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Nefrología
al día
Capítulo 2
Glomerulonefritis primarias
Gema Fernández Fresnedo
1. INTRODUCCIÓN
2. ETIOLOGÍA
3. EPIDEMIOLOGÍA
4. CLASIFICACIÓN
5. TRATAMIENTO GENERAL
5.1. Dieta
5.2. Tratamiento de la hipertensión arterial
5.3. Control de la proteinuria-inhibición del sistema
renina-angiotensina (SRA)
5.4. Tratamiento de la hiperlipidemia
5.5. Tratamiento del edema
5.6. Complicaciones tromboembólicas
5.7. Tratamiento del síndrome nefrítico
5.8. Tratamiento de la insuficiencia renal crónica
5.9. Tratamiento de la hematuria macroscópica
6. NEFROPATÍA POR CAMBIOS MÍNIMOS
6.1. Etiología
6.2. Histología
6.3. Manifestaciones clínicas
6.4. Tratamiento
7. GLOMERULOSCLEROSIS SEGMENTARIA
Y FOCAL
7.1. Etiología
7.2. Histología
7.3. Manifestaciones clínicas
7.4. Tratamiento
8. GLOMERULONEFRITIS MEMBRANOSA
8.1. Etiología
8.2. Histología
-24-
Nefrología al día
1. INTRODUCCIÓN
El término glomerulonefritis se emplea para designar las enfermedades que
afectan a la estructura y función del glomérulo, aunque posteriormente se
pueden ver implicadas las demás estructuras de la nefrona. Hablamos de
glomerulonefritis primarias cuando la afectación renal no es la consecuencia
de una enfermedad más general y las manifestaciones clínicas están restrin-
gidas al riñón, y de secundarias cuando la afectación está en el seno de una
enfermedad sistémica: lupus, diabetes, etc. El presente capítulo se centra
en el primer grupo.
8.3. Manifestaciones clínicas
8.4. Tratamiento
9. GLOMERULONEFRITIS
MEMBRANOPROLIFERATIVA
9.1. Etiología
9.2. Histología
9.3. Manifestaciones clínicas
9.4. Tratamiento
10. GLOMERULONEFRITIS POSINFECCIOSA
10.1. Etiología
10.2. Histología
10.3. Manifestaciones clínicas
10.4. Tratamiento
11. GLOMERULONEFRITIS MESANGIAL POR IgA
11.1. Etiología
11.2. Histología
11.3. Manifestaciones clínicas
11.4. Tratamiento
12. GLOMERULONEFRITIS PROLIFERATIVA
EXTRACAPILAR
12.1. Etiología
12.2. Histología
12.3. Manifestaciones clínicas
12.4. Tratamiento
13. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
Glomerulonefritis primarias
-25-
2. ETIOLOGÍA
Las glomerulonefritis primarias son enfermedades de base inmunológica,
aunque en la mayoría se desconoce el antígeno o causa última de la enfer-
medad. La inmunidad desempeña un papel fundamental en el desencade-
namiento de muchos tipos de lesiones glomerulares. En algunos casos la
activación inespecífica de la inflamación puede causar o agravar la lesión
glomerular. También microorganismos infecciosos pueden desencadenar
respuestas inmunitarias anómalas o frente a antígenos microbianos. Por
último, los factores genéticos pueden ser causa de nefropatía glomerular,
pero también pueden influir sobre la predisposición al desarrollo de lesión
glomerular, sobre la progresión de ésta o sobre la respuesta al tratamiento.
3. EPIDEMIOLOGÍA
Según el Registro Español de Glomerulonefritis con datos de biopsias rena-
les del período 1994-2008 y más de 16.000 biopsias, la glomerulonefritis
mesangial por IgA (14,4%), la glomerulonefritis membranosa (10,4%) y la
glomerulosclerosis segmentaria y focal (9%) constituyen casi la mitad de la
patología renal biopsiada. El síndrome nefrótico es la forma clínica biopsia-
da más a menudo (36,9%), pero se iguala a la insuficiencia renal aguda en
pacientes mayores de 65 años. Por edades, la nefropatía por lesiones míni-
mas sigue siendo la enfermedad más frecuente en menores de 15 años
(23,2%), y las glomerulonefritis rápidamente progresivas lo son en sujetos
mayores de 65 años (15,5%).
4. CLASIFICACIÓN
Las glomerulonefritis primarias son entidades muy heterogéneas tanto por
su etiología como por su evolución. No es posible establecer una clasifica-
ción única que permita diferenciar las glomerulonefritis en grupos homogé-
neos. De acuerdo con datos evolutivos, histológicos y clínicos, podemos
clasificarlas en diversos tipos.
Según su evolución:
฀ comienza en un momento conocido y habitualmente con sínto-
mas claros. Suele cursar con hematuria, a veces proteinuria, edemas,
hipertensión e insuficiencia renal.
฀ suele tener un comienzo menos claro y con un deterioro
de función renal progresivo en semanas o meses, sin tendencia a la
mejoría.
฀ independiente del comienzo tiende a la cronicidad en años.
Suele cursar con hematuria, proteinuria, hipertensión arterial e insufi-
Nefrología al día
-26-
ciencia renal con evolución variable a lo largo de los años, pero con
tendencia a progresar una vez que se instaura la lesión.
Según la histología: es la clasificación más utilizada y aporta información pro-
nóstica de utilidad. Las diferentes enfermedades glomerulares pueden com-
partir las manifestaciones clínicas, lo que dificulta el diagnóstico, por lo que la
biopsia desempeña un papel decisivo. En este sentido, además, la biopsia
renal es una técnica que permite al clínico disponer no sólo de un diagnóstico
para aplicar un tratamiento específico, sino también de información sobre el
tipo de lesión aguda o crónica que no se podrían sospechar por la historia
clínica. La presencia de lesiones más crónicas potencialmente no reversibles
puede evitar tratar lesiones con pocas probabilidades de que respondan.
฀ ฀ ฀con aumento del número de algunas
células glomerulares.
– Glomerulonefritis mesangial: por IgA, por IgM.
– Glomerulonefritis membranoproliferativa o mesangiocapilar.
– Glomerulonefritis posestreptocócica o endocapilar difusa.
– Glomerulonefritis extracapilar.
฀ ฀ ฀ sin aumento del número de célu-
las de los glomérulos.
– Glomerulonefritis de cambios mínimos.
– Glomerulosclerosis segmentaria y focal.
– Glomerulonefritis membranosa o extramembranosa.
Según las manifestaciones clínicas (v. cap. 1): la expresión clínica de las glo-
merulonefritis es el resultado de la combinación de hematuria (macroscópica o
microscópica), proteinuria (con o sin síndrome nefrótico) e insuficiencia renal en
los casos en que se produce, sea aguda (síndrome nefrítico) o crónica. Se
asocia hipertensión arterial en una tercera parte de los casos. De acuerdo con
los datos clínicos podemos clasificar las glomerulonefritis según seis patrones:
฀ Alteraciones urinarias asintomáticas.
฀ Hematuria macroscópica.
฀ Síndrome nefrótico.
฀ Síndrome nefrítico.
฀ Glomerulonefritis rápidamente progresiva:฀se caracteriza por la apari-
ción gradual de proteinuria, hematuria e insuficiencia renal que progresa
en un período de días o semanas.
฀ Glomerulonefritis crónica: se caracteriza por anomalías urinarias persis-
tentes, deterioro lento y progresivo de la función renal y proteinuria.
Para mas detalles, puede consultarse el capítulo 1.
En la ฀ se muestra la clasificación de las glomerulonefritis primarias,
en correlación con sus manifestaciones clínicas e histológicas. En la ฀
se muestran los hallazgos serológicos.
Glomerulonefritis
primarias
-27-
Tabla 1
Clasificación de las glomerulonefritis primarias atendiendo a sus manifestaciones clínicas e histológicas
Glomerulonefritis AASU
Hematuria
recidivante
Síndrome
nefrótico
Síndrome
nefrítico IRRP
Glomerulonefritis
crónica
De lesiones mínimas – – ++++ – – –
Focal y segmentaria + – +++ – – ++
Membranosa + – +++ – – +
Mesangial por IgA ++ +++ +/– – + +++
Membranoproliferativa + – ++ ++ – +
Extracapilar – – + ++ ++++ +
Endocapilar + – + ++++ – –
AASU: alteraciones asintomáticas del sedimento urinario; IRRP: insuficiencia renal rápidamente progresiva.
Nefrología al día
-28-
5. TRATAMIENTO GENERAL
Conjuntamente con el tratamiento específico de cada glomerulonefritis, que
se expone más adelante, se debe instaurar una terapia sintomática depen-
diendo de las manifestaciones clínicas.
5.1. Dieta
Se indica restricción de la ingesta de sal en caso de que haya hipertensión
arterial. En caso de síndrome nefrótico se precisa una restricción moderada
de sal (2-4 g/día) y de líquidos, y sólo en casos de edema importante serán
necesarias restricciones más importantes. En cuanto a la ingesta proteica, en
el síndrome nefrótico se recomienda una dieta de 1 g/kg/día. Si existe insufi-
ciencia renal debe reducirse la ingesta a 60 g/día. Además es muy recomen-
dable el control de la obesidad, el abandono del tabaco y la práctica de ejer-
cicio físico regular. Sólo en situación de síndrome nefrótico con anasarca es
recomendable el reposo en cama, sin que sea prolongado por el riesgo trom-
bótico.
5.2. Tratamiento de la hipertensión arterial (v. caps. 13 y 14)
La hipertensión arterial es importante como factor de riesgo cardiovascular
y de progresión de la enfermedad. Los fármacos de elección, especialmen-
Tabla 2
Hallazgos serológicos en los pacientes con glomerulonefritis primarias
Glomerulonefritis C4 C3 ASLO AMBG ANCA
De lesiones mínimas N N – – –
Focal y segmentaria N N – – –
Membranosa N N – – –
Mesangial por IgA N N – – –
Membranoproliferativa
Tipo I N/↓↓ ↓↓ – – –
Tipo II N ↓↓↓ – – –
Extracapilar
AMBG N N – +++ ±
Inmunocomplejos N/↓ N/↓↓ – – ±
ANCA N N – – +++
Glomerulonefritis endocapilar N/↓ ↓↓ +++ – –
AMBG: anticuerpos antimembrana basal glomerular; ANCA: anticuerpos anticitoplasma
de neutrófilo; ASLO: antiestreptolisina O.
Glomerulonefritis primarias
-29-
te si existe proteinuria, son los inhibidores de la enzima de conversión de la
angiotensina (IECA) y los antagonistas de los receptores de la angiotensina II
(ARA II). El objetivo de control debe ser de 130/80 mmHg si existe insufi-
ciencia renal, y 125/75 mmHg en caso de proteinuria superior a 1 g/24 h. Si
es preciso se deben añadir otros fármacos antihipertensivos para alcanzar
el objetivo.
