La autora argumenta que la práctica académica debe incluir el trabajo en equipo y ser innovadora para aumentar el interés de los estudiantes. También señala que los estudiantes desarrollan un aprendizaje colaborativo a través de prácticas didácticas que promueven el aprendizaje autónomo. Finalmente, concluye que la práctica docente consiste en enseñar con herramientas innovadoras para obtener mejores resultados en el aula.