconocimiento de los conceptos y la distorsión de las técnicas.
Es por tanto legítimo preguntarse sobre la pertinencia
de la denominación «método Mézières», si se tiene en
cuenta que el conocimiento de los conceptos parece
estar mal distribuido y que las prácticas se revelan
divergentes [23].
[2]
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[4]
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[7]
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[10]
[11]
[12]
[13]
[14]
[15]
“
Punto importante
El grado de diversidad, tanto en términos de
conceptos como de técnicas, en el contexto de lo
que se convino en llamar «método Mézières»,
obliga a preguntarse sobre la pertinencia de esta
denominación.
Sólo quedan los escritos. Los de Mézières, escasos,
son hoy imposibles de encontrar.
[16]
[17]
[18]
[19]
[20]
■ Conclusión
[21]
El entusiasmo repentino por un método que no fue
validado respecto a sus conceptos y técnicas suele ir
seguido por una desgracia radical y se corre el riesgo de
[22]
Kinesiterapia - Medicina física
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15
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M. Nisand, Kinésithérapeute, ancien assistant de Françoise Mézières responsable technique du diplôme universitaire de Reconstruction
Posturale® à l’université de Strasbourg (m.nisand@free.fr).
14, rue Wimpheling, 67000 Strasbourg, France.
Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo original: Nisand M. Méthode Mézières. EMC (Elsevier Masson SAS,
Paris), Kinésithérapie-Médecine physique-Réadaptation, 26-085-A-10, 2010.
Disponible en www.em-consulte.com/es
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16
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