5.3. Control de la proteinuria-inhibición del sistema
renina-angiotensina (SRA) (v. cap. 16)
El objetivo del uso de IECA/ARA II es la reducción de la proteinuria además
del control de la presión arterial. Se inicia el tratamiento con dosis bajas que
se incrementan progresivamente hasta la dosis máxima tolerada o hasta
haber alcanzado el objetivo ideal (<0,5 g/día). En numerosos estudios se ha
demostrado su efecto renoprotector, que va estrechamente asociado al des-
censo de la proteinuria. El efecto antiproteinúrico es variable según la enti-
dad. En la glomerulonefritis mesangial por IgA tienen un efecto demostrado,
siendo menor en la glomerulosclerosis segmentaria y focal, la glomerulone-
fritis membranosa o la glomerulonefritis membranoproliferativa, aunque la
indicación es clara, especialmente en caso de proteinuria no nefrótica, en la
que son el tratamiento de primera elección. En otras entidades no tienen
ningún efecto favorable salvo para el control de la hipertensión arterial, como
en las glomerulonefritis extracapilares y posinfecciosas. En las lesiones míni-
mas no están indicados salvo si existe hipertensión arterial, dada la respues-
ta tan rápida que se observa a esteroides. Por el contrario, en fases iniciales
del síndrome nefrótico con anasarca pueden estar incluso contraindicados,
especialmente si existe hipovolemia o hipotensión. Por último, diversos estu-
dios han demostrado el efecto sinérgico en la proteinuria del doble bloqueo
del SRA, y en los últimos años también se ha observado el efecto antiprotei-
núrico de los antialdosterónicos. En estos casos y sobre todo si existe insu-
ficiencia renal deben vigilarse cuidadosamente las cifras de potasio.
5.4. Tratamiento de la hiperlipidemia
La hiperlipidemia es un trastorno frecuente en las glomerulonefritis que cursan
con síndrome nefrótico como resultado de un incremento en la síntesis hepá-
tica de lípidos y apolipoproteínas. En caso de hiperlipidemia transitoria (lesio-
nes mínimas), el tratamiento dietético sería la única medida justificable, a no
ser que sea muy marcada. En el resto, el tratamiento médico de elección son
los inhibidores de la hidroximetilglutaril-coenzima A reductasa (HMG-CoA)
(estatinas), ya que la hipercolesterolemia es la anomalía más frecuente.
5.5. Tratamiento del edema
En el síndrome nefrótico con edema importante se pueden utilizar diuréticos
de asa de inicio en dosis más altas (furosemida o torasemida). En caso de
Nefrología al día
-30-
anasarca o cifras de albúmina inferiores a 2 g/dl puede ser útil la infusión
combinada de albúmina y furosemida intravenosa. Si la respuesta de los
diuréticos de asa es escasa se puede asociar tiazidas o antialdosterónicos.
5.6. Complicaciones tromboembólicas
La trombosis de la vena renal y en general los fenómenos tromboembólicos
constituyen una de las complicaciones más graves del síndrome nefrótico.
Afectan a un 5-60% de los pacientes. El riesgo aumenta en caso de hipoal-
buminemias graves (<2 g/dl). A veces es preciso profilaxis antitrombótica
(heparinas de bajo peso molecular), especialmente en pacientes que preci-
sen reposo. Ante cualquier episodio trombótico se debe iniciar tratamiento
anticoagulante.
5.7. Tratamiento del síndrome nefrítico
Es básico el control del edema, atendiendo a la posible aparición de insufi-
ciencia cardíaca, y la hipertensión arterial, que precisará antihipertensivos.
La indicación del tratamiento antibiótico dependerá de cada caso. Una vez
establecida la insuficiencia renal aguda, el tratamiento consiste en una serie
de medidas médicas y de soporte dialítico si es necesario hasta la resolu-
ción del cuadro.
5.8. Tratamiento de la insuficiencia renal crónica (v. cap. 16)
En las glomerulonefritis que cursan con insuficiencia renal crónica el trata-
miento derivado de la pérdida de función renal persigue la prevención de la
aparición de síntomas derivados de la insuficiencia renal, minimizar compli-
caciones y preservar la función renal. Todos estos aspectos se tratan con
más profundidad en otros capítulos.
5.9. Tratamiento de la hematuria macroscópica
Los brotes de hematuria macroscópica son autolimitados y no precisan
tratamiento. No hay tampoco un tratamiento específico para la hematuria
aislada.
6. NEFROPATÍA POR CAMBIOS MÍNIMOS
Es una glomerulonefritis típicamente pediátrica, que se presenta con mayor
frecuencia entre los 2 y los 6 años y tiene mayor incidencia en el sexo mas-
culino. Clínicamente conlleva la aparición de un síndrome puro. Es respon-
sable del 80% de los casos de síndrome nefrótico en el niño y del 15-20%
de los del adulto.
Glomerulonefritis primarias
-31-
6.1. Etiología
Podría estar en relación con una posible disfunción de los linfocitos T, pero
algunos autores proponen que se trata de una alteración transitoria en la
expresión de proteínas constitutivas de la membrana. Se ha asociado con
diversas enfermedades, bien infecciosas, alérgicas, neoplásicas (síndrome
de Hodgkin) o farmacológicas (antiinflamatorios no esteroideos [AINE]).
6.2. Histología
Histológicamente y como su nombre indica, no aparecen anomalías en la
microscopia óptica; los glomérulos y los capilares son normales y no se
objetiva ningún deposito en la inmunofluorescencia. El microscopio electró-
nico puede revelar cambios caracterizados por un ensanchamiento y borra-
do de los pies de los podocitos. La biopsia no está indicada en los casos
pediátricos, en los que la sensibilidad a los corticosteroides es casi cons-
tante, pero sí en adultos, en los que las posibilidades diagnósticas se am-
plían.
6.3. Manifestaciones clínicas
Se caracteriza casi exclusivamente por síndrome nefrótico, junto con las ma-
nifestaciones clínicas que éste provoca. Su pronóstico renal es bueno. Es
frecuente el deterioro reversible de la función renal y en relación con factores
funcionales (hipovolemia grave o tras tratamiento diurético intenso, adminis-
tración de IECA/ARA II, AINE, trombosis bilateral de la vena renal, etc.).
6.4. Tratamiento
En la ฀ se muestra un algoritmo de tratamiento.
6.4.1. Tratamiento de primera elección
Los corticosteroides siguen siendo el tratamiento de elección. El plan tera-
péutico general consiste en administrar prednisona a 1 mg/kg/día sin sobre-
pasar los 60-80 mg/día en el adulto. Se recomienda administrar los corticos-
teroides en dosis única matinal y con un protector gástrico. La respuesta al
tratamiento se define como la desaparición de la proteinuria durante al me-
nos 3 días. Los adultos se consideran resistentes a los corticosteroides
cuando la proteinuria persiste tras 16 semanas de tratamiento o cuando no
ha descendido en absoluto tras 8-12 semanas de tratamiento. La remisión
del síndrome nefrótico se consigue en un 81-90% de los adultos tratados,
lo que supone cifras similares a las que se consiguen en niños, aunque el
tiempo que se tarda en obtener la remisión es mayor. Un aspecto contro-
vertido es la pauta descendente de prednisona tras la respuesta inicial. La
interrupción brusca o una pauta descendente demasiado rápida una vez
Nefrología al día
-32-
lograda la remisión completa puede dar lugar a una recidiva. En general, se
deben administrar dosis altas de prednisona durante 8-16 semanas (o
1-2 semanas tras la remisión completa). El paciente debe entonces iniciar
un régimen a días alternos (1 mg/kg) durante 1 mes e ir reduciendo poco a
poco la dosis de manera que la duración total del tratamiento sea de unos
4 meses como mínimo. Se definen varios patrones de respuesta a corticos-
teroides en la ฀
Figura 1
Algoritmo de tratamiento de la nefropatía de cambios mínimos del adulto.
o
o
2 mg/kg/día,
8 semanas
o
0,2 mg/kg/día,
8 semanas
± ฀฀
en dosis bajas
4-6 mg/kg/día, 1 año
(niveles de 100-150 ng/ml)฀
฀฀
a dosis bajas y retirar
1-1,5 g/día
฀a dosis bajas y retirar
Síndrome nefrótico
฀ ฀ ฀ ฀ ฀
Remisión
Sin
respuesta
Sin remisión
tras 16 semanas
Considerar
rebiopsia
o
Sin respuesta
฀฀
mensual
para
detectar
recidivas
฀
฀
de nuevo
Descenso
más lento
No recidiva Recidiva
ocasional
Recidiva
frecuente
Dependencia
de
corticosteroides
฀1 mg/kg/día (8-16 semanas)
Glomerulonefritis primarias
-33-
6.4.2. Tratamiento de segunda línea
En caso de recidivas frecuentes o resistencia a los corticosteroides se em-
plean otras opciones terapéuticas. Los pacientes resistentes pueden respon-
der a ciclofosfamida, en dosis de 2 mg/kg/día durante 8-12 semanas. El clo-
rambucil también puede ser útil, pero a igualdad de resultados parece tener
más efectos secundarios que la ciclofosfamida. La ciclosporina A es efectiva
en los casos resistentes a corticosteroides en dosis de 4-6 mg/kg/día (niveles
de 100-150 ng/ml), aunque la recidiva es frecuente tras su suspensión. Un
tratamiento de un año seguido de la disminución paulatina de la dosis puede
ayudar a mantener la remisión. Se han obtenido datos esperanzadores con el
uso de micofenolato, en general de forma indefinida en dosis de 1-1,5 g/día
con corticosteroides asociados inicialmente a 0,5 mg/kg/día con disminución
hasta 10 mg/día en pacientes en los que habían fracasado otras terapias y
también como alternativa a tratamientos con más efectos secundarios o más
nefrotóxicos.
7. GLOMERULOSCLEROSIS SEGMENTARIAY FOCAL
Es otro trastorno responsable del síndrome nefrótico en el niño, con una fre-
cuencia inferior al 10%, pero que aumenta a medida que aumenta la edad y
llega a ser del 20% en adolescentes y adultos jóvenes. No se observan dife-
rencias entre sexos. Su diagnóstico es histológico, por lo que su epidemiolo-
gía depende de la población estudiada así como de los criterios de biopsia.
7.1. Etiología
Es fundamental diferenciar las formas primarias (en las que no existe ningún
agente o condición asociada) de las secundarias (por hiperfiltración, tóxi-
Tabla 3
Patrones de respuesta de la glomerulonefritis de cambios mínimos
al tratamiento con corticosteroides
฀ Remisión completa: proteinuria <300 mg/día
฀ Remisión parcial: reducción de proteinuria <3,5 g/día o al menos un 50% +
normoalbuminemia
฀ Recidiva: reaparición de proteinuria >3,5 g/día + hipoalbuminemia
฀ Sensible a corticosteroides con respuesta primaria: sin recidiva
฀ Sensible a corticosteroides con respuesta primaria y sólo una recidiva
en los primeros 6 meses después de dicha respuesta
฀ Recidiva frecuente: respuesta primaria y 2 recidivas o más en 6 meses
฀ Dependiente de corticosteroides: remisión inicial y recidiva durante la
pauta descendente
฀ Resistente a corticosteroides: sin respuesta inicial a esteroides
Nefrología al día
-34-
cos, cicatrización, procesos glomerulares previos, etc.), ya que el plantea-
miento terapéutico es diferente. En las formas primarias se habla a favor de
un posible factor circulante no caracterizado aún, sobre la base de la eleva-
da recurrencia tras el trasplante. Existen también formas genéticas raras
probablemente relacionadas con alteraciones de genes que codifican pro-
teínas de la membrana basal.
7.2. Histología
La lesión característica en la microscopia óptica es la esclerosis del ovillo
glomerular, que afecta focalmente a algunos glomérulos desde la zona yux-
taglomerular. Las luces capilares de la zona afecta están obliteradas por
material acelular con zonas de hialinosis. La inmunofluorescencia muestra
habitualmente depósitos de IgM y C3. Por criterios histológicos se distin-
guen cinco subtipos, existiendo una correlación clinicohistológica:
฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀
฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀
฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ -
pilares y polimorfonucleares.
฀ ฀tip lesion: lesión próxima al túbulo.
฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀
7.3. Manifestaciones clínicas
La manifestación clínica más frecuente es la proteinuria, generalmente con
síndrome nefrótico, aunque en adultos se puede dar cualquier grado. En
adultos es habitual la presencia de hematuria e hipertensión arterial, y mu-
chas veces en el diagnóstico se aprecia ya insuficiencia renal, sobre todo en
las formas colapsantes. La evolución la marca el grado de proteinuria, el
grado histológico, la presencia de insuficiencia renal y la respuesta al trata-
miento. Los casos resistentes que evolucionan a insuficiencia renal son un
50% a los 10 años, y en algunos la evolución es rápida, en 2-3 años. El
riesgo de recidiva tras el trasplante (por lo general durante los primeros días)
es de alrededor de un 25%.
7.4. Tratamiento
Se emplean los mismos tratamientos que en las lesiones mínimas, pero los
índices de respuesta son claramente inferiores.
En la ฀ se muestra un algoritmo de tratamiento.
7.4.1. Tratamiento de primera elección
Deben tratarse todos los pacientes con síndrome nefrótico y función renal
normal, siendo de elección la prednisona durante un tiempo prolongado
Glomerulonefritis primarias
-35-
(6-8 meses). Su administración se inicia con dosis de 1 mg/kg/día, que se
mantiene durante 8-12 semanas si la tolerancia al tratamiento es adecuada.
Si no se produce una remisión significativa de la proteinuria durante este
tiempo, se prolonga el tratamiento hasta 16 semanas. Si se produce res-
puesta, se sigue con 0,5 mg/kg/día durante 6-8 semanas, y se baja la dosis
hasta su suspensión en otras 8 semanas. La poca evidencia existente no
recomienda iniciar el tratamiento asociando prednisona a otro inmunosu-
presor. Los enfermos que presentan síndrome nefrótico e insuficiencia renal
pretratamiento deben ser analizados individualmente. Las pautas a días al-
ternos obtienen tasas de éxito inferiores. Los IECA/ARA II deben utilizarse
especialmente en los pacientes con proteinuria no nefrótica, en los que son
la primera opción antes de los inmunosupresores.
Figura 2
Algoritmo de tratamiento de la glomerulosclerosis segmentaria y global.
Síndrome nefrótico
฀ ฀ ฀ ฀ ฀
Creatinina <1,5 mg/dl
Sin remisión a los 4 meses
Resistencia
a corticosteroides
Córtico-dependencia
Recidivas
frecuentes
Remisión completa
Nuevo brote
Creatinina >1,5 mg/dl
฀
(1 mg/kg/día, 8-12 semanas)
฀
฀ ฀
Individualizar: tratamiento
de prueba limitado
Reducción de ฀lenta.
Duración del tratamiento
de 8 meses como mínimo
0,15 mg/kg/día 1,5-2 g/día
0,1-0,2 mg/kg/día
Corticosteroides a dosis bajas y suspender
฀
5 mg/kg/día, 1 año
(niveles de 130-180 mg/ml)
฀฀
a dosis bajas y retirar
Nefrología al día
-36-
7.4.2. Tratamiento de segunda línea
La ciclosporina A es el único fármaco con pruebas de eficacia en situacio-
nes de resistencia o dependencia de los corticosteroides en el síndrome
nefrótico en el adulto, por lo que se recomienda su utilización en estas cir-
cunstancias (dosis de 5 mg/kg/día, niveles de entre 130 y 180 ng/ml). Sin
embargo, hay que destacar la alta incidencia de recidivas y el riesgo de
nefrotoxicidad. El nivel de evidencia para las intervenciones con tacrolimus,
sirolimus o micofenolato es muy bajo.
8. GLOMERULONEFRITIS MEMBRANOSA
Es la causa más frecuente de síndrome nefrótico en el adulto (25-30%). Es
una glomerulopatía poco frecuente en niños y su máximo de incidencia se
encuentra en la 4.a
-5.a
década de la vida y es mayor en varones.
8.1. Etiología
Habitualmente la glomerulonefritis membranosa tiene un origen idiopático y
podría representar la presencia de autoanticuerpos no identificados forman-
do depósitos de inmunocomplejos tras la respuesta humoral. Esta enferme-
dad puede tener relación también con otras situaciones (neoplasias, enfer-
medades sistémicas, infecciones, uso de drogas, etc.). Las enfermedades
neoplásicas son responsables del 5-10% de los casos de glomerulonefritis
membranosa, en particular el carcinoma de pulmón, de mama y de colon.
8.2. Histología
Se observa engrosamiento de la pared de los capilares glomerulares global
y difuso, a veces no evidente en las fases iniciales, que se inicia por la for-
mación de agregados inmunitarios subepiteliales. Por plata-metenamina se
visualizan paredes capilares con imagen especular. En fases avanzadas
puede observarse esclerosis glomerular de grado variable. La celularidad
del glomérulo suele ser normal. Por inmunofluorescencia se objetivan depó-
sitos granulares difusos de IgG y C3.
8.3. Manifestaciones clínicas
La forma típica es el síndrome nefrótico, de comienzo insidioso en el 80%
de casos. A veces se presenta sólo con proteinuria. La hematuria microscó-
pica es frecuente, así como la hipertensión arterial. Un 30% de los casos se
asocia con insuficiencia renal, que puede evolucionar hasta una fase termi-
nal. Debe valorarse siempre la presencia de una causa identificable. La
trombosis de la vena renal puede apreciarse con frecuencia. La evolución
es variable. La frecuencia de remisión espontánea es, aproximadamente del
Glomerulonefritis primarias
-37-
25%, siendo más alta en niños. La incidencia de insuficiencia renal terminal
es de un 35% a los 10 años. Es difícil predecir la evolución, pero los factores
pronósticos son: proteinuria importante persistente (>8 g/día), presencia de
insuficiencia renal y el grado de fibrosis tubulointersticial al diagnóstico. La
edad avanzada, el sexo masculino y la presencia de hipertensión arterial
también pueden influir.
Figura 3
Algoritmo de tratamiento de la glomerulonefritis membranosa. ACTH: corticotropina.
฀
Función renal normal
y proteinuria >4 g/día:
«período de observación»
– 6 meses si proteinuria
>8 g/día
– 12 meses si proteinuria
4-8 g/día
฀
Función
renal normal
Proteinuria <4 g/día
Mantener tratamiento
conservador
Monitorización
Si ↑ proteinuria
No respuesta No respuesta
6 meses
Suspender Mantener
6-12 meses
y retirada
gradual
Respuesta
6 meses
Inicio de deterioro
de la función renal
durante el período
de observación
No deterioro de la función
renal y tras período
de observación
no ↓ proteinuria
฀
Deterioro
de la función renal
Proteinuria >8 g/día
฀฀
1-2 g/día, 6-12 meses.
Casos seleccionados
฀฀
฀
฀alternos
Ciclo de 6 meses
Persistencia de síndrome nefrótico y función
renal normal tras las dos pautas previas:
฀1-2 g/día, ฀y
฀4-5 mg/kg/día
o
฀0,05 mg/kg/día
Presión arterial <125/75 mmHg si proteinuria >1 g/día
฀
฀ ฀ ฀
Nefrología al día
-38-
8.4. Tratamiento
En la ฀ se muestra un algoritmo de tratamiento.
8.4.1. Tratamiento conservador
En pacientes sin síndrome nefrótico o con grados de proteinuria moderados
(<4 g/día) el tratamiento con IECA/ARA II junto a un manejo general conserva-
dor es la opción más recomendable, aplicable también a los casos con insufi-
ciencia renal establecida y signos de cronicidad en la biopsia renal. En los ca-
sos con síndrome nefrótico y función renal normal, se aconseja un período de
observación, que incluirá tratamiento general conservador con IECA/ARA II. En
general, se recomienda un período de observación de 6 meses si la proteinuria
es superior a 8 g/día, sobre todo en varones de más de 50 años de edad. Si la
proteinuria oscila entre 4 y 8 g/día, el período de observación puede extender-
se a 12 meses, sobre todo en mujeres con menos de 50 años de edad.
8.4.2. Tratamiento específico
Una vez transcurrido el período de tratamiento conservador sin que aparez-
ca remisión espontánea completa (proteinuria <0,3 g/día) o parcial (protei-
nuria <3,5 g/día) o una clara tendencia a la disminución de la proteinuria
nefrótica, se recomienda tratamiento con una de las dos opciones que han
demostrado eficacia en estudios aleatorizados: los anticalcineurínicos (ci-
closporina, 4-5 mg/kg/día, o tacrolimus, 0,05 mg/kg/día, con ajuste de do-
sis según niveles en rangos terapéuticos bajos), o un ciclo con corticoste-
roides (0,5 mg/kg/día) más ciclofosfamida (1,5-2 mg/kg/día) o clorambucil
(0,2 mg/kg/día) administrado durante 6 meses alternando. El tratamiento
con ciclofosfamida ofrece una eficacia similar a la de clorambucil y se asocia
a menos efectos secundarios. El tratamiento aislado con corticosteroides
no induce efectos favorables, por lo que no se recomienda esta opción. En
pacientes con deterioro de la función renal se ha combinado prednisona y
ciclofosfamida por períodos más largos. En los pacientes en los que no ha
habido respuesta pueden considerarse otras opciones terapéuticas, como
el micofenolato, el rituximab y corticotropina (ACTH).
9. GLOMERULONEFRITIS MEMBRANOPROLIFERATIVA
La glomerulonefritis membranoproliferativa primaria afecta principalmente a
niños de entre 8 y 16 años, en una proporción similar en ambos sexos. Su
frecuencia tiende a ser decreciente. Las formas secundarias son más fre-
cuentes en adultos.
9.1. Etiología
La glomerulonefritis membranoproliferativa tipo I es una enfermedad me-
diada por inmunocomplejos, aunque la identidad del antígeno por lo gene-
Glomerulonefritis primarias
-39-
ral se desconoce. Cuando se identifica puede estar en relación con infec-
ciones, neoplasias o enfermedades autoinmumes. La glomerulonefritis
membranoproliferativa tipo II se caracteriza por depósitos densos que no
contienen inmunoglobulinas, pero se cree que activan el complemento. La
hipocomplementemia es una característica común (80% en el tipo I y 100%
en el tipo II), activándose por vía clásica en el tipo I y por vía alterna en el
tipo II.
9.2. Histología
La glomerulonefritis membranoproliferativa tipo I se caracteriza por engro-
samiento difuso y global de la pared capilar e hipercelularidad endocapilar y
mesangial, con acentuación de la segmentación glomerular que se denomi-
na «lobulación». Típicamente se produce una duplicación de la membrana
basal. Por inmunofluorescencia se objetivan depósitos globales granulares
o en banda de C3 e IgG.
La glomerulonefritis membranoproliferativa tipo II se conoce como «enfer-
medad de depósitos densos» debido a la aparición de depósitos densos
intramembranosos en banda. También existe hipercelularidad lobular. La
inmunofluorecencia demuestra una tinción de la pared capilar para C3 lineal
o en banda.
La glomerulonefritis membranoproliferativa tipo III es similar al tipo I, pero
con la existencia de depósitos subepiteliales.
9.3. Manifestaciones clínicas
Cursan como síndrome nefrótico en la mitad de los pacientes. En un 25%
se presenta proteinuria y hematuria asintomática y en otro 25% puede cur-
sar como síndrome nefrítico. Puede aparecer hipertensión arterial. La insu-
ficiencia renal puede estar presente en la mitad de los casos en el momento
del diagnóstico. La glomerulonefritis membranoproliferativa tipo I tiende a
cursar más con nefritis, y el tipo II con síndrome nefrótico. Se describe una
supervivencia renal inferior al 65% a los 10 años, y el pronóstico es peor en
el tipo II.
