El neoclásico surgió en el siglo XVIII como un movimiento estético inspirado en los principios de la Ilustración que buscaba recuperar las formas del arte clásico grecorromano. Expediciones arqueológicas a sitios como Herculano publicaron obras que sirvieron de inspiración, mientras que Roma se convirtió en un centro de intercambio de ideas. En arquitectura predominó el racionalismo de las formas inspiradas en los principios griegos y romanos, con un énfasis en la columna y