9.4. Tratamiento
En niños con síndrome nefrótico y con insuficiencia renal se recomienda la
prednisona, aunque el régimen y la duración del tratamiento no están bien
definidos. El único estudio con evidencias utilizó 40 mg/m2
a días alternos
durante 130 meses de media. En niños con proteinuria inferior a 3 g/día la
prednisona puede ser útil asociada a antiagregantes, aunque faltan eviden-
cias sólidas para sostener este tratamiento.
Nefrología al día
-40-
En adultos no está justificada la utilización de prednisona. Si la proteinuria
es superior a 3 g/día o si hay afectación de la función renal se recomienda
el uso de antiagregantes y/o anticoagulantes.
La utilización de inmunosupresores como la ciclofosfamida no ha mostrado
efectividad.
Debe instaurarse un control agresivo de la hipertensión arterial y la proteinu-
ria con el uso de IECA/ARA II.
10. GLOMERULONEFRITIS POSINFECCIOSA
La glomerulonefritis posinfecciosa afecta principalmente a población infantil,
con una incidencia máxima entre los 2 y los 6 años. Puede ser epidémica o
esporádica.
10.1. Etiología
Es el prototipo de glomerulonefritis asociada a infección, aunque el meca-
nismo patogénico último no se conoce. Podría ser un efecto tóxico directo
de una proteína bacteriana (estreptococos o estafilococos como los más
frecuentes) o una lesión mediada por inmunocomplejos.
10.2. Histología
Se observa hipercelularidad global difusa de células mesangiales y endote-
liales por proliferación endocapilar con neutrófilos. Por inmunofluorescencia
se detecta un patrón de tinción granular gruesa para C3 en la pared capilar.
10.3. Manifestaciones clínicas
La presentación clásica es el síndrome nefrítico agudo, que puede aparecer
con gravedad variable, desde casos asintomáticos hasta insuficiencia renal
aguda u oligoanuria. El período de latencia desde la infección oscila entre 7
y 21 días para las faringitis y entre 14 y 21 días para las infecciones cutá-
neas. En las fases iniciales suele existir hipocomplementemia transitoria y
con frecuencia se detectan títulos de antiestreptolisina O (ASLO) elevados.
El pronóstico en general es bueno, pero un pequeño porcentaje desarrolla
hipertensión arterial, proteinuria e insuficiencia renal terminal.
10.4. Tratamiento
El tratamiento consiste en medidas de apoyo, así como el tratamiento de la
hipertensión arterial y la sobrecarga de volumen con diuréticos y la adminis-
Glomerulonefritis primarias
-41-
tración de los antibióticos pertinentes. No existen pruebas que apoyen el
uso de agentes inmunosupresores, a no ser que se objetive proliferación
extracapilar.
11. GLOMERULONEFRITIS MESANGIAL POR IgA
Sigue siendo la forma más frecuente de glomerulonefritis. Puede presentar-
se a cualquier edad, pero lo hace fundamentalmente en la 2.a
-3.a
década de
la vida y su incidencia es más elevada en varones.
11.1. Etiología
La glomerulonefritis mesangial por IgA es el resultado de la activación de
complemento tras el depósito de inmunocomplejos circulantes, sobre todo
IgA. La patogenia se debe probablemente a un defecto inmunitario de las
mucosas, que produce una exposición a varios antígenos ambientales.
11.2. Histología
Suele manifestarse como una glomerulonefritis proliferativa focal o difusa,
donde se observa expansión segmentaria e hipercelularidad de la matriz
mesangial. En otros casos puede haber formas agresivas con semilunas. El
diagnóstico definitivo sólo puede establecerse con inmunofluorescencia, en
la que se objetiva la tinción mesangial para IgA. Los niveles séricos de IgA
se encuentran elevados en un 50% de los casos, y los niveles de comple-
mento suelen ser normales. Recientemente se ha desarrollado una clasifi-
cación histológica (Oxford Classification of IgA) que atiende a la presencia
de hipercelularidad mesangial y endocapilar, glomerulosclerosis segmenta-
ria y fibrosis/atrofia tubular, definiendo una escala de gravedad de progre-
sión.
11.3. Manifestaciones clínicas
En el 40-50% de los casos se encuentra hematuria macroscópica asinto-
mática en el momento del diagnóstico. Los episodios suelen sobrevenir en
estrecha relación temporal con una infección de vías respiratorias superio-
res. Puede desarrollarse insuficiencia renal aguda durante los brotes de he-
maturia. Un 30-40% de los pacientes presentan hematuria microscópica
acompañada de hipertensión arterial. El resto de casos se presentan como
síndrome nefrótico o glomerulonefritis crónica con hematuria, proteinuria e
insuficiencia renal crónica. En un 5% de los casos uno de los signos de
presentación es la hipertensión arterial maligna. Hoy no se considera esta
entidad tan benigna, ya que un 20-30% de los pacientes desarrollan insufi-
ciencia renal terminal a los 20 años. Los factores de mal pronóstico son la
Nefrología al día
-42-
hipertensión arterial, la presencia de insuficiencia renal, la proteinuria persis-
tente, el sexo varón y la edad elevada en el momento del diagnóstico.
11.4. Tratamiento
11.4.1. Tratamiento conservador
Los pacientes deben recibir IECA/ARA II, en especial si son hipertensos o si
presentan proteinuria elevada. Los enfermos con pronóstico desfavorable
pueden recibir dosis elevadas de ácidos grasos omega 3.
11.4.2. Tratamiento con inmunosupresores
El tratamiento con prednisona ha sido objeto de controversia y no hay con-
senso a la hora de tratar las formas leves. Está claramente indicado en las
formas clínicas de síndrome nefrótico y lesiones mínimas en la biopsia (pau-
ta de corticosteroides similar a la glomerulonefritis de cambios mínimos) o
cuando existe extensa formación de semilunas, debiendo considerarse la
administración de prednisona y/o ciclofosfamida en pauta similar a la que se
aplica en las glomerulonefritis extracapilares. En las formas más agresivas
con insuficiencia renal, hipertensión arterial y proteinuria se han publicado
estudios que sugieren que los corticosteroides podrían tener efecto benefi-
cioso, pero no hay evidencias suficientes para afirmarlo.
12. GLOMERULONEFRITIS PROLIFERATIVA
EXTRACAPILAR
Representa el fenómeno estructural más agresivo de las lesiones causadas
por inflamación glomerular. La glomerulonefritis extracapilar por inmuno-
complejos es la causa más frecuente en niños, mientras que en adultos lo
es la pauciinmunitaria.
12.1. Etiología
La glomerulonefritis proliferativa extracapilar tipo I o mediada por anticuerpos
antimembrana basal glomerular (AMBG) dirigidos contra el colágeno tipo IV
(20%) muestra una incidencia con dos máximos: uno en la 2.a
-3.a
décadas
de la vida, es más frecuente en varones y a menudo se presenta con hemo-
rragia pulmonar (síndrome de Goodpasture), y otro en la 6.a
-7.a
décadas de
la vida, más frecuente en mujeres y limitada al riñón.
La glomerulonefritis proliferativa extracapilar tipo II o medida por inmuno-
complejos (40%) presenta pruebas clínicas y analíticas propias de las glo-
merulonefritis primarias.
La glomerulonefritis proliferativa extracapilar tipo III o pauciinmune o glo-
merulonefritis necrosante idiopática (40%) constituye el tipo más frecuente
en adultos, sobre todo de edad avanzada.
Glomerulonefritis primarias
-43-
12.2. Histología
Las semilunas son la expresión morfológica de la proliferación de células
parietales. Empiezan siendo epiteliales y acaban siendo fibrosas. En el tipo I
suelen estar en el mismo estadio evolutivo, a diferencia de lo que ocurre en
el tipo III. En el tipo II el aspecto mediante microscopia óptica depende de la
glomerulonefritis subyacente, que se reconoce mejor en los glomérulos in-
tactos. En el tipo III es frecuente que aparezcan lesiones de vasculitis. El
patrón de inmunofluorescencia permite diferenciar los tres tipos:
฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀
฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀
depende de la glomerulonefritis por inmunocomplejos subyacente que
haya inducido la formación de semilunas.
฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀
12.3. Manifestaciones clínicas
La glomerulonefritis proliferativa extracapilar tiene una forma de presenta-
ción subaguda aunque depende del subtipo. El tipo I se caracteriza por
instauración rápida de una glomerulonefritis aguda con oliguria o anuria.
Rara vez se presenta de manera más insidiosa. Si el tratamiento no se ins-
taura con rapidez, el riesgo de progresión a insuficiencia renal terminal es
elevado, ya que es de un 40% incluso con tratamiento agresivo. El hallazgo
de laboratorio más característico es la detección de AMBG, que se da en el
90% de los casos.
Aunque el tipo III suele presentarse como un deterioro rápidamente progre-
sivo de la función renal con hematuria, proteinuria e hipertensión arterial, en
algunos pacientes el curso clínico es más indolente y con menos alteracio-
nes urinarias. Es frecuente observar fiebre, artralgias y fatiga. Cerca del 80-
90% de los pacientes presentan anticuerpos anticitoplasma de neutrófilo
(ANCA) anti-MPO o anti-PR3. Cuando la enfermedad se asocia a vasculitis
sistémica los pacientes pueden manifestar trastornos pulmonares, cutá-
neos o multisistémicos simultáneos. Los tres síndromes clínicos principales
asociados con ANCA son la poliangitis microscópica, la granulomatosis de
Wegener y el síndrome de Churg-Strauss.
El marcador pronóstico principal es el nivel de creatinina al inicio del trata-
miento, así como las características histológicas en cuanto a fibrosis inters-
ticial y tipo de semiluna. El retraso en el diagnóstico y el inicio del tratamien-
to aumentan el riesgo de insuficiencia renal terminal.
12.4. Tratamiento
El tratamiento suele ser similar en los tres tipos, empleándose pautas de
prednisona y ciclofosfamida. El tratamiento de inducción debe realizarse
Nefrología al día
-44-
con pulsos de metilprednisolona (0,5-1 g/día durante 3 días consecutivos)
y posteriormente prednisona oral (1 mg/kg/día durante un mes y pauta
descendente en 3-4 meses). Simultáneamente debe emplearse ciclofos-
famida oral (2 mg/kg/día) o intravenosa (ciclos mensuales de 0,5-1 g/m2
)
en función de los recuentos leucocitarios. El tratamiento se mantiene
6-12 meses hasta la remisión. Un régimen alternativo podría consistir en la
administración en la fase de mantenimiento de azatioprina (2 mg/kg/día) o
micofenolato (1-2 g/día) en sustitución de la ciclofosfamida a los 3-6 me-
ses. En los pacientes que no abandonan la diálisis el beneficio de mante-
ner la inmunosupresión más de 12 semanas es escaso y aumenta la toxi-
cidad.
En la glomerulonefritis proliferativa extracapilar tipo I debe instaurarse un
tratamiento con plasmaféresis intensiva reponiendo con albúmina, salvo he-
morragia o tras biopsia, hasta que los niveles de anticuerpos se vuelvan in-
detectables. En el tipo III esta técnica aporta beneficios en los pacientes
que requieren diálisis.
Por último, el tratamiento de la glomerulonefritis proliferativa extracapilar
tipo II depende del tipo de glomerulonefritis primaria.
13. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
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rationale, clinicopathological correlations and classification. Kidney Int
2009;76:534-45.
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Avendaño L, ed. Nefrología clínica. 3.a
ed. Madrid: Panamericana;
2009; p. 375-82.
฀ Praga M. Tratamiento de la glomeruloesclerosis segmentaria y focal.
Nefrologia 2005;25:612-21.
฀ Praga M. Tratamiento general y específico de las glomerulonefritis. En:
Hernando Avendaño L, ed. Nefrología clínica. 3.a
ed. Madrid: Paname-
ricana; 2009; p. 391-98.
Glomerulonefritis primarias
-45-
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  • 1. -23- Nefrología al día Capítulo 2 Glomerulonefritis primarias Gema Fernández Fresnedo 1. INTRODUCCIÓN 2. ETIOLOGÍA 3. EPIDEMIOLOGÍA 4. CLASIFICACIÓN 5. TRATAMIENTO GENERAL 5.1. Dieta 5.2. Tratamiento de la hipertensión arterial 5.3. Control de la proteinuria-inhibición del sistema renina-angiotensina (SRA) 5.4. Tratamiento de la hiperlipidemia 5.5. Tratamiento del edema 5.6. Complicaciones tromboembólicas 5.7. Tratamiento del síndrome nefrítico 5.8. Tratamiento de la insuficiencia renal crónica 5.9. Tratamiento de la hematuria macroscópica 6. NEFROPATÍA POR CAMBIOS MÍNIMOS 6.1. Etiología 6.2. Histología 6.3. Manifestaciones clínicas 6.4. Tratamiento 7. GLOMERULOSCLEROSIS SEGMENTARIA Y FOCAL 7.1. Etiología 7.2. Histología 7.3. Manifestaciones clínicas 7.4. Tratamiento 8. GLOMERULONEFRITIS MEMBRANOSA 8.1. Etiología 8.2. Histología
  • 2. -24- Nefrología al día 1. INTRODUCCIÓN El término glomerulonefritis se emplea para designar las enfermedades que afectan a la estructura y función del glomérulo, aunque posteriormente se pueden ver implicadas las demás estructuras de la nefrona. Hablamos de glomerulonefritis primarias cuando la afectación renal no es la consecuencia de una enfermedad más general y las manifestaciones clínicas están restrin- gidas al riñón, y de secundarias cuando la afectación está en el seno de una enfermedad sistémica: lupus, diabetes, etc. El presente capítulo se centra en el primer grupo. 8.3. Manifestaciones clínicas 8.4. Tratamiento 9. GLOMERULONEFRITIS MEMBRANOPROLIFERATIVA 9.1. Etiología 9.2. Histología 9.3. Manifestaciones clínicas 9.4. Tratamiento 10. GLOMERULONEFRITIS POSINFECCIOSA 10.1. Etiología 10.2. Histología 10.3. Manifestaciones clínicas 10.4. Tratamiento 11. GLOMERULONEFRITIS MESANGIAL POR IgA 11.1. Etiología 11.2. Histología 11.3. Manifestaciones clínicas 11.4. Tratamiento 12. GLOMERULONEFRITIS PROLIFERATIVA EXTRACAPILAR 12.1. Etiología 12.2. Histología 12.3. Manifestaciones clínicas 12.4. Tratamiento 13. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
  • 3. Glomerulonefritis primarias -25- 2. ETIOLOGÍA Las glomerulonefritis primarias son enfermedades de base inmunológica, aunque en la mayoría se desconoce el antígeno o causa última de la enfer- medad. La inmunidad desempeña un papel fundamental en el desencade- namiento de muchos tipos de lesiones glomerulares. En algunos casos la activación inespecífica de la inflamación puede causar o agravar la lesión glomerular. También microorganismos infecciosos pueden desencadenar respuestas inmunitarias anómalas o frente a antígenos microbianos. Por último, los factores genéticos pueden ser causa de nefropatía glomerular, pero también pueden influir sobre la predisposición al desarrollo de lesión glomerular, sobre la progresión de ésta o sobre la respuesta al tratamiento. 3. EPIDEMIOLOGÍA Según el Registro Español de Glomerulonefritis con datos de biopsias rena- les del período 1994-2008 y más de 16.000 biopsias, la glomerulonefritis mesangial por IgA (14,4%), la glomerulonefritis membranosa (10,4%) y la glomerulosclerosis segmentaria y focal (9%) constituyen casi la mitad de la patología renal biopsiada. El síndrome nefrótico es la forma clínica biopsia- da más a menudo (36,9%), pero se iguala a la insuficiencia renal aguda en pacientes mayores de 65 años. Por edades, la nefropatía por lesiones míni- mas sigue siendo la enfermedad más frecuente en menores de 15 años (23,2%), y las glomerulonefritis rápidamente progresivas lo son en sujetos mayores de 65 años (15,5%). 4. CLASIFICACIÓN Las glomerulonefritis primarias son entidades muy heterogéneas tanto por su etiología como por su evolución. No es posible establecer una clasifica- ción única que permita diferenciar las glomerulonefritis en grupos homogé- neos. De acuerdo con datos evolutivos, histológicos y clínicos, podemos clasificarlas en diversos tipos. Según su evolución: ฀ comienza en un momento conocido y habitualmente con sínto- mas claros. Suele cursar con hematuria, a veces proteinuria, edemas, hipertensión e insuficiencia renal. ฀ suele tener un comienzo menos claro y con un deterioro de función renal progresivo en semanas o meses, sin tendencia a la mejoría. ฀ independiente del comienzo tiende a la cronicidad en años. Suele cursar con hematuria, proteinuria, hipertensión arterial e insufi-
  • 4. Nefrología al día -26- ciencia renal con evolución variable a lo largo de los años, pero con tendencia a progresar una vez que se instaura la lesión. Según la histología: es la clasificación más utilizada y aporta información pro- nóstica de utilidad. Las diferentes enfermedades glomerulares pueden com- partir las manifestaciones clínicas, lo que dificulta el diagnóstico, por lo que la biopsia desempeña un papel decisivo. En este sentido, además, la biopsia renal es una técnica que permite al clínico disponer no sólo de un diagnóstico para aplicar un tratamiento específico, sino también de información sobre el tipo de lesión aguda o crónica que no se podrían sospechar por la historia clínica. La presencia de lesiones más crónicas potencialmente no reversibles puede evitar tratar lesiones con pocas probabilidades de que respondan. ฀ ฀ ฀con aumento del número de algunas células glomerulares. – Glomerulonefritis mesangial: por IgA, por IgM. – Glomerulonefritis membranoproliferativa o mesangiocapilar. – Glomerulonefritis posestreptocócica o endocapilar difusa. – Glomerulonefritis extracapilar. ฀ ฀ ฀ sin aumento del número de célu- las de los glomérulos. – Glomerulonefritis de cambios mínimos. – Glomerulosclerosis segmentaria y focal. – Glomerulonefritis membranosa o extramembranosa. Según las manifestaciones clínicas (v. cap. 1): la expresión clínica de las glo- merulonefritis es el resultado de la combinación de hematuria (macroscópica o microscópica), proteinuria (con o sin síndrome nefrótico) e insuficiencia renal en los casos en que se produce, sea aguda (síndrome nefrítico) o crónica. Se asocia hipertensión arterial en una tercera parte de los casos. De acuerdo con los datos clínicos podemos clasificar las glomerulonefritis según seis patrones: ฀ Alteraciones urinarias asintomáticas. ฀ Hematuria macroscópica. ฀ Síndrome nefrótico. ฀ Síndrome nefrítico. ฀ Glomerulonefritis rápidamente progresiva:฀se caracteriza por la apari- ción gradual de proteinuria, hematuria e insuficiencia renal que progresa en un período de días o semanas. ฀ Glomerulonefritis crónica: se caracteriza por anomalías urinarias persis- tentes, deterioro lento y progresivo de la función renal y proteinuria. Para mas detalles, puede consultarse el capítulo 1. En la ฀ se muestra la clasificación de las glomerulonefritis primarias, en correlación con sus manifestaciones clínicas e histológicas. En la ฀ se muestran los hallazgos serológicos.
  • 5. Glomerulonefritis primarias -27- Tabla 1 Clasificación de las glomerulonefritis primarias atendiendo a sus manifestaciones clínicas e histológicas Glomerulonefritis AASU Hematuria recidivante Síndrome nefrótico Síndrome nefrítico IRRP Glomerulonefritis crónica De lesiones mínimas – – ++++ – – – Focal y segmentaria + – +++ – – ++ Membranosa + – +++ – – + Mesangial por IgA ++ +++ +/– – + +++ Membranoproliferativa + – ++ ++ – + Extracapilar – – + ++ ++++ + Endocapilar + – + ++++ – – AASU: alteraciones asintomáticas del sedimento urinario; IRRP: insuficiencia renal rápidamente progresiva.
  • 6. Nefrología al día -28- 5. TRATAMIENTO GENERAL Conjuntamente con el tratamiento específico de cada glomerulonefritis, que se expone más adelante, se debe instaurar una terapia sintomática depen- diendo de las manifestaciones clínicas. 5.1. Dieta Se indica restricción de la ingesta de sal en caso de que haya hipertensión arterial. En caso de síndrome nefrótico se precisa una restricción moderada de sal (2-4 g/día) y de líquidos, y sólo en casos de edema importante serán necesarias restricciones más importantes. En cuanto a la ingesta proteica, en el síndrome nefrótico se recomienda una dieta de 1 g/kg/día. Si existe insufi- ciencia renal debe reducirse la ingesta a 60 g/día. Además es muy recomen- dable el control de la obesidad, el abandono del tabaco y la práctica de ejer- cicio físico regular. Sólo en situación de síndrome nefrótico con anasarca es recomendable el reposo en cama, sin que sea prolongado por el riesgo trom- bótico. 5.2. Tratamiento de la hipertensión arterial (v. caps. 13 y 14) La hipertensión arterial es importante como factor de riesgo cardiovascular y de progresión de la enfermedad. Los fármacos de elección, especialmen- Tabla 2 Hallazgos serológicos en los pacientes con glomerulonefritis primarias Glomerulonefritis C4 C3 ASLO AMBG ANCA De lesiones mínimas N N – – – Focal y segmentaria N N – – – Membranosa N N – – – Mesangial por IgA N N – – – Membranoproliferativa Tipo I N/↓↓ ↓↓ – – – Tipo II N ↓↓↓ – – – Extracapilar AMBG N N – +++ ± Inmunocomplejos N/↓ N/↓↓ – – ± ANCA N N – – +++ Glomerulonefritis endocapilar N/↓ ↓↓ +++ – – AMBG: anticuerpos antimembrana basal glomerular; ANCA: anticuerpos anticitoplasma de neutrófilo; ASLO: antiestreptolisina O.
  • 7. Glomerulonefritis primarias -29- te si existe proteinuria, son los inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina (IECA) y los antagonistas de los receptores de la angiotensina II (ARA II). El objetivo de control debe ser de 130/80 mmHg si existe insufi- ciencia renal, y 125/75 mmHg en caso de proteinuria superior a 1 g/24 h. Si es preciso se deben añadir otros fármacos antihipertensivos para alcanzar el objetivo. 5.3. Control de la proteinuria-inhibición del sistema renina-angiotensina (SRA) (v. cap. 16) El objetivo del uso de IECA/ARA II es la reducción de la proteinuria además del control de la presión arterial. Se inicia el tratamiento con dosis bajas que se incrementan progresivamente hasta la dosis máxima tolerada o hasta haber alcanzado el objetivo ideal (<0,5 g/día). En numerosos estudios se ha demostrado su efecto renoprotector, que va estrechamente asociado al des- censo de la proteinuria. El efecto antiproteinúrico es variable según la enti- dad. En la glomerulonefritis mesangial por IgA tienen un efecto demostrado, siendo menor en la glomerulosclerosis segmentaria y focal, la glomerulone- fritis membranosa o la glomerulonefritis membranoproliferativa, aunque la indicación es clara, especialmente en caso de proteinuria no nefrótica, en la que son el tratamiento de primera elección. En otras entidades no tienen ningún efecto favorable salvo para el control de la hipertensión arterial, como en las glomerulonefritis extracapilares y posinfecciosas. En las lesiones míni- mas no están indicados salvo si existe hipertensión arterial, dada la respues- ta tan rápida que se observa a esteroides. Por el contrario, en fases iniciales del síndrome nefrótico con anasarca pueden estar incluso contraindicados, especialmente si existe hipovolemia o hipotensión. Por último, diversos estu- dios han demostrado el efecto sinérgico en la proteinuria del doble bloqueo del SRA, y en los últimos años también se ha observado el efecto antiprotei- núrico de los antialdosterónicos. En estos casos y sobre todo si existe insu- ficiencia renal deben vigilarse cuidadosamente las cifras de potasio. 5.4. Tratamiento de la hiperlipidemia La hiperlipidemia es un trastorno frecuente en las glomerulonefritis que cursan con síndrome nefrótico como resultado de un incremento en la síntesis hepá- tica de lípidos y apolipoproteínas. En caso de hiperlipidemia transitoria (lesio- nes mínimas), el tratamiento dietético sería la única medida justificable, a no ser que sea muy marcada. En el resto, el tratamiento médico de elección son los inhibidores de la hidroximetilglutaril-coenzima A reductasa (HMG-CoA) (estatinas), ya que la hipercolesterolemia es la anomalía más frecuente. 5.5. Tratamiento del edema En el síndrome nefrótico con edema importante se pueden utilizar diuréticos de asa de inicio en dosis más altas (furosemida o torasemida). En caso de
  • 8. Nefrología al día -30- anasarca o cifras de albúmina inferiores a 2 g/dl puede ser útil la infusión combinada de albúmina y furosemida intravenosa. Si la respuesta de los diuréticos de asa es escasa se puede asociar tiazidas o antialdosterónicos. 5.6. Complicaciones tromboembólicas La trombosis de la vena renal y en general los fenómenos tromboembólicos constituyen una de las complicaciones más graves del síndrome nefrótico. Afectan a un 5-60% de los pacientes. El riesgo aumenta en caso de hipoal- buminemias graves (<2 g/dl). A veces es preciso profilaxis antitrombótica (heparinas de bajo peso molecular), especialmente en pacientes que preci- sen reposo. Ante cualquier episodio trombótico se debe iniciar tratamiento anticoagulante. 5.7. Tratamiento del síndrome nefrítico Es básico el control del edema, atendiendo a la posible aparición de insufi- ciencia cardíaca, y la hipertensión arterial, que precisará antihipertensivos. La indicación del tratamiento antibiótico dependerá de cada caso. Una vez establecida la insuficiencia renal aguda, el tratamiento consiste en una serie de medidas médicas y de soporte dialítico si es necesario hasta la resolu- ción del cuadro. 5.8. Tratamiento de la insuficiencia renal crónica (v. cap. 16) En las glomerulonefritis que cursan con insuficiencia renal crónica el trata- miento derivado de la pérdida de función renal persigue la prevención de la aparición de síntomas derivados de la insuficiencia renal, minimizar compli- caciones y preservar la función renal. Todos estos aspectos se tratan con más profundidad en otros capítulos. 5.9. Tratamiento de la hematuria macroscópica Los brotes de hematuria macroscópica son autolimitados y no precisan tratamiento. No hay tampoco un tratamiento específico para la hematuria aislada. 6. NEFROPATÍA POR CAMBIOS MÍNIMOS Es una glomerulonefritis típicamente pediátrica, que se presenta con mayor frecuencia entre los 2 y los 6 años y tiene mayor incidencia en el sexo mas- culino. Clínicamente conlleva la aparición de un síndrome puro. Es respon- sable del 80% de los casos de síndrome nefrótico en el niño y del 15-20% de los del adulto.
  • 9. Glomerulonefritis primarias -31- 6.1. Etiología Podría estar en relación con una posible disfunción de los linfocitos T, pero algunos autores proponen que se trata de una alteración transitoria en la expresión de proteínas constitutivas de la membrana. Se ha asociado con diversas enfermedades, bien infecciosas, alérgicas, neoplásicas (síndrome de Hodgkin) o farmacológicas (antiinflamatorios no esteroideos [AINE]). 6.2. Histología Histológicamente y como su nombre indica, no aparecen anomalías en la microscopia óptica; los glomérulos y los capilares son normales y no se objetiva ningún deposito en la inmunofluorescencia. El microscopio electró- nico puede revelar cambios caracterizados por un ensanchamiento y borra- do de los pies de los podocitos. La biopsia no está indicada en los casos pediátricos, en los que la sensibilidad a los corticosteroides es casi cons- tante, pero sí en adultos, en los que las posibilidades diagnósticas se am- plían. 6.3. Manifestaciones clínicas Se caracteriza casi exclusivamente por síndrome nefrótico, junto con las ma- nifestaciones clínicas que éste provoca. Su pronóstico renal es bueno. Es frecuente el deterioro reversible de la función renal y en relación con factores funcionales (hipovolemia grave o tras tratamiento diurético intenso, adminis- tración de IECA/ARA II, AINE, trombosis bilateral de la vena renal, etc.). 6.4. Tratamiento En la ฀ se muestra un algoritmo de tratamiento. 6.4.1. Tratamiento de primera elección Los corticosteroides siguen siendo el tratamiento de elección. El plan tera- péutico general consiste en administrar prednisona a 1 mg/kg/día sin sobre- pasar los 60-80 mg/día en el adulto. Se recomienda administrar los corticos- teroides en dosis única matinal y con un protector gástrico. La respuesta al tratamiento se define como la desaparición de la proteinuria durante al me- nos 3 días. Los adultos se consideran resistentes a los corticosteroides cuando la proteinuria persiste tras 16 semanas de tratamiento o cuando no ha descendido en absoluto tras 8-12 semanas de tratamiento. La remisión del síndrome nefrótico se consigue en un 81-90% de los adultos tratados, lo que supone cifras similares a las que se consiguen en niños, aunque el tiempo que se tarda en obtener la remisión es mayor. Un aspecto contro- vertido es la pauta descendente de prednisona tras la respuesta inicial. La interrupción brusca o una pauta descendente demasiado rápida una vez
  • 10. Nefrología al día -32- lograda la remisión completa puede dar lugar a una recidiva. En general, se deben administrar dosis altas de prednisona durante 8-16 semanas (o 1-2 semanas tras la remisión completa). El paciente debe entonces iniciar un régimen a días alternos (1 mg/kg) durante 1 mes e ir reduciendo poco a poco la dosis de manera que la duración total del tratamiento sea de unos 4 meses como mínimo. Se definen varios patrones de respuesta a corticos- teroides en la ฀ Figura 1 Algoritmo de tratamiento de la nefropatía de cambios mínimos del adulto. o o 2 mg/kg/día, 8 semanas o 0,2 mg/kg/día, 8 semanas ± ฀฀ en dosis bajas 4-6 mg/kg/día, 1 año (niveles de 100-150 ng/ml)฀ ฀฀ a dosis bajas y retirar 1-1,5 g/día ฀a dosis bajas y retirar Síndrome nefrótico ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ Remisión Sin respuesta Sin remisión tras 16 semanas Considerar rebiopsia o Sin respuesta ฀฀ mensual para detectar recidivas ฀ ฀ de nuevo Descenso más lento No recidiva Recidiva ocasional Recidiva frecuente Dependencia de corticosteroides ฀1 mg/kg/día (8-16 semanas)
  • 11. Glomerulonefritis primarias -33- 6.4.2. Tratamiento de segunda línea En caso de recidivas frecuentes o resistencia a los corticosteroides se em- plean otras opciones terapéuticas. Los pacientes resistentes pueden respon- der a ciclofosfamida, en dosis de 2 mg/kg/día durante 8-12 semanas. El clo- rambucil también puede ser útil, pero a igualdad de resultados parece tener más efectos secundarios que la ciclofosfamida. La ciclosporina A es efectiva en los casos resistentes a corticosteroides en dosis de 4-6 mg/kg/día (niveles de 100-150 ng/ml), aunque la recidiva es frecuente tras su suspensión. Un tratamiento de un año seguido de la disminución paulatina de la dosis puede ayudar a mantener la remisión. Se han obtenido datos esperanzadores con el uso de micofenolato, en general de forma indefinida en dosis de 1-1,5 g/día con corticosteroides asociados inicialmente a 0,5 mg/kg/día con disminución hasta 10 mg/día en pacientes en los que habían fracasado otras terapias y también como alternativa a tratamientos con más efectos secundarios o más nefrotóxicos. 7. GLOMERULOSCLEROSIS SEGMENTARIAY FOCAL Es otro trastorno responsable del síndrome nefrótico en el niño, con una fre- cuencia inferior al 10%, pero que aumenta a medida que aumenta la edad y llega a ser del 20% en adolescentes y adultos jóvenes. No se observan dife- rencias entre sexos. Su diagnóstico es histológico, por lo que su epidemiolo- gía depende de la población estudiada así como de los criterios de biopsia. 7.1. Etiología Es fundamental diferenciar las formas primarias (en las que no existe ningún agente o condición asociada) de las secundarias (por hiperfiltración, tóxi- Tabla 3 Patrones de respuesta de la glomerulonefritis de cambios mínimos al tratamiento con corticosteroides ฀ Remisión completa: proteinuria <300 mg/día ฀ Remisión parcial: reducción de proteinuria <3,5 g/día o al menos un 50% + normoalbuminemia ฀ Recidiva: reaparición de proteinuria >3,5 g/día + hipoalbuminemia ฀ Sensible a corticosteroides con respuesta primaria: sin recidiva ฀ Sensible a corticosteroides con respuesta primaria y sólo una recidiva en los primeros 6 meses después de dicha respuesta ฀ Recidiva frecuente: respuesta primaria y 2 recidivas o más en 6 meses ฀ Dependiente de corticosteroides: remisión inicial y recidiva durante la pauta descendente ฀ Resistente a corticosteroides: sin respuesta inicial a esteroides
  • 12. Nefrología al día -34- cos, cicatrización, procesos glomerulares previos, etc.), ya que el plantea- miento terapéutico es diferente. En las formas primarias se habla a favor de un posible factor circulante no caracterizado aún, sobre la base de la eleva- da recurrencia tras el trasplante. Existen también formas genéticas raras probablemente relacionadas con alteraciones de genes que codifican pro- teínas de la membrana basal. 7.2. Histología La lesión característica en la microscopia óptica es la esclerosis del ovillo glomerular, que afecta focalmente a algunos glomérulos desde la zona yux- taglomerular. Las luces capilares de la zona afecta están obliteradas por material acelular con zonas de hialinosis. La inmunofluorescencia muestra habitualmente depósitos de IgM y C3. Por criterios histológicos se distin- guen cinco subtipos, existiendo una correlación clinicohistológica: ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ - pilares y polimorfonucleares. ฀ ฀tip lesion: lesión próxima al túbulo. ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ 7.3. Manifestaciones clínicas La manifestación clínica más frecuente es la proteinuria, generalmente con síndrome nefrótico, aunque en adultos se puede dar cualquier grado. En adultos es habitual la presencia de hematuria e hipertensión arterial, y mu- chas veces en el diagnóstico se aprecia ya insuficiencia renal, sobre todo en las formas colapsantes. La evolución la marca el grado de proteinuria, el grado histológico, la presencia de insuficiencia renal y la respuesta al trata- miento. Los casos resistentes que evolucionan a insuficiencia renal son un 50% a los 10 años, y en algunos la evolución es rápida, en 2-3 años. El riesgo de recidiva tras el trasplante (por lo general durante los primeros días) es de alrededor de un 25%. 7.4. Tratamiento Se emplean los mismos tratamientos que en las lesiones mínimas, pero los índices de respuesta son claramente inferiores. En la ฀ se muestra un algoritmo de tratamiento. 7.4.1. Tratamiento de primera elección Deben tratarse todos los pacientes con síndrome nefrótico y función renal normal, siendo de elección la prednisona durante un tiempo prolongado
  • 13. Glomerulonefritis primarias -35- (6-8 meses). Su administración se inicia con dosis de 1 mg/kg/día, que se mantiene durante 8-12 semanas si la tolerancia al tratamiento es adecuada. Si no se produce una remisión significativa de la proteinuria durante este tiempo, se prolonga el tratamiento hasta 16 semanas. Si se produce res- puesta, se sigue con 0,5 mg/kg/día durante 6-8 semanas, y se baja la dosis hasta su suspensión en otras 8 semanas. La poca evidencia existente no recomienda iniciar el tratamiento asociando prednisona a otro inmunosu- presor. Los enfermos que presentan síndrome nefrótico e insuficiencia renal pretratamiento deben ser analizados individualmente. Las pautas a días al- ternos obtienen tasas de éxito inferiores. Los IECA/ARA II deben utilizarse especialmente en los pacientes con proteinuria no nefrótica, en los que son la primera opción antes de los inmunosupresores. Figura 2 Algoritmo de tratamiento de la glomerulosclerosis segmentaria y global. Síndrome nefrótico ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ Creatinina <1,5 mg/dl Sin remisión a los 4 meses Resistencia a corticosteroides Córtico-dependencia Recidivas frecuentes Remisión completa Nuevo brote Creatinina >1,5 mg/dl ฀ (1 mg/kg/día, 8-12 semanas) ฀ ฀ ฀ Individualizar: tratamiento de prueba limitado Reducción de ฀lenta. Duración del tratamiento de 8 meses como mínimo 0,15 mg/kg/día 1,5-2 g/día 0,1-0,2 mg/kg/día Corticosteroides a dosis bajas y suspender ฀ 5 mg/kg/día, 1 año (niveles de 130-180 mg/ml) ฀฀ a dosis bajas y retirar
  • 14. Nefrología al día -36- 7.4.2. Tratamiento de segunda línea La ciclosporina A es el único fármaco con pruebas de eficacia en situacio- nes de resistencia o dependencia de los corticosteroides en el síndrome nefrótico en el adulto, por lo que se recomienda su utilización en estas cir- cunstancias (dosis de 5 mg/kg/día, niveles de entre 130 y 180 ng/ml). Sin embargo, hay que destacar la alta incidencia de recidivas y el riesgo de nefrotoxicidad. El nivel de evidencia para las intervenciones con tacrolimus, sirolimus o micofenolato es muy bajo. 8. GLOMERULONEFRITIS MEMBRANOSA Es la causa más frecuente de síndrome nefrótico en el adulto (25-30%). Es una glomerulopatía poco frecuente en niños y su máximo de incidencia se encuentra en la 4.a -5.a década de la vida y es mayor en varones. 8.1. Etiología Habitualmente la glomerulonefritis membranosa tiene un origen idiopático y podría representar la presencia de autoanticuerpos no identificados forman- do depósitos de inmunocomplejos tras la respuesta humoral. Esta enferme- dad puede tener relación también con otras situaciones (neoplasias, enfer- medades sistémicas, infecciones, uso de drogas, etc.). Las enfermedades neoplásicas son responsables del 5-10% de los casos de glomerulonefritis membranosa, en particular el carcinoma de pulmón, de mama y de colon. 8.2. Histología Se observa engrosamiento de la pared de los capilares glomerulares global y difuso, a veces no evidente en las fases iniciales, que se inicia por la for- mación de agregados inmunitarios subepiteliales. Por plata-metenamina se visualizan paredes capilares con imagen especular. En fases avanzadas puede observarse esclerosis glomerular de grado variable. La celularidad del glomérulo suele ser normal. Por inmunofluorescencia se objetivan depó- sitos granulares difusos de IgG y C3. 8.3. Manifestaciones clínicas La forma típica es el síndrome nefrótico, de comienzo insidioso en el 80% de casos. A veces se presenta sólo con proteinuria. La hematuria microscó- pica es frecuente, así como la hipertensión arterial. Un 30% de los casos se asocia con insuficiencia renal, que puede evolucionar hasta una fase termi- nal. Debe valorarse siempre la presencia de una causa identificable. La trombosis de la vena renal puede apreciarse con frecuencia. La evolución es variable. La frecuencia de remisión espontánea es, aproximadamente del
  • 15. Glomerulonefritis primarias -37- 25%, siendo más alta en niños. La incidencia de insuficiencia renal terminal es de un 35% a los 10 años. Es difícil predecir la evolución, pero los factores pronósticos son: proteinuria importante persistente (>8 g/día), presencia de insuficiencia renal y el grado de fibrosis tubulointersticial al diagnóstico. La edad avanzada, el sexo masculino y la presencia de hipertensión arterial también pueden influir. Figura 3 Algoritmo de tratamiento de la glomerulonefritis membranosa. ACTH: corticotropina. ฀ Función renal normal y proteinuria >4 g/día: «período de observación» – 6 meses si proteinuria >8 g/día – 12 meses si proteinuria 4-8 g/día ฀ Función renal normal Proteinuria <4 g/día Mantener tratamiento conservador Monitorización Si ↑ proteinuria No respuesta No respuesta 6 meses Suspender Mantener 6-12 meses y retirada gradual Respuesta 6 meses Inicio de deterioro de la función renal durante el período de observación No deterioro de la función renal y tras período de observación no ↓ proteinuria ฀ Deterioro de la función renal Proteinuria >8 g/día ฀฀ 1-2 g/día, 6-12 meses. Casos seleccionados ฀฀ ฀ ฀alternos Ciclo de 6 meses Persistencia de síndrome nefrótico y función renal normal tras las dos pautas previas: ฀1-2 g/día, ฀y ฀4-5 mg/kg/día o ฀0,05 mg/kg/día Presión arterial <125/75 mmHg si proteinuria >1 g/día ฀ ฀ ฀ ฀
  • 16. Nefrología al día -38- 8.4. Tratamiento En la ฀ se muestra un algoritmo de tratamiento. 8.4.1. Tratamiento conservador En pacientes sin síndrome nefrótico o con grados de proteinuria moderados (<4 g/día) el tratamiento con IECA/ARA II junto a un manejo general conserva- dor es la opción más recomendable, aplicable también a los casos con insufi- ciencia renal establecida y signos de cronicidad en la biopsia renal. En los ca- sos con síndrome nefrótico y función renal normal, se aconseja un período de observación, que incluirá tratamiento general conservador con IECA/ARA II. En general, se recomienda un período de observación de 6 meses si la proteinuria es superior a 8 g/día, sobre todo en varones de más de 50 años de edad. Si la proteinuria oscila entre 4 y 8 g/día, el período de observación puede extender- se a 12 meses, sobre todo en mujeres con menos de 50 años de edad. 8.4.2. Tratamiento específico Una vez transcurrido el período de tratamiento conservador sin que aparez- ca remisión espontánea completa (proteinuria <0,3 g/día) o parcial (protei- nuria <3,5 g/día) o una clara tendencia a la disminución de la proteinuria nefrótica, se recomienda tratamiento con una de las dos opciones que han demostrado eficacia en estudios aleatorizados: los anticalcineurínicos (ci- closporina, 4-5 mg/kg/día, o tacrolimus, 0,05 mg/kg/día, con ajuste de do- sis según niveles en rangos terapéuticos bajos), o un ciclo con corticoste- roides (0,5 mg/kg/día) más ciclofosfamida (1,5-2 mg/kg/día) o clorambucil (0,2 mg/kg/día) administrado durante 6 meses alternando. El tratamiento con ciclofosfamida ofrece una eficacia similar a la de clorambucil y se asocia a menos efectos secundarios. El tratamiento aislado con corticosteroides no induce efectos favorables, por lo que no se recomienda esta opción. En pacientes con deterioro de la función renal se ha combinado prednisona y ciclofosfamida por períodos más largos. En los pacientes en los que no ha habido respuesta pueden considerarse otras opciones terapéuticas, como el micofenolato, el rituximab y corticotropina (ACTH). 9. GLOMERULONEFRITIS MEMBRANOPROLIFERATIVA La glomerulonefritis membranoproliferativa primaria afecta principalmente a niños de entre 8 y 16 años, en una proporción similar en ambos sexos. Su frecuencia tiende a ser decreciente. Las formas secundarias son más fre- cuentes en adultos. 9.1. Etiología La glomerulonefritis membranoproliferativa tipo I es una enfermedad me- diada por inmunocomplejos, aunque la identidad del antígeno por lo gene-
  • 17. Glomerulonefritis primarias -39- ral se desconoce. Cuando se identifica puede estar en relación con infec- ciones, neoplasias o enfermedades autoinmumes. La glomerulonefritis membranoproliferativa tipo II se caracteriza por depósitos densos que no contienen inmunoglobulinas, pero se cree que activan el complemento. La hipocomplementemia es una característica común (80% en el tipo I y 100% en el tipo II), activándose por vía clásica en el tipo I y por vía alterna en el tipo II. 9.2. Histología La glomerulonefritis membranoproliferativa tipo I se caracteriza por engro- samiento difuso y global de la pared capilar e hipercelularidad endocapilar y mesangial, con acentuación de la segmentación glomerular que se denomi- na «lobulación». Típicamente se produce una duplicación de la membrana basal. Por inmunofluorescencia se objetivan depósitos globales granulares o en banda de C3 e IgG. La glomerulonefritis membranoproliferativa tipo II se conoce como «enfer- medad de depósitos densos» debido a la aparición de depósitos densos intramembranosos en banda. También existe hipercelularidad lobular. La inmunofluorecencia demuestra una tinción de la pared capilar para C3 lineal o en banda. La glomerulonefritis membranoproliferativa tipo III es similar al tipo I, pero con la existencia de depósitos subepiteliales. 9.3. Manifestaciones clínicas Cursan como síndrome nefrótico en la mitad de los pacientes. En un 25% se presenta proteinuria y hematuria asintomática y en otro 25% puede cur- sar como síndrome nefrítico. Puede aparecer hipertensión arterial. La insu- ficiencia renal puede estar presente en la mitad de los casos en el momento del diagnóstico. La glomerulonefritis membranoproliferativa tipo I tiende a cursar más con nefritis, y el tipo II con síndrome nefrótico. Se describe una supervivencia renal inferior al 65% a los 10 años, y el pronóstico es peor en el tipo II. 9.4. Tratamiento En niños con síndrome nefrótico y con insuficiencia renal se recomienda la prednisona, aunque el régimen y la duración del tratamiento no están bien definidos. El único estudio con evidencias utilizó 40 mg/m2 a días alternos durante 130 meses de media. En niños con proteinuria inferior a 3 g/día la prednisona puede ser útil asociada a antiagregantes, aunque faltan eviden- cias sólidas para sostener este tratamiento.
  • 18. Nefrología al día -40- En adultos no está justificada la utilización de prednisona. Si la proteinuria es superior a 3 g/día o si hay afectación de la función renal se recomienda el uso de antiagregantes y/o anticoagulantes. La utilización de inmunosupresores como la ciclofosfamida no ha mostrado efectividad. Debe instaurarse un control agresivo de la hipertensión arterial y la proteinu- ria con el uso de IECA/ARA II. 10. GLOMERULONEFRITIS POSINFECCIOSA La glomerulonefritis posinfecciosa afecta principalmente a población infantil, con una incidencia máxima entre los 2 y los 6 años. Puede ser epidémica o esporádica. 10.1. Etiología Es el prototipo de glomerulonefritis asociada a infección, aunque el meca- nismo patogénico último no se conoce. Podría ser un efecto tóxico directo de una proteína bacteriana (estreptococos o estafilococos como los más frecuentes) o una lesión mediada por inmunocomplejos. 10.2. Histología Se observa hipercelularidad global difusa de células mesangiales y endote- liales por proliferación endocapilar con neutrófilos. Por inmunofluorescencia se detecta un patrón de tinción granular gruesa para C3 en la pared capilar. 10.3. Manifestaciones clínicas La presentación clásica es el síndrome nefrítico agudo, que puede aparecer con gravedad variable, desde casos asintomáticos hasta insuficiencia renal aguda u oligoanuria. El período de latencia desde la infección oscila entre 7 y 21 días para las faringitis y entre 14 y 21 días para las infecciones cutá- neas. En las fases iniciales suele existir hipocomplementemia transitoria y con frecuencia se detectan títulos de antiestreptolisina O (ASLO) elevados. El pronóstico en general es bueno, pero un pequeño porcentaje desarrolla hipertensión arterial, proteinuria e insuficiencia renal terminal. 10.4. Tratamiento El tratamiento consiste en medidas de apoyo, así como el tratamiento de la hipertensión arterial y la sobrecarga de volumen con diuréticos y la adminis-
  • 19. Glomerulonefritis primarias -41- tración de los antibióticos pertinentes. No existen pruebas que apoyen el uso de agentes inmunosupresores, a no ser que se objetive proliferación extracapilar. 11. GLOMERULONEFRITIS MESANGIAL POR IgA Sigue siendo la forma más frecuente de glomerulonefritis. Puede presentar- se a cualquier edad, pero lo hace fundamentalmente en la 2.a -3.a década de la vida y su incidencia es más elevada en varones. 11.1. Etiología La glomerulonefritis mesangial por IgA es el resultado de la activación de complemento tras el depósito de inmunocomplejos circulantes, sobre todo IgA. La patogenia se debe probablemente a un defecto inmunitario de las mucosas, que produce una exposición a varios antígenos ambientales. 11.2. Histología Suele manifestarse como una glomerulonefritis proliferativa focal o difusa, donde se observa expansión segmentaria e hipercelularidad de la matriz mesangial. En otros casos puede haber formas agresivas con semilunas. El diagnóstico definitivo sólo puede establecerse con inmunofluorescencia, en la que se objetiva la tinción mesangial para IgA. Los niveles séricos de IgA se encuentran elevados en un 50% de los casos, y los niveles de comple- mento suelen ser normales. Recientemente se ha desarrollado una clasifi- cación histológica (Oxford Classification of IgA) que atiende a la presencia de hipercelularidad mesangial y endocapilar, glomerulosclerosis segmenta- ria y fibrosis/atrofia tubular, definiendo una escala de gravedad de progre- sión. 11.3. Manifestaciones clínicas En el 40-50% de los casos se encuentra hematuria macroscópica asinto- mática en el momento del diagnóstico. Los episodios suelen sobrevenir en estrecha relación temporal con una infección de vías respiratorias superio- res. Puede desarrollarse insuficiencia renal aguda durante los brotes de he- maturia. Un 30-40% de los pacientes presentan hematuria microscópica acompañada de hipertensión arterial. El resto de casos se presentan como síndrome nefrótico o glomerulonefritis crónica con hematuria, proteinuria e insuficiencia renal crónica. En un 5% de los casos uno de los signos de presentación es la hipertensión arterial maligna. Hoy no se considera esta entidad tan benigna, ya que un 20-30% de los pacientes desarrollan insufi- ciencia renal terminal a los 20 años. Los factores de mal pronóstico son la
  • 20. Nefrología al día -42- hipertensión arterial, la presencia de insuficiencia renal, la proteinuria persis- tente, el sexo varón y la edad elevada en el momento del diagnóstico. 11.4. Tratamiento 11.4.1. Tratamiento conservador Los pacientes deben recibir IECA/ARA II, en especial si son hipertensos o si presentan proteinuria elevada. Los enfermos con pronóstico desfavorable pueden recibir dosis elevadas de ácidos grasos omega 3. 11.4.2. Tratamiento con inmunosupresores El tratamiento con prednisona ha sido objeto de controversia y no hay con- senso a la hora de tratar las formas leves. Está claramente indicado en las formas clínicas de síndrome nefrótico y lesiones mínimas en la biopsia (pau- ta de corticosteroides similar a la glomerulonefritis de cambios mínimos) o cuando existe extensa formación de semilunas, debiendo considerarse la administración de prednisona y/o ciclofosfamida en pauta similar a la que se aplica en las glomerulonefritis extracapilares. En las formas más agresivas con insuficiencia renal, hipertensión arterial y proteinuria se han publicado estudios que sugieren que los corticosteroides podrían tener efecto benefi- cioso, pero no hay evidencias suficientes para afirmarlo. 12. GLOMERULONEFRITIS PROLIFERATIVA EXTRACAPILAR Representa el fenómeno estructural más agresivo de las lesiones causadas por inflamación glomerular. La glomerulonefritis extracapilar por inmuno- complejos es la causa más frecuente en niños, mientras que en adultos lo es la pauciinmunitaria. 12.1. Etiología La glomerulonefritis proliferativa extracapilar tipo I o mediada por anticuerpos antimembrana basal glomerular (AMBG) dirigidos contra el colágeno tipo IV (20%) muestra una incidencia con dos máximos: uno en la 2.a -3.a décadas de la vida, es más frecuente en varones y a menudo se presenta con hemo- rragia pulmonar (síndrome de Goodpasture), y otro en la 6.a -7.a décadas de la vida, más frecuente en mujeres y limitada al riñón. La glomerulonefritis proliferativa extracapilar tipo II o medida por inmuno- complejos (40%) presenta pruebas clínicas y analíticas propias de las glo- merulonefritis primarias. La glomerulonefritis proliferativa extracapilar tipo III o pauciinmune o glo- merulonefritis necrosante idiopática (40%) constituye el tipo más frecuente en adultos, sobre todo de edad avanzada.
  • 21. Glomerulonefritis primarias -43- 12.2. Histología Las semilunas son la expresión morfológica de la proliferación de células parietales. Empiezan siendo epiteliales y acaban siendo fibrosas. En el tipo I suelen estar en el mismo estadio evolutivo, a diferencia de lo que ocurre en el tipo III. En el tipo II el aspecto mediante microscopia óptica depende de la glomerulonefritis subyacente, que se reconoce mejor en los glomérulos in- tactos. En el tipo III es frecuente que aparezcan lesiones de vasculitis. El patrón de inmunofluorescencia permite diferenciar los tres tipos: ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ depende de la glomerulonefritis por inmunocomplejos subyacente que haya inducido la formación de semilunas. ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ 12.3. Manifestaciones clínicas La glomerulonefritis proliferativa extracapilar tiene una forma de presenta- ción subaguda aunque depende del subtipo. El tipo I se caracteriza por instauración rápida de una glomerulonefritis aguda con oliguria o anuria. Rara vez se presenta de manera más insidiosa. Si el tratamiento no se ins- taura con rapidez, el riesgo de progresión a insuficiencia renal terminal es elevado, ya que es de un 40% incluso con tratamiento agresivo. El hallazgo de laboratorio más característico es la detección de AMBG, que se da en el 90% de los casos. Aunque el tipo III suele presentarse como un deterioro rápidamente progre- sivo de la función renal con hematuria, proteinuria e hipertensión arterial, en algunos pacientes el curso clínico es más indolente y con menos alteracio- nes urinarias. Es frecuente observar fiebre, artralgias y fatiga. Cerca del 80- 90% de los pacientes presentan anticuerpos anticitoplasma de neutrófilo (ANCA) anti-MPO o anti-PR3. Cuando la enfermedad se asocia a vasculitis sistémica los pacientes pueden manifestar trastornos pulmonares, cutá- neos o multisistémicos simultáneos. Los tres síndromes clínicos principales asociados con ANCA son la poliangitis microscópica, la granulomatosis de Wegener y el síndrome de Churg-Strauss. El marcador pronóstico principal es el nivel de creatinina al inicio del trata- miento, así como las características histológicas en cuanto a fibrosis inters- ticial y tipo de semiluna. El retraso en el diagnóstico y el inicio del tratamien- to aumentan el riesgo de insuficiencia renal terminal. 12.4. Tratamiento El tratamiento suele ser similar en los tres tipos, empleándose pautas de prednisona y ciclofosfamida. El tratamiento de inducción debe realizarse
  • 22. Nefrología al día -44- con pulsos de metilprednisolona (0,5-1 g/día durante 3 días consecutivos) y posteriormente prednisona oral (1 mg/kg/día durante un mes y pauta descendente en 3-4 meses). Simultáneamente debe emplearse ciclofos- famida oral (2 mg/kg/día) o intravenosa (ciclos mensuales de 0,5-1 g/m2 ) en función de los recuentos leucocitarios. El tratamiento se mantiene 6-12 meses hasta la remisión. Un régimen alternativo podría consistir en la administración en la fase de mantenimiento de azatioprina (2 mg/kg/día) o micofenolato (1-2 g/día) en sustitución de la ciclofosfamida a los 3-6 me- ses. En los pacientes que no abandonan la diálisis el beneficio de mante- ner la inmunosupresión más de 12 semanas es escaso y aumenta la toxi- cidad. En la glomerulonefritis proliferativa extracapilar tipo I debe instaurarse un tratamiento con plasmaféresis intensiva reponiendo con albúmina, salvo he- morragia o tras biopsia, hasta que los niveles de anticuerpos se vuelvan in- detectables. En el tipo III esta técnica aporta beneficios en los pacientes que requieren diálisis. Por último, el tratamiento de la glomerulonefritis proliferativa extracapilar tipo II depende del tipo de glomerulonefritis primaria. 13. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ rationale, clinicopathological correlations and classification. Kidney Int 2009;76:534-45. ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ - sis. Semin Nephrol 2003;23:117-34. ฀ Falk RJ, Jennette C, Nachman PH. Primary glomerular disease. In: Brenner and Rector´s The Kidney. Philadelphia: Elsevier; 2005. p. 1293- 380. ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ Feehally J, Jonson RJ. Introduction to glomerular disease: clinical pre- sentations. In: Feehally J, Jonson RJ, eds. Comprehensive clinical ne- phrology. St Louis: Mosby; 2003. p. 255-69. ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀Kidney Int 2007;71:841-43. ฀ Martínez J. Glomerulonefritis membranoproliferativa. En: Hernando Avendaño L, ed. Nefrología clínica. 3.a ed. Madrid: Panamericana; 2009; p. 375-82. ฀ Praga M. Tratamiento de la glomeruloesclerosis segmentaria y focal. Nefrologia 2005;25:612-21. ฀ Praga M. Tratamiento general y específico de las glomerulonefritis. En: Hernando Avendaño L, ed. Nefrología clínica. 3.a ed. Madrid: Paname- ricana; 2009; p. 391-98.
  • 23. Glomerulonefritis primarias -45- ฀ Registro de Glomerulonefritis de la Sociedad Española de Nefrología. ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ ฀ Adult minimal-change disease: clinical characteristics, treatment, and outcomes. Clin J Am Soc Nephrol 2007;2:445-53.